10 Humanismo Histórico Existencial

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Transcript 10 Humanismo Histórico Existencial

Universidad Veracruzana
Facultad de Historia
HISTORIOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA
UNIDAD I
HUMANISMO HISTÓRICO EXISTENCIAL
Versión Agosto 2015
Mtro. Raúl Romero Ramírez
Las corrientes historiográficas a
fines del siglo XIX.
5.- Anarquismo
6.- Historicismo Providencial
7.- Humanismo histórico-existencial
Existencialismo.
Tuvo su origen en el siglo XIX durante el Romanticismo (Dostoievski), surge en
Alemania y de allí se difunde por el resto de Europa, especialmente en Francia.
Esta escuela, podría interpretarse como una reacción ante un período de crisis
de conciencia a nivel social y cultural que se prolongó hasta la segunda mitad del
siglo XX, particularmente una crisis de corte humanista. Por ello, el
Existencialismo es una corriente que rescata el humanismo en contra del
pensamiento filosófico positivismo empirista-racionalista, quien a su vez concibe
al existencialismo como un pensamiento de "corte irracional“.
No se trata de una escuela homogénea ni sistematizada, sus seguidores se
caracterizan principalmente por su reacción contra la filosofía tradicional,
centrándose en el análisis de la condición de la existencia humana, la libertad, la
responsabilidad individual, las emociones, así como en el significado de la vida.
El existencialismo plantea el conflicto humano de manera aguda hacia la
introspección individual y hacia el conjunto de la humanidad, por lo que sus
postulados están llenos de angustia, desesperanza, duelo, melancolía y vanos
anhelos de eternidad.
Entre sus postulados más importantes, el existencialismo sostiene que en el
ser humano "la existencia precede a la esencia" (Sartre), es decir, que no
hay una naturaleza humana que determine a los individuos, sino que son
sus actos los que determinan quiénes son, así como el significado de sus
vidas. Por esta razón esta también en contra del Providencialismo.
El existencialismo defiende la ideas de que el individuo es libre y totalmente
responsable de sus actos. Esto incita en el ser humano la creación de una
ética de la responsabilidad individual, apartada de cualquier sistema de
creencias externo a él. En líneas generales, el existencialismo busca una
ética que supere a las moralinas y prejuicios positivistas (empiristas y
racionalistas) y providencialistas (naturaleza humana); una ética universal,
válida para todos los seres humanos, que muchas veces no coincide con los
postulados de las diversas morales particulares de cada una de las culturas
preexistentes.
Los existencialistas afirman que el hombre es un ser "arrojado al mundo",
esta frase parece expresar el sentir europeo de aquellos años y puede ser
interpretada de modo literal: los europeos se sienten arrojados en mundo
inhóspito, arrojados de sus hogares destruidos y de la seguridad de sus
creencias, valores e ideales.
Al existencialismo se le ha atribuido un carácter vivencial, ligado a los dilemas,
estragos, contradicciones y estupidez humana. Esta corriente filosófica discute y
propone soluciones a los problemas más propiamente inherentes a la condición
humana, como el absurdo de vivir, la significancia e insignificancia del ser, el
dilema en la guerra, el eterno tema del tiempo, la libertad, ya sea física o
metafísica, la relación dios-hombre, el ateísmo, la naturaleza del hombre, la vida
y la muerte.
El existencialismo busca revelar lo que rodea al hombre, haciendo una
descripción minuciosa del medio material y abstracto en el que se desenvuelve el
individuo (existente), para que éste obtenga una comprensión propia y pueda dar
sentido o encontrar una justificación a su existencia.
Esta filosofía, a pesar de los ataques provenientes con mayor intensidad de la
religiosidad cristiana del siglo XX, busca una justificación para la existencia
humana más allá de la Razón y de Dios.
Para el existencialismo la Historia de la Humanidad es su existencia, es
decir, la Historia es existir, es el estar en el mundo, los seres humanos
como artífices y responsables de su historia al relacionarse con las cosas y
otros seres existentes.
Pero la Historia no se trata simplemente de los seres humanos que están
entre las cosas, sino de los seres humanos que se dirigen hacia ellas. Esta
actitud se entiende como trascendencia, esto es, la Historia es trascendente
cuando el hombre logra salir de la propia conciencia para dirigirse hacia el
Mundo. Así pues, Estar en el Mundo es algo plenamente activo.
El hombre está entre las otras cosas, andando entre ellas de una manera
interesada (práctica): cuida las cosas, se ocupa de ellas. Así, el hombre
crea la Historia, lo único que constituye su 'verdadero' mundo. un conjunto
de relaciones de los útiles entre sí y respecto al hombre. Así se constituye el
espacio humano del Mundo.
Un concepto central dentro del existencialismo es el de posibilidad el cual
se identifica con la libertad puesto que ”soy libre porque poseo posibilidades
y gracias a ello es que me hago a mí mismo y creo la Historia”.
En términos de la existencia e importancia de Dios, hay tres escuelas de
pensamiento existencialista:
1) el existencialismo cristiano (representado por Kierkegaard y Jaspers)
2) el existencialismo ateo (representado por Sartre), y
3) el existencialismo agnóstico (representado por Camus y Heidegger)
cuya propuesta es que la existencia o no de Dios es una cuestión
irrelevante para la existencia humana: Dios puede o no existir y este
problema no soluciona los problemas metafísicos del hombre.
Otros pensadores existencialistas importantes son Buytendijk (psicólogo) y
Ortega y Gasset (filósofo) ambos cercanos a Heidegger; Merleau-Ponty
gran representante de la corriente, aunque manteniendo más nexos con la
fenomenología de Husserl; Martin Buber, representante de una corriente de
existencialismo judío muy influida por el hasidismo; Gabriel Marcel y
Jacques Maritain, existencialistas cristianos no tanto de línea
kierkegaardiana sino más bien jasperiana/mounierista por profesar una
filosofía de la existencia y del personalismo.
Las corrientes historiográficas a
fines del siglo XIX.
6.- Humanismo histórico-existencial
Existencialismo Cristiano
Kierkegaard
Jaspers
Existencialismo Ateo
Nietzsche
Sartre
Existencialismo Agnóstico
Heidegger
Ortega y Gasset
Camus
Existencialismo Cristiano
Søren Kierkegaard (1813-1855). Filósofo danés considerado el primer filósofo
existencialista, creador del término “existencialista” (aunque parece no haberlo
usado para referirse a sí mismo) y autor de los tres rasgos del existencialismo
inicial: su individualismo moral; su subjetivismo moral; y su idea de angustia.
En contra de la tradición filosófica, que sostiene que el bien ético más alto es el
mismo para todos, Kierkegaard afirmaba que el bien más alto para el individuo es
encontrar su propia vocación. Él decía: “Debo encontrar una verdad que sea
verdadera para mí... la idea por la que pueda vivir o morir”.
La idea que está detrás es que uno debe escoger su propio camino sin la ayuda de
normas o criterios universales u objetivos y se ha llamado a esta posición
individualismo moral.
En contra de la posición tradicional de que el juicio moral involucra (o debe
involucrar) una norma objetiva de corrección o incorrección, Kierkegaard sostiene
que no se puede encontrar una base objetiva o racional en las decisiones morales.
La única base de una filosofía con significado es el “individuo existente”, la filosofía
no tiene que ver con una contemplación imparcial (objetiva) del mundo ni de
descifrar la “verdad”.
Para Kierkegaard, verdad y experiencia están ligadas y hay que abandonar
la idea de que la filosofía es una especie de ciencia exacta y pura.
Kierkegaard enfatiza la importancia de la acción individual al decidir sobre
asuntos de moralidad y de verdad:
La experiencia personal y actuar de acuerdo con convicciones propias es
esencial para llegar a la verdad.
El entendimiento que de una situación tiene el agente involucrado es superior
al de un observador desinteresado.
El existencialismo de Kierkegaard pondrá énfasis en la perspectiva subjetiva
y esto hace que el existencialismo sea asistemático, oponiéndose a la
existencia de principios racionales, objetivos y universalmente válidos (como
los que proponía Kant) y esto en cierto sentido lo hace “irracionalista”, no
porque niegue el papel del pensamiento racional, sino porque cree que las
cosas más importantes de la vida no son accesibles a la razón o a la ciencia.
Siguiendo a Kierkegaard, “no solo la razón descubre la realidad,
sentimientos básicos como la angustia nos hacen experimentar mejor lo
que es la existencia”.
Kierkegarrd se refiere a esta sensación y la distingue del temor porque a
diferencia de este, la angustia no posee un objeto definido y nace
justamente de las posibilidades sin garantías que ofrece la existencia.
Así, Kierkegaard considera que es la existencia la parte más importante de
la vida Humana, pues esta por sobre la esencia humana, y el individuo esta
por encima de la sociedad debido a la libertad que posee para elegir llegar
a Ser o no y la irracionalidad es lo que da movimiento a la Humanidad.
Esta angustia es pues el motor de la historia, siendo el sujeto histórico la
vida humana y la constante histórica la existencia del ser. Esta visión hace
de su pensamiento uno religioso, pues Dios resulta ser metafísicamente
hablando, el Ser y su existencia libera al ser (humano) quien logra “caer” al
mundo y no es su razón, sino su angustia lo que lo mueve a hacer lo que
hace (la Historia).
Dos de sus ideas más conocidas son la «subjetividad» y el «salto de fe». El salto de
fe es su concepción de cómo un individuo cree en Dios, o cómo una persona actúa
en el amor. No es una decisión racional, ya que trasciende la racionalidad en favor
de algo más extraordinario: la fe. Además consideraba que tener fe era al mismo
tiempo tener dudas. Así, por ejemplo, para tener verdadera fe en Dios, uno también
tendría que dudar de su existencia; la duda es la parte racional del pensamiento de
la persona, sin ella la fe no tendría una sustancia real. La duda es un elemento
esencial de la fe, un fundamento.
Mientras que sus primeras obras se centraron en Hegel, las posteriores trataron la
hipocresía del Cristianismo. Es importante señalar que con 'Cristianismo'
Kierkegaard se refería más bien a la Iglesia y la religión que ejercía en la práctica su
sociedad. De hecho, en su "Ejercitación del Cristianismo", invita a una práctica de
un cristianismo personal, bien diferenciado de la cristiandad, como Iglesia
Establecida.
Escribió: Diario; Postscriptum; Tilvaerelse, O lo uno o lo otro; Temor y temblor;
Eksistens; Mijagas filosóficas; entre otros.
Su obra más significativa fue la escrita en 1844, El concepto de la angustia.
Existencialismo Cristiano
Karl Jaspers (1883-1969) Psiquiatra y filósofo alemán, tuvo una fuerte
influencia en la teología, en la psiquiatría y en la filosofía moderna.
Jaspers se explaya ampliamente en las raíces del existencialismo de
Nietzsche y Kierkegaard, y sobre el tema de la libertad individual, que es
una constante en su obra.
En su obra Filosofía (1932), Jaspers da su visión de la historia de la
filosofía e introduce sus temas más importantes. Comenzando por la
ciencia moderna y el empirismo, Jaspers señala que al cuestionar la
realidad enfrentamos los límites que un método científico (o empírico)
simplemente no puede traspasar. En este punto, el individuo enfrenta
opciones: hundirse en la resignación o dar un salto a lo que Jaspers
llama la 'Trascendencia'. Al dar este paso, los individuos confrontan su
propia libertad ilimitada, que Jaspers llama Existenz, y pueden finalmente
experimentar la auténtica existencia.
La Trascendencia es, para Jaspers, lo que existe más allá del mundo del
tiempo y el espacio. La formulación de Jaspers de la Trascendencia como la
expresión máxima de la no-objetividad ha llevado a muchos filósofos a
argumentar que Jaspers se transformó en monista, aunque el mismo Jaspers
continuamente destacó la necesidad de reconocer tanto los conceptos de
subjetividad como objetividad.
Aun cuando él rechazó doctrinas religiosas explícitas, incluida la noción de
un Dios personal, Jaspers influenció la teología moderna a través de su
filosofía de trascendencia y los límites de la experiencia humana.
Las tradiciones del Cristianismo místico influenciaron a Jaspers de forma
considerable, particularmente Meister Eckhart y Nicolás de Cusa. También
mostró interés activo en las religiones de Oriente, particularmente el
budismo.
Jaspers también entró en debates públicos con Rudolf Bultmann, en los que
Jaspers criticó la "demitologización" del cristianismo.
De acuerdo a Jaspers, en general, el concepto de "existencia" se contrapone
al de esencia y no es, en principio, un término que pueda ser definido ya que
la definición se refiere a la esencia. Este existencialismo tiene un significado
restringido: es el modo de ser propio del hombre.
Así solo el hombre "existe" propiamente, puesto que "hombre" y "existencia"
son tenidas por sinónimos.
Y en este sentido, la existencia implica libertad y conciencia, en palabras de
Jaspers, en su obra Filosofía:
La Existencia es lo que nunca es objeto; es el origen a partir del cual yo
pienso y actúa, sobre el cual hablo en pesamientos que no son conocimiento
de algo: 'existencia' es lo que se refiere y relaciona con signo mismo y, en
ello, con su propia trascendencia.
Jaspers como teórico de la corriente existencialista cristiana, para él, la historia
de los hombres se ha desvanecido en su mayor parte y sólo se hace accesible,
en mínima porción, mediante laboriosas investigaciones, además, considera a la
historia abierta por la prehistoria y por el futuro, por lo tanto, nunca inconclusa
pues no se puede obtener de la historia una figura cerrada como una imagen
integral que se sostiene por sí sola.
En 1932 escribió un Tratado sobre Filosofía y mas tarde su obra Origen y meta
de la historia, donde contribuye a elevar la conciencia del hombre en su
presente, siempre henchido del fondo histórico e intentando arribar más allá de
la historia, a lo trascendente, el sentido de la historia que considera de forma
pesimista debido al interperiodo de las guerras mundiales.
Considera que el hombre, como individuo, ha de razonar sobre su propia e
irrepetible situación histórica en contra de la Nada que se experimenta en la
angustia siendo afirmada la existencia en favor del propio ser, fundamentándose
en la Trascendencia, que se manifiesta en las situaciones - límite.
En 1933, tras la subida de Hitler al poder, se vio apartado de los órganos de
dirección de la Universidad de Heidelberg, dado que su esposa, Gertrud Mayer,
era judía, pero se le permitió seguir enseñando hasta 1937 cuando los nazis le
destituyeron de su cátedra de filosofía en Heidelberg, "Descartes".
En 1942 obtuvo el permiso para abandonar Alemania con la condición de que
entregara a su mujer, quien vivía escondida de los nazis, pero se negó a
abandonar Heidelberg y a delatar a su esposa.
Una vez terminada la guerra, en 1946, pudo retomar su puesto, y participó en la
reconstrucción de la universidad alemana. Propuso la idea de una universidad la
totalmente desnazificada del profesorado. En su obra La cuestión de la
culpabilidad alemana examinó la culpabilidad de Alemania como un todo en las
atrocidades cometidas por el Tercer Reich de Adolf Hitler.
En 1947 recibió el premio Goethe y en 1948, al sentirse defraudado por la
situación política alemana se mudó a Basilea, Suiza, donde continuó ejerciendo la
enseñanza. Escribió entre sus obras: Psicología de las concepciones del
mundo; Filosofía; De la verdad; Grandes filósofos.
Obras completas:
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Ambiente espiritual de nuestro tiempo. (1933).
Descartes y la filosofía. (1937).
Nietzsche y el cristianismo. (1955).
Esencia y crítica de la psicoterapia. (1959).
Esencia y formas de lo trágico. (1960).
Nietzsche. (1963).
Autobiografía filosófica. (1964).
La bomba atómica y el futuro del hombre.
(1966).
Cifras de la transcendencia. ¿Dónde va
Alemania? (1967).
Psicología de las concepciones del mundo.
(1967).
Entre el destino y la voluntad. (1969).
Escritos psicopatológicos.
El estoicismo.
La fe filosófica ante la revelación. (1968).
Filosofía de la existencia. (1968).
Filosofía de la existencia.
La filosofía desde el punto de vista de la
existencia.
Genio artístico y locura.
Genio y locura. (1968).
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Grandes filósofos: hombres
fundamentales: Sócrates, Buda,
Confucio, Jesús.
Los grandes filósofos: los metafísicos
que pensaron desde el origen:
Anaximandro, Heráclito, Parménides…
Los grandes maestros espirituales de
oriente y occidente.
Iniciación al método filosófico.
Introducción a la filosofía
Libertad y reunificación, tareas de la
política alemana.
Lo trágico, el lenguaje.
Notas sobre Martin Heidegger.
Origen y meta de la historia.
La práctica médica en la era
tecnológica.
El problema de la culpa: sobre la
responsabilidad política de Alemania.
Strindberg y Van Gogh.
Nietzsche: Introducción a la
comprensión de su filosofar.
Existencialismo Ateo.
Friederich Nietzsche (1844-1900) Fue un filósofo, poeta, músico y filólogo
alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del
siglo XIX.
Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental,
mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el
análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este
trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos,
filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.
Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración,
expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que
determinó los estudios de muchos de los intelectuales más célebres después
de su muerte.
introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el
pensamiento del siglo XX, en autores tales como Michel Foucault, Jacques
Derrida, Martin Heidegger o Guilles Deleuze entre otros.
Nietzsche, filósofo prusiano estudioso de Grecia, cuna del pensamiento
occidental, estudió a conciencia El nacimiento de la tragedia (1872),
libro dedicado a Wagner, donde estudia la guerra y su relación con los
mitos y la civilización de la época. Estudió a Schopenhauer y por él,
abandonó el cristianismo, abrazando de joven el ateísmo. Sin embargo,
Con la publicación de Humano, demasiado humano (1878), un libro de
aforismos sobre múltiples temas, desde la metafísica hasta la moralidad
y de la religión al sexo, la distancia de Nietzsche respecto a la filosofía
de Wagner y Schopenhauer fue evidente.
Su forma de escritura se basa en una serie de aforismos, verdades
minimizadas en un texto breve de naturaleza poética sin explicar o
probar el conjunto de conceptos manejados rechazando la tradición
filosófica occidental, y en su prosa “pone al revés” los viejos conceptos
reconocidos hasta entonces, incluida la historia.
Como Burckhardt, el acontecer histórico se encuentra y entremezcla en
base a tres factores: Estado, Religión y Cultura. Los dos primeros sirven
para moderar la libertad del hombre y someter con cohesión material y
moral a los individuos, el último surge espontáneamente y conduce a la
libertad.
Tomó de Ernest Renan su idea sobre la voluntad humana descrita en la obra
sobre la vida de Jesús, por lo que Nietzsche lo uso en su obra el Anticristo.
Su obra El ocaso de los ídolos (1888) da cuenta de su visión de la historia y
cuestiona desde sus fundamentos las propuestas de comprensión del pasado
aceptadas por los historiadores de la época.
Formuló la idea de que la Historia es un error, pues el fluir o devenir de
Heráclito se contrapone a la permanencia o el Ser de Parménides quien
sustenta al mundo Occidental y Nietzsche esta a favor de la idea del primero y
no del segundo, es decir en contra de el mundo Occidental: de Parménides, de
Platón...
Escribirá, “El verdadero mundo (de Platón), es una idea que no es ya útil para
nada (...) eliminémosla”.
Para Nietzsche, la sociedad se encuentra sumida en un profundo nihilismo
que ha de superar si no quiere ver su fin.
El nihilismo en Nietzsche se refiere al proceso histórico que surge en el
reconocimiento de un valor sumo y termina en la asunción o reconocimiento
de múltiples cosas valorables, al volverse inoperante lo que antes se
mostraba como lo supremo.
El nihilismo acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia
de una medida única y, al mismo tiempo, como la proliferación de múltiples
medidas que, en cada caso, pueden aparecer como válidas. Nietzsche ve
en el despliegue del nihilismo toda fundación de cultura europea, la que
surge como destino necesario de este proceso. La visión religiosa del
mundo había sufrido ya un gran número de cambios por perspectivas
contrarias, cayendo en el escepticismo filosófico, y en las teorías científicas
evolucionistas y heliocéntricas modernas, lo que no hace más que
confirmar la desvalorización de los valores supremos.
La democracia aparece, a los ojos de Nietzsche, como un momento del
despliegue del nihilismo igualmente negador de la vida que los que la
antecedieron. Ambas manifestaciones del nihilismo se muestran a Nietzsche
como negaciones de la vida, al negar u olvidar dimensiones de la misma que,
a su parecer, aparecen como constitutivas de ella e inalienables a lo que él
considera vida. Estas dimensiones negadas de la vida se muestran en
ámbitos tan determinantes como el constante darse del devenir y las
diferencias entre los hombres.
Nietzsche ve esta condición intelectual como un nuevo reto para la cultura
europea, lo que se ha extendido, asimismo, más allá de un pequeño punto de
no-retorno. Nietzsche conceptualiza esto con su famosa frase, «Dios ha
muerto», que aparece en La gaya ciencia y en Así habló Zaratustra.
Esta frase fue dada también por Hegel veinte años antes de que Nietzsche
naciera. Este aforismo, por una parte, señala el fin de eso que antes aparecía
como lo imperante, y por otra, indica un terreno fértil, un terreno inexplorado,
en el cual el propio Nietzsche es un colono. A partir de la frase «Dios ha
muerto», Nietzsche se refiere tanto a la ceguera del pasado en tanto
incapacidad de ver esto, como a la asunción de una nueva posibilidad de
relacionarse con lo que es, posibilidad dada por la asunción de dicha muerte.
La visión existencialista en Nietzsche se aprecia cuando éste pensaba que
había dos clases de hombres: los señores y los siervos, que han dado
distinto sentido a la moral.
Para los señores, el binomio «bien-mal» equivale a «noble-despreciable».
Desprecian como malo todo aquello que es fruto de la cobardía, el temor, la
compasión, todo lo que es débil y disminuye el impulso vital. Aprecian como
bueno, en cambio, todo lo superior y altivo, fuerte y dominador. La moral de
los señores se basa en la fe en sí mismos, el orgullo propio.
Por el contrario, la moral de los siervos nace de los oprimidos y débiles, y
comienza por condenar los valores y las cualidades de los poderosos. Una
vez denigrado el poderío, el dominio, la gloria de los señores, el esclavo
procede a decretar como «buenas» las cualidades de los débiles: la
compasión, el servicio —propios del cristianismo—, la paciencia, la
humildad. Los siervos inventan una moral que haga más llevadera su
condición de esclavos. Como tienen que obedecer a los señores, los
siervos dicen que la obediencia es buena y que el orgullo es malo. Como
los esclavos son débiles promueven valores como la mansedumbre y la
misericordia. Critican el egoísmo y la fuerza.
Nietzsche finalmente opina que existen tres maneras de historia:
1) historia monumental o imitación del pasado;
2) historia anticuaria o sometimiento del pasado y
3) historia crítica o ruptura del pasado.
Escribió En 1881 Nietzsche publica Aurora. Reflexiones sobre los prejuicios
morales (1881), y la primera parte de La gaya ciencia (1882), Así hablaba
Zaratustra(1883); Mas allá del bien y del Mal (1886); La voluntad del poder, etc.
Existencialismo Ateo.
Jean-Paul Charles Aymard Sartre (1905-1980) Fue un filósofo, escritor, novelista,
dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del
existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés
seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó
explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo
reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían
desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones; lo consideraba un
“premio burgués” que iría en contra de sus principios.
En su juventud fue fuertemente influenciado por la obra Ensayo sobre los datos
inmediatos de la consciencia, de Henri Bergson. Estudió en París en la elitista
École Normale Supérieure, donde conoció en 1929 a Simone de Beauvoir y a
Raymond Aron.
El énfasis de Sartre en los valores humanistas de Marx y su resultante énfasis en
el joven Marx lo llevaron al famoso debate con Louis Althusser, que sostenía que
hasta su madurez y no desde un principio, Marx sostuvo el humanismo racional.
Éste el único debate público que Sartre perdió en su vida, pero hasta la fecha
sigue siendo un evento controvertido en algunos círculos filosóficos de Francia.
Su vida se caracterizó por una actitud militante de la filosofía. No llegó a afiliarse al
Partido Comunista Francés (PCF), aunque fue simpatizante de la izquierda y
desempeñó un papel prominente en la lucha contra el colonialismo francés en
Argelia, se solidarizó con los más importantes acontecimientos de su época, como
el Mayo Francés, la Revolución Cultural china (en su etapa de acercamiento a los
maoístas, al final de su vida) y con la Revolución Cubana. Representa el
paradigma del intelectual comprometido del siglo XX.
Se opuso a la Guerra de Vietnam, y junto a Bertrand Russell y otros pensadores
organizó un tribunal con el propósito de exhibir los crímenes de guerra de los
Estados Unidos. El tribunal se llamaba «Tribunal Russell».
Agudamente crítico del estalinismo, su pensamiento político atravesó varias
etapas: desde los momentos de Socialismo y Libertad, agrupación política de la
resistencia francesa a la ocupación nazi, cuando escribe un programa basado en
Saint-Simon y Proudhon entre otros, considerando que el socialismo de Estado era
contradictorio a la libertad del individuo.
Durante la Guerra de los Seis Días se opuso a la política de apoyo comunista a los
árabes, y junto con Pablo Picasso, organizó a 200 intelectuales franceses para
oponerse al intento de destrucción del estado de Israel, haciendo un llamado a
fortalecer los sectores antiimperialistas de ambas partes (el kibutz israelí y el
partido socialista árabe).
Sartre, cuyo punto de estudio fue el conflicto entre la opresiva y destructiva
conformidad espiritual (mala fe) y un «auténtico» estado de existencia, tema
central del trabajo filosófico de Sartre, El ser y la nada (1943), consideró que el
ser humano está "condenado a ser libre", es decir, arrojado a la acción y
responsable plenamente de la misma, y sin excusas.
A su vez, Sartre concibe la existencia humana como existencia consciente. El
ser del hombre se distingue del ser de la cosa porque es consciente. La
existencia humana es un fenómeno subjetivo, en el sentido de que es
conciencia del mundo y conciencia de sí. Se observa aquí la influencia que
ejerce sobre Sartre el racionalismo cartesiano. En este punto se diferencia de
Heidegger, quien deja fuera de juego a la conciencia. Sartre se forma en la
fenomenología de Husserl y en la filosofía de Heidegger, discípulo éste de
aquél.
En plena 2ª Guerra Mundial, cuando forma parte del Ejército Francés como
meteorólogo, Sartre es hecho prisionero, y en el largo periodo de ser cautivo
del nazismo reformula muchas de sus ideas y elabora otras. Escribe
constantemente e incluso representa obras de teatro en pleno campo de
prisioneros. Si en Heidegger el Dasein es un «ser-ahí», arrojado al mundo, «eyecto», para Sartre, el humano, en cuanto «ser-para-sí», es un «pro-yecto»,
un ser que debe «hacer-se»..
Sartre explica que en el ser humano «la existencia precede a la esencia», lo
que para algunos es un ataque a dogmas religiosos, pero es un pensamiento
iniciado por Aristóteles y contrariamente a lo que se había creído en la filosofía
idealista precedente: si un artesano quiere realizar una obra, primero «la»
piensa, la construye en su cabeza: esa prefiguración será la esencia de lo que
se construirá, que luego tendrá existencia. Así es como explica que los seres
humanos primero existimos y luego adquirimos esencia.
Para Sartre, vamos aprendiendo de los demás humanos que han inventado
cosas abstractas, desde Dios hasta la existencia de una esencia humana
previa. Pero nosotros, los seres humanos, no fuimos diseñados por alguien, y
no tenemos dentro nuestro algo que nos haga «malos por naturaleza», o
«tendientes al bien» (como diversas corrientes filosóficas y políticas han
creído, y siguen sosteniendo).
«Nuestra esencia, aquello que nos definirá, es lo que construiremos nosotros
mismos mediante nuestros actos», que son ineludibles: no actuar es un acto
en sí mismo, puesto que nuestra libertad no es algo que pueda ser dejado de
lado:
Ser es ser libres en situación, ser es ser-para, ser como proyecto.
Así entonces, el hombre existe en la medida en que es origen de sí mismo
y se hace a sí mismo por medio de sus elecciones libres; en el hombre, la
existencia precede la esencia, por lo tanto el hombre es libertad: El
humano se libera en cuanto se realiza libremente y esa es su esencia, su
esencia parte desde sí para-sí .
Sartre explica en su obra El Ser y a Nada: Lo que llamamos 'libertad' no
puede, por tanto, ser distinguido del ser de la 'realidad humana´.
Por su parte, en su obra La nausea, Sartre refiere a lo absurdo del existir:
todo es contingente y no hay nada que pueda explicar la existencia.
Expuso también su teoría en novelas como Los caminos de la libertad
(1945); en dramas como Las manos sucias (1948) donde examina el
problema de ser un intelectual y participar en la política al mismo tiempo; y
cuentos como El muro.
Su principal trabajo en el intento de comunión entre el existencialismo y el
marxismo fue Crítica de la razón dialéctica (1960).
El ensayo más importante para explicar su pensamiento es El
existencialismo es un humanismo. En él consideró que el existencialismo es
un Humanismo debido a la humanización del Ser. La existencia antes que la
esencia, por lo que el hombre es libertad absoluta (sin un Ser que lo sujete o
limite) el cual determina su esencia y sus propios valores con el paso del
tiempo a través de actos (decisiones); de este modo es el ser humano es
artífice de su Ser y por lo tanto de su historia.
Consideró que el hombre, en búsqueda infinita de sí mismo, nunca puede
hallarse y se envuelve en una pasión inútil convirtiéndose en un ser absurdo
(Angustia).
Durante las décadas de 1940 y 1950, las ideas de Sartre eran muy
populares, y el existencialismo fue la filosofía preferida de la generación
beatnik en Europa y Estados Unidos.
En 1948, la Iglesia Católica listó todos los libros de Sartre en el Index
Librorum Prohibitorum.
Finalmente Sartre, siguiendo a Heidegger, también dista de
caracterizarse por un estilo y discurso optimistas; de hecho para
muchos pensadores su postura es pesimista pues plantea, al igual que
Heidegger, un ser humano que se halla arrojado a una existencia que le
ha sido impuesta, abandonado a la angustia que le revela su
mundanidad, no tan sólo como yecto, sino como pro-yecto por realizarse
en situación imprecisa e insegura (sin Dios).
No obstante, estas posturas no tienen que comprenderse
necesariamente como pesimistas; para Sartre la angustia de un alma
consciente de encontrarse condenada a ser libre, significa tener en cada
instante de la vida, la absoluta responsabilidad de renovarse, sin
depender de otro ser que el propio para relacionarse con quien pueda
lograr encontrarse y proveerse mutuamente de situaciones límites que
los obliguen a salir adelante.
La contrariedad con los existencialistas cristianos parte desde este
punto, como Gabriel Marcel quien sustentará una perspectiva optimista,
que le lleva a superar cualquier oposición entre el hombre y Dios, pero
en contradicción con la concepción atea de Sartre.
Existencialismo Agnóstico.
Martin Heidegger (1889-1976) Estudió teología católica, ciencias naturales y
filosofía en la Universidad de Friburgo de Brisgovia, donde fue discípulo de
Heinrich Rickert, uno de los máximos exponentes del neokantismo de la Escuela
de Baden y luego asistente de Edmund Husserl, el fundador de la
fenomenología.
Rechazó que su pensamiento fuera catalogado como existencialista pero
reaccionó en contra del existencialismo cristiano y ateo a través de su propia
filosofía. El equívoco provendría, según los estudiosos, de la lectura e
interpretación del primer gran tratado del filósofo, Ser y tiempo (1927).
Mediante sus trabajos influyó en toda la filosofía del existencialismo del siglo XX,
fue uno de los primeros pensadores en apuntar hacia la «destrucción de la
metafísica», «quebrar las estructuras del pensamiento erigidas por la Metafísica,
que domina al hombre occidental», y planteó que «el problema de la filosofía no
es la verdad, sino el lenguaje», con lo que hizo un aporte decisivo al denominado
giro lingüístico, problema que ha revolucionado la filosofía.
La obra de Heidegger, al tratar problemas ontológicos, aborda también problemas
de tipo semiótico por lo que influye directamente en los hermenéuticos: Paul
Ricoeur, Rüdiger Bubner y Hans-Georg Gadamer.
Mediante la ontología y la semiótica plantea que el objetivo de su obra es la
búsqueda del "sentido del ser", según él olvidado por la filosofía desde sus
inicios.
Pero Heidegger, luego de esa especie de anuncio programático entiende que es
previa a la buscada ontología o dilucidación del ser, una "ontología fundamental"
y al consagrarse a ella con un método fenomenológico, se dedica a un análisis
descriptivo pormenorizado y excluyente de la "existencia humana" (Dasein), con
una hondura y una originalidad, inéditas en la historia del pensamiento Occidental
y siguiendo el método fenomenológico de quien fuera su maestro Edmund
Husserl.
La fenomenología trascendental asume la tarea de describir el sentido que el
mundo tiene para nosotros antes de todo filosofar. En la fenomenología
trascendental se deshace la oposición entre empirismo y racionalismo, sin
embargo, en la medida en que asume que el orden racional del mundo nace en la
experiencia intencional, puede considerarse también una forma de racionalismo.
Con posterioridad, el resto de la obra de Heidegger que sigue al Ser y tiempo
(1927), se ocupará de otros asuntos en los que ya no se transparenta la
temática "existencial".
Esta aparente ruptura con el hilo conductor de su pensar primero, será un hito
en su discurso que el filósofo no aceptará nunca como tal. Pero muchos críticos
la denominarán: "el segundo Heidegger" y da como toda respuesta filosófica
final (literalmente) "el silencio".
Así pues, el primer Heidegger se ocupa de la característica principal del
existencialismo, esto es, es la atención que presta a la existencia concreta,
individual y única del hombre, por lo tanto, en el rechazo de la mera
especulación abstracta y universal.
El tema central de su reflexión es precisamente la existencia del ser humano,
en términos de estar fuera ( a saber, en el mundo), de vivencia, y en especial de
pathos o en todo caso, el temple de ánimo.
En expresión de Heidegger, se dedica al estudio de «el-ser-en-el-mundo».
Este primer Heidegger se caracteriza, según algunos, por su firme
pesimismo: considera al ser humano como yecto (arrojado) en el mundo;
el Dasein se encuentra arrojado a una existencia que le ha sido impuesta,
abandonado a la angustia que le revela su mundanidad, el hecho de que
puede ser en el mundo y que por consiguiente, ha de morir.
Su pesimismo, sin embargo no es como el de Sartre, pues se distancia
expresamente de éste en su Carta sobre el humanismo pues de modo
diferente a Sartre, en Heidegger, la existencia del hombre no es anterior a
su esencia porque su esencia consiste en la misma existencia:
Las consecuencias de identifcar la existencia con el ser humano son que
las cosas "son" pero no "existen" en un sentido estricto y por otra parte, la
existencia del hombre puede ser inauténtica si renuncia a su libertad.
Su eminencia dentro de la filosofía (llamada filosofía continental por
algunos autores angloamericanos), se ha visto marcada por la polémica,
sobre todo la de su adhesión al Partido Nacionalsocialista Alemán de los
Trabajadores (Nazi) que lo hizo abandonar las aulas universitarias de 1945
a 1951. Ya incorporado, algunos de sus discípulos, como Herbert Marcuse,
le sugirieron que se retractara públicamente de su discurso de 1933 (toma
de posesión del rectorado de la Universidad de Friburgo), pero el filósofo
desestimó el consejo y nunca quiso dar explicaciones.
Desde la filosofía analítica, su obra ha sido criticada con dureza, sobre
todo por Rudolf Carnap, al «primer Heidegger», sin embargo otros
representantes de la filosofía analítica, como Richard Rorty y Hubert L.
Dreyfus han acogido al «segundo» Heidegger.
Por su parte, grandes pensadores se han basado en los estudios de
Heidegger para abundar en la fenología o crear sus teorías, entre otros,
Maurice Merleau-Ponty, Emmanuel Lévinas (fenomenología), Michel
Foucault (historia de las ideas), Jacques Derrida (deconstrucción) y Paul
Ricoeur (fenomenología-hermenáutica),
Existencialismo Agnóstico.
José Ortega y Gasset (1883-1955) Filósofo liberal español, nacido de una
familia madrileña acomodada y culta. Llegó a ser colaborador del diario El Sol
desde 1917, donde publica bajo la forma de folletones dos obras importantes:
España invertebrada y La rebelión de las masas. En 1923 funda la Revista de
Occidente, siendo su director hasta 1936. Desde esta publicación promoverá la
traducción y comentario de las más importantes tendencias filosóficas y
científicas en nombres tales como: Oswald Spengler, Johan Huizinga, Edmund
Husserl, Georg Simmel, Jakob von Uexküll, Heinz Heimsoeth, Franz Brentano,
Hans Driesch, Ernst Müller, Alexander Pfänder, Bertrand Russell y otros.
Durante la II República es elegido diputado por la provincia de León con la
Agrupación al Servicio de la República. En el debate de totalidad del proyecto
de la Comisión de Constitución (27 de agosto al 9 de septiembre de 1931)
intervino como portavoz del grupo parlamentario de la Agrupación para advertir
que en el proyecto existían dos grandes problemas: la regionalización de
España (sin tomar en cuenta su nacionalidad) y la legislación sobre la Iglesia
(cree más procedente que permita al Estado conservar jurisdicción sobre su
temporalidad creando una Corporación de Derecho público).
Cuando comenzó la Guerra Civil Española en julio de 1936, Ortega se
hallaba enfermo en su domicilio; apenas tres días tras el comienzo de la
contienda, se presentaron en su domicilio varios comunistas quienes le
exigieron apoyo, pero por ser éste republicano liberal, no los apoyó, sin
embargo si se redactó una carta de apoyo a la guerra civil firmado por
Ortega, junto con Gregorio Marañón, Ramón Pérez de Ayala y otros
intelectuales. Tras su declaración salió de España, primero en París,
luego en los Países Bajos, Argentina, hasta que en 1942 fijó su
residencia en Lisboa desde donde viajaba frecuentemente a España
tras 1945.
Fundó el «Instituto de Humanidades» donde impartía sus lecciones.
Recibió el crédito y las oportunidades de expresión que correspondían a
su prestigio en Alemania.
Escribió La rebelión de las masas (1929), Aurora de la razón histórica,
un tratado filosófico sobre El pensamiento histórico, El hombre y la
gente, entre otras.
Ortega es influenciado por el existencialismo tal como puede verse en su
filosofía. Así, el objetivo de la Filosofía de Ortega es encontrar el Ser
Fundamental del mundo.
Este «Ser Fundamental» es radicalmente distinto a cualquier ser
contingente o intramundano; y también es diferente a «lo dado» (expresión
con la que Ortega se refería a los contenidos de nuestra conciencia = «lo
dado» en nuestra conciencia).
Todo contenido de conciencia es, por definición, fragmentario, y no sirve
para ofrecer el sentido del mundo y de la existencia. Este sentido sólo se
encuentra en el «Ser Fundamental» o «El Todo». Y la Filosofía es el saber
que se encarga de aproximarnos a esta cuestión.
«Filosofía» en Ortega se encuentra unida a la palabra «circunstancia», que
Ortega hace famosa en su expresión: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no
la salvo a ella no me salvo yo» (Meditaciones del Quijote, 1914). Mantiene
los principios esenciales de su perspectivismo en periodos posteriores de
su pensamiento.
Propone el perspectivismo, una doctrina filosófica que sostiene que toda
percepción e ideación tiene lugar desde una perspectiva particular (punto
de vista cognitivo). Esto significa que hay muchos esquemas
conceptuales, o perspectivas, posibles que determinan cualquier juicio de
verdad posible, lo que implica que no hay forma de ver el mundo que
pueda ser considerada definitivamente "verdadera", pero no propone
necesariamente que todas las perspectivas sean igualmente válidas. El
concepto fue creado por Leibniz y desarrollado por Nietzsche.
A partir de El tema de nuestro tiempo desarrolla el raciovitalismo, teoría
que funda el conocimiento en la vida humana como la realidad radical,
uno de cuyos componentes esenciales es la propia razón.
Para Ortega, la vida humana es la realidad radical, es decir, aquella en la
que aparece y surge toda otra realidad, incluyendo cualquier sistema
filosófico, real o posible. Para cada ser humano la vida toma una forma
concreta.
Denomina «razón vital» a un nuevo tipo de razón (en rigor, el más antiguo
y primario), y «raciovitalismo» al modo de pensar que se apoya en su
nuevo concepto de razón. La razón vital es una razón que se va
realizando constantemente en la vida a la cual es inherente.
Su Teoría de la razón vital e histórica es un modelo de razón como superación
de la razón pura que permitiera el avance de las ciencias naturales humanas,
porque era insuficiente para aprender la vida.
Así La Persona se constituye en Ser por esta misma subjetividad, por lo que
hay una interrelación entre el hombre y su realidad: “Yo y mi circunstancia”.
Le otorga suma importancia a la singularidad en base a su necesidad
sociológica (la lógica de la filosofía de la historia) y esta en contra de “la
masa” a la que denomina como snob (sin nobleza).
El hombre es un ser que se encuentra inmerso, sumergido en una
circunstancia (o naturaleza), la cual le presenta distintas concepciones de su
estado físico y mental. Por tanto deja al hombre la misión de satisfacerlas.
En el cumplimiento de tal tarea, es que el hombre crea la técnica, que, según
este autor, podemos definir como «la reforma que el hombre impone a la
naturaleza en vista de la satisfacción de sus necesidades» y definía al hombre
como un «ser compuesto de realidades circunstanciales creadas por la
opacidad en la forma de pensar y en el sedentarismo como fuente inspiradora
de las culturas neopensantes incapaces de olvidar la tirantez que usurpa el
conjunto de la sabiduría».
Existencialismo Agnóstico.
Albert Camus (1913-1960) Fue un novelista, ensayista, dramaturgo y filósofo
francés nacido en Argelia y desarrolló un humanismo fundado en la conciencia
del absurdo de la condición humana. En 1957, a la edad de 44 años, se le
concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de
relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de hoy».
Comenzó a escribir a muy temprana edad, sus primeros textos fueron publicados
en la revista Sud en 1932. Tras la obtención del bachillerato, obtiene un diploma
de estudios superiores en letras, en la rama de filosofía. La tuberculosis le impide
participar en el examen de licenciatura.
En 1935 comenzó a escribir El revés y el derecho que fue publicado dos años
más tarde. En Argel funda el Teatro del Trabajo que en 1937 reemplaza por El
Teatro del Equipo. En esos años, abandona el Partido Comunista por serias
discrepancias, como el Pacto germano-soviético y su apoyo a la autonomía del
PC de Argelia respecto al Partido Comunista Francés.
Camus entra a trabajar en el Diario del Frente Popular, creado por Pascal Pia:
su investigación La miseria de la Kabylia tiene un resonante impacto. En 1940,
el Gobierno General de Argelia prohíbe la publicación del diario y maniobra para
que Camus no pueda encontrar trabajo. Camus emigra entonces a París y
trabaja como secretario de redacción en el diario Paris-Soir. En 1943, trabaja
como lector de textos para Gallimard, importante casa editorial parisina, y toma
la dirección de Combat cuando Pascal Pia es llamado a ocupar otras funciones
en la Resistencia contra los alemanes.
El anarquista Andre Prudhommeaux lo presentó, en 1948, por primera vez, en
el movimiento libertario, en una reunión del Círculo de Estudiantes Anarquistas.
Camus escribió a partir de entonces para publicaciones anarquistas, siendo
articulista de Le Libertaire (precursor inmediato de Le Monde libertaire), Le
révolution proletarienne y Solidaridad Obrera (de la CNT). Camus, junto a los
anarquistas, expresó su apoyo a la revuelta de 1953 en Alemania Oriental.
Estuvo apoyando a los anarquistas en 1956, primero a favor del levantamiento
de los trabajadores en Poznan, Polonia, y luego, en la Revolución húngara. Fue
miembro de la Fédération Anarchiste.
Camus se apoyó en el existencialismo para expresar su angustia en
contra de Francia y el pueblo Argelino, pero cuando el pueblo argelino se
opuso a su nacionalidad francesa, entró en crisis existencial y pasó al
bando anarquista convirtiéndolo en férreo luchador contra la ideología.
Elaboró una reflexión sobre la condición humana, rechazando la fórmula
de un acto de fe en Dios, en la historia o en la razón, su postura
anárquica lo hizo oponerse simultáneamente al cristianismo, al marxismo
y al final, incluso, al existencialismo.
En adelante no dejó de luchar contra todas las ideologías y las
abstracciones que alejan al hombre de lo humano, lo que definió como la
Filosofía del absurdo, además de haber sido un convencido anarquista,
dedicando parte importante de su libro El hombre rebelde a exponer,
cuestionar y filosofar sobre sus convicciones, y demostrar lo destructivo
de toda ideología que proponga una finalidad en la historia.