La Salle: Inserción social y laboral (Con tareas) [PowerPoint]

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Contenidos de la Formación
Orientaciones Generales
y Explicación de la
Metodología
Capítulo 4: Papel de la
comunidad en la
pedagogía lasaliana. Hno.
Gerard Rummery fsc.
Capítulo 5: El maestro,
un hombre
comprometido por
entero.
Hno. Diego Muñoz fsc.
La primera definición
de la Pedagogía
Lasaliana.
Hno. Pedro Ma. Gil fsc.
Capítulo 3: La
metodología: factor
de éxito.
Hno. León Lauraire fsc.
Síntesis de la primera
Parte
Hno. Pedro Ma. Gil fsc.
Capítulo 1: Los
destinatarios.
Hno. Bruno Alpago fsc.
Capítulo 2: La Salle:
inserción social y
laboral y capacitación
cristiana.
Hno. Edgard Hengemüle
fsc.
• Acordémonos que estamos en la Santa presencia de Dios …
• Oremos por
• “La escuela de La Salle:
Un lugar de salvación,
desde el comportamiento,
el conocimiento y
la espiritualidad cristiana”
• Canto: Hombres nuevos
• Viva Jesús en Nuestros Corazones
QUE LA ESCUELA VAYA SIEMPRE BIEN
CAPITULO 2.INSERCIÓN SOCIAL
INSERCIÓN LABORAL Y
CAPACITACIÓN CRISTIANA.
Hno. Edgar Engemüle fsc
En el siglo XVII había una creciente afirmación del valor y de
la necesidad de la educación para las personas y para las
colectividades.
Contribuyeron a esta valoración, la difusión de textos escritos
después del descubrimiento de la imprenta, la primacía dada a
la lectura de la Biblia por los protestantes, los avances de la
ciencia, del comercio y de la industrialización aun incipiente.
Alrededor de 1700, nacía la aspiración y el impulso de
promover culturalmente a los más pobres especialmente a los
niños y jóvenes que se perdían abandonados en las calles.
Aprender a leer se hacía muy necesario, más que aprender a
escribir; el crecimiento del número de escolares era evidente.
Los pobres, los artesanos, los agricultores y la capa popular
estaban muy lejos de ser alcanzados de esta necesidad de
educación.
Los humanistas y los filósofos no estaban de acuerdo con la
universalización de la educación y con un currículo que
sobrepasara los rudimentos escolares.
Se temía que la instrucción indiscriminada y elevada podría
poner en peligro la riqueza de la nación y podría abrir la
puerta a la contestación social.
RESPONSABILIDAD ECLESIAL:
La iglesia se encargaba de promover el movimiento
educativo y cuidaba la educación en general, definía los
objetivos, establecía sus contenidos, seleccionaba y
controlaba a los maestros y administraba la educación.
El poder público a nivel de Reino y a nivel local no tenía
una política general, sistemática y coherente de
educación, no había ministerio ni presupuesto propio para
financiarla, únicamente incentiva la elemental.
En las ciudades se limitaban a examinar las propuestas
educativas de la iglesia y a colaborar en lo temporal de
esta tarea semiprofana y semireligiosa. El área privada
apoyaba fuertemente el esfuerzo eclesial.
LA SALLE Y LA EDUCACIÓN DEL GRAN SIGLO
El fundador conoció el movimiento renovador de la
educación de su tiempo y se inserto con sello propio en
este movimiento; multiplico las escuelas que al final de su
vida eran 42, en las cuales trabajaban unos 100 Hermanos.
Allí se enseñaba: lectura, escritura, ortografía, cálculo,
urbanidad y catequesis, ofreciendo así educación popular,
conectada con la vida e inspirada en el evangelio.
Dio su aporte educativo para que los hijos de los
artesanos y de los pobres pudieran acceder a la necesaria:
inserción social, inserción laboral, y capacitación cristiana.
1. INSERCIÓN SOCIAL.
En la Franca del siglo XVII, había una profunda creencia en la
desigualdad social y en los grandes contrastes sociales y
económicos entre los grupos humanos existentes.
La sociedad estaba dividida en tres órdenes sociales:
CLERO, NOBLEZA Y TERCER ESTADO, que congregaba
distintos niveles, desde la alta burguesía hasta los miserables.
Había un recelo al cambio y predominaba el interés por el
mantenimiento de esta estructura social vigente. El deseo de
las élites, era que cada quien permaneciese en su realidad es
decir en su estado y condición y a ella limitase sus
ambiciones.
El ideal de hombre en la segunda mitad del siglo XVII, era
ser probo y cortes, nada revolucionario y conformado con
las leyes y las costumbres de la sociedad, interesado por
mejorar la conciencia individual sin interesarse por el cambio
de la sociedad y de las instituciones.
La estabilidad del orden social era justificado por el
pensamiento filosófico: el valor de la persona está dado por
su nacimiento, sangre y linaje
y por el pensamiento
teológico: la categoría social es algo deseado por Dios.
La divina providencia así como destina a algunos a la
nobleza o a la clerecía, destina a otros a que nazcan en la
condición plebeya, con todo lo que tal suerte significa. La
monarquía se la fundamento en la misma Biblia.
EDUCACIÓN Y SOCIEDAD:
Hasta el siglo XIX no había conexión explícita entre
educación y sociedad.
Los tipos de educación ofrecidos eran de acuerdo a los tres
estados o de acuerdo a su condición.
La educación funcionaba como inculcadora del respeto al
orden social y como agencia de reproducción de las normas
sociales vigentes.
La enseñanza moral impartida en las pequeñas escuelas era
de humildad y del más entero respeto del orden establecido
y a la jerarquía social.
El currículo daba mucha importancia a la urbanidad, en la
que se enseñaba a cada persona a tomar conciencia de su
condición de miembro de una sociedad jerarquizada, de su
propio rango y de la manera de comportarse en el.
La Salle, Educación e Inserción Social.
La Salle conocía la realidad de los diferentes ordenes sociales y
la desigualdad económica, cultural y social existente. Al contacto
con los pobres se dio cuenta de las funestas consecuencias del
abandono de los niños por parte de los padres y de que crecieran
adquiriendo hábitos viciosos al vivir en las calles.
Es importante considerar que ante esta situación La Salle se dejo
conducir paso a paso a un sorprendente éxodo social, económico
y cultural. El empezó trabajando para los profesores de la clase
popular, luego fue a vivir con ellos y luego termino viviendo como
ellos.
A pesar de lo anterior de La Salle no cuestiono teóricamente ni el
orden social ni los fundamentos doctrinales existentes, parece ser
que acepto el orden social en el hecho de sus escritos sobre las
reglas de urbanidad que consolidan las relaciones sociales de su
estado.
La Salle, Educación e Inserción Social.
De su abuelo y de su padre consejeros del reino La Salle aprendió
el respeto de las instituciones, de las estructuras sociales y a la
monarquía, (poder ejercido por el rey).
Para La Salle la escuela ejerce un papel social: el solo hecho de no
llamarse escuelas de caridad y llamarse escuelas cristianas encierra
un mensaje, la escuela para él no es obra de misericordia sino de
liberación.
Al sacar a los niños de la calle disminuyo la delincuencia juvenil. Al
recibir niños que podían pagar fusiono las clases sociales
facilitando el enriquecimiento del vocabulario, adquiriendo
mejores modales y construyendo relaciones útiles para su futura
vida; con las reglas de cortesía y urbanidad les enseño a vivir
respetando a las personas, con los oficios de la clase les enseño a
ser benefactores de sus colegas más pobres y al dar educación
integral, enseño a vivir bien en cuanto miembros de una sociedad.
La Salle, Educación e Inserción Social.
Mediante la educación los pobres fueron asumiendo mejores
condiciones de vida. Poniendo la pluma en las manos de los pobres
no les entrega un arma sino su propio medio de sustento, su propia
defensa. (Hermosilla)
De La Salle no fue un teórico de la sociedad ni un creador de
doctrinas pedagógicas; al contrario la inspiración evangélica de su
pedagogía popular contribuyo a largo plazo a la reforma social.
Entre los autores que lo estudian esta, Favre (1959) quien le
atribuye no solo una contribución social sino que ve en él un
vanguardismo en el campo político – democrático.
Vincent (1885) expresa: al difundir la instrucción entre las clases
inferiores, El fue uno de los que más eficazmente trabajaron para la
proclamación de la igualdad humana.
2. INSERCIÓN LABORAL.
Antes de la Revolución, saber leer y escribir fue sentido como
necesario en la sociedad y como el gran secreto de la modernidad.
El desarrollo de las manufacturas y la expansión comercial
presentaban a las personas del pueblo la necesidad de llevar
cuentas, escribir cartas de comercio y dibujar…
Formación profesional: Necesidad y Práctica.
Para ganarse la vida era necesario una profesión manual práctica
en la que mas importante que el estudio era el saber hacer.
En el tiempo de la Salle no había escuelas técnicas como tales,
este tipo de aprendizaje se realizaba en familia o en las
corporaciones de oficio.
Formación profesional: Necesidad y Práctica.
En el mundo escolar los maestros calígrafos suministraban una
enseñanza con características profesionales; incrementaron a la
caligrafía, la gramática, la aritmética, la contabilidad.
Los calígrafos no eran docentes sino profesionales calígrafos,
escribanos o contadores.
Las escuelas populares sin tener carácter profesional tenían una
relación mínima con el mundo del trabajo, la escritura y el cálculo
más que trasmitidos como cultura, eran presentados como
herramientas prácticas para la vida; no había la intención de
continuar estudios sino de ayudarles a tener una vida más útil y
cristiana.
Formación profesional: Necesidad y Práctica
En las escuelas de Demía, se esforzaban para que sus alumnos
se formaran como buenos artesanos y que las fabricas y
manufacturas pudieran disponer de aprendices cuidadosos y
trabajadores. Hacían énfasis
en la calidad de los trabajos
manuales y en la lectura de contratos.
Las comunidades religiosas apostólicas femeninas se dedicaban a
ofrecer enseñanza en artes domésticas: hacer pan, cocinar, hilar,
para dar a las jóvenes de condición modesta medios para ganarse
la vida.
La Salle y la inserción laboral
Juan Bautista de la Salle, se interesaba por el futuro de los alumnos
en términos de trabajo.
Se daba cuenta que el abandono de los niños en las calles tenía una
funestísima consecuencia para la vida, los malos hábitos adquiridos
serían un gran obstáculo para habituarse al trabajo futuro.
Tenía la seguridad de que los niños estando ocupados en la escuela
todo el día están en condiciones adecuadas para ser empleados en el
trabajo, cuando sus padres así lo quieran.
En la guía de las escuelas está muy patente el cuidado del futuro
profesional; en el momento de la matrícula el Hno. Director pregunta
a sus padres: “que quieren hacer de él en el futuro”.
Si padres negligentes no se preocupan de la asistencia a la escuela, o
quieren retirarlos, la argumentación a utilizar es hacerles reflexionar
sobre su actitud para el futuro profesional.
La Salle y la inserción laboral
Si los niños no permanecen en la escuela o no son asiduos a ella, no
aprenderán a leer y a escribir y “casi nunca serán capaces de nada en
ningún empleo”, en cambio quien sepa leer y escribir, “por pocos
alcances que tenga, será capaz de todo”.
Al menos dos obras de La Salle, el Noviciado y el Seminario para
maestros del campo tenían carácter profesional en el pleno sentido de
la palabra puesto que preparaba para la profesión de maestros.
La Escuela Dominical tenía sello profesional, incluía en su programa el
diseño técnico, un recurso para la realización eficiente del trabajo.
La escuela elemental de La Salle no ofrecía habilitación para un
determinado empleo, pero preparaba las condiciones para el trabajo
en sentido amplio a través de las materias básicas: contar, leer,
escribir correctamente( ortografía) y con arte (caligrafía), las que se
constituyen en técnicas útiles en cualquier profesión y en cualquier
tiempo y en la realidad de la época ponía a alumno en condiciones de
ser “capaz de todo”
La Salle y la inserción laboral
El programa de la escuela elemental de La Salle es terminal prepara a
los alumnos pobres para realizar un trabajo y para la vida; cuando los
padres solicitan prolongación de la escolaridad los estudios versan
sobre el aprendizaje de un oficio o sobre conocimientos generales y
no sobre la preparación para estudios superiores.
En la guía de las escuelas se orienta a los maestros, para que en las
clases de ortografía y escritura, se haga trabajar a los alumnos en
cosas “cuyo aprendizaje pueda ser útil y que necesiten más tarde”;
entre estas cosas útiles están documentos relacionados con el
mundo laboral tales como: presupuestos y contratos de trabajo.
El alumno de la escuela de La Salle, con el dominio de los
instrumentos básicos y más con lo aprendido al copiar en ortografía,
caligrafía, presupuestos, contratos, facturas estaban en mejores
condiciones que cualquier otro niño para ser aprendiz y dominar con
perfección y rapidez cualquier profesión.
La Salle y la inserción laboral
En cuanto a los oficios de pluma o de oficina los alumnos de La Salle
eran aptos para ejercerlos, los asimilaba a los profesionales que eran
calígrafos. Aprender la escritura y los números en esa época era como
estudiar una profesión.
La guía de las escuelas además detalla ampliamente las funciones de
los oficiales de clase, empleo ejercido por un alumno a favor de su clase
o de toda la escuela, experiencia que favorecía participación activa,
educaba la iniciativa, desarrollaba la conciencia y ejercitaba la práctica
del trabajo responsable, cualidades todas muy bien venidas en el mundo
del trabajo.
En definitiva la escuela de la Salle aporta para el ejercicio de un empleo
las disposiciones y el modo de hacerlo; hay disposiciones, actitudes,
hábitos y habilidades necesarios en cualquier obrero independientemente
a la obra que se realiza, por ejemplo: el gusto, la calidad, la
concentración, la disciplina, el aprovechamiento del tiempo, la constancia,
el orden. En términos actuales se hablaría de transferencia de
aprendizaje, de hábitos escolares para el área profesional.
CUALIFICACIÓN CRISTIANA.
El siglo XVII, es un siglo de cristiandad; los poderes
religioso y civil se influían y apoyaban recíprocamente.
Toda realidad era mirada con los “ojos de la fe”. Los
deberes a cumplir tenían siempre inspiración religiosa.
La competencia cultural de la lectura, permitía también el
contacto con las ideas de naturaleza distinta a la ortodoxia
católica y práctica moral de inspiración evangélica.
FORMAR UN BUEN CRISTIANO
Instrucción y religión se relacionaban profundamente, lo profano y lo
religioso estaban compenetrados, todos los ejercicios escolares
tenían como finalidad la formación religiosa: jóvenes fieles y buenos
cristianos.
La ambientación del aula era una evidencia de esta compenetración;
hasta los pequeños textos de catequesis servían al mismo tiempo
como abecedarios. Tanto los castigos como las recompensas tenían
motivación religiosa. La educación no tenía base de experimentación
científica, era una tarea dependiente de la religión.
El maestro era el pedagogo de la vida cristiana quien debía realizar
con esmero su ministerio del que daría dar cuanta a Dios. Los
criterios de selección daban prioridad a la piedad y a la rectitud de
vida cristiana antes que a la capacidad intelectual y pedagógica.
SALVAR ALMAS
La educación, sierva de la teología tenía un objetivo terminal:
“salvar almas”; nadie podía salvarse sin conocer las cosas
necesarias para la salvación. Existía un sentimiento y necesidad
apremiante de instruir cristianamente al pueblo, sobre todo al
pueblo ignorante del área rural.
La Iglesia depositaba esta tarea en la escuela cristiana; la escuela
era considerada como el “seminario de los seminarios”. La
predicación es palabra y fija doctrina. La educación inscribe las
verdades del cristianismo en las mentes y las traduce a
comportamientos.
TAREAS DE LA ESCUELA
A esta escuela en la que la sociedad y la iglesia confiaban se le
encargaba tres tareas: CATEQUIZAR, MORALIZAR Y DEFENDER
LA FE.
CATEQUIZAR
Dar catequesis era el fin de la escuela; era la primera y la más
importante tarea.
Las materias distintas a la catequesis eran dadas eventualmente,
se privilegiaba la lectura por que facilitaba la lectura de los salmos
y los textos de catequesis.
Las otras asignaturas eran utilizadas como cebo para atraer a los
niños a la catequesis.
TAREAS DE LA ESCUELA
MORALIZAR
Para salvarse además de conocer las verdades de la fe, había que
practicar, había que vivir. La educación tenía que moralizar, enseñar a
vivir lo que es digno de un buen cristiano, a ser modelo de vida, a ser
persona justa y de bien.
La moralización en forma positiva se expresaba de distintas formas:
educar las buenas costumbres, ejercitar las virtudes cristianas,
inculcar una conducta cristiana, aprender a cumplir los deberes con
Dios.
Desde la forma negativa la moralización inspiraba horror al pecado, a
la impureza, a la lectura de libros perniciosos.
TAREAS DE LA ESCUELA
DEFENDER LA FE
Francia vivía en el siglo XVII la presencia combativa y proselitista de
los protestantes calvinistas (hugonotes), esta realidad pedía a la
escuela otro servicio más: “defender la fe católica”.
La defensa era trabajada desde dos formas: con los católicos había
que instruirlos para que dominen con seguridad la doctrina de su
religión y no se dejasen conquistar por los protestantes; además debían
estar preparados para que en momentos de discusiones doctrinales
pudiesen enfrentarse victoriosamente.
Las escuelas elementales aseguraron por largo tiempo una
impregnación cristiana de la sociedad, más que cualquier otra acción
de Iglesia.
LA SALLE Y LA CUALIFICACIÓN CRISTIANA
La Salle vivió plenamente el movimiento de cristiandad en el campo
de la educación.
La guía de las escuelas con todo lo que tiene de concreto, de
didáctico, de administrativo, de cotidiano y de profano, se constituye
como “la aplicación a la práctica escolar de una teología de la
educación”.
Al leer las reglas de cortesía y urbanidad cristiana, libro profano por
naturaleza, alguien podría dudar si “tiene en sus manos una obra civil
o un catecismo”.
ESCUELA CRISTIANA EN SU ORIGEN Y FIN
Para La Salle la educación tiene su origen religioso: Las escuelas
cristianas “son iniciativa de Dios para contribuir a la realización de
su plan de salvador”. También tienen su fin; las escuelas cristianas
existen para “dar educación cristiana a los niños” y hacer de ellos
“verdaderos cristianos”.
SERVICIO DE LA IGLESIA
Sus discípulos a través de la educación trabajan para el bien de la
iglesia.
ALUMNO CRISTIANO
Desarrollar en el alumno, el espíritu cristiano que lo lleve a mirar y
valorar la realidad con la mirada y la valoración de Dios y a
realizarlo todo por motivos puramente cristianos. Lograr un ser ético
– moral, que practique las virtudes y viva las bienaventuranzas
Que sea cristiano viviendo cristianamente.
CAMINOS DE FORMACION CRISTIANA
Los medios de la escuela de La Salle para formar al cristiano eran: la
catequesis, la reflexión y el examen.
La catequesis: instruía sobre las verdades y prácticas de la religión.
Se daba todos los días incluidos los domingos.
La reflexión se hacía durante la oración al final de las clases de la
mañana, era el espacio por excelencia para formar la mentalidad
cristiana, ”espíritu cristiano”. Invitaba a excluir el mal y hacer el bien.
El examen de conciencia: se realizaba en la oración al fin de la tarde.
Su objetivo era tomar conciencia sobre los deberes para con Dios y
para con el prójimo, el aprovechamiento del tiempo y otros deberes
escolares.
FORO:
PREGUNTAR
PARA
PROFUNDIZAR
ASUMIR Y
TRANSFORMAR
TAREAS:
1. En la comunidad educativa con qué
instrumentos y/ o indicadores se acompaña la
formación comportamental de los alumnos? ,
¿Cómo se evalúa? , ¿Con qué evidencias
puede demostrar
2. En la dimensión curricular ¿con qué evidencias
puede demostrar que se logran las destrezas con
criterio de desempeño?.
3. En la dimensión cristiana ¿cómo se acompaña
y evidencia el crecimiento espiritual de los
alumnos?.
4.Los equipos institucionales de Desarrollo
Humano, Desarrollo Académico y Espiritual
(Pastoral) ¿cómo se articulan y apoyan en la
comunidad educativa?. Evidencias.
HIMNO A LA SALLE
Colegio de La Salle tan querido
Aquí nos tienes hoy, vibrantes de emoción;
Y el corazón de gratitud henchido
Y cada labio modulando una canción (bis)
Ciencia y Virtud es nuestro lema
Que ostentamos con honor
Y que defiende el lasallista con ardor.
Virtud, saber la vida es mar,
Donde el deber, faro es que ha de alumbrar
Sin vacilar, nuestro grito será:
La Salle, La Salle doquiera triunfará (bis)