Pensamientos Agustinianos

Download Report

Transcript Pensamientos Agustinianos

¿Cómo te busco, Señor? Porque al buscarte, Dios mío, busco la felicidad. Te buscaré, Señor, para que viva mi alma (Conf X, 20, 29)

Ningún pájaro dice: “Alimentaré a mis hijos para que cuando llegue a viejo me den de comer”. Nada de esto piensa: su amor es gratuito, alimenta gratuitamente; manifiesta el amor paterno, no busca recompensa. (S 90, 10)

Mas tú, que todavía no ves a Dios, amando al prójimo te harás merecedor de verlo a Él. El amor al prójimo limpia los ojos para ver a Dios. (In ev. Jn. 17, 8)

Señor, la felicidad consiste en el gozo que viene de ti, que va a ti y que se motiva en ti. Esta es la felicidad, ni más ni menos (Conf X 22, 32)

La mayor cantidad de dinero no cierra las fauces de la avaricia, sino que las amplía mucho más. No las apaga, sino que las enciende. Los avaros rechazan el vaso porque ansían el río (S 50, 6)

Cuando el amigo es pobre no se le ha de retirar la confianza; se ha de permanecer a su lado; no se debe cambiar la amistad porque ha cambiado la riqueza... Si mi amigo lo fue sólo cuando era rico, y ahora que es pobre no lo es, no fue él mi amigo, sino su dinero (S 41,1).

El hombre honrado, aunque esté sometido a servidumbre, es libre. (De civ. Dei 4, 3)

Señor, cuando me haya unido a ti con todo mi ser, habrán acabado para mí los dolores y los trabajos. Entonces, mi vida, toda llena de ti, será algo vivo. (Conf X 28, 39)

Estas alabanzas vuestras son para mí más un peso que otra cosa y me ponen en peligro. Las tolero al mismo tiempo que tiemblo ante ellas. Con todo, hermanos míos, vuestras alabanzas son hojas de árboles: se pide el fruto (S 61, 13)

No existe nadie que no ame. Pero nos preguntamos qué es lo que se ama. No se nos invita a no amar, sino a elegir lo que vamos a amar (S 34,2).

Pienso, hermanos, que vosotros vais en el camino conmigo. Si voy lento, adelantadme; no sentiré envidia de vosotros: tendré a quién seguir. Si, por el contrario, pensáis que yo voy más rápido, corred conmigo (S 306, B 2)

Sigue el camino que has comenzado. Has venido para salir del mundo y no para quedarte en él. Eres un caminante. Esta vida es un mesón: utiliza el dinero como utiliza el caminante en la posada la mesa, el vaso, la olla, la cama… para dejarlo todo, no para permanecer en él. (In ev. Jn 40, 10)

Simples como palomas: a nadie hagamos daño. Astutos como serpientes: cuidémonos de que nadie nos engañe (S 64 A, 2)

Con mis mejores deseos

P. Teodoro B.