Hombres por la Igualdad (León) La historia ofrece pocos ejemplos en los que miembros de un grupo dominante hayan apoyado la liberación de sus dominados,

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2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


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2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 3

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 4

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 5

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 6

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 7

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 8

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 9

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 10

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 11

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 12

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 13

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 14

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 15

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 16

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 17

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 18

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 19

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 20

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 21

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 22

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 23

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 24

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 25

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 26

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 27

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 28

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 29

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 30

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 31

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 32

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 33

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 34

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 35

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 36

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 37

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 38

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 39

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 40

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 41

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 42

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 43

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 44

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 45

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 46

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 47

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 48

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 49

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 50

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 51

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 52

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 53

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 54

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 55

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 56

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 57

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 58

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 59

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 60

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 61

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 62

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 63

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 64

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 65

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)


Slide 66

2005

Hombres por la
Igualdad (León)

La historia ofrece pocos ejemplos en los
que miembros de un grupo dominante
hayan apoyado la liberación de sus
dominados, y de cuya subordinación se
han beneficiado.

El silencio nos hace
cómplices

Movimientos por la igualdad






Desde los últimos 20 años se está impulsando, por parte de
los varones de varios países occidentales (escandinavos,
EEUU, UK, Australia, Canadá, Francia e incipientemente
España), una serie de actividades organizadas, luchas y
reivindicaciones que tienen a la masculinidad como tema
principal. A dichas actividades se las que se ha dado en
llamar "políticas de la masculinidad" en los ambientes
académicos, y "movimientos" en el lenguaje popular.
Casi ninguno de estas prácticas considera a la masculinidad
como algo garantizado y natural, sino algo a transformar. Y
todas también, directa o indirectamente, intentan ser una
respuesta al desafío que suponen los avances y cambios de
las mujeres y el feminismo.
Dentro de ellos el movimiento profeminista es un
movimiento de crítica y deconstrucción de la masculinidad
tradicional hegemónica

Movimiento profeminista
Constituido por hombres
que se han acercado al
movimiento a través de la
comprensión de la
injusticia sobre las mujeres
en nuestra sociedad, por
sus reflexiones a partir del
conocimiento del
feminismo o por haber
tomado distancia del
modelo masculino
hegemónico.

Movimiento profeminista






Quienes participan en este movimiento se nutren de las
ideas del feminismo de la igualdad y de la perspectiva
de género, cuestionan la opresión femenina, así como la
alienación mutiladora y deshumanizante de la
socialización de los varones.
Reconocen la responsabilidad masculina en el
mantenimiento de la subordinación social de las mujeres
y ejercen una autocrítica sobre el propio ejercicio del
poder.
No son anti-hombres o resentidos con la masculinidad
sino que rechazan el modelo masculino dominante,
el sometimiento acrítico al corporativismo masculino, no
se avergüenzan de la influencia de las mujeres en sus
vidas, y proponen el activismo social, la investigación y
la formación de grupos de reflexión de hombres para
cuestionar el ideal de masculinidad tradicional y
construir masculinidades alternativas, romper la
complicidad masculina antisexista y practicar la igualdad
con las mujeres.

Si somos parte del problema,
somos también parte de la solución






La forma en que mejor podemos contribuir a la lucha contra la
desigualdad es intentando convencer a los otros hombres
de lo injusto de la situación, de la necesidad de acabar con
los comportamientos masculinos que la reproducen y de que
una vida mejor es posible tanto para las mujeres como para
los propios hombres.
Hemos traducido al masculino buena parte del discurso
feminista, e incorporado las ideas que van surgiendo del
análisis autocrítico de nuestra masculinidad. Hoy son
cada vez más los que creen que la satisfacción de las
reivindicaciones de las mujeres es necesaria porque repara
agravios históricos injustificables, al tiempo que permite
mejorar nuestra calidad de vida y la del resto de la
humanidad.
La implicación de los hombres es necesaria porque si
somos parte del problema también lo somos de la solución.

Estamos
evolucionando

Sin embargo ahora
somos iguales… ¿o no?
La legislación lo contempla
 Preguntad a las chicas y chicos de la
Universidad y de los Institutos
 Sólo unas cuantas locas a quienes se les
tilda de “feministas” andan con la tabarra
 Ahora quien no es igual es porque no
quiere


Se están produciendo
cambios


Los hombres cocinan, a
veces limpian, hacen la
compra –más cuando están
jubilados-, llevan los niños
y las niñas al colegio, los
fines de semana juegan
con ellos y ellas, participan
en el nacimiento, cambian
pañales y poco más.

Pero estos cambios se realizan más a partir de que configuran una pareja estable,
ya que los jóvenes que viven en casa de su familia tienen una participación
irrelevante.
Y ese cambio, depende más del nivel económico de la mujer y su capacidad /
intención de proponer cambios, que de la educación o edad del hombre.
Bonino, 2000

Algunos datos en España








El 85% de los hombres cree que la mujer
tiene derecho a trabajar fuera de casa,
pero sólo el 40% cree que las tareas
domésticas deben repartirse.
El 50% de los hombres que conviven con
familiares no hacen nada en el hogar,
excepto comer y descansar. Sólo un 3%
comparte igualitariamente las tareas
domésticas.
La presencia del hombre/pareja en el hogar aumenta el
trabajo de las mujeres en 8 horas semanales, generando
un trabajo similar o mayor a otro hijo.
De hecho, muchas mujeres “amas de casa” manifiestan
que consiguen la jubilación cuando enviudan.

Algunos datos en el mundo







Sólo un 27% de las mujeres tienen
trabajo asalariado
Sólo un 20% tienen poder de decisión
política en la U.E.
82% a 18% en poder económico
95% a 5% en puestos de
responsabilidad
15% a 85% en corresponsabilidad
familiar

¿Y esto a qué se debe?

La cultura patriarcal
Todos y todas somos hijos/as
del Patriarcado

La construcción de la subjetividad masculina


En cuanto nacemos, o la ecografía permite conocer el sexo del feto, la
familia empieza a hacer proyectos y dar pasos que tengan en cuenta esta
circunstancia, que determina el nombre y condiciona casi todo lo que
tenga que ver con él: la ropa, los colores, los juguetes, etc



Desde que nace se trata de fomentarle unos comportamientos y reprimirle
otros, al tiempo que se le transmiten ciertas convicciones de lo que
significa ser hombre.

La socialización que hemos
recibido

La socialización que hemos
recibido

La historia que nos han contado
La historia de las mujeres
La
historia
de los
hombres

“¿Las mujeres? Son inocentes. Ellas continuaron
alumbrando vida, mientras nosotros seguíamos
destruyéndola siempre que podíamos. ¿A cuántas mujeres
se les ha ocurrido exterminar a una raza entera? A
ninguna. ¿Cuántas mujeres han vertido petróleo en los
océanos, agregado toxinas a nuestros alimentos o insistido
en que los deportivos utilitarios sean cada vez más
grandes? Veamos, deje que piense…
De las 816 especies vitales para el
ecosistema que se han extinguido
desde que Colón se extravió y
apareció por aquí, ¿cuántas creen
que fueron liquidadas por mujeres?
Todos sabemos la respuesta”
(Moore, 2003, 140).

La historia que
nos han contado

Los hombres y
las mujeres
hacemos la
historia

Los hombres
hicieron la historia
¿y las mujeres?

Los valores que nos han inculcado

más alto, más fuerte, más rápido

Las emociones que no nos han permitido

Los niños nacen con capacidad para expresar sus emociones pero se les socializa
fuera de ellas o se les enseña a expresar la ternura a través de la rudeza, (apretones
de mano, palmadas en la espalda, exigencia,...). Nos enseñaron a no llorar…

Las relaciones que nos han enseñado
(conquista, honor, lucha…)

El lenguaje que hemos aprendido
Los nómadas no vivían en ciudades y
pueblos como los nuestros…


¿A qué sexo dirían que pertenecen las personas de las
que habla la frase?



…se desplazaban con sus mujeres, hijos y
enseres en busca de alimentos



¿Qué papel representan las mujeres?

Las imágenes que nos venden

El poder que no hemos compartido






“Somos minoría y desde tiempos inmemoriales
hemos sojuzgado a la mayoría femenina. En
otros países, eso representaría una muestra de
apartheid, pero aquí ha colado.
Desde el nacimiento de EEUU, hace más de 225
años, nos hemos encargado de que ninguna
mujer acceda a los cargos más importantes de
nuestra administración. Y, de hecho, la mayor
parte de ese tiempo nos hemos asegurado de
que no accedan a cargo alguno.
Además, durante los primeros 130 años de
elecciones presidenciales, las mujeres no tenían
derecho al voto. Ya en 1920, para simular que
jugamos limpio, les concedimos ese derecho.
Pero seguimos acaparando el poder.

Algunos datos de ejemplo en EE.UU.
(Moore, 2003, 143-144)











Ni una sola mujer ha sido nombrada candidata a la presidencia o
vicepresidencia en veinte de las veintiuna elecciones celebradas
desde 1920.
Actualmente, sólo cinco estados están gobernados por mujeres.
Las mujeres ocupan únicamente el 13% de los escaños en el
Congreso.
Unas 496 de las 500 principales empresas americanas están
gestionadas por hombres.
Sólo cuatro de las veintiuna universidades más importantes del país
están gestionadas por mujeres.
El 40% de las mujeres que se divorcian entre las edades de 25 y 34
años acaban en la miseria, mientras que sólo el 8% de las mujeres
casadas vive bajo el umbral de la pobreza.
Las ganancias de las mujeres promedian 76 centavos por cada
dólar que ganan los hombres. Esto se traduce en unas pérdidas de
650.133 dólares a lo largo de su vida. Para ganar el mismo salario
que su homólogo masculino, una mujer tendría que trabajar todo el
año más cuatro meses adicionales”.

“¿Por qué no nos hacemos a
un lado y les cedemos el
puesto a ellas para que dirijan
el mundo? Ya sé que usted es
un paleto reaccionario que no
quiere ver mandar a las
mujeres. Pero si dejáramos
que fueran ellas quienes se
preocupen de construir una
planta nuclear en Bahrein o de
declarar la guerra a China o de
decidir si las transmisiones de
fútbol son de interés general,
viviríamos ocho años más.
Pues, hala, a callar” (Moore,
2003, 149).

Todo esto nos ha puesto al
descubierto las ventajas
masculinas en relación con
las mujeres y nos ha
obligado al consiguiente
dilema ético de como
posicionarnos frente a esta
injusta situación (que por
otra parte se encuentra en
la base de nuestra
socialización masculina).

¿Y si colaboramos?
En vez de estar callados
silenciosa y pasivamente…
¿y si nos bajamos del burro?

Micromachismos (Bonino, 2005)

Pero son consecuencia y
expresión del modo de
construcción del pensamiento
masculino, producto de la
socialización en la cultura
patriarcal

Son prácticas de dominación
masculina en la vida cotidiana que
realizan los varones para mantener o
reafirmar el dominio sobre nosotras,
o para resistirse al aumento de
nuestro poder

Tres tipos de micromachismos






“Coercitivos“: el hombre usa la fuerza moral, psíquica,
económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar
y hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. Suele
provocar inhibición, desconfianza en si misma y disminución
de la autoestima.
“Encubiertos“: Son tan sutiles que pasan especialmente
desapercibidas, razón por la que son mas efectivas que las
anteriores. Por no ser evidentes, no se perciben en el
momento, pero se sienten sus efectos, por lo que conducen
habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada", dicen
los hombres) por parte de la mujer, como mal humor, frialdad
o estallidos de rabia "sin motivo".
De "crisis“: suelen utilizarse en momentos de desequilibrio de
la relación, tales como aumento del poder personal de la
mujer por cambios en su vida o pérdida del poder del hombre
por razones físicas o laborales.

Micromachismos coercitivos
Intimidación
 Toma repentina del
mando
 Apelación al argumento
lógico
 Insistencia abusiva
 Control del dinero
 Uso expansivo del
espacio físico


Micromachismos encubiertos
Abuso de la capacidad femenina de
cuidado
 Maniobras de explotación emocional
 Maniobras de desautorización
 Terrorismo
 Paternalismo
 Creación de falta de intimidad
 Autoindulgencia sobre la propia
conducta perjudicial


Micromachismos de crisis
Seudoapoyo
 Desconexión y
distanciamiento
 Hacer méritos
 Dar lástima


W. Shakespeare: La fierecilla domada

Tolerar la visibilización no es tarea fácil






No muchas mujeres, pese a entender estas
maniobras en que se ven involucradas, soportan
el reconocimiento de su propia subordinación.
Pocos varones, pese a reconocerse en este
listado, están dispuestos a aceptar, a pesar de
sus cambios, lo que en ellos aun permanece de
la atávica dominancia masculina.
Pero la transformación se basa en esos
dolorosos reconocimientos y aceptaciones.

¿Cómo cambiar?
Hombres en proceso de
cambio

La reflexión y las acciones concretas de cambio deben darse
porque la construcción de la masculinidad dominante, que
aplasta la humanidad de la gente, significa también la
destrucción de la confianza en los niños y las niñas, que
necesitan, por el contrario, modelos más positivos, sanos e
integrales en los hombres con quienes comparten su hogar y
sus comunidades; modelos que les permitan un desarrollo
cimentado en la equidad, la libertad y la esperanza. Si no
podemos darles, hoy y aquí, la sociedad que necesitan y
merecen, debemos al menos intentar ofrecerles modelos de
conducta que reflejen nuestro compromiso con el cambio y
con la paz, para que les sea menos difícil afrontar la
segregación, la inseguridad y la violencia que, de hecho, les
estamos legando en herencia.
Laura E. Asturias (1997)

“Deberes” para casa









Escuchar a las mujeres.... aprender de ellas.
Revisar diariamente nuestras actitudes, comportamientos y valores:
¿Sentimos la necesidad de dominar las conversaciones? ¿Invadimos
el espacio de las mujeres que nos rodean?
No tolerar los chistes sexistas: Desapruebe públicamente el
comportamiento de los hombres que emplean términos sexistas y
cuentan chistes degradantes para las mujeres. Los chistes y
expresiones sexistas alimentan un clima en el que diversas formas de
violencia física y verbal han estado aceptadas durante demasiado
tiempo. Los chistes y coletillas que envilecen a las mujeres no son
neutrales, al contrario, reflejan la realidad de una sociedad que ha
hecho históricamente de las mujeres personas de segunda clase, y
colocando a las mujeres en esta realidad, las "ponen en su lugar"
aunque no sea esta la intención de su autor.
Aprender a expresar las emociones
Participar en talleres de formación
Las soluciones son a largo plazo. Pues el sexismo se nutre de la
desigualdad entre hombres y mujeres y de cómo los hombres
aprenden a ser «hombres»

Educar en otras formas y sin estereotipos

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Educar en compartir las tareas del hogar

Nuestra implicación




La igualdad requiere un cambio en las relaciones y en
las vidas de los hombres, al tiempo que su implicación
en el proceso para conseguirla, sin que la inclusión de
los hombres amenace los recursos y programas de las
mujeres o cuestione la necesidad de espacios de
mujeres
Incluir a los hombres en la lucha por la igualdad tiene
importantes beneficios, incrementa su responsabilidad
en el cambio, los hace más autocríticos, los compromete
en el diálogo entre los sexos, favorece que aprecien los
beneficios que pueden obtener.

El nuevo hombre

¿Qué es prometeo?








Prometeo es una forma de acción colectiva, en la
que sus componentes somos copartícipes de unas
mismas ideas, principios y deseos con una
intención de cambio que comienza por nosotros
mismos al cuestionarnos una forma de dominación
social.
Nuestro objetivo es luchar activamente a favor de
la construcción de una sociedad igualitaria, en la
que no exista ningún tipo de discriminación en
razón de sexo
Para ello, por un lado, apoyamos decididamente
las luchas y reivindicaciones de las mujeres contra
la tradicional dominación masculina y, en conjunto,
el sistema patriarcal.
Y, por otro, creemos necesario realizar actividades
de estudio, formación, comunicación, etc.,
dirigidas a los hombres con el fin de promover y
favorecer, en ellos, lo que estimamos que es un
cambio necesario que les libere de las ataduras y
limitaciones que el modelo tradicional patriarcal
genera.
Siguiendo propuesta de AHIGE

Prometeo


Trabajar para demostrar que, entre todos, la
construcción cultural del hombre actual enmarcado en
un modo de masculinidad artificial, y sesgado hacia la
desigualdad entre hombres y mujeres, aún podía tener
una nueva oportunidad, la oportunidad que nos brinda el
forjar un hombre nuevo con una nueva forma de
masculinidad en convivencia y perfecta sintonía con
nuestras compañeras de ésta aldea común, y en el
desarrollo de unos valores éticos que deberían mover el
mundo y convertirle en un hogar habitable, tolerante, y
más justo para todas y todos sus habitantes












Ser antisexista es ser hombre que apoya activamente el
feminismo y los esfuerzos por hacer realidad la justicia de género
y la igualdad.
Ser antisexista es oponerse activamente a la homofobia, el
racismo y a todos los patrones de superioridad y opresión.
Ser antisexista es ser hombre que se arriesga a ser tachado de
“raro” por los hombres-macho, pero que no se alejan de su
postura y su compromiso por hacer desaparecer todas las formas
de desigualdad y opresión.
Ser antisexista es oponerse activamente a la violencia de los
hombres contra las mujeres, los hijos y las hijas, la discriminación
sexual y las desigualdades de poder por razón de género.
Ser antisexista es hacer un esfuerzo continuo para cambiar la
actitud y evitar las formas, poco perceptibles pero reiteradas y
continuas, de nuestro autoritarismo y nuestra autoridad patriarcal.
Ser antisexista es intentar “construir una sociedad diferente, con
nuevas relaciones sociales, justas y democráticas, donde la
constante sea el respeto a la diferencia y el trato igualitario.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)











1. Aprenderemos y creceremos. Todo cambio nos brinda la
oportunidad de aprender cosas nuevas, útiles para mejorar nuestras
condiciones de vida y la de los demás.
2. Seremos más independientes. Al relacionarnos más con las mujeres
estaremos más seguros de hacerlo porque nos apetece, no porque las
necesitemos para que nos cubran lo doméstico.
3. Nos cuidaremos más y viviremos mejor. Aprendiendo a cuidarnos
evitaremos los riesgos para la salud asociados a la masculinidad que
causan enfermedades y acortan nuestra vida.
4. Tendremos más tiempo para compartir con nuestra pareja.
Compartiendo las responsabilidades domésticas, la relación será más
igualitaria y dispondremos más tiempo para hacer juntos las cosas que
nos apetecen.
5. Veremos crecer a nuestras hijas e hijos. Compartiremos y
disfrutaremos su crianza, estaremos más cerca de ellos, les
conoceremos mejor, podremos ayudarles y disfrutar de sus alegrías y
nos sentiremos partícipes del desarrollo de su personalidad.

Diez motivos para el cambio de los hombres:
(Hombres por la Igualdad, Jerez)










6. Es más rentable. Compartir las cargas de la economía familiar es
más fácil, descansado y menos estresante que asumirlas en solitario.
7. No tendremos que estar compitiendo y demostrando cosas
constantemente. “Ser importante” no es sinónimo de felicidad y
seremos más felices si sabemos rodearnos de personas que nos
aceptan tal y como somos.
8. Disfrutaremos de nuestra sexualidad. Compartir la prevención y
respetar la autonomía de nuestra pareja es una forma bonita de
relacionarnos que nos permite mostrar la afectividad y nos descarga de
la responsabilidad sobre su placer.
9. Podremos expresar nuestros sentimientos. Tenerlos los tenemos,
aunque a veces los ocultemos para evitar comprometernos o no
sepamos expresarlos.
10. Aprenderemos a cooperar. Reconocer que necesitamos ayuda,
pedirla y ofrecerla es el primer paso para conseguir la unión que nos
permita, de ahora en adelante, seguir avanzando juntos.

Cada vez que sea asesinada una
mujer nos concentraremos los lunes
en la Plaza de Botines de León a
las 20 horas con todos los
colectivos de mujeres

Ahora,
más que nunca,
la causa de la mujer
es la causa de
TODA la HUMANIDAD.
B. Boutros Ghali.

Es la causa de toda la humanidad porque …

La liberación de la mujer no es posible sin
la simultánea liberación del hombre
pues ambos géneros son cautivos de la
J. A. Armada
misma confusión del género humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer fuerte
cansada de aparentar debilidad
hay un hombre débil
cansado de aparentar fuerza.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de
tener que
actuar como
una tonta,

hay un
hombre
agobiado por
tener que
aparentar
saberlo todo.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer cansada de ser calificada
como "hembra emocional",
hay un hombre a quien se le ha negado el
derecho a llorar y a ser “sensible”.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
catalogada como
poco femenina
cuando compite,
hay un hombre
obligado a
competir para que
no se dude de su
masculinidad.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
cansada de ser un
objeto sexual,
hay un hombre
preocupado por su
potencia sexual.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
no ha tenido acceso
a un trabajo
o a un salario
satisfactorio,
hay un hombre
que debe asumir
la responsabilidad
económica
de otro ser humano.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer que
desconoce los
mecanismos del
automóvil,
hay un hombre que no ha
aprendido los secretos
del arte de cocinar.

Es la causa de toda la humanidad porque …

Por cada mujer
que da un paso
hacia su propia
liberación,
hay un hombre
que se acerca
a su libertad.

La humanidad
posee dos alas:
la mujer y el
hombre.
Hasta que las dos
alas no estén
igualmente
desarrolladas

LA
HUMANIDAD
NO PODRÁ
VOLAR

Necesitamos una
nueva humanidad
Necesitamos

VOLAR

2005

Hombres por la
Igualdad (León)