08 TIEMPO ORDINARIO – 5A(FILEminimizer)
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5º DOMINGO
DEL TIEMPO
ORDINARIO
SER SAL
Y LUZ
Hoy es fiesta, fiesta grande
Es el día del Señor.
Los cristianos nos reunimos
en la mesa de Jesús.
Dios no quiere caras tristes, no, no
Dios no quiere desunión.
Dios si quiere más sonrisas, si, si.
Dios si quiere más amor.
Hoy es fiesta, fiesta grande
Es el día del Señor.
Los cristianos nos reunimos
en la mesa de Jesús.
Todo aquel que viene a Misa, sí, sí,
que es la cena del Señor,
debe estar en paz con todos sí, sí,
debe estar en paz con Dios.
Hoy es fiesta, fiesta grande
Es el día del Señor.
Los cristianos nos reunimos
en la mesa de Jesús.
A comer su cuerpo y sangre, sí, sí,
Nos invita hoy Jesús,
Solo así seremos fuertes, sí, sí,
Para ser siempre mejor.
Lávame Jesús, lávame Jesús,
Dame de tu agua, lávame Jesús.
Lávame Jesús, lávame Jesús,
Dame de tu agua, lávame Jesús.
Límpiame Jesús, límpiame Jesús,
Dame de tu agua, límpiame Jesús.
Límpiame Jesús, límpiame Jesús,
Dame de tu agua, límpiame Jesús.
Cúrame Jesús, cúrame Jesús,
Dame de tu agua, cúrame Jesús.
Cúrame Jesús, cúrame Jesús,
Dame de tu agua, cúrame Jesús.
Gloria a Dios, gloria a Dios,
gloria al Padre. A Él le sea la gloria
Aleluya, amén. Aleluya amén.
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al
Hijo. A Él le sea la gloria
Aleluya, amén. Aleluya, amén
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al
Espíritu. A Él le sea la gloria
Aleluya, amén. Aleluya, amén
Padre bueno, dame fuerzas
para iluminar a todos
los que nos rodean
con la luz de Jesús
en mi corazón.
Ayúdame a mantener
siempre encendida
la llama de su amor
y de su presencia.
Junto a Jesús queremos ser luz
para el mundo. Así sea.
¿PARA
QUÉ
SIRVE
LA SAL?
HACE QUE
LAS COMIDAS
ESTÉN
SABROSAS Y
NO SOSAS
PARA COSERVAR
LA CARNE DEL
CERDO, O LAS
ANCHOAS
¿QUÉ
SON?
¿PARA QUÉ
SIRVEN?
¿QUÉ NOS
TRASMITEN?
JESÚS VA A
UTILIZAR LA LUZ
Y LA SAL COMO
EJEMPLOS PARA
QUE
ENTENDAMOS
BIEN SU MENSAJE
Evangelio según S. Mateo
5,13-16.
En aquel tiempo dijo Jesús a
sus discípulos:
-Vosotros sois la sal de la
tierra. Pero si la sal se vuelve
sosa, ¿con qué la salarán?
No sirve más que para tirarla
fuera y que la pise la gente.
Vosotros sois la luz del mundo.
No se puede ocultar una ciudad
puesta en lo alto de un monte.
Tampoco se enciende una vela
para
meterla
debajo
del
celemín sino para ponerla en el
candelero y que alumbre a
todos los de casa.
Alumbre así vuestra luz a los
hombres
para
que
vean
vuestras buenas obras y den
gloria a vuestro Padre que está
en el cielo.
LE SEGUIMOS OYENDO EN
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA
¿SABEIS DÓNDE SE
ENCUENTRA JESÚS
CUANDO DICE LAS
PALABRAS QUE
ACABAMOS DE
LEER?
JESÚS
ENSEÑA A
LA
MULTITUD
DE GENTE
QUE SUBIÓ
CON ÉL A LA
MONTAÑA.
POR ESO EN EL EVANGELISTA
MATEO LAS
BIENAVENTURANZAS SE
LLAMAN...
¿CUÁLES SON LAS DOS
GRANDES CUALIDADES QUE
HAN DE TENER SUS
DISCÍPULOS?
¿A QUIÉN DICE JESÚS QUE SE
HAN DE PARECER?
LUZ
LA ECHAMOS A
LOS GUISOS
PARA QUE
ESTÉN
SABROSOS
LOS GRANOS
DE SAL
DESAPARECEN
Y QUEDA SÓLO
EL SABOR
¿QUÉ QUIERE
DECIRNOS
JESÚS
CUANDO
AFIRMA:
“VOSOTROS
SOIS LA SAL
DE LA
TIERRA”?
1.- Nuestra apariencia es como la de todos
2.- Nuestra fe en Jesús le da un gusto
especial y distinto a nuestra vida y ese
sabor lo transmitimos a los demás.
3.- Empezó con nuestro bautismo y así
será siempre si vivimos como bautizados.
¿QUÉ QUIERE
DECIRNOS
JESÚS
CUANDO
AFIRMA:
“VOSOTROS
SOIS LA LUZ
DEL MUNDO”?
1.- Nuestra
apariencia es
como la de
todos. No
llevamos
luces en la
cara.
2.- No tenemos luz pero reflejamos la luz
con la que Dios nos ilumina, como si
fuéramos un espejo.
3.- Mientras más limpio el espejo más luz
reflejará nuestro modo de vivir y hablar.
Ahora cerráis los ojinos y pensáis qué tal
vais cumpliendo lo que escribisteis en el
pez para que vuestra vida se llene del buen
sabor de Jesús y reflejéis en vuestras
palabras que sois sus discípulos.
4.- Pasamos delante de la Pila Bautismal y
nos santiguamos en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo.
Oh, oh, oh, oh,
hay que nacer del agua,
Oh, oh, oh, oh,
hay que nacer del Espíritu de Dios.
Oh, oh, oh, oh, hay que nacer
del agua y del Espíritu de Dios.
Hay que nacer del Señor. (2)
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso,
Creador del Cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su Único Hijo, nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la Santa Iglesia Católica, la Comunión de los Santos, el
perdón de los pecados, la resurrección de la carne,
y la vida eterna. Amén.
Gracias, Señor, por la vida que nos das.
Gracias Señor, por el don de tú amistad.
Gracias, Señor, tú nos das la libertad.
Ayúdanos a caminar. Gracias, Señor.
Tú eres un padre de verdad,
Fuerza de los débiles, su pan.
Gracias por tu amor y por tu perdón.
Gracias , Señor. (bis)
s.- El Señor esté con vosotros.
TODOS: Y con tu espíritu.
s.- Levantemos el corazón.
TODOS: Lo tenemos levantado hacia el Señor.
s.- Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
TODOS: Es justo y necesario.
En verdad, Padre bueno,
hoy estamos de fiesta:
nuestro corazón está lleno de agradecimiento
y con Jesús te cantamos nuestra alegría:
TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto,
que has hecho para nosotros
este mundo inmenso y maravilloso.
Por eso te aclamamos:
TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto,
que nos das a tu Hijo, Jesús,
para que él nos acompañe hasta ti.
Por eso te aclamamos:
TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Tú nos amas tanto,
que nos reúnes con Jesús,
como a los hijos de una misma familia.
Por eso te aclamamos:
TODOS: ¡Gloria a ti, Señor, porque nos amas!
Por ese amor tan grande,
queremos darte gracias
y cantarte con los ángeles
y los santos que te adoran en el cielo.
Santo, santo, santo
Santo es el señor
Llenos están, llenos están, cielos y tierra de
las huellas de su amor.
Llenos están, Llenos están los montes y los
mares de su amor
HOSANNA, HOSANNA, HOSANNA,
EN EL CIELO
BENDITO EL QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL
SEÑOR
Bendito sea Jesús, tu enviado,
el amigo de los niños y de los pobres.
Él vino para enseñarnos
cómo debemos amarte a Ti
y amarnos los unos a los otros.
Él vino para arrancar de nuestros corazones
el mal que nos impide ser amigos
y el odio que no nos deja a ser felices.
Él ha prometido que su Espíritu Santo
estará siempre con nosotros
para que vivamos como verdaderos hijos tuyos.
TODOS: Bendito el que viene en el nombre del
Señor. Hosanna en el cielo.
A Ti, Dios y Padre nuestro,
te pedimos que nos envíes tu Espíritu
para que este pan y este vino
sean el Cuerpo y la Sangre
de Jesucristo, Nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir,
nos dio la prueba de tu Amor.
Cuando estaba sentado a la mesa con sus
discípulos, tomó el pan,
dijo una oración para bendecirte y darte
gracias,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciéndoles:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
(Decimos todos:)
¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!
Después, tomó el cáliz lleno de vino
y, dándote gracias de nuevo,
lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
(Decimos todos:)
¡Señor Jesús, tú te entregaste por nosotros!
(El sacerdote prosigue)
Y LES DIJO TAMBIÉN:
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora
la muerte y resurrección de Jesús, el Salvador
del mundo.
Él se ha puesto en nuestras manos
para que te lo ofrezcamos como sacrificio
nuestro
y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Todos: ¡Gloria y alabanza a nuestro Dios!
Escúchanos, Señor Dios nuestro;
danos tu Espíritu de amor
a los que participamos en esta comida,
para que vivamos cada día
más unidos en la Iglesia,
con el santo Padre, el Papa Francisco
con nuestro Obispo Jesús
y su auxiliar Juan Antonio
y todos los que trabajan por tu pueblo.
TODOS: ¡Que todos seamos una sola familia
para gloria tuya!
No te olvides de las personas que amamos
ni de aquellas a las que debiéramos querer más.
Acuérdate también de los que ya murieron
y recíbelos con amor en tu casa.
TODOS: ¡Que todos seamos una sola familia
para gloria tuya!
Y un día, reúnenos cerca de ti con María, la
Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra,
para celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro
Señor,
podremos cantarte sin fin.
TODOS: ¡Que todos seamos una sola familia para
gloria tuya!
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos. TODOS: AMÉN
Pon tu mano en la mano
de aquel que te da la mano.
Pon tu mano en la mano
de aquel que te dice ven.
Él será tú amigo para la eternidad.
Pon tu mano en la mano
de aquel que te dice ven.
Pon tus ojos en los ojos
de aquel que te está mirando.
Pon tus ojos en los ojos
de aquel que te dice ven.
Él será tu amigo para la eternidad.
Pon tus ojos en los ojos
de aquel que te dice ven.
Nos envías por el mundo
a anunciar la Buena Nueva, (Bis)
mil antorchas encendidas
y una nueva primavera.(Bis)
Si la sal se vuelve sosa
¿quién podrá salar al mundo? (Bis)
Nuestra vida es levadura,
nuestro amor será fecundo (Bis)
Siendo siempre tus testigos (Bis)
cumpliremos el destino.
Sembraremos de esperanza (Bis)
y alegría los caminos.
Cuanto soy y cuanto tengo (Bis)
la ilusión y el desaliento.
Yo te ofrezco mi semilla (Bis)
y Tú pones el fermento.
Padre bueno, dame fuerzas
para iluminar a todos
los que nos rodean
con la luz de Jesús
en mi corazón.
Ayúdame a mantener
siempre encendida
la llama de su amor
y de su presencia.
Junto a Jesús queremos ser luz
para el mundo. Así sea.