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Salud,
dignidad de la persona y
desarrollo humano
P. Pedro Velasco, O.P.
Partiendo de mi experiencia acerca de esta problemática trataré
en mi ponencia de la falta de salud, la dignidad de la persona y
el desarrollo humano desde la perspectiva y vivencias de una
comunidad empobrecida del Sur, desde el Bañado Tacumbú de
Asunción, Paraguay.
Cuando llegué al Bañado Tacumbú en 1984 no había agua potable,
en una zona subtropical con 30 a 40 grados como promedio, ni
apenas viviendas, ni puesto de salud. El camino era de tierra e
intransitable cada vez que llovía, cosa muy frecuente.
Teníamos la suerte, que no tenían
los campesinos, de contar a poca
distancia con un hospital público
muy precario en el que había que
pagar la consulta, los análisis, los
medicamentos y hasta el algodón
y la jeringuilla que se usaban. La
mayor parte de los pobres del
barrio no podían afrontar esos
gastos y sencillamente no acudían
a ese centro. Caer enfermo era
algo dramático. El Estado, a través
de operadores políticos, solía
donar unos míseros ataúdes para
que enterráramos a nuestros
difuntos.
La salud abarca más que la simple ausencia de
enfermedad
OMS
“el estado de completo bienestar físico, mental y social”
La etimología de salud nos remite a esa característica. Salud
proviene de “salus” que a su vez es la raíz de “salvación”,
Etimología entendida como estar en condiciones de poder superar una
dificultad. Me he “salvado” significa que pude salir airoso y pude
evitar dificultades y problemas que me hubieran producido
mucho daño y dificultades.
“el estado de bienestar físico y mental necesario para desarrollar
normalmente las actividades propias del ser humano”
Atención y
cuidado
de la salud
“ la capacidad de mantener ese estado y de restablecerlo
cuando por diversas razones es alterado”
Abarca muchas dimensiones de la persona y
tiene repercusiones en las más diversas facetas de su vida.
Hablar de salud y de
falta de salud es
señalar un factor
nuclear y básico para
el desarrollo humano
y por tanto
irrenunciable si
queremos respetar
su dignidad.
Estar sano, tener salud,
quiere decir, por ello, estar
en condiciones y con
capacidad corporal y
anímica para enfrentar las
dificultades y obstáculos
propios del existir humano
que no son pocos pero que
también son la ocasión para
nuestro crecimiento y
realización.
Algunas implicaciones para las personas de la falta de salud
Falta de salud implica estar en unas condiciones físicas y corporales
• De precariedad, debilidad y vulnerabilidad frente a las
diversas oportunidades y posibilidades que una persona
tenga. Un niño desnutrido, con parasitosis no puede
estudiar. Un adulto con problemas de salud no tiene la
capacidad que tiene una persona que está sana en el
trabajo, en el cuidado de su hogar, en su integración a la
comunidad.
• De impedimento grave para asumir tareas y
responsabilidades en caso de enfermedades graves y
crónicas.
Falta de salud también significa
- Sufrimiento físico y síquico que somete a las personas
a situaciones de impotencia y de dependencia a veces
permanente.
- Muerte prematura y temprana. Los pobres que
carecen de salud envejecen siendo jóvenes, mueren
“antes de tiempo”.
- Exclusión social en la medida que se le niegan a las
personas unos medios existentes y con ello se les
condena a la discriminación y vulnerabilidad
permanente e incluso a la muerte.
- Negación de hecho de uno de los derechos
fundamentales de la persona, el derecho a la salud.
La falta de salud es:
 Vulnerabilidad y dependencia
 Imposibilidad para afrontar
normalmente la vida
 Sufrimiento y dolor
 Muerte
 Exclusión social
Estas situaciones y
condiciones de
vida, cuando son
evitables y
causadas por
estructuras
sociales injustas,
constituyen una
ofensa a la
dignidad de la
persona y una
conculcación de
sus derechos
fundamentales.
Dignidad
humana
significa
La excelencia y grandeza que posee
todo ser humano por el mero hecho
de serlo, es decir, una excelencia y
grandeza que derivan directamente
de su propia naturaleza
El trato de especial respeto y
consideración que por esa razón
todo ser humano merece y exige.
Excelencia y merecimiento
son los dos elementos que integran este concepto.
La dignidad humana al derivar, no de
cualidades o situaciones particulares y
especiales de la persona, sino de su propia
naturaleza, de su mismo ser, quiere decir
que se aplica y atañe por igual a todo ser
humano por encima de cualquier otra
consideración. Todo aquello que comporta
discriminación, exclusión,
instrumentalización o daño a las personas es
y constituye una ofensa a su dignidad e
implica la negación de uno o varios de sus
derechos fundamentales.
Dignidad humana significa:
 Excelencia y grandeza de la
persona
 Merecimiento y exigencia de
cuidado, respeto y amor
 Centralidad y preeminencia de la
persona sobre todas las realidades
materiales
 Universalidad (todos por igual)
.
Respetar
la dignidad
de la
persona es
la falta o
la
negación
de la salud
equivale
> no discriminar,
> no aceptar tratos desiguales,
> erigir en fin a la persona y sus
derechos,
• hacer de todas las personas el
condenar a la persona
centro y horizonte de las
y propuestas
• actividades
a la indefensión,
la
humanas
vulnerabilidad,
• al sufrimiento,
• a la exclusión social y
• a una muerte temprana,
La falta de salud es una de las formas más crueles y
severas de negar, herir y atropellar la dignidad que todo
ser humano posee sea cual sea su condición.
Los niños con desnutrición,
los ancianos sin recursos,
las madres que mueren al dar a luz,
los enfermos sin acceso a la salud,
los portadores de una infección que no
pueden superar,
son personas discriminadas, excluidas de
muchas tareas, son personas
imposibilitadas de ejercer en plenitud su
libertad y por lo tanto heridas en su
dignidad.
Porque atenta contra la dignidad humana, la falta de salud supone la
conculcación de un derechos fundamental de la persona, el derecho a la
salud. (Declaración Universal de los DH, art. 25, Juan XXIII, PT, 11)
Toda persona tiene derecho a un
nivel de vida adecuado que le
asegure la salud y el bienestar, la
asistencia médica; tiene
asimismo derecho a los seguros
de enfermedad, invalidez,
viudez, vejez… (DUDH, 25)
Toda persona tiene derecho a
la existencia, a la integridad
corporal, al alimento, a la
asistencia médica y a los
servicios indispensables que a
cada uno debe prestar el
Estado… (PT, 11)
Salud y desarrollo humano
Toda persona
humana está
llamada a su
crecimiento y
plenitud a través
del ejercicio de su
libertad e
inteligencia. El
desarrollo forma
parte de la vocación
y del destino de
todo ser humano.
También el desarrollo es el objetivo de la
sociedad y la meta de todo proyecto común.
Pero el desarrollo lo entendemos como algo que va
mucho más allá del crecimiento económico.
 Desde 1990 se han difundido excelentes informes sobre el
desarrollo humano de PNUD: “La verdadera riqueza de una
nación está en su gente. El objetivo básico del desarrollo es
crear un ambiente propicio para para que los seres humanos
disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Esta
puede parecer una verdad obvia, aunque con frecuencia se
olvida debido a la preocupación inmediata de acumular
bienes de consumo y riqueza financiera” (p. 31 informe 1990).
 Pablo VI 1968: «Populorum progressio» y Juan Pablo II, 1987:
«Sollicitudo Rei socialis». El desarrollo humano para que sea
tal debe de ser un desarrollo integral (PP, 14) y solidario (PP,
17) y consiste “en el paso para cada uno y para todos de
condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida
más humanas” (PP, 20).
Salud y desarrollo
integral de la
persona
Desarrollo integral es aquel
a) Que abarca y tiene en cuenta todas las dimensiones de la
persona (corporal, económica, política, moral, cultural,
espiritual)
b) Que alcanza y tiene en cuenta a todas las personas sin excluir
a nadie
En ambos aspectos la falta de salud manifiesta una deficiencia
grave en lo que se refiere al desarrollo integral de la persona.
Quien carece de salud se ve menoscabado en una de sus
dimensiones fundamentales, su capacidad física y síquica.
Cuando esta situación está asociada, como ocurre generalmente,
a la pobreza o pobreza extrema por supuesto se constituye en
un obstáculo casi insalvable para el desarrollo personal.
Pero desarrollo integral no es solamente desarrollo de “toda” la
persona, sino también desarrollo de “todas” las personas.
Sólo podemos hablar de desarrollo humano cuando es un
desarrollo que no termina en uno (persona, nación, etnia) sino
que se construye y avanza en comunión con el otro, en compañía
del otro, a la par del otro, porque el ser humano existe
“conviviendo”, existe gracias a la existencia de “otros” y sólo
crece y se realiza humanamente abierto y con los otros.
Cuando solamente algunas personas gozan de una salud y
medios suficientes para mantenerla y restaurarla mientras otros,
a veces grandes sectores de la sociedad, carecen de ella, no
podemos hablar de personas desarrolladas. Son más bien
personas “enfermas”, subdesarrolladas humana y moralmente
hablando, personas que sostienen y alientan una sociedad
fragmentada, desintegrada y violenta.
Salud y desarrollo
solidario
Desarrollo humano quiere decir también “desarrollo
solidario”, es decir, desarrollo que implica sentir al otro,
sea cual sea su nacionalidad, edad, clase social, religión o
ideología, como a mi semejante y reconocer en él los
mismos derechos y la misma dignidad que yo poseo, es un
desarrollo que por esa razón impulsa a compartir con el
otro los bienes que poseo para que todos nos sintamos
miembros de lo que realmente somos, miembros de la
única familia humana.
La solidaridad
no es una obligación,
un sacrificio
y menos una afición de días y ocasiones especiales.
La solidaridad es una forma de vivir,
es una manera de entender la convivencia,
es una riqueza del ser humano,
es el comportamiento que enaltece
y plenifica a quien lo practica.
En pleno siglo XXI en el que se mueven diariamente billones de euros
y dólares a través del sistema financiero mundial, donde los medios
de comunicación nos acercan y posibilitan la ayuda efectiva como
nunca hubiéramos pensado, donde la tecnología, también la
tecnología aplicada al campo de la salud, es capaz como nunca de
una eficiencia y poder enormes, la existencia de niños desnutridos,
de millones de personas sin vacunas, de madres que mueren al dar a
luz, de masas enteras que no pueden acceder a medicamentos y
hospitales para curarse significa una sociedad con un nivel de
solidaridad muy deficiente, una humanidad con un corazón y unos
sentimientos todavía “subdesarrollados”.
La falta de salud muestra y pone en
evidencia
 La carencia de una dimensión de la
persona
 La desatención del otro
 La ausencia de solidaridad
Es decir, un desarrollo humanamente
deficiente e injusto.
El derecho a la salud:
compromiso de todos
En el mundo son todavía miles de millones los conciudadanos
nuestros, conciudadanos de esta aldea global en la que nos movemos
que se ven privados injustamente de este derecho.
En Paraguay se están dando pasos importantes en estos últimos
cinco años, pero son tales las carencias y desidias que arrastramos
que todavía los problemas de salud continúan siendo graves.
De ahí la importancia de los objetivos del
milenio, y dentro de esos objetivos los
relativos a la salud
El empeño por defender la dignidad humana en todos
los campos y concretamente en el campo de la salud no
es solamente tarea del Estado.
Trabajar por una salud integral y al alcance de todos
debe de ser
Un compromiso de cada ciudadano
De organizaciones y proyectos de la sociedad civil
Del Estado, por supuesto.
Si los países pobres, si los empobrecidos
organizados del mundo, si las organizaciones
de la sociedad civil como Manos Unidas y
otras muchas de carácter eminentemente
solidario no hacemos escuchar nuestra voz y
no nos comprometemos con actos, aportes
y proyectos concretos es muy difícil que los
Estados, muchas veces gobernados por
políticos narcisistas, se movilicen y realicen
las tareas que les compete y que debemos
exigirles.
En el año 1999 las zonas más pobres de la periferia de Asunción
realizamos una manifestación por el centro comercial y rico que
se denominaba “BAÑADOS SAPUKAY” (El grito de los bañados).
Los principales reclamos se referían a la falta de trabajo,
educación y salud.
BAÑADOS SAPUKAY
EL GRITO
DE LOS BAÑADOS
Desde entonces no nos hemos callado y no hemos dejado
de trabajar por la salud en los barrios más pobres de
Asunción y de Paraguay.
Nuestro barrio tiene una organización a la que están
asociadas unas 600 familias que se llama “Centro de Ayuda
Mutua Salud para Todos”.
Durante 20 años venimos trabajando el tema de la salud
como un derecho de todos.
Formamos parte como miembros fundadores del
“Movimiento Nacional por la defensa al derecho a la salud”
una red de organizaciones populares que desde el 1998 han
trabajado por este derecho a nivel nacional.
Estas iniciativas ciudadanas han sido muy importantes
para en el mejoramiento de la salud de nuestro barrio
y del Paraguay.
Aquel grito de los pobres
organizados, unido a miles de
personas y organizaciones del
mundo que trabajan por la dignidad
y la salud de todos y especialmente
de los más pobres, es un grito de
denuncia necesario y urgente, pero
es sobre todo un grito a favor de la
vida.
Los pobres de los bañados de Asunción y los
pobres del mundo al exigir una salud para
todos denunciamos
 La intolerable situación de los millones de
personas que actualmente todavía mueren
y enferman a causa del hambre.
 Los gastos que tanto en países pobres
como en países ricos se destinan a compra
de armas
 Que en los gastos de muchas naciones los
recursos destinados a la salud no sean
prioritarios
Al mismo tiempo al exigir el efectivo ejercicio del derecho a la
salud para todos proclamamos que estamos a favor de la vida
 A favor de la vida de quienes se sienten amenazados y
privados injustamente de ella.
 A favor de una vida digna y del derecho a proyectarse
hacia el futuro de todas las personas del mundo que
sufren, a veces desde su mismo nacimiento, limitaciones,
sufrimiento y deficiencias a causa de situaciones y
enfermedades evitables.
 A favor de la vida de los que a través de la solidaridad, del
compartir, del sentir y compadecerse del otro, enriquecen
a la sociedad y al mundo y se enriquecen como personas
experimentando un sentimiento de “bienestar” que el
individualismo y el consumismo no pueden proporcionar.
Los que convivimos con la pobreza y las deficiencias en la
salud hacemos nuestras, aplicadas a la falta de salud, las
palabras que el PNUD dijo refiriéndose a la pobreza en su
informe del 1997:
“La erradicación de la pobreza en todas partes del mundo es
más que un imperativo moral y un compromiso de
solidaridad humana. Es una posibilidad práctica. Y por
cuanto la pobreza ya no es inevitable, no se debe tolerar
más” (p. 120)
Una salud de calidad para todos los países y
personas del mundo es más que un
imperativo moral y un compromiso de
solidaridad humana. Es una posibilidad
práctica. Y por cuanto las enfermedades
endémicas y la falta de salud ya no son
inevitables, no se deben de tolerar más.