Todos los años, en el último domingo de Adviento, la Iglesia nos trae la figura de la Virgen María esperando al Salvador. Ella es la que.

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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


Slide 24

Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


Slide 33

Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


Slide 42

Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


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Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN


Slide 51

Todos los años, en el
último domingo de
Adviento, la Iglesia nos
trae la figura de la
Virgen María esperando
al Salvador.
Ella es la que mejor se
preparó y la que mejor
nos puede ayudar en
esta última etapa de
preparación para la
Navidad.

En este año,
ciclo B, la
Iglesia nos
trae a
consideración
la
Anunciación a
María.

Dios, para venir a
redimirnos, no buscó
grandes palacios ni
personas grandes en
títulos y grandezas
materiales. Buscó a
una mujer sencilla de
Nazaret, pero grande
en el espíritu.

En un rincón
perdido de
Galilea, allá
en la humilde
aldea de
Nazaret,
Automático

vivía una
muchacha de
tez morena, a
la que Dios
por madre
quiso
escoger.

el Dios que
trajo al
mundo la
paz y la
esperanza.
Hacer CLICK

Dios se va a hacer
hombre para salvarnos;
pero pide nuestra
colaboración. Decía san
Agustín: “Dios que te
creó sin ti, no te redimió
sin ti”.

Esta
colaboración se
la va a pedir
primeramente a la
que va a ser su
madre.

Y manda un ángel desde el cielo,

el arcángel de los grandes mensajes,
san Gabriel.

El ángel saluda a María con una palabra de
alegría:

Aunque Dios parece
que nos pide cosas
difíciles, siempre quiere
darnos la alegría. Y con
alegría debemos
acercarnos a la
Navidad, para poder
recibir a Dios y poder
decirle que “Sí”.

Y sigue el saludo del
ángel, llamándola por su
nombre, María, un
nombre que sabe a
gloria. Y especialmente
el nuevo nombre, que es
significativo de su
esencia espiritual: “Llena
de gracia”. Para eso,
Dios estaba con ella, y
por eso es bendita entre
todas las mujeres.

Es normal que aquella
joven sencilla y buena se
turbase ante tamaña
salutación.

De pronto no podía
entender tantos elogios.

Entonces el ángel
le dijo:

Automático

porque
has
hallado
gracia
delante de
Dios.

Concebirás y
darás a
luz un
niño

y le
pondrás
por
nombre
Jesús.

Ese
niño

y le
llamarán
el Hijo
del
Altísimo.

Aleluya,

Hacer CLICK

Aquel niño se llamará
“Jesús”. Para aquella
cultura era muy
importante el nombre, de
modo que Dios cambiaba
el nombre a alguna
persona para que el
nombre significase mejor
lo que iba a realizar.

Jesús significa
salvador.

Jesús nos salvará de los pecados, individuales y sociales.

Por eso será grande. Y es
más grande por anonadarse
haciéndose en todo
semejante a nosotros. Esa
grandeza no nos repele, sino
que se acerca a nosotros.

Es grande para que
nosotros seamos
grandes, podamos
elevarnos.

Hoy en la 1ª lectura el profeta le promete al rey
David la grandeza de un reino que no tendrá fin.
“Te pondré en paz con todos tus
enemigos, te haré grande y te daré una
dinastía. Y, cuando tus días se hayan
cumplido y te acuestes con tus padres,
afirmaré después de ti la descendencia
que saldrá de tus entrañas, y
consolidaré el trono de su realeza. Yo
seré para él padre, y él será para mí
hijo. Tu casa y tu reino durarán por
siempre en mi presencia; tu trono
permanecerá por siempre."»

El reino para siempre no
podía ser de espadas o
territorio, sino de algo más
importante. Por esto era
muy difícil de entender
hasta que Dios lo fue
revelando a las personas
que abrían su corazón de
verdad a la palabra de Dios.
María sí tenía abierto el
corazón al Espíritu Santo. Por
eso pudo decir el ángel a
María: “El Espíritu Santo
vendrá sobre ti…”

Seguramente que María no era
consciente de todo lo que se la
pedía y de todo lo que
significaba su aceptación,
porque era imposible captar todo
el misterio.

Pero sí captó con claridad
que era la voluntad de
Dios. Y se entregó a esa
divina voluntad con el más
importante “SÍ” de la
historia:

Hágase
en mi
Automático

Hágase en
mi según tu
palabra.

Hágase
en mi

Hágase en
mi según
tu palabra.

Hacer CLICK

Este sÍ era el primer paso. Podemos decir que no
es un “Sí” de un momento, sino un estado
continuo en su vida.

Ya de niña lo hizo
por medio de su
“Presentación en
el templo”.

Es una actitud
continua que iría
siempre a más.
María dijo “Sí”
continuamente al
Señor. Es una
entrega hecha de
fe y confianza. No
mide los
resultados, sino
que se pone en
las manos de
Dios.

Al decir “Sí” o “hágase”, se reconoce “esclava del
Señor”. Esclava porque está en actitud de
servidora de Dios y servidora de los demás. Por
eso cuando se entera por el ángel que su prima
Isabel puede necesitar ayuda, corre a servir.

Dos virtudes
esenciales
debemos tener,
como
preparación
para la
Navidad: Decir
“Sí” al Señor y
estar en actitud
de servicio.

En estos días inmediatos a la Navidad
contemplamos a María que va con José
camino de Belén.
Caminemos
también
nosotros
con la fe y
el amor
para que
nazca y se
quede en
nuestro
corazón.

Caminando un borriquito, caminando va a
Belén,
Automático

Y María lleva dentro a Jesús que va a
nacer.

Muy cansada va María, muy cansado
va José.

a Jesús que
va a nacer?

¿Quién le presta un rinconcito
a Jesús que
va a nacer?

Hoy, María,
yo quisiera a
tu lado y con
José

ofrecer mi
amor al
Niño, a
Jesús que
va a nacer.

Ofrecer mi
amor al Niño,
a Jesús que
va a nacer.

Quiera Dios que en nuestra casa

haya
paz,
amor y
bien

y un rincón que esté aguardando

a Jesús
que va a
nacer.

Y un
rincón
que esté
aguardando

A
Jesús
que va
a
nacer…

Que la
Virgen
María,
que
espera
amorosa
la venida
de Jesús,

nos
ayude a
esperarle
con
amor y
paz.

AMÉN