Transcript 20 PASCUA – 3A(FILEminimizer)
QUIERO ESTAR CONTIGO, JESÚS, ERES GENIAL; TODOS MUY CONTENTOS VENIMOS A TU ALTAR.
QUIERO ESTAR CONTIGO, JESÚS, ERES GENIAL, LA MISA ES UNA FIESTA, VENID A CELEBRAR.
1. Todos los domingos; sí, sí, sí, sí, no faltes a su cita; no, no, no, no.
Todos los domingos; sí, sí, sí, sí, su palabra escucharás; sí, sí, sí, sí.
Todos los domingos con muchos chicos más cantamos muy contentos, comemos de tu pan.
QUIERO ESTAR CONTIGO, JESÚS, ERES GENIAL; TODOS MUY CONTENTOS VENIMOS A TU ALTAR.
QUIERO ESTAR CONTIGO, JESÚS, ERES GENIAL, LA MISA ES UNA FIESTA, VENID A CELEBRAR.
2. Todos los domingos; sí, sí, sí, sí, no faltes a la misa; no, no, no, no.
Pues ella nos congrega; sí, sí, sí, sí, y nos llena de su amor; sí, sí, sí, sí.
Todos los domingos venimos a rezar, Jesús es nuestra fiesta, Jesús es amistad. (bis)
SEÑOR, TEN PIEDAD. CRISTO, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD DE MI. (Bis) Por tanto tiempo que he perdido y malgastado apartado, lejos de Ti Por caminar sin rumbo fijo en mi vida.
y mi vida sólo eres Tú. SEÑOR, TEN PIEDAD. CRISTO, TEN PIEDAD.
SEÑOR, TEN PIEDAD DE MI. (Bis)
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Padre. A Él le sea la gloria Aleluya, amén. Aleluya amén.
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Hijo. A Él le sea la gloria Aleluya, amén. Aleluya, amén Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Espíritu. A Él le sea la gloria Aleluya, amén. Aleluya, amén
¡ALELUYA, es un grito de alegría!
¡ALELUYA, es el día de la luz!
Jesús vive, ha resucitado.
ALELUYA, que todo se ponga a cantar, que la fiesta invada nuestras casas y nuestros corazones.
¡Viva Dios que nos abre un camino nuevo!
Que la fiesta sea grande en nuestras casas, que resuene en el barrio, que sea alegre, viva, luminosa. Amén.
Al pie de la montaña había un sepulcro nuevo, donde aún nadie había estado enterrado .
Aprovecharon este sepulcro cercano para poner ahí el cuerpo de Jesús, porque estaban en la preparación del sábado solemne.
María Magdalena, que había asistido a la crucifixión del Calvario..., fue al sepulcro para ver si todo estaba en orden y para acabar de embalsamar a Jesús.
¡ Y... qué sorpresa !
Alguien había removido la gran piedra que cerraba la entrada del sepulcro. Miró dentro y vio que el cuerpo de Jesús no estaba.
Volvió corriendo a la ciudad para comunicarlo a los amigos de Jesús.
Los primeros que encontró fueron Pedro y Juan... Les dijo: ¡Han robado el cuerpo de Jesús! Los dos discípulos fueron de prisa al sepulcro.
También volvió María Magdalena, pero no les podía seguir.
Iba llorando porque quería mucho a Jesús, que le había perdonado sus muchos pecados
Juan llegó primero al sepulcro porque era más joven y corría más que Pedro. Lo esperó. Y vieron una cosa que les llamó la atención: las vendas y la sábana, con que habían amortajado a Jesús, estaban doblados. Pero, realmente, el cuerpo no estaba...
En aquél momento se acordaron que Jesús les había prometido: -“Me matarán, pero al cabo de tres días ¡ RESUCITARÉ !” Volvieron a Jerusalén para anunciarlo a los demás discípulos de Jesús.
Cuando Pedro y Juan se marcharon, María Magdalena se quedó sola, triste y llorosa. Aún no creía que Jesús había vuelto a la vida. Miró dentro del sepulcro y vio dos ángeles.
¿Por qué lloras?, le dijeron.
-Y ella respondió: se han llevado el
cuerpo de Jesús y no sé dónde lo han puesto...
-Entonces oyó una voz detrás suyo
que le decía: ¡MARÍA!
Al oírla, reconoció a Jesús. Muy contenta exclamó: ¡ MAESTRO !
Evangelio según SAN LUCAS 24, 13-35
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: «¿Qué?»
Ellos le contestaron: «Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no le vieron».
Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos.
Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
El mismo día, dos seguidores de Jesús, Cleofás y un amigo suyo, marcharon de Jerusalén hacia Emaús, un pueblecito no lejos de la ciudad.... Durante el camino, Jesús se les unió, pero ellos no lo reconocieron.
¿De qué habláis?, les dice Jesús.
De lo que hablan todos hoy en Jerusalén: De la muerte en la cruz de nuestro amigo Jesús, un gran profeta. - Y ahora, una mujer del grupo, María Magdalena, nos quiere asegurar que lo ha visto vivo ...
Cuando llegaron a Emaús, casi era de noche. Jesús se despidió, diciéndoles que tenía que continuar el viaje. Cleofás y su compañero le dijeron: ”Quédate con nosotros que ya es tarde”...
Y lo invitaron a cenar. Jesús tomó el pan... lo bedijo... y lo partió... Y en aquél momento ellos se dieron cuenta que era Jesús . Pero Él desapareció de su vista.
Vayamos a contarlo a los demás, dijo Cleofás a su compañero. Dejaron la cena y volvieron a Jerusalén.
Corrieron muy a prisa hacia la ciudad. Entraron acalorados en Jerusalén,
- recorrieron las calles,
- subieron las escaleras - y entraron en la habitación donde estaban los amigos de Jesús, gritando:
-¡HEMOS VISTO A JESÚS!
¡HEMOS VISTO A JESÚS! y hemos hablado con Él.
- Ellos, por su parte, dijeron: ¡Es verdad! El Señor resucitó y se dejó ver por Simón.
Mientras estaban hablando de esto, con las puertas cerradas por miedo a los judíos, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: - LA PAZ SEA CON VOSOTROS - NO TENGÁIS MIEDO, NO SOY UN FANTASMA.
¡ SOY YO !
-“Mirad las heridas de mis manos y mis pies”, les dijo Jesús.
Viéndolo, todos creyeron que era Él y estaban muy contentos.
A la reunión faltaba un discípulo que se llamaba Tomás. Cuando le contaron que habían visto a Jesús vivo, no se lo creyó.
Dijo: Si no veo sus heridas y no las toco con mi dedo, ¡ NO ME LO CREERÉ !
Por mucho que lo quisieran convencer, no lo lograron. Ocho días después ...
Estaban reunidos en la misma sala y también con las puertas cerradas... Inesperadamente, se presenta Jesús y les dice: ¡ LA PAZ SEA CON VOSOTROS! Y añadió: Tomás, ven, pon tu dedo en mis heridas. Tomás, confundido, exclamó: ¡ SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO !
Y Jesús le respondió: Tú has creído porque has visto.
Felices los que creerán, sin haber visto.
Algunos días después, los amigos de Jesús decidieron volver a su oficio de pescadores, en el lago de Tibería des .
Fueron a pescar de noche, para encontrar buena pesca. A pesar de ello, aquella noche no pescaron nada.
Al amanecer, desde la orilla, un hombre les dijo:”Echad la red al otro lado de la barca, y pescaréis”.
Era Jesús, pero ellos no lo sabían. Lo hicieron así, y cogieron 153 peces grandes. Con todo, no se rompió la red.
Juan, al ver el milagro, dijo: ¡¡¡Es JESÚS!!!
Pedro se emocionó tanto que se echó al agua y llegó a la playa nadando.
Jesús, mientras tanto, había encendido una hoguera y preparaba algunos peces para comer.
Cogieron unos panes y se pusieron a desayunar juntos, hablando largamente con Jesús.
Jesús, antes de subir al Cielo, les dijo: Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. YO CONTINUARÉ SIEMPRE CON VOSOTROS.
FIN
Los once discípulos se reunieron en el monte donde Jesús los había citado,y les dijo...
Id y haced que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Id por todo el mundo a explicar lo que yo os he enseñado.
Yo continuaré siempre con vosotros.
Y SUBIÓ AL CIELO, DONDE NOS ESPERA .
Ahora, como hizo Jesús, vivamos amándonos unos a otros...
Y así seremos testigos de que Él es nuestro Salvador.
FIN
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
Qué te puedo dar que no me hayas dado Tú. Qué te puedo decir que no me hayas dicho Tú. Qué puedo hacer por ti si yo no puedo hacer nada, si yo no puedo hacer nada si no es por ti, Señor.
TODO LO QUE SÉ, TODO LO QUE SOY, TODO LO QUE TENGO ES TUYO. (Bis)
s.-
El Señor esté con vosotros.
TODOS: s.-
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
TODOS: s.-
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
TODOS: Es justo y necesario.
En verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta: nuestro corazón está lleno de agradecimiento y con Jesús te cantamos nuestra alegría:
TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto, que has hecho para nosotros este mundo inmenso y maravilloso.
Por eso te aclamamos: TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto, que nos das a tu Hijo, Jesús, para que él nos acompañe hasta ti.
Por eso te aclamamos: TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto, que nos reúnes con Jesús, como a los hijos de una misma familia.
Por eso te aclamamos: TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Por ese amor tan grande, queremos darte gracias y cantarte con los ángeles y los santos que te adoran en el cielo.
Santo, santo, santo Santo es el señor Llenos están, llenos están, cielos y tierra de las huellas de su amor.
Llenos están, Llenos están los montes y los mares de su amor HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA, EN EL CIELO BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo de los niños y de los pobres.
Él vino para enseñarnos cómo debemos amarte a Ti y amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones el mal que nos impide ser amigos y el odio que no nos deja a ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo estará siempre con nosotros para que vivamos como verdaderos hijos tuyos.
TODOS:
Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
A Ti, Dios y Padre nuestro, te pedimos que nos envíes tu Espíritu para que este pan y este vino sean el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir, nos dio la prueba de tu Amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus discípulos, tomó el pan, dijo una oración para bendecirte y darte gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles :
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
(Decimos todos:)
¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!
Después, tomó el cáliz lleno de vino y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
(Decimos todos:)
¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!
(El sacerdote prosigue)
Y LES DIJO TAMBIÉN: HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora la muerte y resurrección de Jesús, el Salvador del mundo.
Él se ha puesto en nuestras manos para que te lo ofrezcamos como sacrificio nuestro y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Todos:
¡Gloria y alabanza a nuestro Dios!
Escúchanos, Señor Dios nuestro; danos tu Espíritu de amor a los que participamos en esta comida, para que vivamos cada día más unidos en la Iglesia,
con el santo Padre, el Papa Francisco con nuestro Obispo Jesús y el Obispo auxiliar Juan Antonio y todos los que trabajan por tu pueblo.
TODOS:
¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
No te olvides de las personas que amamos ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
Acuérdate también de los que ya murieron y recíbelos con amor en tu casa.
TODOS:
¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
Y un día, reúnenos cerca de ti con María, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, para celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor, podremos cantarte sin fin.
TODOS:
¡Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos
.
TODOS: AMÉN
La paz te doy a ti mi hermano.
La paz que Dios me regaló y en un abrazo a ti te entrego la paz que llevo en mi corazón. RECÍBELA, RECÍBELA, ESTA ES LA PAZ QUE EL MUNDO NO TE PUEDE DAR. (bis)
Ven a comulgar la vida entera es comunión.
Ven a comulgar Jesús está en un trozo de pan, Ven a comulgar con tus hermanos hasta tu altar. Ven a comulgar, ven a comulgar, Jesús está en un trozo de pan.
PIDE POR L OS POBRES Y LOS MARGINADOS.
PIDE POR LOS NIÑOS MAS NECESITADOS. VEN A COMULGAR, VEN A COMULGAR, VEN A COMULGAR, JESUS ESTA EN UN TROZO DE PAN.
PIDE POR LA IGLESIA, PIDE POR EL MUNDO.
POR LOS QUE ES DE OTROS Y POR LO QUE ES TUYO.
VEN A COMULGAR, VEN A COMULGAR, VEN A. COMULGAR, JESUS ESTÁ EN UN TROZO DE PAN.
Ven a comulgar, rezando con el corazón, ven a comulgar, ofrece a Cristo tu canción, ven a comulgar, promete a Dios que serás mejor.
Ven a comulgar, ven a comulgar, Jesús está en un trozo de pan.
TOMADO DE LA MANO CON JESÚS YO VOY LE SIGO COMO OVEJA QUE ENCONTRÓ AL PASTOR TOMADO DE LA MANO CON JESÚS YO VOY A DÓNDE ÉL VA ( BIS ) Si Jesús me dice”AMIGO”, deja todo y ven conmigo donde todo es más hermoso y más feliz.
Si Jesús me dice “AMIGO” deja todo y ven conmigo.
Yo mi mano pondré en la suya e iré con Él.
TOMADO DE LA MANO ….