2BAC_M_files/MIGUEL HERNANDEZ(presentacion con canciones).

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POESÍA DEL SIGLO XX

MIGUEL HERNÁNDEZ

MENÚ

Obra

Generación del 27

Cronología

Vida

Poemas

Tristes guerras si no es amor la empresa.

Tristes, tristes. Tristes armas si no son las palabras.

Tristes, tristes.

Tristes, hombres si no mueren de amores.

Tristes, tristes… Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío: claridad absoluta, transparencia redonda.

Limpidez cuya extraña, como el fondo del río, con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda…

VIDA…

Infancia

Primera estancia en Madrid

Guerra y muerte

Primeras publicaciones

Menú

CRONOLOGÍA…

1931 - 1932

1933

1934 y 1939

Menú

POEMAS…

ELEGÍA

BOCA

LAS ABARCAS DESIERTAS

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

EL NIÑO Y EL YUNTERO

NANAS DE CEBOLLA

EL ÚLTIMO RINCÓN

SENTADO SOBRE LOS MUERTOS

A MI HIJO

VUELO

MUERTE NUPCIAL

YO NO QUIERO MAS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO

TODO ERA AZUL

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COMENTARIO 1ª PÁGINA

Resumen, tema y apartados: Observamos el afán de Miguel Hernández por la por la naturaleza y también su fe religiosa. El término propios se vuelve único.

El autor nos afirma que lo único que hará transformar a esa persona y no ser únicamente

barro barro,

lo usa el autor para representar los elementos que los hombres tienen en común por el hecho de ser humanos. Sin embargo, se basa en la teoría de que Dios crea al hombre, ya que Adán estaba hecho de barro y fue él, el representante del ser humano, por lo tanto se designa como símbolo de la esencia común de la humanidad; y posteriormente cada persona al añadir sus rasgos i/o valores será el sentimiento de amar. De esta forma, podemos decir que aparece la figura del amor representada por “la huella”: al pisar el

barro

, transformará a Miguel en alguien personificado. Por último, podemos observar un sentimiento de tristeza del autor, por falta de amor. Durante el poema, podemos relacionar, la contraposición de la mujer vista como nardo y el despliegue de barros, bueyes, entre otros con que se la acecha. El barro es el lado anónimo de un camino que sólo puede ser personalizado si es pisado por la mujer que el autor idealiza. Puede que, una vez sea pisado, no sólo se dotará de identidad, sino que el autor mostrará el miedo a que quiera absorberla hasta crear un mismo cuerpo y no poder ser destruido jamás, ya que aquí inicia el dilema de que una vez nuestro cuerpo muere, se convierte en barro. El tema de esta poesía es el convencimiento del autor de la necesidad de amar para poder crear una única y auténtica identidad. También está presente el tema de la naturaleza ya que nombra a distintos seres vivos y plantas así como el tema de fe religiosa, muy frecuentes en su época. Como estructura del poema, podemos diferenciar tres etapas: 1. La primera, hasta la cuarta estrofa (“Coloco relicarios de mi especie...”): El autor se define, en esta primera parte, nos muestra sus sentimientos y la admiración que siente por su musa. 2. La segunda, desde la quinta estrofa hasta la séptima: podemos observar como el autor deja reflejada su tristeza y angustia por la necesidad de ese amor. 3. Debemos realzar la octava estrofa, esencial en el poema ya que nos explica el porqué existe esa necesidad de obtener su amor, ya que es así como llenara su cuerpo de identidad.

4. La tercera, desde la novena a la decimocuarta estrofa: aquí se nos muestra el proceso que el autor hace evolucionar hasta

debatirse, en la última estrofa el qué va suceder si muere.

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Poema analizado

Hoja 1

Hoja 2

COMENTARIO 2ª PÁGINA

Métrica y recursos estilísticos: Después de haber analizado el poema, hemos observado que su métrica sobrepasa el soneto.

La rima del poema es asonante y consonante en todos los versos, ya que el autor se ha dedicado a hacer modificaciones de la rima final de cada verso para que coincida. Pero la rima de este poema es un poco especial. Para entenderlo, vamos a analizar las primeras estrofas ya que luego usa la misma técnica: Las dos primeras estrofas, observamos que tienen la rima en los impares (verso uno, tres y cinco) con -

ame

(lame, lame e infame) y en los pares (verso dos y cuatro) con

-ino

(destino, camino), y es aquí donde vemos la modificación del poeta, ya que el último verso no hace rima con los pares de esta estrofa, sino con el segundo verso de la tercera y cuarta estrofa con

-ada

(desplegada, idolatrada, pisada). Mientras que la tercera estrofa riman el primero con el cuarto ( quedado libre en la estrofa anterior. poeta). veinte y veintidós (“gavilán de ala” y “ramo derretido”) entre otras. verso veinte y el veintidós. que se repite la estructura gramatical.

-echo)

y el tercero con el quinto ( autor establece una relación entre dos términos que tienen significados opuestos.

-ores)

; Entonces se repite esta situación de empalmar la rima, teniendo en cuenta que cada dos estrofas se recupera la rima del verso que había Destacar la aparición de ciertos versos que son de catorce sílabas, es decir, alejandrinos: en el verso: nueve, once, treinta y cuatro y cuarenta y dos). Finalmente, puede considerarse un soneto (aunque con sutiles variaciones del Los recursos estilísticos más destacables, son, en primer lugar la abundancia de metáforas que el autor usa en todo el poema, para describir sus sentimientos, opiniones y pensamientos, en el verso trece (“talón mordiente”), en el verso También observamos ciertas anáforas ya que hay repeticiones de grupos de palabras al inicio de verso, en la octava estrofa (“barro en vano...”); en la séptima estrofa con el termino (“Cuando”) y la repetición de (“bajo a tus pies..”) en el Encontramos en la segunda estrofa un paralelismo (“soy un triste instrumento...” “soy una lengua dulce...”) ya Podemos observar una comparación en la sexta estrofa, y en la estrofa undécima se puede encontrar una antítesis ya que el

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Poema analizado

Hoja 1

Hoja 2

ME LLAMO BARRO AUNQUE MIGUEL ME LLAME

Me llamo barro aunque Miguel me llame.

Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame. Soy un triste instrumento del camino. Soy una lengua dulcemente infame a los pies que idolatro desplegada.

Bajo a tus pies un ramo derretido de humilde miel pataleada y sola, un despreciado corazón caído en forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola, barro en vano vertiendo voy mis brazos, barro en vano te muerdo los talones, dándole a malheridos aletazos sapos como convulsos corazones. de corrosiva piel y vengativa uña. Teme que el barro crezca en un momento, teme que crezca y suba y cubra tierna, tierna y celosamente tu tobillo de junco, mi tormento, teme que inunde el nardo de tu pierna y crezca más y ascienda hasta tu frente. Como un nocturno buey de agua barbech que quiere ser criatura idolatrada, embisto a tus zapatos y a sus alrededores y hecho de alfombras y de besos hecho tu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especie a tu talón mordiente, a tu pisada, y siempre a tu pisada me adelanto para que tu impasible pie desprecie todo el amor que hacia tu pie levanto. Más mojado que el rostro de mi llanto, cuando el vidrio lanar del hielo bala, cuando el invierno tu ventana cierra bajo a tus pies un gavilán de ala, de ala manchada y corazón de tierra.

Apenas si me pisas, si me pones la imagen de tu huella sobre encima, se despedaza y rompe la armadura de arrope bipartido que me ciñe la boca en carne viva y pura, pidiéndote a pedazos que la oprima siempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima, los sollozos agitan su arboleda de lana cerebral bajo tu paso.

Y pasas, y se queda incendiando su cera de invierno ante el ocaso, mártir, alhaja y pasto de la rueda. Harto de someterse a los puñales circulantes del carro y la pezuña, teme del barro un parto de animales Teme que se levante huracanado del bando territorio del invierno y estalle y truene y caiga diluviado sobre tu sangre duramente tierno. Teme un asalto de ofendida espuma y teme un amoroso cataclismo. Antes que la sequía lo consuma el barro ha de volverte de lo mismo.

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Hoja 1

Hoja 2

GENERACIÓN DEL 27

La denominada Generación del 27 fue una constelación de autores que surgió en el panorama cultural español alrededor del año 1927, en que se celebró el tricentenario de la muerte del poeta barroco Luis de Góngora. Estos autores aprovecharon esta fecha para reivindicar la poesía que este autor compuso en la última época de su vida (Culteranismo), desprestigiada por la crítica decimonónica. Tanto escritores como profesores e intelectuales celebraron en homenaje a Góngora una serie de actos (conferencias, etc.) en el Ateneo de Sevilla en ese año que se ha venido a considerar el acta fundacional del grupo.

Los principales representantes del grupo son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández y Luis Cernuda. El acontecimiento que los unió y les dio el nombre fue el homenaje que el grupo hizo a Luis de Góngora en el año 1927 en Sevilla, al conmemorarse el tercer centenario de su muerte. Hay que destacar la influencia ejercida por Juan Ramón Jiménez. Además, todos sienten la necesidad de encontrar un lenguaje poético que exprese mejor los temas que tratan.

La poesía de esta generación se caracteriza por: Tradición y vanguardismo. Aunque desean encontrar nuevas fórmulas poéticas, no rompen con nuestras tradiciones y sienten admiración por el lenguaje poético de Góngora, por nuestros autores clásicos y por las formas populares del Romancero.

A la par que lo tradicional, las corrientes de vanguardia, sobre todo el surrealismo, ejercen gran influencia en el grupo del 27. Los escritores surrealistas exploran el mundo de lo inconsciente y pretenden alcanzar la belleza absoluta, que está por encima de la realidad.

Intención estética Intentan encontrar la belleza a través de la imagen. Pretenden eliminar del poema lo que no es belleza y, así, alcanzar la poesía pura. Quieren representar la realidad sin describirla; eliminando todo aquello que no es poesía.

Temática . Sienten especial interés por los grandes asuntos del Hombre, como el amor, la muerte, el destino... y los temas cargados de raíces populares.

Estilo . Se preocupan fundamentalmente de la expresión lingüística y buscan un lenguaje cargado de lirismo.

Versificación , Utilizan estrofas tradicionales (romance, copla...) y clásicas (soneto, terceto...). También utilizan el verso libre y buscan el ritmo en la repetición de palabras, esquemas sintácticos o paralelismo de ideas.

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VIDA INFANCIA

Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela el 30 de octubre de 1910. La familia de Miguel estaba compuesta por el matrimonio, un niño, Vicente , y una niña, Elvira. El padre, Miguel Hernández Sánchez, se dedicaba a la crianza y pastoreo de ganado. Su madre, Concepción Gilabert Giner, se ocupaba de la casa. El matrimonio tuvo, en total, siete hijos, de los que sólo sobrevivieron cuatro: Vicente, Elvira, Miguel y Encarnación. A los cuatros años del nacimiento de Miguel, su padre decide trasladar el hogar familiar a una casa más amplia, situada en la calle Arriba (actualmente Casa Museo). La infancia del poeta transcurre entre los juegos y el trabajo. Desde los siete años ayuda a su hermano Vicente en las tareas del pastoreo, aprendiendo de él este oficio.

Su padre consigue que le admitan en las Escuelas del Ave María, anexas al Colegio Santo Domingo. A la edad de nueve años se inicia el aprendizaje escolar de Miguel.

En el curso de 1924 se incorpora Miguel a las clases, donde también estudiaba Ramón Sijé, el que más tarde sería su gran amigo. Pronto destaca el interés de Miguel por la lectura y los estudios, consiguiendo excelentes calificaciones. En marzo de 1925 tiene que abandonar sus estudios en el Colegio Santo Domingo ante la crisis económica que atraviesa su familia.

Su padre le necesita para atender el ganado pero, pese a todo, él aprovecha sus horas de pastoreo en la sierra para seguir estudiando. Miguel se convierte en un asiduo visitante de la biblioteca de Luis Almarcha, sacerdote y canónigo de la catedral oriolana.

Allí descubre a los principales escritores clásicos de lengua española, así como traducciones de escritores griegos y latinos. En esta etapa también se siente atraído por el teatro. Lee con avidez la colección teatral "La Farsa" y junto con otros amigos forman un grupo teatral. Miguel representa diversos papeles en actuaciones realizadas en la Casa del Pueblo y en el Círculo Católico.

INFANCIA

VIDA PRIMERAS PUBLICACIONES

Miguel Hernández empieza a escribir poesías, aproximadamente hacia 1925. Su principal fuente de inspiración es el entorno en el que vive: la huerta, su patio, la montaña, las cabras, el pastoreo, el río, etc. Miguel aprovecha cualquier ocasión para escribir. Incluso tiene que esconderse de su padre, a quien le molesta esa afición poética de su hijo.

Algunos diarios de la provincia comenzaron a publicar sus primeros poemas. El primero que aparece publicado es el titulado "Pastoril", en el periódico local

El Pueblo de Orihuela.

Tras esta aparición pública del joven poeta se irán prodigando sus colaboraciones en la prensa local y, posteriormente, en la provincial.

Así, sus poemas van apareciendo en realizando en esos momentos.

Voluntad, Actualidad, El Día, Destellos, La Verdad, etc.

Se trata, en estos primeros ensayos creativos, de una poesía mimética en la que el joven Miguel va buscando su propia identidad a través de todas las lecturas que está La mayor parte de estos poemas adolescentes están compuestos en arte menor combinando romancillos, octosílabos, heptasílabos, etc., con bastante destreza.

Se forma el llamado "Grupo de Orihuela", como fruto de la amistad entre Carlos Fenoll, Miguel Hernández y Ramón Sijé. Sus inquietudes literarias les animan a reunirse periódicamente en la tahona propiedad del padre de Carlos Fenoll. Cada uno compagina su trabajo o sus estudios con estas aficiones literarias, por lo que tienen que celebrar las reuniones al acabar la jornada.

PRIMERAS PUBLICACIONES

VIDA PRIMERA ESTANCIA EN MADRID

En 1931 realiza su primer viaje a Madrid y, al no encontrar el apoyo que esperaba, regresa a Orihuela. Participa en Orihuela en un homenaje a Gabriel Miró. En 1933 se edita su primer libro,

Perito en lunas

. En 1934 realiza su segundo viaje a Madrid. Este viaje supone un cierto triunfo para él. Se publica en la revista

Cruz y Raya

su auto sacramental

Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras

. Comienza a relacionarse con grandes poetas como Alberti, Rosales, Aleixandre y Neruda. Regresa a Orihuela en verano.

En septiembre formaliza su noviazgo con Josefina Manresa.

En noviembre de 1934, después de comenzar el drama titulado

El torero más valiente

, vuelve a Madrid. En esta ocasión conocerá mejor el ambiente literario.

En 1935 colabora en las "Misiones Pedagógicas". Comienza su trabajo en la enciclopedia

Los Toros,

con José María de Cossío. Miguel participa, en Cartagena, en un acto-homenaje a Lope de Vega. Escribe el drama

Los hijos de la piedra

. Su amigo Ramón Sijé fallece en diciembre de 1935.

En 1936 publica su "Elegía" dedicada a Ramón Sijé. Se edita su libro de poemas

El rayo que no cesa

. Termina su obra teatral

El labrador de más aire

. Se incorpora al Ejército Popular de la República. Es nombrado Comisario de Cultura.

PRIMERA ESTANCIA EN MADRID

VIDA GUERRA Y MUERTE

En febrero de 1937 es destinado en Andalucía al "Altavoz del Frente". En marzo se casa con Josefina Manresa. Participa en el II Congreso Internacional de Intelectuales en Defensa de la Cultura, celebrado en Valencia. Realiza un viaje a la URSS, formando parte de una delegación española enviada por el Ministerio de Instrucción Pública, para asistir al V Festival de Teatro Soviético. Se publican

Viento del Pueblo

,

Teatro en la guerra

y

El labrador de más aire

. En diciembre nace su primer hijo, Manuel Ramón.

En otoño de 1938 muere su hijo y ello provoca una serie de poemas que anuncia en su libro

Cancionero y romancero de ausencias

. Escribe el drama

Pastor de la muerte

. Actúa como soldado, y como poeta, en diversos frentes.

En 1939 nace su segundo hijo, Manuel Miguel. En abril el general Franco declara concluida la guerra. Miguel intenta escaparse a Portugal, pero se lo impide la policía portuguesa y es entregado a la Guardia Civil fronteriza. Tras su paso por Huelva y Sevilla, en la prisión de Torrijos en Madrid, donde compone las famosas

"Nanas de la cebolla

". Puesto, inesperadamente, en libertad, es detenido de nuevo en Orihuela. En 1940 se le traslada a la prisión de la plaza de Conde de Toreno en Madrid. Es condenado a la pena de muerte.

Más tarde la condena es conmutada por la de 30 años de prisión. En septiembre, es trasladado a la prisión de Palencia y en noviembre, al penal de Ocaña.

En 1941 es trasladado al Reformatorio de Adultos de Alicante. Se manifiesta una grave afección pulmonar que se complica con tuberculosis.

En 1942 muere en la enfermería de la prisión alicantina y es enterrado en el cementerio de Nuestra Señora del Remedio de Alicante. Contaba, a su muerte, con 31 años de edad

GUERRA Y MUERTE

OBRA

de Como escribe Leopoldo de Luis, en poco más de una década, Miguel vivió una aventura lírica de gran riqueza y de sorprendente evolución. Deslumbrado por el juego barroco de Góngora y de los gongoristas de su tiempo -Alberti, Diego...-, escribió el cuadro multicolor

Perito en lunas

. Deslumbrado por la belleza bucólica de Garcilaso, por su "dolorido sentir", y por "las furias y penas" de Quevedo, escribió

El rayo que no cesa

. Deslumbrado por la simbología ascética y conceptual de Calderón, escribió

Quién te ha visto y quién te ve

. Deslumbrado por el turbión del surrealismo y su libertad asociativa, escribió poemas como 'Mi sangre es un camino', 'Sino sangriento', las odas a Neruda y Aleixandre y algunos otros poemas. Deslumbrado por el heroísmo popular, escribió

Viento del pueblo

. Y ya no deslumbrado, pero sí amargamente sorprendido por el dolor y por la miseria de los comportamientos humanos, escribió

El hombre acecha

y

Cancionero y romancero de ausencias

tanto por su propio valor como por sus relaciones de época. Aparece en un momento brillante: cuando la famosa Generación del 27 está mostrando su obra más representativa.

. La presencia de Miguel Hernández en el panorama de la poesía española es importante Participa también de la Generación del 36, de su corriente social inspirada en los movimientos obreros y reivindicativos, línea en la que Miguel se encuentra particularmente atraído en cuanto que lleva dentro un innato sentido de la justicia y un vehemente amor al pueblo. La guerra civil, que irrumpe aquel verano del 36 trastornando toda la sociedad española, situará a Miguel en el centro de un importante movimiento de poesía comprometida con la situación. Entusiasta y vitalista por naturaleza, no podía Miguel librar su poesía de las amargas circunstancias concitadas contra él y contra los suyos. Víctima a lo largo de su vivir de tantas injusticias, se convierte en el más grave cantor de esas tres terribles ausencias que son la guerra, la cárcel y la muerte. Joya de la poesía del amor herido tanto como de la poesía del aherrojamiento, su última producción lo convierte en uno de los más altos poetas españoles de todos los tiempos. Por otra parte, la obra hernandiana de esos últimos años abrió caminos para la poesía de posguerra. Intensa producción hernandiana la de 1938 a 1940, buena parte escrita desde la cárcel, que se proyecta hacia los jóvenes salidos de la contienda, sin duda desorientados y confusos, sin maestros y algunos hasta casi sin voz.

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CRONOLOGÍA PÁGINA 1

En este apartado podremos observar algunos de los momentos más relevantes en la vida de el poeta Miguel Hernández Gilabert.

1931 Diciembre -. Carta a Ramón Sijé, firmando como Jorge Orca.

-9. Ramón Sijé publica un artículo sobre Miguel en el "Diario de Alicante".

1932 Enero -. Pide a Sijé que le envíe 3 ejemplares de “La Gaceta Literaria”.

-. Reportaje de Giménez Caballero sobre Miguel Hernández en “La Gaceta Literaria”.

Febrero -. Reportaje de Francisco Martínez Corbalán en “Estampa”, con entrevista a Miguel Hernández.

Marzo -. Carta a Sijé: esa semana ESCUCHARÁ A García Lorca en una conferencia.

-. Carta a Sijé: no pudo escuchar a Lorca.

-. Carta a Sijé: espera ganar un premio al que se ha presentado.

Abril -. Carta a Sijé. Ya no quiere ser poeta.

Octubre -. Conoce a Carmen Conde y a Federico García Lorca en Murcia.

-. Se celebra en Orihuela, un homenaje a Gabriel Miró, con participación de Miguel.

-. Carta a Luis Almarcha: pide dinero para ingresar en la escuela de periodismo del diario madrileño “El Debate”.

Noviembre -. Carta a Jesús Poveda: le pregunta qué tiene que hacer para ser marino.

-. Carta a Raimundo de los Reyes: pregunta si ha recibido el manuscrito de "Perito en lunas" y le comunica el título que piensa dar al anterior, “Poliedros”.

Diciembre -. Firma el contrato de "Perito en lunas" en la casa murciana de Raimundo de los Reyes.

-. Envía a Raimundo de los Reyes cinco octavas más de su libro.

1931 - 1932

CRONOLOGÍA PÁGINA 2

1933 Enero -. Primera edición de "Perito en lunas", en la editorial La Verdad, de Murcia.

-. José Ballester escribe sobre "Perito... " en "La Verdad".

Febrero -. Alfredo Marqueríe critica "Perito..." en "Informaciones".

Marzo -Rafael Urbano publica en "El Liberal", de Sevilla, la reseña de "Perito..." Abril Mayo -. Carta a Lorca: se lamenta del poco eco de "Perito..." -. Miguel y Sijé pronuncian una conferencia en el Ateneo de Alicante.

-. Envía a Juan Guerrero, el “Cónsul General de la poesía”, la “Elegía de la novia lunada” para que la publique en "El Sol".

Julio -. Carmen Conde y Antonio Oliver le invitan a la Universidad Popular de Cartagena para que recite la “Elegía-media del toro”.

Agosto -. Carta al director de la revista gaditana “Isla”, Pedro Pérez Clotet: ha recibido el número 2-3 de su publicación, donde aparece una octava real suya.

Noviembre -. Publica en "La Verdad", de Murcia, la prosa “Espero en desaseo”, narrando el encuentro con Josefina Manresa.

Diciembre -. "El Diario de Cádiz" publica su comentario al libro "Trasluz", de Pérez Clotet.

1933

CRONOLOGÍA PÁGINA 3

1934 Junio -. Aparece el primer número de la revista “El Gallo Crisis”, dirigida por Sijé, y con los poemas de Miguel:"Eclipse Celestial" y “Profecía sobre el campesino”. Regresa a Orihuela.

Julio -. En la revista “Cruz y Raya” aparece la primera parte del Auto Sacramental “ Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras”.

Agosto -. En el segundo número de "El Gallo Crisis" publica “ A María Santísima” y “ LA MORADA-amarilla”.

-. El diario "ABC" rechaza la publicación de “Elegía de Sánchez Mejías” de Miguel.

-. Aparece la segunda parte del Auto Sacramental en "Cruz y Raya".

Diciembre -. Se encuentra con Neruda en la Universidad de Madrid.

1939 Abril -. Termina de imprimir en Valencia “El hombre acecha”, y aún sin encuadernar una comisión depuradora franquista, presidida por el profesor Joaquín de Entrambasaguas ordena la destrucción de los 50000 ejemplares tirados. Pero dos ejemplares salvados permitirán reeditar el libro en 1981.

Agosto -. La sección de ediciones envía un ejemplar de "Teatro en la guerra", de 48 páginas, al Juzgado Especial de Prensa. Recibe la visita de Eduardo Llosent y la del abogado Diego Romero.

Septiembre -. El juez pide ejemplares de “El Sol” (19 Nov. 1937) y “ La Voz”( 10 Jun. y 9 Dic. 1937).

-. Anuncia a Josefina el envío de las “Nanas de la cebolla”.

1934 - 1939

LAS ABARCAS DESIERTAS

Por el cinco de enero, cada enero ponía mi calzado cabrero a la ventana fría.

Y encontraban los días, que derriban las puertas, mis abarcas vacías, mis abarcas desiertas.

Nunca tuve zapatos, ni trajes, ni palabras: siempre tuve regatos, siempre penas y cabras.

Me vistió la pobreza, me lamió el cuerpo el río, y del pie a la cabeza pasto fui del rocío.

Por el cinco de enero, para el seis, yo quería que fuera el mundo entero una juguetería.

Y al andar la alborada removiendo las huertas, mis abarcas sin nada, mis abarcas desiertas.

Ningún rey coronado tuvo pie, tuvo gana para ver el calzado de mi pobre ventana.

Toda la gente de trono, toda gente de botas se rió con encono de mis abarcas rotas.

Rabié de llanto, hasta cubrir de sal mi piel, por un mundo de pasta y un mundo de miel.

Por el cinco de enero, de la majada mía mi calzado cabrero a la escarcha salía.

Y hacia el seis, mis miradas hallaban en sus puertas mis abarcas heladas, mis abarcas desiertas.

Poemas

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VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta.

Nunca medraron los bueyes en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza?

¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza, vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas; andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma, catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada, leoneses, navarros, dueños del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la minería, señores de la labranza, hombres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner gentes de la hierba mala, yugos que habéis de dejar rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos de humildad y olor de cuadra: las águilas, los leones y los toros de arrogancia, y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba.

La agonía de los bueyes tiene pequeña la cara, la del animal varón toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta.

Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.

Poemas

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EL NIÑO Y EL YUNTERO

Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta, a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo de vacas, trae a la vida un alma color de olivo vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra, y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvia y se alhaja de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido, con una ambición de muerte despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es más raíz, menos criatura, que escucha bajo sus pies la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde en la tierra lentamente para que la tierra inunde de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, y declarar con los ojos que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho, y su vida en la garganta, y sufro viendo el barbecho tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará este chiquillo menor que un grano de avena?

¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón de los hombre jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros.

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ELEGÍA

(En Orihuela, su pueblo y el mío se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería.) Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumentos, a las desalentadas amapolas daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado, que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, un hachazo invisible y homicida, un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión mas grande que mi herida, lloro mi desventura y sus conjuntos y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos, y sin calor de nadie y sin consuelo voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta de piedras, rayos y hachas estridentes, sedientas de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera por los altos andamios de las flores pajareará tu alma colmenera de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas y tu sangre se irá a cada lado disputando tu novia y las abejas.

tu corazón sea terciopelo ajado, llama a un campo de almendras espumosas mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas de almendro de nata te requiero que tenemos que hablar de muchas cosas compañero del alma, compañero.

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Poemas

EL ÚLTIMO RINCÓN

El último y el primero: rincón para el sol más grande, sepultura de esta vida donde tus ojos no caben.

Allí quisiera tenderme para desenamorarme.

Por el olivo lo quiero, lo persigo por la calle, se sume por los rincones donde se sumen los árboles.

Se ahonda y hace más honda la intensidad de mi sangre.

Los olivos moribundos florecen en todo el aire y los muchachos se quedan cercanos y agonizantes.

Carne de mi movimiento, huesos de ritmos mortales: me muero por respirar sobre vuestros ademanes.

Corazón que entre dos piedras ansiosas de machacarte, de tanto querer te ahogas como un mar entre dos mares.

De tanto querer me ahogo, y no me es posible ahogarme.

Beso que viene rodando desde el principio del mundo a mi boca por tus labios.

Beso que va a un porvenir, boca como un doble astro que entre los astros palpita por tantos besos parados, por tantas bocas cerradas sin un beso solitario.

¿Qué hice para que pusieran a mi vida tanta cárcel?

Tu pelo donde lo negro ha sufrido las edades de la negrura más firme, y la más emocionante: tu secular pelo negro recorro hasta remontarme a la negrura primera de tus ojos y tus padres, al rincón de pelo denso donde relampagueaste.

Como un rincón solitario allí el hombre brota y arde.

Ay, el rincón de tu vientre; el callejón de tu carne: el callejón sin salida donde agonicé una tarde.

La pólvora y el amor marchan sobre las ciudades deslumbrando, removiendo la población de la sangre.

El naranjo sabe a vida y el olivo a tiempo sabe.

Y entre el clamor de los dos mis pasiones se debaten.

El último y el primero: rincón donde algún cadáver siente el arrullo del mundo de los amorosos cauces.

Siesta que ha entenebrecido el sol de las humedades.

Allí quisiera tenderme para desenamorarme.

Después del amor, la tierra.

Después de la tierra, nadie.

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BOCA

Boca que arrastra mi boca.

Boca que me has arrastrado boca que vienes de lejos a iluminarme de rayos.

Alba que das a mis noches un resplandor rojo y blanco.

Boca poblada de bocas pájaro lleno de pájaros.

Canción que vuelve las alas hacia arriba y hacia abajo.

Muerte reducida a besos, sed de morir despacio, das a la grama sangrante dos tremendos aletazos.

El labio de arriba el cielo y la tierra el otro labio.

Beso que rueda en la sombra beso que viene rodando desde el primer cementerio hasta los últimos astros.

Beso que va a un porvenir de muchachas y muchachos, que no dejarán desiertos ni las calles, ni los campos.

Cuánta boca ya enterrada, sin boca, desenterramos Bebo en tu boca por ellos, brindo en tu boca por tantos que cayeron sobre el vino de los amorosos vasos.

Hoy son recuerdos, recuerdos besos distantes y amargos.

Boca que desenterraste el amanecer más claro con tu lengua tres palabras, tres fuegos has heredado vida, muerte, amor. Ahí quedan escritos sobre tus labios.

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A MI HIJO

Te has negado a cerrar los ojos, muerto mío, abiertos ante el cielo como dos golondrinas: su color coronado de junios, ya es rocío alejándose a ciertas regiones matutinas.

Hoy, que es un día como bajo la tierra, oscuro, como bajo la tierra, lluvioso, despoblado, con la humedad sin sol de mi cuerpo futuro, como bajo la tierra quiero haberte enterrado.

Desde que tú eres muerto no alientan las mañanas, al fuego arrebatadas de tus ojos solares: precipitado octubre contra nuestras ventanas, diste paso al otoño y anocheció los mares.

Te ha devorado el sol, rival único y hondo y la remota sombra que te lanzó encendido; te empuja luz abajo llevándote hasta el fondo, tragándote; y es como si no hubieras nacido.

Diez meses en la luz, redondeando el cielo, sol muerto, anochecido, sepultado, eclipsado.

Sin pasar por el día se marchitó tu pelo; atardeció tu carne con el alba en un lado.

El pájaro pregunta por ti, cuerpo al oriente, carne naciente al alba y al júbilo precisa; niño que sólo supo reir, tan largamente, que sólo ciertas flores mueren con tu sonrisa.

Ausente, ausente, ausente como la golondrina, ave estival que esquiva vivir al pie del hielo: golondrina que a poco de abrir la pluma fina, naufraga en las tijeras enemigas del vuelo.

Flor que no fue capaz de endurecer los dientes, de llegar al más leve signo de la fiereza.

Vida como una hoja de labios incipientes, hoja que se desliza cuando a sonar empieza.

Los consejos del mar de nada te han valido...

Vengo de dar a un tierno sol una puñalada, de enterrar un pedazo de pan en el olvido, de echar sobre unos ojos un puñado de nada.

Verde, rojo, moreno: verde, azul y dorado; los latentes colores de la vida, los huertos, el centro de las flores a tus pies destinado, de oscuros negros tristes, de graves blancos yertos.

Mujer arrinconada: mira que ya es de día.

(¡Ay, ojos sin poniente por siempre en la alborada!) Pero en tu vientre, pero en tus ojos, mujer mía, la noche continúa cayendo desolada.

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TODO ERA AZUL

Todo era azul delante de aquellos ojos y era verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.

Porque el color hallaba su encarnación primera dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.

Todo radiaba en torno como un solar de espejos.

Vivificar las cosas para la primavera poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce como sentir aquella mirada inundadora.

Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce, pero los devoraron. Y están brotando ahora penumbras como el pardo rubor de la agonía.

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YO NO QUIERO MÁS LUZ QUE TU CUERPO ANTE EL MÍO

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío: claridad absoluta, transparencia redonda.

Limpidez cuya extraña, como el fondo del río, con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda..

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho, corazón de alborada, carnación matutina?

Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.

Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.

Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.

La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.

Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.

Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.

Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.

Trago negro los ojos, la mirada distante.

Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada donde brotan anillos de una hierba sombría.

En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada, para siempre es de noche: para siempre es de día..

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MUERTE NUPCIAL

El lecho, aquella hierba de ayer y de mañana: este lienzo de ahora sobre madera aún verde, flota como la tierra, se sume en la besana donde el deseo encuentra los ojos y los pierde.

Pasar por unos ojos como por un desierto: como por dos ciudades que ni un amor contienen.

Mirada que va y vuelve sin haber descubierto el corazón a nadie, que todos la enarenen.

Mis ojos encontraron en un rincón los tuyos.

Se descubrieron mudos entre las dos miradas.

Sentimos recorrernos un palomar de arrullos, y un grupo de arrebatos de alas arrebatadas.

Cuanto más se miraban más se hallaban: más hondos se veían, más lejos, y más en uno fundidos.

El corazón se puso, y el mundo, más redondos.

Atravesaba el lecho la patria de los nidos.

Entonces, el anhelo creciente, la distancia que va de hueso a hueso recorrida y unida, al aspirar del todo la imperiosa fragancia, proyectamos los cuerpos más allá de la vida.

Espiramos del todo. ¡Qué absoluto portento!

¡Qué total fue la dicha de mirarse abrazados, desplegados los ojos hacia arriba un momento, y al momento hacia abajo con los ojos plegados!

Pero no moriremos. Fue tan cálidamente consumada la vida como el sol, su mirada.

No es posible perdernos. Somos plena simiente.

Y la muerte ha quedado, con los dos, fecundada.

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VUELO

Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto que sea como el pájaro más leve y fugitivo?

Hundiendo va este odio reinante todo cuanto quisiera remontarse directamente vivo.

Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?

Conquistaré el azul ávido de plumaje, pero el amor, abajo siempre, se desconsuela de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado, quiso ascender, tener la libertad por nido.

Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.

Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.

Ser que te confundiste con una alondra un día, te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.

Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.

A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante tubo de apetecer y respirar el fuego.

Espada devorada por el uso constante.

Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas por estas galerías donde el aire es mi nudo.

Por más que te debatas en ascender, naufragas.

No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola que el corazón quisiera lanzar al firmamento.

La sangre se entristece de debatirse sola.

Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve como un élitro ronco de no poder ser ala.

El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.

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SENTADO SOBRE LOS MUERTOS

Sentado sobre los muertos que se han callado en dos meses, beso zapatos vacíos y empuño rabiosamente la mano del corazón y el alma que lo mantiene.

Que mi voz suba a los montes y baje a la tierra y truene, eso pide mi garganta desde ahora y desde siempre.

Acércate a mi clamor, pueblo de mi misma leche, árbol que con tus raíces encarcelado me tienes, que aquí estoy yo para amarte y estoy para defenderte con la sangre y con la boca como dos fusiles fieles.

Si yo salí de la tierra, si yo he nacido de un vientre desdichado y con pobreza, no fue sino para hacerme ruiseñor de las desdichas, eco de la mala suerte, y cantar y repetir a quien escucharme debe cuanto a penas, cuanto a pobres, cuanto a tierra se refiere.

Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente.

En su mano los fusiles leones quieren volverse para acabar con las fieras que lo han sido tantas veces.

Aunque le falten las armas, pueblo de cien mil poderes, no desfallezcan tus huesos, castiga a quien te malhiere mientras que te queden puños, uñas, saliva, y te queden corazón, entrañas, tripas, cosas de varón y dientes.

Bravo como el viento bravo, leve como el aire leve, asesina al que asesina, aborrece al que aborrece la paz de tu corazón y el vientre de tus mujeres.

No te hieran por la espalda, vive cara a cara y muere con el pecho ante las balas, ancho como las paredes.

Canto con la voz de luto, pueblo de mí, por tus héroes: tus ansias como las mías, tus desventuras que tienen del mismo metal el llanto, las penas del mismo temple, y de la misma madera tu pensamiento y mi frente, tu corazón y mi sangre, tu dolor y mis laureles.

Antemuro de la nada esta vida me parece.

Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre.

Varios tragos es la vida y un solo trago es la muerte.

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NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha cerrada y pobre.

Escarcha de tus días y de mis noches.

Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda.

En la cuna del hambre mi niño estaba.

Con sangre de cebolla se amamantaba.

Pero tu sangre, escarchada de azúcar cebolla y hambre.

Una mujer morena resuelta en lunas se derrama hilo a hilo sobre la cuna.

Ríete niño que te traigo la luna cuando es preciso.

Tu risa me hace libre, me pone alas.

Soledades me quita, cárcel me arranca.

Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.

Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras.

Rival del sol.

Porvenir de mis huesos y de mi amor.

Desperté de ser niño: nunca despiertes.

Triste llevo la boca: ríete siempre.

Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.

Al octavo mes ríes con cinco azahares.

Con cinco diminutas ferocidades.

Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes.

Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma.

Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro.

Vuela niño en la doble luna del pecho: él, triste de cebolla, tú satisfecho.

No te derrumbes.

No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.

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