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Las letanías son alabanzas, piropos de amor, de
ternura. ¿Te aburres rezándolas? No amas, no
comprendes. ¿Te gustan? Sí amas, sí comprendes.
El que las inventó sí amaba, sí comprendía. Son, en
definitiva, un poema de amor; sólo quien ama a María lo
entiende. Dile a los enamorados que son aburridos
porque repiten con frecuencia frases de amor.
Padre Mariano de Blas L.C
Torre de marfil
El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto
pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que
lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María
está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de
santidad, de pureza.
Casa de oro
Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los
metales, el oro. Si una casa se construye completamente de
oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale
más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los
mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como
por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos
valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos
comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se
llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.
PORTUGAL, EN UN PUEBLITO DE
FÁTIMA, 1917.
APARICIONES DE LA SANTÍSIMA
VIRGEN A TRES PASTORCITOS
Segunda aparición de la Virgen de Fátima:
13 de Junio:
La blanca Señora estaba allí, exactamente igual
que el mes anterior.
-¿Qué queréis?, preguntaron los niños.
- “Que volváis aquí el 13 del próximo mes y
recitéis todos los días el santo Rosario.”
CONSEJOS DE UN SANTO:
JOSEMARÍA ESCRIVÁ DE BALAGUER
“FORJA”
“Aquella madre -santamente apasionada, como todas las madres- a su
hijo pequeño le llamaba: su príncipe, su rey, su tesoro, su sol.
Yo pensé en ti. Y entendí -¿qué padre no lleva en las entrañas algo
maternal?- que no era ponderación el decir de la madre buena: tú... eres
más que un tesoro, vales más que el sol; ¡toda la Sangre de Cristo!
¿Cómo no voy a tomar tu alma -oro puro- para meterla en forja, y
trabajarla con el fuego y el martillo, hasta hacer de ese oro nativo una
joya espléndida que ofrecer a mi Dios, a tu Dios?”
354 Has de sentir la necesidad urgente de verte
pequeño, desprovisto de todo, débil. Entonces te
arrojarás en el regazo de nuestra Madre del Cielo,
con jaculatorias, con miradas de afecto, con
prácticas de piedad mariana..., que están en la
entraña de tu espíritu filial.
- Ella te protegerá.
FLORES PARA MARIA:
Al inicio del día, conságrate a María:
Apenas comienza el día, conságrate a su
Sacratísimo Corazón, ofrécele el día, todos tus
trabajos, penas y alegrías…
CONSAGRACIÓN A MARÍA
¡Oh señora mía! ¡Oh madre mía! Yo me ofrezco
enteramente a ti, y en prueba de mi filial afecto, te
consagro en este día, y pasa siempre, mis ojos,
mis oídos, mi lengua, mi corazón; en una palabra
todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, ¡oh madre de
bondad!, guárdame y defiéndeme como cosa y
posesión tuya. Amén.
Rezo del Angelus a las 12:00 del día.
Nos recuerda la anunciación y la encarnación del
Hijo de Dios. Momento culminante en la historia de
nuestra salvación. Feliz momento en que, por
designio del amor del Padre por el poder del
Espíritu Sano y la aceptación de María, el Hijo de
Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros.
El Santo Rosario:
El nombre del Rosario en la lengua castellana
proviene del conjunto de oraciones, a modo de
rosas. Rosas blancas de serenidad y pureza,
rosas rojas de sufrimiento y amor.
Rézalo a la hora que te resulte más apropiada.
Si te es posible, invita a participar a tu familia.
Recuerda que la familia que reza unida,
permanece unida y la bendice Dios.
Tres Aves Marías al acostarte.
¿Porqué tres? Para honrar a la Santísima
Trinidad.
La primera: para darle gracias por los favores
recibidos durante el día.
La segunda: para pedir perdón si hemos obrado
mal.
La tercera: para pedir ayuda, poniendo en sus
manos la vida misma, para que se digne
cubrirnos con su manto de madre amorosa y
haga que nos bendiga e Padre, el Hijo y e
Espíritu Santo.
Diálogo con tu Madre celestial.
Esta bellísima flor, de fragancia especial y única,
en la que, cada que así tu corazón lo desee, te
dirijas a tu Madre, como un hijo que se siente
amado, que necesita manifestar su amor.
FRUTOS QUE SURGEN DE
LA CARIDAD.
“La virtud no teme la luz, antes desea siempre venir a
ella.”
Fray Luís de León
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la
persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas
sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo
busca y lo elige a través de acciones concretas.
Las Virtudes
En el Bautismo Dios infunde en el alma, sin ningún
mérito nuestro, las virtudes.
Para facilitar el ejercicio más perfecto de éstas, el
cristiano cuenta con los dones del Espíritu Santo. Las
virtudes infusas son: teologales y morales.
VIRTUDES TEOLOGALES:
Fe
Esperanza
Caridad.
VIRTUDES MORALES:
(llamadas también virtudes humanas o cardinales)
Prudencia
Justicia
Fortaleza
Templanza.
JUSTICIA: Es la virtud que consiste en la constante y
firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es
debido. La justicia para con Dios es llamada la “virtud
de la religión”. La justicia dispone a respetar los
derechos de cada uno y a establecer en las relaciones
humanas la armonía que promueve la equidad
respecto a las personas y al bien común.
711 Fomenta tus cualidades nobles, humanas. Pueden ser
el comienzo del edificio de tu santificación. A la vez recuerda
que –como ya te he dicho en otra ocasión- en el servicio de
Dios hay que quemarlo todo, hasta el “qué dirán”, hasta eso
que llaman reputación, si es necesario.
San Josemaría Escrivá de Balaguer. Forja.
MÁS PIROPOS A MARÍA:
Letanía Bíblica
Están compuestas por títulos que en la Biblia se aplican a las
mujeres, figuras de María, a otros elementos y a la misma
virgen María.
Santa María, Madre de Dios (Ruega por nosotros)
Nueva Eva.
Madre de los vivientes.
Estirpe de Abrahám.
Heredera de la promesa.
Retoño de Jesé.
Hija de Sión.
Tierra virgen.
Escala de Jacob.
Zarza ardiente.
Tabernáculo del Altísimo.
Arca de la Alianza.
Sede de la Sabiduría.
Ciudad de Dios.
Puerta oriental.
Fuente de agua viva.
Aurora de la salvación.
Alegría de Israel.
Gloria de Jerusalén.
Honor de nuestro pueblo.
Virgen de Nazaret.
Virgen llena de gracia.
Virgen fecundada por el Espíritu.
Sierva del Señor.
Sierva de la Palabra.
Sierva humilde y pobre.
Esposa de José.
Bendita entre las mujeres.
Madre de Jesús.
Madre del Emmanuel.
Madre del Hijo de David.
Madre del señor.
Madre de los discípulos.
Madre solícita en la Visitación.
Madre gozosa en Belén.
Madre oferente en el Templo.
Madre desterrada en Egipto.
Madre apenada en Jerusalén.
Madre providente en Caná.
Madre fuerte en el Calvario.
Madre orante en el Cenáculo.
Mujer de la Nueva Alianza.
Mujer vestida de sol.
Mujer coronada de estrellas.
Reina a la derecha del Rey.
Bienaventurada porque has creído.
Bienaventurada porque has guardado la Palabra.
Bienaventurada porque has hecho la voluntad del Padre.
ORACIÓN
Padre, de generación en generación revelas tu amor a los
hombres. Te damos gracias porque, en la plenitud de los
tiempos, por medio de la bienaventurada virgen María, nos
has dado a Jesús, tu Hijo y nuestro Salvador; concédenos, te
rogamos, el Espíritu de la verdad, para descubrir en el correr
de la historia los signos de esperanza y de paz, para
conseguir, en las vicisitudes de la vida, el germen de la
libertad y de la gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Fuente: espirituyvida.org
SERENATA A LA VIRGEN
El que canta ora dos veces, decía San Agustín.
El canto es el afecto del corazón hecho música.
Una hermosa manifestación hacia el ser amado…
demos, pues, una serenata especial a nuestra Madre
Celestial.
CONSOLÁNDOTE
Mónica Arroyo
Oye, Mamá,
ya no quiero seguir viéndote llorar.
Oye, Mamá,
la canción con que te quiero consolar.
Dicen, Mamá,
que tan grande como el mar es tu pesar.
Sufres, Mamá,
por tus hijos que vivimos sin amar.
Yo sé que Tú
engendraste la amargura de la cruz,
por tu dolor,
vivo esta vida de paz y de luz.
Perdónanos, Mamá,
no sabes ser tus hijos
y el Jesús que nos trajiste,
lo matamos y escupimos.
Perdónanos, Mamá,
por la sangre derramada,
por las guerras, por los odios,
por la gente marginada.
¡Quién pudiera detener
esas lágrimas benditas!
¡Quien pudiera darte un beso,
y arrancarte una sonrisa!