EL AMOR A LA JUSTICIA Y A LA VERDAD
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EL AMOR
A LA JUSTICIA Y A LA VERDAD
TEMA 9
ESQUEMA DE LA UNIDAD
1. EL SEPTIMO Y EL DECIMO MANDAMIENTO.
- Los bienes materiales.
- El ejemplo de Jesús.
- La sobriedad.
2. LA CREACION.
- El trabajo.
- La justicia.
- El cuidado de la naturaleza.
3. EL OCTAVO MANDAMIENTO.
- La verdad.
- La fama.
- La discreción.
- Testigos de la verdad.
1. EL SEPTIMO Y EL DECIMO MANDAMIENTO.
Los bienes materiales.
Para vivir con dignidad, las personas necesitamos recursos
materiales: alimentación, ropa, vivienda, etc.
El séptimo mandamiento, dice que no robaras, indica que no es
legitimo apropiarse injustamente de los bienes de otro.
- Obliga a pagar salarios justos a los trabajadores.
- No engañar en los negocios.
- Realizar bien el trabajo.
- No piratear.
- Pagar los impuestos debidos al Estado.
- No estropear las cosas
- El que ha robado o ha deteriorado los bienes sociales de
otra persona tiene la obligación de reparar el mal que ha
ocasionado.
El decimo mandamiento, no codiciaras los bienes ajenos, se refiere
a la actitud interior ante la propiedad ajena. Prohíbe:
- La avaricia que es el deseo desmesurado de poseer bienes
materiales.
- La envidia, que es el disgusto ante los bienes que poseen
otros, y el deseo de apropiarse indebidamente de ellos.
Tributo de la moneda, de
Tiziano. «Jesús responde a los
fariseos: Pues dad al Cesar lo
que es del César y a Dios lo que
es de Dios» (Mt 22, 21)
EL PLAGIO
Una forma de robar consiste en utilizar la propiedad intelectual ajena sin
autorización y presentada como propia. Se llama plagio. Por eso, copiar
el trabajo de un compañero, descargar ilegalmente contenidos de
internet, hacer copias y grabaciones no autorizadas, negociar con ideas
robadas, etc., son diversas formas de plagiar. Para poder usar la
propiedad intelectual ajena, es necesario un acuerdo libre y remunerar
apropiadamente al autor.
El ejemplo de Jesús.
Jesús quiere que sus discípulos vayan más allá de una Ética
minimalista, que no se conformen con evitar el mal que los
Mandamientos señalan: no matar, no cometer adulterio, no robar,
no mentir… eleva el listón de cada uno de los Mandamientos.
Jesús quiso nacer pobre y obtuvo lo necesario para vivir de una
manera digna: enseñaba que tenemos que compartir nuestros bienes
con los que carecen de ellos.
La sobriedad.
Vivimos en una sociedad que presenta una mentalidad
materialista, en la que se da más importancia al dinero y a las
cosas que a las personas.
La sobriedad consiste:
- En vivir solo con las cosas necesarias y sin dejarse
esclavizar por ellas.
- En no malgastar.
- En cuidar lo que tenemos para que dure.
- En no dejarse llevar por caprichos o por la última moda.
- En dejar lo mejor para los demás, etc., pensando en los
que no tienen ni lo básico.
2. LA CREACION.
El trabajo.
Para obtener alimento y los demás bienes que precisa, el
hombre tiene que hacer uso de su inteligencia y realizar un
esfuerzo. Dios dio al hombre la inteligencia necesaria y la
voluntad, que son las cualidades necesarias para hacer
fructificar la tierra, es decir, le otorgó la capacidad de trabajar.
Es tanto un derecho como un deber de las personas. Puede adquirir
un valor sobrenatural y santificador, si se hace bien humanamente
y con intención de alabar a Dios y servir al prójimo.
Todas las actividades del hombre dignas, encaminadas a
satisfacer sus necesidades, constituyen el trabajo en el que cada
persona utiliza sus capacidades intelectuales y manuales para:
Colaborar con Dios en la obra de la Creación.
Obtener los bienes necesarios para ella y su familia.
Contribuir al desarrollo de la sociedad.
La justicia.
En el mundo hay mucha pobreza: millones de personas, niños y
niñas, que mueren de hambre por falta de alimentos o
enfermedades, por falta de asistencia médica; multitudes que no
pueden adquirir cultura ni conocimientos.
Los responsables de las naciones y de las instituciones tienen el
deber de trabajar para eliminar este desequilibrio. La Iglesia está
comprometida en esta lucha por erradicar las causas de la pobreza
y paliar sus consecuencias.
El cuidado de la naturaleza.
«Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad
los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se
mueven sobre la tierra. (…) Mirad, os entrego todas las hierbas que
engendran semilla sobre la superficie de la Tierra y todos los árboles
frutales que engendran semilla: os servirán de alimento.» (Gn 1, 2829).
Estas palabras se han interpretado en un sentido utilitarista para
justificar la explotación y el expolio de la naturaleza.
La naturaleza no es propiedad exclusiva de cada uno, ni tenemos
derecho a hacer con ella lo que nos plazca. Tenemos que cuidarla y
conservarla para las generaciones futuras.
Los derechos que tenemos con el
ambiente están relacionados con los
que tenemos para con la persona
considerada en sí misma y en su
relación con los otros. No se pueden
exigir unos y conculcar otros. Es una
grave antinomia de la mentalidad y de
la praxis actual, que humilla a la
persona, trastorna el ambiente y daña
a la sociedad». (Benedicto XVI,
encíclica Caritas in veritate, nº 51)
Patrón de los ecologistas
En el bellísimo cántico de las criaturas, San Francisco de Asís alaba
al Señor por medio de sus hermanos: el Sol, la Luna, la Tierra, las
estrellas, el agua… Todos cantan la gloria del Creador, Francisco
enseña a respetar la Creación, de la que formamos parte.
3. EL OCTAVO MANDAMIENTO.
Es necesario respetar siempre la verdad y a las personas con la
palabra y las acciones. Esto es lo que nos manda el octavo
mandamiento: no mentiras.
Es una llamada a la veracidad: a actuar con
sinceridad y hablar con franqueza.
Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa, con la intención de
engañar. El no mentiras, tiene una lectura mucho más positiva.
La persona veraz evita: La duplicidad, la simulación, la
hipocresía, el perjurio. Es disponer de Dios por testigo de una
declaración conscientemente falsa. Jesús no consentía la simulación
de muchos fariseos de su época; alababa la transparencia de las
personas que se manifestaban como eran.
Fotograma de la Pasión de Cristo,
La fama.
Hay que evitar estos pecados de palabra para vivir la caridad, la
justicia y el respeto a la verdad:
Calumnia: hablar mal de otra persona, sabiendo que no es verdad
lo que se dice.
Difamación: hablar mal de otra persona, aunque sea cierto lo que
se diga.
Maledicencia: comentar los defectos de otra persona a sus
espaldas.
No hay obligación de acusar al culpable si no es necesario para el
bien común de la sociedad. Sí tenemos el deber de rectificar el mal
que podamos haber ocasionado con el mal uso de la palabra.
La discreción.
Existe la obligación moral de guardar el secreto profesional:
aquello que se sabe por razón del oficio. Y hay que respetar los
secretos y las confidencias que nos han sido confiados como tales.
La televisión, la radio o la prensa sirven para informar y han de
decir siempre la verdad, pero también el deber de justicia y de
caridad de respetar la buena fama de las personas y su vida
privada.
Conviene utilizar con sentido critico los medios de comunicación
porque, tergiversan la verdad, manipulan o estimulan
comportamientos dañinos en sus usuarios, en especial los niños y
los jóvenes.
Redes sociales
Todo lo que colgamos en internet permanece y esta al alcance de
otros. Tenemos que ser prudentemente discretos con nosotros
mismos, pero todavía más con los demás. Además de configurar la
privacidad del modo adecuado, conviene detenerse a pensar antes de
hacer cualquier comentario en la red.
La información que comunicamos o las imágenes que mostramos
pueden perjudicar, y muy gravemente, a otras personas si llega a
quien no conviene.
Testigos de la verdad.
Los cristianos tenemos la obligación de decir la verdad que
hemos recibido de Dios, tanto en nuestra actividad pública como
en la privada, aunque en ocasiones no resulte cómoda. A lo largo
de la historia muchas personas han defendido la verdad del
evangelio hasta el martirio, si ha sido necesario.
SINTESIS
EL AMOR Y LA JUSTICIA Y A LA VERDAD
La Creación esta destinada al bien de todos los seres humanos
Cooperación con el proyecto creador de Dios
- Mediante el trabajo contribuimos a hacer un
mundo mejor.
- Hemos de cuidar y respetar la naturaleza.
- Debemos pensar en las generaciones futuras que
vivirán en la tierra.
- Hay que distribuir la riqueza equitativamente.
-
Compromiso del cristiano con la verdad
Valentía para anunciar la verdad.
Sinceridad.
No hablar mal de los demás y respetar su vida
privada.
La confianza entre las personas es la base de la
vida en sociedad.
Promoción del bien común y respeto de los bienes ajenos.
Acción exterior
Séptimo mandamiento: no
robaras.
- Cuidar las cosas de los
demás y las de uso
público.
- Compartir con los que
tienen menos.
Disposición interior
Décimo mandamiento: no
codiciaras los bienes ajenos.
- Avaricia.
- Envidia.
- Generosidad.
- Desprendimiento.
Ejemplo de Cristo
- Vivir con sobriedad: señorío sobre uno mismo.
- Valorar a las personas por lo que son, no por lo que tienen.