DUELO NORMAL DUELO PATOLÓGICO GENERALIDADES Definición de duelo • Latín tardío dôlus, “dolor”. • Latín duellum, “combate entre dos”, “guerra”. • Es el sentimiento subjetivo.

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Transcript DUELO NORMAL DUELO PATOLÓGICO GENERALIDADES Definición de duelo • Latín tardío dôlus, “dolor”. • Latín duellum, “combate entre dos”, “guerra”. • Es el sentimiento subjetivo.

DUELO NORMAL
DUELO PATOLÓGICO
GENERALIDADES
Definición de duelo
• Latín tardío dôlus, “dolor”.
• Latín duellum, “combate entre dos”, “guerra”.
• Es el sentimiento subjetivo que se
experimenta cuando se pierde a alguien o
algo querido.
• Es el trabajo psíquico que debe realizar el que
queda para poder convivir con esa pérdida.
• Freud (1917):lo describió como un proceso
consistente en “desprenderse de un objeto de
amor sobre el cual estos actos de amor ya no
pueden efectuarse más.”
• Se aplica no sólo a la muerte sino a otras
pérdidas como: miembros de cuerpo,
enfermedades que condicionan la calidad de
vida, migraciones, situaciones vitales
(jubilación, casamiento hijos, despidos, etc.);
situaciones que implican un trabajo psíquico.
El trabajo de duelo es un proceso psicológico
complejo que implica deshacer los lazos
contraídos y enfrentarse al dolor de la
pérdida.
Existen dos aspectos diferenciales en la reacción
de duelo:
• Las consecuencias de la pérdida
• Las acciones del individuo encaminadas a la
adptación y superación de la misma
El proceso en sí no reviste ninguna patología ni
requiere la administración de psicofármacos
o psicoterapia durante su transcurso.
La forma de expresar el duelo está
estrechamente ligado a la cultura, las
situaciones que rodean la pérdida, la edad, la
situación vital, la posibilidad de anticipación,
etc.
DUELO NORMAL
Es un proceso adaptativo natural y necesario,
que si bien conlleva sufrimiento, puede ser
generador de crecimiento.
El duelo es un proceso, no un estado. Su
duración varía de persona a persona, de
cultura a cultura.
FORMAS DE PRESENTACIÓN CLÍNICA
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Tristeza
Pérdida de apetito
Pérdida de interés por el trabajo o actividades habituales
Sentimientos o ideas de culpa centrados en lo que el superviviente podría haber
hecho
Puede haber ideas de muerte que se limitan en lo gral. a pensamientos en torno
de haber muerto en lugar del fallecido o de haber fallecido con ella
Sensación de “presencia del fallecido”, que pueden llegar a ser alucinaciones o
ilusiones (oír al difunto, verlo, olerlo), pero en el duelo normal la persona se da
cuenta de que esto no es real.
Ira, protesta contra el destino, resentimiento
Síntomas corporales: vacío en el estómago, opresión, debilidad muscular, falta de
energía, boca seca, hipersensibilidad a los ruidos.
La duración de este proceso puede llegar a un año, aprox.
Pueden persistir algunos síntomas.
Suele haber reaparición de algunos síntomas en fechas importantes como
aniversarios, cumpleaños, etc.
Fases del duelo
1.
2.
3.
Fase de impacto o shock: pocas horas a una semana después del
acontecimiento. Reacción de choque e incredulidad, niega la pérdida. Puede
haber tanto embotamiento como liberación intensa. Conducta semiautomática.
Ritos sociales y familiares. Ansiedad como emoción predominante.
Estrechamiento del campo de la conciencia.
Fase de depresión o repliegue: aprox. seis meses. Se cobra plena conciencia de
la realidad. Se inicia con sintomatología depresiva inhibida: tristeza, sentimientos
de desamparo, desesperanza, vacío, crisis de llanto, alteraciones del sueño y el
apetito, pérdida d einterés en actividades habituales, alteración del rendimiento
laboral y académico, sufrimiento somático. Se alterna con episodios de protesta,
irritación y aislamiento. Fin de los rituales, persona sola ante la pérdida, con
exigencia social de superarlo pronto. La supresión o evitación del dolor de la
pérdida prolonga y complica el proceso de duelo. En esta fase se puede
detectar la posible evolución hacia la anormalidad o complicación.
Fase de recuperación o resolución: fase de reorganización. Se retorna al nivel de
funcionamiento previo. Se acepta la realidad siendo capaz de resituar
emocionalmente al ser querido y establecer nuevos lazos afectivos. Quizás el
duelo termina cuando no se necesita evocar constantemente al ser querido y
cuando s e lo puede recordar sin dolor.
Tareas del duelo:
• Aceptar la realidad de la pérdida
• Transitar el dolor de la pérdida
• Readaptarse al entorno en el cual ya no se
encuentra el ser querido
• Resituar emocionalmente al ser querido y
continuar la vida
Rol del terapeuta en el proceso de
duelo normal:
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Alentar a la persona a que hable de sus sentimientos hacia la persona fallecida, sus afectos de
tristeza, cólera o desesperación
No deberán ser considerados como personales la expresión de enojo o sentimientos hostiles
hacia el terapeuta. Es importante que se pueda tolerar la tristeza y angustia y su expresión,
evitando al anulación de las mismas.
Asegurar a la persona que sus síntomas son reacciones normales y esperables, que
remitirán con el paso del tiempo y la expresión de sentimientos.
En las ocasiones en que se presenta un bloqueo cognitivo, es conveniente sugerir postergar la
toma de decisiones importantes hasta que pasen algunos meses.
La mayoría de las personas se benefician con el retorno a sus actividades laborales o
académicas pasadas las primeras semanas, por sus efectos terapéuticos sobre al autoestima
y el contacto con los demás.
No está indicado interferir con el duelo normal con una fuerte sedación. Si aparecen
síntomas severos de ansiedad o trastornos del sueño persistentes, está indicada una leve
sedación. El uso de antidepresivos no está indicado para el duelo normal, sólo si se desarrolla
un episodio depresivo mayor como complicación del duelo.
DUELO COMPLICADO O
PATOLÓGICO
• INCLUYE LAS ALTERACIONES EN EL CURSO Y LA INTENSIDAD DEL DUELO
(retraso del duelo, ausencia, duelo muy intenso y prolongado, conductas
suicidas, síntomas psicóticos)
• Incidencia o prevalencia de entre un 5 y 20% de las reacciones de duelo
(Parkes, 1998)
• Factores de riesgo que pueden conducir a un duelo patológico:
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Pérdida inesperada o repentina
Situaciones catastróficas alrededor de la pérdida (suicidio, accidente)
Duelos repetidos
Aislamiento social o red social deficitaria
Falta de salud física o mental previa a la pérdida
Sentimientos de responsabilidad por la muerte
Intensa dependencia hacia le individuo que falleció, la edad (preadolescentes,
individuos de más de 70 años)
Diagnóstico diferencial entre duelo
y Trastorno Depresivo Mayor
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Se basa en los síntomas, su intensidad, la duración, las características.
Posiblemente la manifestación psicopatológica más típica de la dificultad en la
elaboración del duelo sea la depresión.
Sin embargo duelo y depresión NO son sinónimos, pero tienen en común su
expresión (tristeza, llanto, tensión, pérdida del apetito y/o del peso, insomnio,
pérdida del interés sexual, abandono de actividades sociales.
 El proceso de duelo va revirtiendo a medida que pasa el tiempo, recuperando el estado de
ánimo normal.
 En el duelo los autorreproches y el sentimiento de culpa se refieren a cosas que se dejaron
de hacer con la persona fallecida; en la depresión mayor están centrados en sí mismo.
 Los sentimientos de inutilidad intensos, el deterioro en el funcionamiento habitual y el
retardo psicomotor sugieren la complicación del duelo con un cuadro depresivo grave
 Personas de mayor riesgo de duelo patológico: quienes han padecido cuadros depresivos
anteriormente
 Conductas e ideas suicidas: se presentan mayormente en personas deprimidas.
Tratamiento del duelo
• No es recomendable la indicación de psicofármacos, salvo en casos
específicos, ya que es necesario que se viva el duelo para poder elaborarlo
y superarlo positivamente.
• El terapeuta trabajará intentando animar al paciente a que exprese sus
sentimientos de pérdida y sentimientos hacia la persona fallecida, así
como miedos y fantasías acompañantes.
• Es muy importante el apoyo emocional, tanto del terapeuta como de
familiares, etc.
• Se debe observar de qué modo afronta el paciente los diversos obstáculos
del su proceso de duelo. Indagar su relación con la culpa, el resentimiento,
la idealización, su tendencia a victimizarse frente a los demás, negación,
escenas temidas, apego hacia el pasado, sentimiento de discapacidad,
inútil comparación con otros duelos, con un inútil sentimiento de fidelidad
hacia el ausente, concepción de la muerte como parte de la vida o como
fuera de ella.
• Una vez transitado este camino viene la etapa de la aceptación del
desapego y la reflexión sobre el probable proyecto de vida.
• El desapego no significa olvido ni desamor. Es la posibilidad de seguir
llevando nuestro propio proyecto de vida.
• La superación del duelo se puede manifestar por:
 La capacidad de recordar sin caer en el sufrimiento y la queja permanente.
 El poder abrirse a nuevas relaciones y aceptar el desafío de la vida.
El paciente podrá ocupar entrevistas con reflexiones sobre sí mismo y su
proyecto de vida, ya no centradas en la pérdida.
Pueden utilizarse psicoterapias individuales, familiares o grupales, según sea
el caso.
Toda intervención terapéutica que evite indagar la esencia misma de esta
angustia existencial será sólo sintomática y, por lo mismo, provisoria a la
hora de los resultados.
Recordamos: se trata de una crisis vital que produce una ruptura
epistemológica y vivencial en la subjetividad, donde todo el sistema de
creencias se encuentra modificado. Es la oportunidad, no buscada, de
revisar los objetivos vitales y la sensibilidad.
Otros problemas que pueden ser objeto de la atención
clínica (DSM IV)
Z63.4 Duelo (V62.82)
•
El objeto de atención clínica es una reacción a la muerte de una persona querida. Como parte
de su reacción de pérdida, algunos individuos afligidos presentan síntomas característicos de
un episodio de depresión mayor (p. ej., sentimientos de tristeza y síntomas asociados como
insomnio, anorexia y pérdida de peso). La persona con duelo valora el estado de ánimo
depresivo como "normal", aunque puede buscar ayuda profesional para aliviar los síntomas
asociados como el insomnio y la anorexia. La duración y la expresión de un duelo "normal"
varía considerablemente entre los diferentes grupos culturales. El diagnóstico de trastorno
depresivo mayor no está indicado a menos que los síntomas se mantengan 2 meses después
de la pérdida. Sin embargo, la presencia de ciertos síntomas que no son característicos de
una reacción de duelo "normal" puede ser útil para diferenciar el duelo del episodio
depresivo mayor. Entre aquellos se incluyen:
1. la culpa por las cosas, más que por las acciones, recibidas o no recibidas por el
superviviente en el momento de morir la persona querida.
2. pensamientos de muerte más que voluntad de vivir, con el sentimiento de que el
superviviente debería haber muerto con la persona fallecida.
3. preocupación mórbida con sentimiento de inutilidad.
4. inhibición psicomotora acusada.
5. deterioro funcional acusado y prolongado.
6. experiencias alucinatorias distintas de las de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la
persona fallecida.