Francisco de Asís, el Buenagente. Adm.11

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Transcript Francisco de Asís, el Buenagente. Adm.11

Vivir
Oración
POBREZA
Al servicio de la Iglesia
Fraternidad
Minoridad
Vida sencilla
Libertad
Evangelización
Dios Hermano
VIVIR
«Alguna vez te has preguntado:
¿Quién enseño a los pájaros a
cantar?
¿Quién pintó las flores de
colores?
¿Quién enseñó el camino a las
golondrinas?
¿Quién dio a los hombres la
capacidad de amar?
…
“Dichoso aquel que, cuando
habla, no descubre todas sus
cosas con miras en la
recompensa y no habla con
ligereza (cf. Prov 29,20), sino que
medita sabiamente lo que ha de
decir o responder con vistas al
bien de sus hermanos”. (Francisco
de Asís, el Buenagente. Adm.11)
Dichoso el hombre
que no se enaltece más por él
bien que el Señor dice y obra
por él, que por el que dice y
obra por medio de otro.
Comete pecado el hombre que
prefiere más recibir de su
prójimo que dar de sí mismo al
Señor Dios. (Admonición 17)
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POBREZA
Francisco recomendó a sus
hermanos vivir de su propio
trabajo, y si llegase el caso de
que éste no diera para el
sustento, entonces debían
acudir a la mesa del Señor, a
la caridad de las gentes del
lugar.
Pobre es el que lo espera todo
de Dios;
La pobreza, al contrario
que en las ordenes
precedentes, debe ser
absoluta, individual y
colectivamente. Los
hermanos deben vivir
del propio trabajo y, en
caso de necesidad,
pueden recurrir a la
"mesa del Señor", o sea
a la mendicación, sin
avergonzarse, porque
también Cristo se hizo
pobre y peregrino en
este mundo.
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MINORIDAD
… Aunque fueses tan agudo y sabio
que tuvieses toda la ciencia (cf. lCor
13,2) y supieses interpretar toda clase
de lenguas (cf. lCor 12,28) y
escudriñar agudamente las cosas
celestiales, no puedes gloriarte de nada
de eso; pues un solo demonio sabía de
las cosas celestiales, y sabe ahora de
las terrenas más que todos los
hombres…
… Asimismo, aunque fueses el más
hermoso y rico de todos y aunque
hicieses tales maravillas que pusieses
en fuga a los demonios, todo eso te es
perjudicial, y nada te pertenece y de
nada de eso puedes gloriarte.
En esto nos podemos
gloriar: en cargar diariamente la santa
cruz de nuestro Señor Jesucristo (cf.
Lc 14,27).
Les entró la idea de cual de
ellos sería el más grande.
Jesús, cogió la mano de un
criadito, lo puso a su lado y
les dijo: “el que acoge a este
chiquillo por causa mía, me
acoge a mí; y el que me acoge
a mí, acoge al que me ha
enviado; es decir, el que es de
hecho más pequeño de todos
vosotros, ése es el mayor.
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“Si el objeto de la vida es
este duro ajetreo con el que
llenamos nuestros días
entonces no es para mí,
debe haber algo mejor, tiene
que haberlo.
El hombre es espíritu,
tiene alma, y eso es lo que yo
quiero recobrar, mi alma,
Quiero vivir en los campos,
caminar en las colinas, trepar
a los árboles, nadar en los
ríos, sentir la firmeza de la
tierra bajo mis pies, sin
zapatos, sin posesiones, sin
aquellas sombras que
llamamos criados; quiero ser
un mendigo, sí, un mendigo;
Cristo fue un mendigo. Quiero
ser tan libre como él.
LIBERTAD
‘sólo los que nada tienen pueden
experimentar la gratuidad de
Aquel que alimenta a los
pájaros y a las hierbas
silvestres. Las aves son libres
porque no tienen graneros. S la
pobreza la que transforma este
mundo de intereses y espadas en
un gran hogar en que unos dan
y otros reciben, si bien los que
dan son los que más reciben
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DIOS HERMANO.
“Francisco, ¿por qué tarda
tanto el trigo en crecer y dar
fruto? ¿Y por qué Dios no
escucha nuestras oraciones al
momento?
Dichoso tú, hermano
León, si sabes cuidar el trigo
hasta el momento de la
cosecha, sólo entonces y
nunca antes, podrás comer
pan. Si te apresuras en la
recogida del fruto, todo tu
esfuerzo habrá sido inútil. En
cuanto a Dios, seguramente te
ha escuchado incluso antes de
que tú acabases tu oración,
pero sobre el momento
adecuado sólo él tiene la
sabiduría. (Francisco de Asís, el Buenagente)
Lucas 12,6: ¿No se venden
cinco gorriones por cuatro
cuartos?. Y sin embargo, ni
de uno sólo de ellos se
olvida Dios. Es más, hasta
los pelos de vuestra cabeza
están contados. No tengáis
miedo
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SERVIR
“Francisco ¿Cómo puedo hacer
justicia?”. Le preguntó un hombre
que se sentía robado por su
hermanoFrancisco tomó una fruta del
árbol y le contestó: ‘Dios ha puesto
esto en nuestras manos, no sólo
para nuestro bien sino también
para el bien de nuestros
hermanos. Sólo si das tú primero,
pues tienes más, harás que tu
vecino no necesite robarte. Sólo tú
sabes si Dios te pide darle la mitad
o dársela entera
Dichoso el hombre que
comparte cuanto tiene pues sabe
que todos los bienes pertenecen
al Señor Dios, porque quien se
reserva algo para sí, esconde en sí
mismo la riqueza de su Señor Dios
(cf. Mt 25,18), y lo que creía tener
se le quitará. S.Francisco de Asís:
LC 8, 18. Admonición 18)
Los que han sido
constituidos sobre otros,
gloríense de tal prelacía
tanto como si estuviesen
encargados del oficio de
lavar los pies a los
hermanos
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ORACION
Creer es sentir a Dios por
debajo de las nubes, en el
agua que corre, en la tierra
que pisas,
en el cielo lleno de
estrellas,
en el amigo lleno de
palabras;
y también en cada noche de
lluvia que promete otro
amanecer.
Creer es tener el
convencimiento
de que no estamos solos, de
que Alguien, llamado Dios,
nos pensó y nos amó;
que la vida es Su don
y que cada día es un regalo y
cada mañana una
oportunidad
Mirad que diariamente se
humilla el Hijo de Dios en la
eucaristía (cf. Flp 2,8), como
cuando vino desde el trono
real, (Sab 18,15) al seno de la
Virgen María. Él mismo viene
diariamente a nosotros en
humilde apariencia. Cada día
baja del seno del Padre al
altar, en manos del sacerdote.
Y como se mostró a los santos
apóstoles en carne
verdadera, así también ahora
se muestra a nosotros en el
pan de la eucaristía. (cf. Mt
28,20). Adm 1
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FRATERNIDAD
La caridad entre los hermanos y
entre ellos y sus superiores debe
ser más "materna" que fraterna
La humildad sin medida y el
deseo de obedecer a Dios y
ayudar prácticamente a los
hombres
hacen
de
San
Francisco el más fiel intérprete
del concepto cristiano del
trabajo
Amad a vuestros enemigos,
haced el bien a los que os
odian, bendecid a los que os
maldicen, rezad por los que os
injurian. Al que te pegue en una
mejilla, preséntale también la
otra, al que te quite la capa,
dale también la túnica. Al que
te pide, dale, al que se lleve lo
tuyo no se lo reclames. Tratad a
los demás como queréis que
ellos os traten.
Lc 6,37:
No juzguéis y no os juzgaran; no
condenéis y no os condenarán;
perdonad y os perdonarán; dad
y os darán: os verterán una
medida generosa, colmada,
remecida, rebosante. La
medida que uséis la usarán con
vosotros
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Vida sencilla
«Quiero que todos mis frailes
trabajen y se ejerciten
humildemente en obras buenas
para huir del ocio, enemigo del
alma; para ser menos gravosos a
los hombres, para ganarse la vida
honestamente. Los que saben
trabajar, trabajen y ejercítense en
el oficio que supieren, y los que
no saben ninguno, apréndanlo,
mas cuiden de trabajar con
fidelidad y devoción, de modo
que no extingan el espíritu de
oración, al que deben servir todas
las cosas temporales; y guárdense
de no recibir en pago sino las
cosas necesarias al cuerpo, salvo
dinero, y esto humildemente,
como conviene a los siervos de
Dios y a los seguidores de la
santísima pobreza.»
Tened el delantal puesto, y
encendidos los candiles:
pareceos a los que velan
esperando a que su amo
vuelva de la boda para,
cuando llegue, abrirle en
cuanto llame
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Evangelización y Misión
Y añadió : Dichoso el
hombre que conforta a
su amigo en su
fragilidad, y le ayuda a
llevar sus tareas como
querría que a èl le
ayudaran, si estuviese en
una situación semejante
(Admonición 18).
La predicación por parte de los
frailes capacitados y autorizados
debe ser, según el ejemplo del
Señor, con discursos útiles y
edificantes y "brevedad de
palabras". Y debe ir acompañada
por el buen ejemplo, "sirviendo al
Señor en pobreza y humildad",
mostrándose ante todos en el
mundo como hombres "mansos,
pacíficos, modestos y humildes", sin
discusiones, contiendas o juicios,
soportando con humildad y
paciencia las persecuciones y
enfermedades y orando por los
enemigos.
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Viene un mensajero y dice que todos los
maestros de París entraron en la Orden. Escribe:
no es verdadera alegría.
Y lo mismo de todos los prelados del otro lado
de los Alpes, arzobispos y obispos; y lo mismo
del rey de Francia y del rey de Inglaterra.
Escribe: no es verdadera alegría.
Y que todos mis hermanos fueron a los infieles y
los convirtieron a todos a la fe; y que tengo tanta
gracia de Dios que curo a los enfermos y hago
muchos milagros. Te digo que en todas estas
cosas no está la verdadera alegría.
¿Cuál es, entonces, la verdadera alegría?
Regreso de Perusa y llego aquí muy de noche y
es invierno, con barro y mucho frío, hasta el
punto que el agua congelada en el borde de la
túnica me golpea las piernas y sangran las
heridas. Y lleno de barro, con el frío y el hielo,
llego a la puerta y, después de mucho aporrear
y llamar, viene el fraile y pregunta: ¿Quién es?
Yo respondo: Fray Francisco. Y él dice: "Vete,
estas no son horas. No entrarás". Y al insistir de
nuevo responde: "Vete, eres un simple y un
ignorante; de ningún modo vendrás con
nosotros; somos tantos y tales que no te
necesitamos". Y yo sigo aún en la puerta y digo:
"Por el amor de Dios, hospedadme esta noche".
Y èl responde: "No lo haré. Ve al lugar (hospital)
de los Crucíferos y pide allí".
Yo te digo que si tengo paciencia en esto y no
me molesto, esa es la verdadera alegría y la
verdadera virtud y salvación del alma.
La verdadera ALEGRIA
Dichosos vosotros cuando os
odien los hombres y os insulten y
propagen mala fama de vosotros
por causa de este hombre.
Alegraos ese día y saltad de
gozo, mirad que os va a dar Dios
una gran recompensa.
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