Evangelii Gaudium

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EVANGELII
GAUDIUM
Primera Exhortación Apostólica del
Papa Francisco
26-XI-13
Destinatarios
Esta dirigida:
A LOS OBISPOS
A LOS PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS
A LAS PERSONAS CONSAGRADAS
Y A LOS FIELES LAICOS
SOBRE
EL ANUNCIO DEL EVANGELIO
EN EL MUNDO ACTUAL
invitarlos a una nueva etapa evangelizadora marcada
por esa alegría,
- indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los
próximos años”.
Dimensiones
El texto está dividido:
Introducción: “La alegría del evangelio”
1. "La transformación misionera de la Iglesia"
2. "En la crisis del compromiso comunitario"
3. "El anuncio del Evangelio"
4. "La dimensión social de la Evangelización”
5. "Evangelizadores con espíritu”.
“La alegría del
Evangelio llena
el corazón y la
vida entera de
los que se
encuentran
con Jesús”.
Introducción
La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera
de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan
salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del
vacío interior, del aislamiento
• La oferta consumista lo único que provoca es una
tristeza individualista.
• Es preciso renovar “ahora mismo” y al menos,
dejarse encontrar por Él.
• La FE está bañada de la alegría. “¿Por qué no entrar
también nosotros en ese rio de alegría”, aún en
medio de los momentos duros. Es preciso beber de
las fuentes del amor manifestado en Cristo.
Introducción
• La fuente de la misión está en el encuentro o
reencuentro con Cristo y la maravillosa amistad que
nace de allí y que no me puedo callar.
• NO con cara de funeral. Es una “vida que irradia el
fervor de quienes han recibido, ante sí mismos, la
alegría de Cristo”.
• Es un anuncio renovado y que puede renovar nuestra
vida y nuestra comunidad.
• Esta es una obra ante todo de Dios: “Jesús es el
primero y el más grande evangelizador”.
La transformación misionera
de la Iglesia
I. La transformación misionera de la Iglesia
La evangelización obedece al mandato de Jesús: “Id y
haced discípulos…”
-Todos somos llamados a esta nueva «salida»
misionera: salir de la propia comodidad y atreverse a
llegar a todas las periferias que necesitan la luz del
Evangelio
- Un Iglesia que:
• Toma la iniciativa y sale al encuentro.
• Se involucra, se mete con obras y gestos en la vida
cotidiana de los demás.
• Acompaña, en todos sus procesos, por más duros y
prolongados que sean
I. La transformación misionera de la Iglesia
• y festeja, con la belleza de la liturgia.
•Es necesaria “una conversión pastoral y misionera, que
no puede dejar las cosas como están”
•Ver que la Iglesia aún no es lo que Cristo soñó de ella.
Renovación también del modo de comunicar el
mensaje. No dar por supuesto que entienden todo lo
que les decimos y que realmente conectan con el
núcleo esencial del Evangelio
•El núcleo esencial es “la belleza del amor salvífico de
Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado”.
I. La transformación misionera de la Iglesia
• El Evangelio invita ante todo a responder al Dios amante
que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo
de nosotros mismos para buscar el bien de todos”.
• Hemos de “intentar expresar las verdades de siempre en
un lenguaje que permita advertir su permanente
novedad”. Sabiendo que la fe siempre “conserva un
aspecto de cruz, alguna oscuridad que no le quita la
firmeza de su adhesión”.
• Hay que acompañar con misericordia y paciencia el
crecimiento de las personas -confesión
• Iglesia misionera con las puertas abiertas, como la casa
del Padre: templos abiertos y apertura de los
sacramentos para todos.
I. La transformación misionera de la Iglesia
• “Hoy y siempre, «los pobres son los destinatarios
privilegiados del Evangelio»”
“Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de
Jesucristo”:
“prefiero una Iglesia accidentada,
herida y manchada por salir a la calle,
antes que una Iglesia enferma
por el encierro y la comodidad de aferrarse
a las propias seguridades”.
El anuncio
del
Evangelio
III. El anuncio del evangelio
I. Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio
• Un pueblo para todos.
La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia
gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse
acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según
la vida buena del Evangelio.
• Un pueblo con muchos rostros, y eso no amenaza la
unidad de la Iglesia.
• Todos somos discípulos misioneros.
Todo cristiano es misionero en la medida en que se
ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús.
III. El anuncio del evangelio
I. Todo el Pueblo de Dios anuncia el Evangelio
• Persona a persona.
Ser discípulo es tener la disposición permanente de
llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce
espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la
plaza, en el trabajo, en un camino…. En esta
predicación, siempre respetuosa y amable, el primer
momento es un diálogo personal…
• Carismas al servicio de la comunión evangelizadora.
Son dones para renovar y edificar la Iglesia.
III. El anuncio del evangelio
II. La preparación de la predicación
dedicarle un tiempo prolongado de estudio, oración.
“Un predicador que no se prepara no es «espiritual»; es
deshonesto e irresponsable con los dones que ha recibido”.
• La personalización de la Palabra.
Dejarse conmover por la Palabra y hacerla carne en
mi existencia concreta.
• La lectura espiritual.
Hay una forma concreta de escuchar lo que el Señor
nos quiere decir en su Palabra y de dejarnos
transformar por el Espíritu: «lectio divina».