En esa esfera de la expresión humana que denominamos creación artística, la actividad específica de la escultura es el proceso de representación de una.

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Transcript En esa esfera de la expresión humana que denominamos creación artística, la actividad específica de la escultura es el proceso de representación de una.

En esa esfera de la expresión
humana que denominamos creación
artística, la actividad específica de la
escultura es el proceso de
representación de una figura en
tres dimensiones. El objeto
escultórico es por tanto sólido,
tridimensional y ocupa un espacio.
El procedimiento para generar
dicho objeto nos remite a las
variedades técnicas de la escultura.
Según los tratadistas italianos del
Renacimiento (Alberti, Leonardo,
Miguel Ángel), un escultor es aquel
que quita materia de un bloque
hasta obtener una figura. Por
consiguiente, esculpir o tallar es
quitar, y es escultor quien sabe quitar
lo que sobra en un bloque, de
material sólido, que contiene un
objeto escultórico en potencia.
Así lo manifestaban dichos escritores
para poner de relieve el contraste
entre escultura y pintura, ya que esta
última consiste, por el contrario, en
añadir.
En la eliminación de la masa
sobrante estriba la dificultad de la
escultura, Se trata de una operación
conceptual y técnica a la vez. Para
poder extraer la figura del claustro en
que está recluida, el escultor tiene
previamente que verla, y después,
valerse del oficio. Un escultor que no
haya previsto cabalmente la imagen
que desea expresar puede, con todo,
llevar a cabo una escultura, pero el
resultado apenas convencerá al
contemplador. Ya la inversa, de poco
le servirá la idea si desconoce los
medios para convertirla en objeto
artístico.
“La Captura es Inminente” – Paola Zamorano
Pueden hacerse esculturas con casi
todos los materiales orgánicos o
inorgánicos. Los procesos específicos
para su elaboración se remontan a la
antigüedad y han experimentado
pocas variaciones en su evolución
hasta el siglo XX. Estos procesos
pueden clasificarse según el material
empleado sea piedra, metal, arcilla o
madera; los métodos que se utilizan
son la talla, el modelado y el vaciado.
En el siglo XX el campo de la
escultura se ha ampliado
enormemente y se ha visto
enriquecido por técnicas nuevas,
como la soldadura y el assemblage, y
por la utilización de nuevos
materiales, como el tubo de neón.
El modelado consiste en añadir o elaborar formas. Se utilizan para ello materiales blandos y
flexibles a los que se puede dar forma sin dificultad, lo que permite una ejecución rápida. Así el
escultor puede captar y registrar impresiones en un tiempo aproximado al que un pintor necesitaría
para hacer un boceto. Los materiales utilizados desde la antigüedad para modelar una escultura
han sido la cera, la escayola y la arcilla o sustancias de tipo parecido a ésta que, en ese caso, se
cuecen para incrementar su resistencia.
El único método para conseguir la perdurabilidad de una obra modelada es vaciarla, es decir,
fundirla en bronce o en cualquier otra sustancia imperecedera. Existen dos métodos de vaciado: a
la cera perdida y a la arena. Ambos métodos se han venido utilizando desde la antigüedad,
aunque el proceso a la cera perdida es el más corriente. El vaciado a la arena es un proceso más
complicado en el que se utiliza una clase de arena muy fina y de gran cohesión, mezclada con una
pequeña parte de arcilla para obtener un modelo positivo y un molde negativo algo más grande
que el original del artista, y entre ambos se vierte el metal y se deja que al enfriarse endurezca.
Aunque se siguen utilizando técnicas tradicionales, en muchas obras del siglo XX consideradas
como esculturas se han utilizado la construcción y el assemblage. Estos métodos tienen como
punto de partida el collage, técnica pictórica creada por Pablo Ruiz Picasso y Georges Braque en
1912, que consiste en pegar papeles y otros materiales diferentes sobre una pintura. Picasso
realizó también objetos tridimensionales, como instrumentos musicales, de papel y trozos de otros
materiales diversos, a los que se denominan construcciones. Ejemplos de escultura constructivista
abarcan desde las cajas surrealistas de Joseph Cornell hasta las obras con chatarra de automóviles
y partes de máquinas de John Chamberlain, ambos estadounidenses. El término assemblage, que
en la actualidad se utiliza de manera indistinta al de construcción, fue acuñado por el pintor francés
Jean Dubuffet para referirse a su propia obra, surgida del collage.
“Venus de Willendorf”
Los objetos escultóricos conocidos más
antiguos, tallados en marfil, asta, hueso o
piedra, tienen entre 27.000 y 32.000 años de
antigüedad. Entre ellos podemos citar un
caballito de marfil de líneas ondulantes y
delicadas, que fue hallado en una cueva de
Alemania. De los detritos (fragmentos rocosos)
acumulados en los suelos de cuevas
prehistóricas también se han extraído figurillas
femeninas en piedra que enfatizan la
representación de los órganos reproductores,
los pechos y las nalgas. Se cree que
representaban a diosas de la fertilidad y por ello
se las llama Venus. Una de ellas, la llamada
Venus de Willendorf (c. 30.000-25.000 a.C.,
Museo de Historia Natural, Viena), de formas
muy abombadas a pesar de medir sólo 11,5 cm
de altura, estaba pintada de color rojo. Hace
unos 9.000 años, en Jericó, se realizaban
representaciones de calaveras humanas
cubiertas de yeso, con un gran naturalismo.
Ajnatón y Nefertiti
La estatua en piedra caliza
policromada de Ajnatón, soberano
de Egipto durante el periodo Amarna
(c. 1350-1334 a.C.)
Entre las esculturas egipcias más antiguas se
cuenta un fragmento de pizarra tallado en
bajorrelieve, conocido como la Paleta del rey
Narmer (3100 a.C., Museo de El Cairo), que
rememora la victoria del Alto sobre el Bajo
Egipto. En ella aparecen representados
faraones, ejércitos, sirvientes y diversos
animales. Los faraones fueron también motivo
de representaciones conmemorativas con
magníficas estatuas a tamaño natural, que se
ubicaron en tumbas y templos funerarios. Estas
esculturas no eran auténticos retratos sino
representaciones idealizadas, con rasgos
predeterminados y mirada al frente, siempre se
les representaba en una pose frontal. El cuerpo
recibía un tratamiento marcadamente
geométrico, con hombros y pecho planos que
recuerdan la forma de un triángulo invertido,
como se aprecia en una escultura de diorita
tallada del faraón Kefrén (c. 2530 a.C., Museo
de El Cairo). Durante el reinado de Ajnatón se
alcanzó un mayor naturalismo
“Escultura sumeria”
El arte mesopotámico es producto de
varias civilizaciones: la sumeria, la
acadia, la babilónica y la asiria.
Alrededor del 2600 a.C. los sumerios
ya tallaban estatuillas de dioses en
mármol, caracterizadas por sus ojos
grandes y su mirada fija. Otros detalles
como el pelo, la expresión facial, el
cuerpo y el ropaje muestran un
tratamiento esquemático y denotan que
se prestaba poca atención al parecido
con el modelo. Dichas características
se mantienen en la escultura
mesopotámica posterior. Las culturas
de Mesopotamia también muestran una
inclinación hacia la representación de
animales fantásticos, maestría que
ejecutaban con gran arte como puede
verse en las entradas de los palacios y
en los relieves realizados en las
paredes durante el periodo asirio (1000
a.C.-612 d.C.
Dentro del arte egeo se incluye la
escultura minoica, con sus estatuillas
de diosas en terracota y marfil, y las
obras micénicas, entre las que se
cuentan tallas pequeñas de
divinidades esculpidas en marfil. Los
griegos, maestros de la escultura tanto
en piedra como en bronce, crearon
algunas de las piezas escultóricas
más importantes de todos los tiempos.
Entre los siglos VII y I a.C. alcanzaron
la perfección en la representación de
la figura humana a escala
monumental. En el periodo más
antiguo, el arcaico, las figuras eran
rígidas y los cuerpos presentaban una
esquematización geométrica, como en
el arte egipcio. Sin embargo, en la
época clásica, entre los siglos V y IV
a.C., su arte se tornó más naturalista,
buscando la perfección en la
representación del cuerpo humano.
Las figuras estaban bien
proporcionadas y expresaban
movimiento, aunque los rostros
continuaban siendo estáticos. Los
temas preferidos durante este periodo
fueron los dioses y los atletas.
“Victoria de Samotracia”
,realizada en mármol
hacia el 190 a.C
El Apolo Strangford, estatua de
mármol de Limnos, Grecia,
fechado hacia el 500 a.C.,
Los escultores más famosos
eran Fidias, Policleto,
Praxíteles y Lisipo. Entre los
grupos escultóricos realizados
como decoración arquitectónica
los más apreciados son los del
Partenón de la Acrópolis de
Atenas, como Las tres diosas
(Museo Británico), cuyo ropaje
arremolinado de manera
rítmica, técnica denominada ‘de
paños húmedos’, se ciñe a sus
cuerpos reclinados. Durante el
periodo helenístico (siglos IV a I
a.C.) aumenta la expresividad
en las obras, como puede
apreciarse en los gestos
faciales y en la contorsión de
las poses. La Victoria de
Samotracia o Victoria alada (c.
190 a.C., Louvre, París) es una
obra maestra de gran
dramatismo de este periodo.
Los romanos fueron ávidos
coleccionistas e imitadores de la
escultura griega. Los historiadores
modernos conocen los originales
griegos perdidos gracias a las copias
realizadas por ellos. La contribución
característica de los romanos al arte
de la escultura fue el retrato realista,
en el que registraron hasta los detalles
faciales menos atractivos. El sentido
de la importancia de los hechos
históricos que poseían los romanos
queda reflejado en las esculturas
exentas y en los relieves. Entre los
monumentos conmemorativos de
Roma se pueden citar el arco de Tito
(81 d.C.), la columna de Trajano (c.
106-113) y la estatua ecuestre de
Marco Aurelio (c. 175). Ésta última se
convirtió en prototipo de la mayoría de
las esculturas ecuestres posteriores.
Los ejemplos que se conservan
de la escultura paleocristiana
datan del siglo IV; y, por su estilo,
estas obras ya no se
corresponden con el ideal clásico
de belleza. En el sarcófago de
mármol de Junio Basso (c. 359,
Grutas Vaticanas, Roma) se
representan diez escenas
bíblicas; los personajes tienen
proporciones extrañas y llevan
ropajes que caen en pliegues con
una excesiva monotonía. Este
estilo, llamado a veces ‘antiguo
tardío’, es tal vez el resultado de
las influencias de las invasiones
germánicas y del trabajo de
artistas menos cualificados.
Durante los siglos XI y XII el románico
recuperó la escultura monumental en
piedra, arte que en la práctica había
desaparecido desde la antigüedad. Las
iglesias del sur de Francia tienen en el
exterior abundantes esculturas,
destinadas a atraer e instruir a los fieles.
Estas imágenes no eran exentas sino que
solían realizarse sobre el propio muro de
piedra, convirtiéndose en parte integral de
la arquitectura y adaptándose al diseño
del lugar en el que se colocaban puertas,
tímpanos o jambas. El tema favorito era el
Juicio Final que incluía ángeles y
demonios de gran expresividad. Aparecen
diferentes estilos que se manifestaban en
algunas iglesias, como las de Moissac,
Autun o Vézelay donde se alcanza una
gran intensidad; y en otras, como las de
Toulouse o Saint-Gilles-du-Gard lo que se
evidencia es un sereno clasicismo.
Durante el periodo
gótico se da una
producción
escultórica
excepcional en
Francia, Alemania e
Italia. Al igual que
en el románico, gran
parte se realizó en
combinación con la
arquitectura
religiosa, aunque
también se
encuentran figuras
esculpidas en
tumbas, púlpitos y
demás mobiliario
eclesiástico.
“El David” – Miguel Ángel
La escultura del Renacimiento en España
tiene una clara influencia italianizante, a la
que no son ajenas al relación entre Aragón
e Italia.
A pesar de su marcado clasicismo, la gran
influencia católica española hace que los
temas mitológicos sean superados por los
religiosos y los funerarios, desapareciendo
casi por completo el desnudo. Salvo para
la escultura funeraria en que se usa el
mármol, lo más empleado es la madera
policromada, sobre todo en los retablos.
A partir de la entrada del Renacimiento
en Aragón, la escultura conoce un
extraordinario desarrollo, y desbanca en
las iglesias a la pintura como arte
decorativo por excelencia. La
representación plana de los murales y
retablos medievales deja paso a la
tridimensionalidad de la nueva narrativa
escultórica
“Éxtasis de Santa Teresa” - Bernini
La escultura barroca es heredera directa del
manierismo. Se trata de una escultura realista
en la que aparecen composiciones de gran
dinamismo. Un dinamismo que no es ordenado,
sino espontáneo, en el que predominan los
escorzos. Utiliza el mismo tipo de material,
mármol, bronce y madera. Los temas tienden a
ser más profanos, mitológicos, en donde el
desnudo adquiere particular importancia. Los
retratos, bustos, recobran su importancia,
continúan haciéndose monumentos funerarios,
en los que se exalta la fama y la virtud. Sin
embargo, predominan los temas religiosos. Se
acude frecuentemente a las fuentes
mitológicas. Pero, además, la escultura se
vuelve urbana, aparecen en las calles, plazas y
fuentes, integradas con la arquitectura. La
escultura barroca se caracteriza por su fuerza y
monumentalidad, su movimiento compositivo,
su dinamismo, proyectado hacia fuera, sus
composiciones diagonales, su expresividad y
su tratamiento de la ropa. Pretende resaltar las
virtudes políticas y humanas de los personajes,
sobre todo en las tumbas. Todo el barroco está
inundado de un fuerte naturalismo figurativo
que a la vez expresa las pasiones.
Las esculturas neoclásicas se
realizaban en la mayoría de los
casos en mármol blanco, sin
policromar, porque así se pensaba
que eran las esculturas antiguas,
predominando en ellas la noble
sencillez y la serena belleza que
Winckelmann había encontrado en la
estatuaria griega. En este mismo
sentido habían ido las teorías de
Gotthold Efrain Lessing (1729-1781)
que en su libro Laocoonte o de los
límites de la pintura y de la poesía
(1766) había tratado de fijar una ley
estética de carácter universal que
pudiera guiar a los artistas; sus
concepciones sobre la moderación
en las expresiones y en la
plasmación de los sentimientos son
reglas que adoptará el modelo
neoclásico.
Mademoiselle Pogany
Constantin Brancusi
Caballo Símbolo de la potencia y el poder de la
máquina, el tema del caballo es una constante en la
obra de Raymond Duchamp-Villon. Pieza en bronce, de
inspiración futurista.
La mayor parte de las esculturas
realizadas en el siglo XX difieren
radicalmente en forma y contenido
de las de épocas anteriores. En
algunos casos son producto de
investigaciones en la misma
dirección que las de la pintura y
comparten la misma denominación,
como en el caso del cubismo, el
futurismo, el constructivismo, el
dadaísmo y el surrealismo, por
mencionar sólo algunas. Entre las
influencias dominantes que
recibieron los escultores europeos
de comienzos del siglo XX pueden
citarse la del arte primitivo y la
escultura de África y Oceanía, pues
muchas de dichas obras se
exponían en los museos de Ciencias
Naturales de Francia y Alemania.
Cubismo
Futurismo
Modernismo o Art Noveau
Surrealismo
Expresionismo Abstracto
Pop
Constructivismo
Óptica
Conceptual
Contemporánea
“Amor aguerrido II” – Juan Egenau
“Pachamama” – Marta Colvin
“Rapto de Europa” – Lily Garafulic
“ Bloque Humano” – Mario Irarrázabal
“Amor Conyugal” – Samuel Román
“IBM” – Carlos Ortuzar
“Cielo de truenos” – Sergio Castillo
•Encarta 2003.
•http://www.almendron.com/arte/escultura/claves_escultura/ce_01/escultura_01.htm
•http://chopo.pntic.mec.es/~csanch20/Primeras%20civilizaciones3.htm
•http://www.monografias.com/trabajos/esculturaromana/esculturaromana.shtml
•http://www.antropos.galeon.com/html/esculromana.htm
•http://www.step.es/personales/jms/grecia/arte.htm
•http://cicic.unizar.es/Daroca/es/arte/Renescul.htm
•http://www.telecable.es/personales/angel1/escbar/
•http://www.eha.boj.org/repositorio/epocas-estilos/miscelanea/msg00004.html
•http://www.artistasplasticoschilenos.cl/