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LA CUESTIÓN
SOBRE EL SENTIDO
DE LA VIDA
Objetivo del Aprendizaje: Conocen el
concepto de sentido de vida y su
relación en semana santa.
LEAMOS…REFLEXIONEMOS…ACTUEM
OS…
Lo
que
sigue
a
la
muerte
es
tan
problemático…Nada me hace sufrir tanto, nada me
da tanto miedo como pensar en eso. Será cierto que
yo he vivido para desaparecer enseguida sin dejar
huella?¿Para que la hierba crezca inútil sobre mi
tumba? Es escalofriante. Cómo llegar a saber la
verdad?
Dostoivski
Los hermanos Karamazov
REALIZA UN CUADRO COMPARATIVO CON LO QUE LE DA
SENTIDO A TU VIDA Y CON LO QUE LE PUDO DAR SENTIDO
DE VIDA A JESÚS.
Mi vida
Vida de Jesús
¿QUÉ QUIERE DECIR LA PALABRA
SENTIDO?
Posee dos acepciones
En
primer
lugar,
significado y así solemos
preguntar qué sentido
tiene tal texto o tal
palabra. Del mismo modo
anhelamos conoce la
significación
de
los
acontecimientos de la
vida.
El segundo sentido va
relacionado,
a
las
preguntas por ejemplo el
sentido de una marcha. Es
la pregunta hacia el dónde.
FELICIDAD
 Una
primera aproximación nos permite situar la
pregunta por el sentido no en el plano intelectual,
sino vivencial.
 La pregunta por el sentido de la vida no se
hace, sino que se sufre, es decir, no se puede
enfrentar con respuestas teóricas o visiones
idealizadas, sino que la pregunta surge
precisamente cuando enfrentamos el sin sentido,
el sufrimiento o la muerte, y puestos cara a cara
con el sin sentido, ninguna respuesta intelectual
se muestra útil para enfrentarla.
 No se trata de encontrar una respuesta rápida
para resolver el dilema, sino de reflexionar
frente al problema para buscar pistas que nos
ayuden a enfrentarlo mejor.
EL PROBLEMA DEL SENTIDO.

El problema resulta ser el siguiente: ¿Por qué el ser
humano anhela una plenitud y felicidad que nunca ha
experimentado? ¿Por qué cree que todo tiene un
sentido si la realidad pareciera mostrar lo contrario?
¿Por qué se rebela frente al mal o la muerte, si sabe
perfectamente que el mal existe y que morirá en algún
momento? A este dilema, que está en el fondo de la
pregunta por el sentido, se han dado muchas
respuestas, desde la religión, la filosofía o la literatura
en general, buscando una visión satisfactoria que logre
resolver el dilema y dar por contestada la pregunta
sobre la existencia humana y su sentido.

La respuesta al problema del sentido no viene de la
ciencia, aunque su aporte es valioso, sino de la filosofía
y de la religión.
1. LA RESPUESTA DE LAS RELIGIONES.
Hinduismo, todo tiene sentido.
 Nace en la región de la India y sus primeros textos
sagrados se compusieron entre el 2000 y 1500 a. C.
 Es una religión naturalista, basada en los
elementos naturales, los ciclos de la naturaleza.
 Posee multitud de dioses y diosas, ubicados
generalmente en parejas, en diversas versiones y
con distintos nombres, por lo que no resulta fácil
hacer un catálogo de todos.
 Siguiendo los ciclos de la naturaleza, comprende el
mundo también en forma cíclica, en un camino de
varias reencarnaciones hasta alcanzar la plenitud
espiritual.
a)

Para el hinduismo, todo lo que le pasa al ser
humano tiene sentido, pues responde a la ley del
“karma”, lo que puede traducirse como obra,
destino o fuerza y es lo que hace que el alma deba
reencarnarse constantemente: “somos lo que
hemos hecho, seremos lo que hagamos o
haremos”.
B) BUDISMO, NADA TIENE SENTIDO.
 El
Budismo nace como respuesta contraria al
hinduismo. Tiene su origen en Siddharta Gautama,
nacido príncipe cerca del año 560 a. C.
 “nuestras miseria –replicaba el futuro Buda a los
sabios hindúes- no proviene de la esclavitud del
alma, sierva, como ustedes dicen, de las pasiones,
sino de que no nos hemos liberado de la
personalidad, del yo. Dicen ustedes que pueden
separar el yo de sus actos, pero se equivocan; el
hombre es un compuesto de sus facultades; no
existe ese ente extraño que, oculto por un telón,
percibe lo que pasa adelante”1
1. Historia Universal. Origen de las grandes religiones. Tomo 7, pág..
143.-
Comprendido que el camino no era la mortificación, el
príncipe Gautama fue a sentarse al pie de una higuera
silvestre llamada Bo, meditando todo el día, hasta que
en la tarde recibió la iluminación. Desde entonces se
transformó en Buda, el iluminado. Lo que descubrió al
pie de la higuera no fue el origen del mundo ni la
naturaleza de los dioses o del universo, sino la
naturaleza del sufrimiento, sus causas y su solución.
 Buda expresa las “Cuatro Nobles verdades”, las que
consisten en enunciados simples y básicos, que señalan
el camino para liberarse del ciclo de reencarnaciones y
alcanzar el estado de negación absoluta, absoluto
desapego y total extinción del yo, el Nirvana.

C) TAOÍSMO, EL EQUILIBRIO.

El taoísmo se forma a partir de los textos de Lao Tsé,
quién vivió alrededor del siglo VI a. C. en China. El
taoísmo establece la existencia de tres fuerzas: una
pasiva, otra activa y una tercera, conciliadora entre
las otras dos. Las dos primeras se oponen y
complementan entre sí, funcionando como una
unidad. Se trata del Yin (fuerza pasiva, sutil,
femenina, húmeda) y el Yang (fuerza activa, concreta,
masculina, seca) La tercera es el Tao, o fuerza
superior que las contiene. Por ello el taoísmo no
considera superior la vida sobre la muerte, la
construcción a la destrucción, ni al placer sobre el
sufrimiento, sino como una unidad de contrarios, lo
positivo y lo negativo, la afirmación y la negación.
D) EL PROBLEMA DEL SENTIDO, LA RESPUESTA CRISTIANA
Las tres religiones orientales revisadas tienen en común
una visión del tiempo como algo cíclico, como un
constante ir y venir, un constante repetirse de los
mismos sucesos y las mismas situaciones.
 En las religiones históricas, como el cristianismo, el
judaísmo y el Islam, el tiempo se concibe como un
proceso lineal y ascendente que termina en la plenitud,
visión que surge precisamente de tener en común un
origen histórico y comprender la historia como un
proceso, no como un ciclo. No niegan la existencia de
ciclos en la vida, pero estos ciclos no son cerrados ni se
dan siempre de la misma manera. Quizá la mejor forma
de presentarlo sea como un espiral ascendente, donde
cada nuevo círculo es más abierto y grande que el otro,
más pleno.

 En
lo específico del cristianismo el punto de
partida es la encarnación de Dios en la historia
humana, en el hombre Jesús, perteneciente a un
tiempo y una historia concretos.
 En El, Dios mismo ha entrado en la historia,
llenándola de sentido porque está llena de su
presencia.
 El cristianismo no niega el sin sentido de la
realidad, sino que lo asume como tal, es decir, no
busca dar sentido a lo que no lo tiene, pues cree
que Dios es bueno y quiere el bien para todos, por
lo tanto, todo sufrimiento es contrario a su
voluntad. Desde entonces, la humanidad camina a
su plenitud, aún no alcanzada plenamente, y por lo
mismo no plena de sentido, pero es una caminata
donde el sentido se hace cada vez más pleno hasta
alcanzar su plenitud en Cristo.
 En
Jesús, su muerte y su resurrección, se
encuentra la clave de esta forma de enfrentar el
problema.
 Creemos que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, el
Salvador. Sin embargo, en la cruz vemos un
Mesías derrotado, un Hijo de Dios que parece
reclamar al Padre por haberlo abandonado, un
salvador que no se puede salvar de la muerte.
 Es decir, en la cruz Jesús asume la condición
humana hasta el total sin sentido, hasta el
absurdo absoluto y es precisamente desde esa
realidad que alcanza la resurrección, la plenitud,
el total sentido.
No creemos en un Dios que quiere el sufrimiento,
pero tampoco en uno que nos permite huir de él, sino
en un Dios que sufre a nuestro lado, que asume en
su propia carne el dolor y la angustia de todos los
que viven el sin sentido, el mal y la injusticia, para
transformar estas realidades y hacerlas plenas por
la resurrección.
 En definitiva, el cristianismo plantea que se
encuentra el sentido de la vida, al asumir el sin
sentido de la misma, al enfrentar el mal y el
sufrimiento con la esperanza cierta de la
resurrección.

3. LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD.

Así, la búsqueda de la felicidad se vuelve en el
gran criterio para reencontrar el sentido una vez
que se ha perdido, o para enfrentar el mal y el
sufrimiento sin perder la esperanza. Por eso el
cristianismo proclama su mensaje como Buena
Noticia, porque aunque vivimos en la fragilidad
y en la duda, estamos ciertos de lo que
esperamos.