Cap II. eduética

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Transcript Cap II. eduética

Antígona
De Sófocles
De Wikipedia, la enciclopedia libre
El difunto rey de Tebas, Edipo tuvo dos hijos varones: Polinices y Eteocles
Ambos acordaron turnarse anualmente en el trono tebano, pero, tras el
primer año, Eteocles no quiso ceder el turno a su hermano, por lo que el
primero llevó un ejército foráneo contra Tebas. Los hermanos se dieron
muerte mutuamente, pero son los defensores de Tebas los que vencen en
el combate.
Antígona, hija de Edipo, cuenta a su hermana Ismene que Creonte, actual
rey de Tebas, impone la prohibición de hacer ritos fúnebres al cuerpo de
Polinices, como castigo ejemplar por traición a su patria. Antígona pide a
Ismene que le ayude a honrar el cadáver de su hermano, pese a la
prohibición de Creonte. Ésta se niega por temor a las consecuencias de
quebrantar la ley. Antígona reprocha a su hermana su actitud y decide
seguir con su plan.
Creonte anuncia ante el coro de ancianos su disposición sobre Polinices, y
el coro se compromete a respetar la ley. Posteriormente, un guardián
anuncia que Polinices ha sido enterrado, sin que ningún guardián supiera
quién ha realizado esa acción. El coro de ancianos cree que los dioses han
intervenido para resolver el conflicto de leyes, pero Creonte amenaza con la
muerte a los guardianes porque cree que alguien los ha sobornado. El
cuerpo de Polinices es desenterrado. Pronto se descubre que Antígona era
quien había enterrado al cuerpo, pues intenta una vez más enterrar al
cuerpo y realizar los ritos funerarios, pero es capturada por los centinelas.
Antígona es llevada ante Creonte y explica que ha desobedecido porque las
leyes humanas no pueden prevalecer sobre las divinas. Además se muestra
orgullosa de ello y no teme las consecuencias. Creonte la increpa por su
acción, sospecha que su hermana Ismene también está implicada y, a
pesar del parentesco que lo une a ellas, se dispone a condenarlas a
muerte.
Ismene, llamada a presencia de Creonte, a pesar de que no ha
desobedecido la ley, desea compartir el destino con su hermana y se
confiesa también culpable. Sin embargo, Antígona, resentida contra ella
porque ha preferido respetar la ley promulgada por el rey, se niega a que
Ismene muera con ella. Finalmente, es sólo Antígona la condenada a
muerte. Será encerrada viva en una tumba excavada en roca.
El hijo de Creonte, Hemón, se ve perjudicado por la decisión de su padre,
ya que Antígona es su prometida. Señala a su padre que el pueblo tebano
no cree que Antígona merezca la condena a muerte y pide que la perdone.
Creonte se niega a ello y manda traer a Antígona para que muera en
presencia de su hijo. Hemón se niega a verla y sale precipitadamente.
Antígona va camino de su muerte y, si bien no se arrepiente de su acción,
ha perdido la altivez y resolución que mostraba antes, al dar muestras de
temor ante su muerte.
El adivino y ciego Tiresias interviene en ese momento para señalar a
Creonte que los cuervos y los perros arrancan trozos del cadáver de
Polinices y los dejan en los altares y los hogares, prueba de que los dioses
muestran señales de cólera. Acusa a Creonte de imprudente y vaticina que
alguien de la sangre de Creonte pagará sus errores con su muerte. El coro
de ancianos también aconseja al rey que cambie de actitud. Creonte, ante
las profecías de Tiresias, cede y se dispone a rectificar sus faltas.
Un mensajero explica a Eurídice, la esposa de Creonte, como su esposo,
tras suplicar perdón a los dioses, lavó y honró el cadáver de Polinices,
erigiéndole un túmulo funerario. A continuación se disponía, junto con los
guardianes, a liberar a Antígona del sepulcro donde había sido encerrada,
pero ésta fue hallada ahorcada y Hemón se había suicidado clavándose una
espada tras encontrar a su prometida muerta. Quedó abrazado a ella
mientras moría.
Creonte aún tiene que soportar otra desgracia más, pues al volver a palacio
con su hijo muerto en brazos, recibe la noticia de que su esposa Eurídice
también se ha suicidado al conocer las noticias.
El coro finaliza con un llamado a obrar con prudencia y respetar las leyes
divinas.
¿Por qué Antígona entierra a su hermano ?
¿Cuál es el conflicto ético?
CAPÍTULO II
LA DIMENSIÓN PERSONAL
DE LA ÉTICA
¡LA ÉTICA DEL SUJETO!
C. II: La dimensión personal de la ética
Objetivos:
Familiarizarnos con las
categorías fundamentales
desde las que se construye y
define el sujeto moral.
Sensibilizar la conciencia y
dignidad humana como
instancia formal y material
desde la que se valora el
mundo.
Manejar las categorías y
dinámica desde las cuales se
debe juzgar la actuación
ética de las personas
C. II: La dimensión personal de la ética
.
Contenidos:
2.1 La persona sujeto moral
2.2 La dignidad humana y sus expresiones
fundamentales que fundamentan el principio de
Autonomía/ciudadanía.
2.3 La formación de la conciencia moral a partir del
pathos y del ethos.
2.4 Análisis ético de las acciones morales de las
personas
2.5 El Ejercicio de la libertad. La toma de decisiones
desde la certeza, verdad y autenticidad.
C. II: La Dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
(la moral como estructura)
El ser humano no solo vive
acontecimientos sino que los
vivencia y valora.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
a. La persona sujeto de “acciones humanas”
El mundo - naturaleza es el espacio en el cual el ser humano actúa e
interactúa, no solo de manera mecánica sino sobre todo pensada y
deliberada para satisfacer necesidades y deseos fundamentales.
Es decir, la relación del sujeto en el mundo no es solo en función de
estimulo y respuesta, mecanismo privilegiado de los animales, que
motivados por un estimulo dan una respuesta “justa” en tanto, ajustada
a las posibilidades de cada animal. En este sentido, los animales ya
vienen con la capacidad de ajustar su repuesta. En el caso de las
personas, sin perder ese ajustamiento natural, por el grado de
complejidad e interacción con los otros y con el mundo pueden “tomar
distancia” “hacer una pausa” entre el estímulo y la respuesta. Surge
otro modo de relación - acción - de ajustamiento no instintivo ni
mecánico sino libre, desde posibilidades varias (Aranguren /97).
C. II: La dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
a. La persona sujeto de “acciones humanas”
El ser humano – mundano (en tanto ser en el mundo)
por medio del trabajo, la ciencia y la técnica se
hominiza y en la relación con los otros, por medio
de la comunicación, el afecto, la colaboración y
sobre todo, por la construcción de significados, que
se expresan en la estética, la búsqueda del sentido
de la vida y la reflexión filosófica se “humaniza al
mundo”. En otras palabras, el homo sapiens sapiens
(el hombre que sabe que sabe) llegó a serlo porque
antes fue homo faber.
C. II: La dimensión personal de la bioética
2.1 La persona sujeto moral
b. Experiencia de subjetividad..
Solo el ser humano tiene mundo interior. Es un sujeto que tiene
capacidad de contemplar la exterioridad y de autocontemplarse, de
construir y construirse interiormente. Y desde esta capacidad afronta
el mundo de manera diferente.
El ser humano no solo vive y convive con otros sino que también
revive o vivencia los acontecimientos en su mundo interior y los
exterioriza en su rostro.
Esta vivencia subjetividad puede hacerla en términos temporales de
pasado/evoca, presente/ autoconciencia y futuro/sueña.
¿Qué evocaciones me vienen a la memoria?
¿Por qué me viene ésta vivencia?
C. II: La dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
c. Experiencia de valoración
La vivencia de estos acontecimientos no es neutra, es valorativa, es
decir el sujeto al volver sobre si, no solo recuerda sino que también da
un juicio sobre los acontecimientos y actos realizados por él mismo.
Por ello ante la vuelta al presente de acontecimientos o imágenes,
hay una mezcla de sentimientos. Si es una viencia autovalorada como
positiva, se siente satisfacción, alegría, el rostro se llena de brillo; por
el contrario, si es una evocación de acontecimientos autovalorados
como malos el rostro se entristece, o se llena de vergüenza...
Las vivencias positivamente valoradas permiten la autoafirmación de la
identidad y coherencia del sujeto, mientras que las negativas pueden
día a día irlo destruyendo. !De allí la necesidad de educar la
conciencia!
¿Qué evocaciones valoradas me llenan el rostro de alegría?
C. II: La dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
d. La experiencia de sentirse yo
La experiencia del sujeto es que se descubre como un yo, que
recuerda y que es actor presente de las acciones realizadas y
valoradas moralmente No es un “alguien” quien evoca, actúa y
decide, ni tampoco se siente un nudo de impulsos ciegos que
fatal le mueve independiente de si mismo. El yo se descubre
como sujeto a .... pero también como un actor singular único de
su propio destino.
Se descubre como persona; esto es, está en la línea del sujeto
(no del objeto), del quien (no del que), del alguien (no del algo),
de la persona (no de las cosas).
Desde luego el descubrimiento del yo, de la identidad y
singularidad surge al calor del proceso de socialización con la
madre, familia, barrio, escuela...
C. II: La dimensión personal de la ética
2.1 La persona sujeto moral
d. La experiencia de descubrirse Actor libre.
En esta misma línea, pero desde otra perspectiva, el ser humano se descubre como
actor y no solo víctima de unas fuerzas que mueven el mundo. Se descubre como
un ser de posibilidades. La vida se le presenta abierta.
Para satisfacer sus necesidades de supervivencia, frente a la naturaleza y los otros
ya no actúa instintivamente, puede elegir creativamente un comportamiento a b o c.
Por el contrario los animales, por su condición instintiva que les viene inscrito en su
patrimonio genético están ajustados a la naturaleza.
Al ser humano le toca la dura tarea de ajustarse y ajustar su vida a la naturaleza y a
las relaciones sociales, en función de un determinado proyecto, ya no solo desde su
condición instintiva, sino desde una dimensión singular en las especies, la libertad.
Esta libertad le hace dueño de sus actos, es un yo quien realiza unos actos pero
también como dueño, se hace responsable de las acciones y decisiones tomadas a
favor o en contra de otras personas.
La libertad más que comprobarla se la experimenta...
¿ Cuándo he vivido experiencias de libertad frente a … ?
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
“La persona no tiene
precio tiene dignidad”.
Kant.
“El hombre se cree más de lo que es y se
valorar en menos de lo que vale”.
Goethe
“La dignidad es el valor de ser persona
humana”.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
a. Fundamentación
"objetiva" de la d. h.
“Objetivamente se es o no se es ser humano”
La dignidad humana es el valor de ser persona
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
La dignidad humana es el valor de ser persona
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
a.
Fundamentación "objetiva" de la d. h.
“Objetivamente se es o no se es ser humano”
La dignidad humana se reconoce
“ontológicamente” por el solo hecho de ser
persona humana.
Objetivamente ser humano - persona es tan
evidente que se es o no se es humano miembro
de la especie homo sapiens sapiens.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
b. El momento intersubjetivo del reconocimiento
de la Dignidad humana
Indignación emocional (sentir dolor por el otro)
Empatía, porque el otro soy yo.
Ninguna persona puede ser un medio..
Cada uno es un fin en si mismo!!
Lo reconozco como alguien y no como algo.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
c. El momento histórico-social del reconocimiento de la Dh.
Tanto la dignidad del ser humano como el reconocimiento social de su libertad solidaria
en la justicia y tolerancia son fruto de un largo recorrido histórico desde las luchas en la
época de los esclavos, las conquistas de ser reconocidos como personas otros pueblos
no occidentales en la edad media y la exigencia de la igualdad de derechos en la edad
moderna.
La dignidad humana, reciben su justificación y verificación en la etapa moderna de la
cultura occidental, a través de las Declaraciones de los derechos humanos, que
fundamentan la estructura política y jurídica de la sociedad moderna.
Estas Declaraciones que tienen momentos relevantes en la Declaración de derechos de Virginia ( junio
1776).
La declaración de independencia delos Estados Unidos de América (julio 1776),
La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano (1793) adoptada por la asamblea
constituyente francesa,
La Declaración universal de derechos humanos (1948), adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas,
Los Pactos Internacionales de derechos económicos, sociales y culturales, civiles y políticos (1966),
Declaraciones de Argelia (1976) y Estocolmo (1989).
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
d. El momento ético-integral de la promoción de la Dh en el
horizonte de humanización.
“Partiendo de la clasificación de las necesidades humanas, que hace Abrahán
Maslow, se puede definir un horizonte de humanización siempre dinámico y
abierto:
a) Un momento “humano” expresado en la satisfacción de Necesidades de
déficit: como las N.
Fisiológicas como respirar, comer, beber,
reproducirse; N. de
seguridad física como vestirse, tener vivienda que le
cubran
de la inclemencia del clima; N. de seguridad afectiva como el
abrazo, la caricia; N. de sociabilidad como el asociarse con
otras
personas.
b) EL momento humanizador expresado en las necesidades de
autorrealización: N. de
aceptación y estima; N. de explorar y
conocer; N. de
expresar su mundo interior y de simbolizar su cultura;
Que se concreta acceso a la justicia, educación salud, expresión estétic0cultural.
c). Momento unificador y de sentido, expresado en la búsqueda de un sentido
mayor y transcendente de la vida que de cuenta en totalidad de la vida de cada
persona .
C. II: La dimensión personal de la ética
2.2 La dignidad humana
e. Expresión psicológica de la d. h : la autoestima
“solo el que se ama a sí mismo puede amar a los otros”
La autoestima es la valoración sana y positiva que una persona tiene de si
misma que le permite tener una actitud de vida de respeto por la
propia vida y la de los demás.
Desde la experiencia de sentirse alguien autónomo , con capacidad de
pensar, sentir, y de actuar por si mismo, las personas descubren que
se merecen ser respetados por los otros y sobre todo de respetarse
a si mismos y de valorarse como personas.
Todo gesto de agresión física, verbal o gestual de otro, de alguna manera
permitido o tolerado por la persona que recibe, puede ser visto
como un signo de no estima de si mismo, por contrario, todo gesto
de exigir respeto de los otros a los criterios, conducta y acciones de
la persona es un signo de autoestima. En otras palabras de dignidad
2.3 LA FORMACIÓN DE
LACONCIENCIA MORAL
A PARTIR DEL PATHOS Y
DEL ETHOS
C. II: La dimensión personal de la étic
2.3 LA FORMACIÓN DE LACONCIENCIA MORA
O. F.
conciencia
Deberes
p
ri
n
ci
p
io
s
leyes
v
a
l
o
r
e
s
costumbres sociales
fondo geográgico, cultural, histórico y religioso
fondo bio psíquico complejo
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
A. FONDO BIO-PSÍQUICO
“En tanto seres biológicos, producto de la evolución, los
seres humanos acarrean una carga “zoo”caracterizada por
el impulso a la conservación de la vida por medio de la
delimitación de un entorno vital de control y desarrollo de
unos mecanismos de Poder, es decir, de demostración de
fuerza o apariencia ante los enemigos u otros individuos
de la especie, de Tener o tendencia a delimitar
territorios que le pertenecen como reservas alimenticias,
de Aparentar como la cualidad por que el animal busca
presentarse “como el mejor dotado o dotada de la
especie” y de esta forma asegurar la reproducción de la
especie y la tendencia a las relaciones sexuales como
un medio de reproducción de la especie y la búsqueda de
Placer.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
…. Por otro lado, en tanto seres biológicos el ser humano hereda el
temperamento, la base sobre la que se construye el carácter.
En tanto ser písquico y modelado por la sociedad, el ser humano
tiene capacidad de significar los impulsos, de canalizarlos. La fuerza
del eros y el tánatos de la que nos habla Freud, están presentes. La
primera abierta a la vida, a los otros, al don y la segunda que se
mueve por medio del impulso del dominio, sometimiento o muerte
para los otros o incluso de si mismo.
El sujeto moral se construye históricamente desde diversas
instancias, desde las ciegas e impulsivas como es la carga biológica
hasta la más compleja como es la conciencia.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
b. El fondo geo-histórico y cultural
“Ser del llano o la montaña nos hace diversos”
La geografía es la base material y simbólica sobre la que se construye
el sujeto con unas particularidades específicas. El llano marcado por la
riqueza del suelo, la cercanía al mar como fuente de alimentación
diaria, por el clima cálido y por una alimentación rica en fósforo y
potasio hace de las personas con talante diverso a las personas que
habitan en la montaña, con clima frío, tierra que exige más cuidado y
una alimentación rica en carbohidratos.
La pertenencia a una determinada etnia da unas potencialidades y
limitaciones. Más aún si a esto se suma la huella de la historia. Ser
conquistados o conquistadores. Ser blanco dominador o indio
sometido. Ser negro esclavizado o blanco esclavizador. Vivir marcado,
en el caso ecuatoriano por el racismo que se expresa en la afirmación
de los valores blanco mestizo y el rechazo al indio y todo su mundo
cultural, al negro, aunque no a sus expresiones lúdicas. Todos estos
elementos históricos - geográficos modelan de una manera particular
a las personas.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
c. Costumbres
Para Heidegger, el ser humano al nacer es “arrojado al mundo” y es en el núcleo de
una familia – cultura – religión – sociedad desde donde el sujeto empieza a
construir el sentido al mundo. En base a la convivencia, el trato con otros y la
formulación de preguntas y a la escucha de respuestas, va comprendiendo el
mundo y asimilando lo que debe hacer (moral vivida).
Entonces la costumbre será los comportamientos, que una persona aprende en el
marco de una comunidad, vía la cultura, y que los realiza de manera “casi natural”
“habitual” y que está informado por un marco referencial que define el modo de
relacionarse con Dios, con la naturaleza, con la comunidad y que son
socialmente
aceptados y que permiten la reproducción de la cultura.
Normalmente la costumbre no está escrita, pero puede tener fuerza legal para
reconocer, sancionar o corregir determinado comportamiento que en el marco de la
cultura se ve como bueno o malo.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
d. Principios
Los principios son declaraciones que expresan, de forma afirmativa o negativa,
convicciones y tomas de posición frente a los valores y están orientados a facilitar la
convivencia humana comunitaria por eso, los principios no tienen fuerza en sí mismos sino
sólo en cuanto canalizan valores; la absolutización de los principios puede constituir una
violación de los valores que pretende cuidar.
Por ejemplo, en casi todas las culturas están presentes tres principios fundamentales: “no
matar” (al menos a los miembros de la comunidad), es la afirmación del valor de la vida;
“no robar” (al menos a los miembros de la comunidad), es la afirmación del respeto a los
bienes que los otros requieren para su subsistencia; “no mentir” que es la afirmación del
valor de la verdad y la confianza, que son la base de las relaciones humanas. El Pueblo
indígena suma un principio más “no ser ocioso”, expresión con la se valorar el trabajo. Si
se absolutiza el valor de “no mentir” en una situación compleja, en donde está en juego la
vida y la muerte, es posible que por ser fiel al principio de no mentir muera una persona
inocente.
Por otro lado, hay algunos principios que asumen las personas y se convierten en la fuente
de la autenticidad al exigir que las personas actúen en coherencia con ellos. Toda persona,
consciente o inconscientemente,
actúa en función de principios que definen su
posicionamiento frente al mundo y pueden verificarse su existencia por su actuación en la
vida pública o privada.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
e. Valores
“Valorar es reconocer valores en las acciones humanas”
Los valores comprenden un conjunto de realidades de diversa
índole, que son estimadas como dignas y deseables, dentro de
un determinado contexto cultural que les da significación valiosa
en términos de humanización del individuo, población o especie.
Las acciones humanas en cuanto expresan valores son
bipolares, es decir que pueden ser vistas como positivas o
negativas,
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
En este sentido, los valores pueden jerarquizarse así:
a) Valores vitales: Son urgentes para la sobrevivencia
(alimentación,
hidratación, respirar aire limpio, etc.) y
pueden ser saludables o tóxicos;
b) Valores útiles: Se ordenan inmediatamente a seguridad
(vestido vivienda, etc). Puede ser útiles o inútiles;
física para sobrevivir
c) Valores afectivos: Como la estimulacion cutánesa, el
placenteros o dolorosos;
abrazo, etc., pueden ser
d). Valores sociales: Como la asociación, la confianza o su
desconfianza;
contravalor la soledad y la
e) Valores morales: Como la justicia, la solidaridad, la
contrapartida la injusticia, la insolidaridad y la
f) Valores intelectuales: Como son la verdad y la certeza
respectivamente;
libertad y su
esclavitud;
frente al error y la duda,
g) Valores estéticos: Como lo feo frente a lo feo, lo armonioso frente a lo no armónico;
h) Valores espirituales: Permiten distinguir lo absoluto de lo
de lo intrascendente” .
relativo, lo trascendente
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
f. Las normas positivas ¡leyes!
La ley de los estados se define como la expresión de la voluntad
soberana del pueblo que de manera directa o por medio de los
organismos competentes manda, prohíbe o permite.
Lo más importante de la ley no es su “legalidad” ( que lo dicte la
autoridad competente) sino su “legitimidad” porque tiene que ser la
expresión de los intereses comunes y no solo de unos intereses
particulares. Por eso, la ley como criterio general hay que respetarla y
cumplirla, pero si ella no responde a bien común hay que superarla,
porque más allá de la justicia positiva hay una justicia ética (Vidal), que
busca el cuidado de la vida y la relaciones sociales justas, armónicas y
en paz.
Como sujetos de construcción moral, la ley-norma positiva de los
estados es modelante de la moralidad de los sujetos, pero al mismo
tiempo, la personalidad de los sujetos se mide por la capacidad crítica
frente a la moral socionoma.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
g. El Deber
El deber se entiende en dos sentidos:
Por un lado, como las obligaciones que la persona debe asumir
por el
hecho de ser persona, ciudadano, hijo... “Yo debo
hacer esto o aquello”. Es una obligación impuesta desde fuera.
Por otro lado, el deber puede surgir desde las opciones libres
realizadas en función de conseguir un ideal, a esto le llamamos
deber ser. Pero para conseguir o alcanzar ese ideal, la persona
debe desde su libertad asumir tareas, obligaciones ¡ deberes ¡
que le
permiten alcanzar esos objetivos, pero este deber
no surge desde una fuerza externa que le obliga sino desde la
motivación interna. El cumplimiento del deber exige disciplina,
coraje, voluntad para poder alcanzar el deber ser auto elegido.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
h. La conciencia
La conciencia entendida en varias dimensiones:
Como auto-presencia valorativa que da la capacidad de ser interpelado
cuestionado-afirmado desde la interioridad del sujeto sobre lo que se ha hecho
o debe hacerse según los criterios en los que ha sido formada la persona.
Conciencia, como ciencia compartida, es decir, como ese acumulado de
información y valoración fruto del diálogo del sujeto con otros y que le da la
capacidad de juzgar lo que se considera justo o injusto y luego tomar la
decisión.
Enrique Dussell, desde una inspiración cristiana plantea que la conciencia es la
capacidad de escuchar la voz del otro y de responder ante el otro. ¿Quién no
recuerda la interpelación de Dios en la conciencia de Caín cuando luego de dar
muerte a su hermano Abel, escucha la voz de Dios (de su hermano en la
conciencia) “Caín Caín que es de tu hermano?
La conciencia se educa para dar juicios y decisiones desde la certeza, no
desde la duda, desde la honestidad-rectitud, no desde la intención dolosa y
desde la veracidad, no afectada por el error. -
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
…..“La conciencia,…, pone al hombre ante la ley el horizonte
axiológico como criterio objetivo de moralidad], siendo ella
misma “testigo” para el hombre: testigo de su fidelidad o
infidelidad a la ley, o sea de su esencial rectitud o maldad
moral. La conciencia es el único testigo. Lo que sucede en la
intimidad de la persona está oculto a la vista de los demás
desde fuera. La conciencia dirige su testimonio solamente
hacia la persona misma. Y, a su vez, sólo la persona conoce la
propia respuesta a la voz de la conciencia. Nunca se valorará
adecuadamente la importancia de este íntimo diálogo del
hombre consigo mismo. Pero, en realidad, éste es el diálogo
del hombre con Dios, autor de la ley.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
“Cuando el sujeto moral actúa siendo consecuente al juicio
de valor elaborado vivirá siempre una experiencia
gratificante; sin embargo, cuanto actúa de forma
inconsecuente experimentará un peso al romper, en lo más
profundo de sí, consigo mismo. La conciencia moral nada
tiene que ver con los mecanismos de racionalización de
conducta para hallar justificativos. Igualmente la
conciencia moral no es ni puede reducirse al super ego
freudiano puesto que la red de significados valiosos
interiorizados en el psiquismo humano y que provienen del
entorno socio-cultural son un elemento periférico,
adquirido, frente al cual la conciencia moral es la capacidad
de captar las interpelaciones que pueden “activarse” y
originarse de esa red de significados valiosos. La persona
puede modificar esa red de significados frente a los cuales
mantiene la capacidad de actuar”
C. II: La dimensión personal de la ética
2.3 LA FORMACIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
“Ciertamente, actuar con conciencia, a la vez, cierta y recta, sin percatarse en
modo alguno del posible error o ignorancia que afecta al propio juicio de valor,
permite salvaguardar la integridad moral del sujeto. En este sentido, la persona
debe obedecer siempre el juicio cierto y recto de su conciencia. Si obrase
deliberadamente contra este último, se haría daño, en primer término, ha sí
misma. Sin embargo, aún reconociendo que el mal cometido por la persona
que actúa con ignorancia invencible o un juicio errado del que no es
responsable, no puede serle imputado, -sin embargo- esta actuación no deja de
ser un mal, una privación, un desorden que ha de ser reparado. Es preciso
trabajar por corregir la conciencia moral de sus errores. Y éste es el cometido
de la ley moral en la medida que la formación de la conciencia moral implica
formar a la persona en los verdaderos y auténticos valores que no pueden
percibirse sino es sobre la base de una antropología integral que permita a su
vez captar los posibles equívocos o distorsiones socio-culturales en la
comprensión del ser humano y de la red de significados y valores que de ella se
desprende” (J. Mora) .
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las
acciones morales
de las personas
.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
La persona es un sujeto de acciones éticas. Sin
embargo, las acciones humanas son complejas y no
siempre es fácil juzgar la calidad moral de las acciones.
En la vida cotidiana frente a una acción "equis" de
alguna persona se escuchan juicios “éticos” demasiado
rápidos y parciales, solo focalizados en el acto de la
persona, sin contar con un marco situacional y
referencial más
amplio. Por eso, para realizar un análisis ético integral
de las acciones morales, sean estas propias o de otras
personas es necesario ubicar las acciones en un
contexto más amplio de la personalidad del sujeto.
.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
…. a. La acción tiene que ser consciente y libre para ser ética
Ciertamente la acción del sujeto es el punto de partida para juzgar la conducta
ética del sujeto, pero solo el punto de partida. En primera instancia se debe
analizar se la acción fue consciente y libre.
La acción que realiza una persona para que sea moral debe ser fruto de
decisiones conscientes y libres. Es decir, la acción que se ha hecho para ser
valorada éticamente debe ser fruto de una acción pensada sabiendo lo que se
va a realizar y las consecuencias que tendrá la acción en su propia vida y en la
de otras personas, por eso, en algunas ocasiones, cuando una persona va a
realizar una acción, se puede escuchar de otras personas cercanas “¿pero eres
consciente de lo que vas a hacer?” y a continuación se acota " entonces atente
a las consecuencias". Además, la acción ética tiene que ser libre, es decir, que
la acción sea hecha sin presión externa, o interna (compulsiva), fruto del querer
y de la voluntad de la persona. Conciencia y libertad tienen que concurrir, por
ejemplo, se puede dar el caso que una persona
conscientemente vaya a firmar un convenio de cooperación entre empresas (se
está cumpliendo la primera condición), pero si lo está estampando su firma de
manera obligada, impuesta, bajo amenaza de muerte, la persona ya no es libre,
luego dejaría de ser una acción ética.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
b. El proyecto de vida como opción fundamental.
“¿Quién soy yo y que quiero hacer de mi vida?”
La acción de una persona no puede analizarse aisladamente, tiene que ubicarse
en un contexto mayor, el primero es la opción fundamental como proyecto de
vida... Pero ¿qué es la opción fundamental?
La opción fundamental responde a la pregunta ¿quién soy yo y que quiero hacer
de mi vida? ¿a quien quiero servir y por que valores quiero optar?, cuando la
persona de manera consciente y libre o de hecho por el estilo de vida que lleva,
da respuesta a esas preguntas está construyendo su proyecto de vida que da
sentido y orientación a la razón de ser de su vida y modela su conducta moral.
La O.F, colorea toda nuestra vida y construye un estilo de personalidad no
masificado o vitalista sino único.
En el caso de una persona que haya hecho una opción fundamental por los
valores de la justicia, solidaridad, el respeto a la dignidad humana, sus acciones
morales “de compartir un día con los más pobres del barrio, por ejemplo será
visto como una muestra de coherencia de la persona y esa acción es una
afirmación del horizonte mayor de sentido.
Por el contrario, si la misma acción la realiza una persona cuya O.F. es el poder,
el dinero, el
aparecer, no puede ser valorar con la misma calidad positiva porque es solo
resulta ser un hecho aislado u oportunista. Luego La O.F. marca la conducta
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
c.Las actitudes como expresión de la Opción Fundamental
“La actitud es la apropiación de un valor”
Las actitudes son las "formar estables de comportarse frente a determinados
objetos, campos o realidades. La actitud es la forma permanente de reaccionar
frente a algo" (González-Álvarez /78) motivadas o resultantes de la O.F. o de del
simple “vitalismo”
Las actitudes se construyen desde diversos componentes: el fondo vital
biológico, el temperamento, el afecto, otro el educativo en el marco de la
familia, la escuela, otros del ámbito de la cultura con los valores y prejuicios, y
por último se construye desde factores personales como son las opciones
personales, sus ideas y proyecto de vida.
La moralidad de las actitudes de cualquier persona está íntimamente relacionada
con los valores y desde un lenguaje tradicional se dice que las actitudes se
expresan en virtudes.
En este marco, una persona puede mantener una actitud solidaria frente a los
enfermos, pero en una oportunidad reaccionar de manera insolidaria, esa sola
acción no marca su vida, ni puede ser oportunidad para deslegitimar su
personalidad moral, pues lo que construye la silueta de su personalidad ética es
ser solidario.
Sin embargo, como las personas somos históricas, la suma de acciones aisladas
de una persona se va encadenando, se pueden convertir en constantes y
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
Los compromisos
“Hay personas que luchan un día y son buenos,
hay personas que luchan un año y son mejores,
pero hay otras que luchan toda la vida,
esas son insustituibles”. Bertolt Brecha
Pueden existir personas que tengan actitudes espontaneas, por ejemplo, una
persona puede ser alcohólica sin haberse propuesto, sin realizar una opción
fundamental consciente, incluso pueden darse actitudes “buenas” como ser
solidarios por puro mecanismo de compensación, por eso la real
configuración de la personalidad ética del sujeto se verifica en el
compromiso.
El compromiso es la opción de carácter estable por determinada actitud
particular (no plural sino singular) frente a una situación o realidad dada. Por
ejemplo, frente a la realidad de injusticia social, la persona debe responder
con claridad me comprometo o no y doy una respuesta concretacomprometida!
En este marco, se debe ubicar cualquier acción de la persona y se podrá
juzgar con mejor criterio
.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
e. Las condiciones de limitación externa: su situación en el
tejido social
“Yo soy yo y mis circunstancias”
J.Ortega y Gasset
Las acciones de un sujeto siempre está ancladas dentro de su
estructura social y esta le permitirá a la persona unas condiciones
de mayor o menor libertad frenta a una determina acción que tenga
que realizar.
La situación familiar, social, cultural, económica marca, no determina
la moralidad de los sujetos. Por eso, toda acción debe ubicarse
también dentro de un espacio y tiempo determinado,!circunstancias!
en las que se toma la decisión y se actuó. No se puede juzgar de la
misma manera la acción de “robar” unos medicamentos que
realiza una persona que tiene a su hijo enfermo y no cuenta con
trabajo, con la de otra persona que tiene dinero pero no quiere
gastar.
Este es el tratamiento ético, otro puede ser el tratamiento jurídico
que no nos ocupa.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.4 Análisis ético de las acciones morales
Las condiciones de limitación interna: la estructura bio-síquica
El sujeto está sujeto a la estructura biológica, y “funciona” movido por la dinámica de
los sistemas óseo, nervioso, respiratorio, digestivo, endocrino, de estos el sistema
nervioso y endocrino influyen en la conducta de manera más relevante, por ello, una
acción humana moral no se puede desconectarla con esta estructura básica, en muchas
oportunidades, esta tendrá mucho que ver en la toma de decisiones del sujeto.
Por otro lado, el ser humano tiene un plus frente a otras especies, la estructura psíquica,
conformada por un lado por el ello que es a carga más impulsiva, por el super-yo o nivel
de censura social introyectado que “regula” lo permitido o prohibido en el
comportamiento de las personas y el yo como instancia de sintesis desde la cual el
sujeto actúa, por otro lado, el in-conscente, el pre -consciente y el consciente que
juegan un papel complejo en la toma de decisiones.
Así, el sujeto de una acción es más libre cuando tiene mayor margen de “maniobra”
para realizar su acción. Esta acción se reconocerá como una acción coherente dentro
de en proyecto de vida, sus actitudes y compromisos o de incongruencia dentro del
marco de sus opciones.
Por el contrario, si la persona realiza una acción presionada por el contexto externo
¡circunstancias! o de manera impulsiva, sin marcar la pausa entre la realidad ante la
cual tiene que responder y la respuesta que da será menos libre pero no menos
responsable si su acción quiebra una norma o afecta a los otros.
Por ello es necesaria la construcción del sujeto moral como aquella capacidad de autoposeerse, de autogobernarse, de realizar acciones desde la conciencia y la libertad,
coherentes con su estilo de vida, respetando o promoviendo la dignidad humana y
haciéndose cargo responsablemente de las consecuencias de sus acciones. ¡toda una
C. II: La dimensión personal de la ética
2.5 EL EJERCICIO DE LA
LIBERTAD.
C. II: La dimensión personal de la ética
2.5 EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD
1.
2.
3.
4.
El Ejemplo de Manuel Elkin Matarroyo Murillo
Por qué decidió el Dr. Donar la patente de su
vacuna la OMS?
Qué lucha interna debió pasar el Dr. Y de qué
fue libre?
Cuál es el objetivo por el que donó la
patente?
Cuáles son las consecuencias que tuvo que
asumir?