Pragmatismo sin Ontología en la Ciencia de la Conducta Los puntos de vista de Christian U.

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Transcript Pragmatismo sin Ontología en la Ciencia de la Conducta Los puntos de vista de Christian U.

Pragmatismo
sin Ontología
en la Ciencia de
la Conducta
Los puntos de vista de Christian U. Krägeloh
Por Jaime Ernesto Vargas Mendoza
Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C.
2009
El análisis de la conducta, el estudio científico del comportamiento, siempre ha
estado asociado cercanamente al conductismo radical, que es la filosofía de la
ciencia de la conducta (Skinner, 1974). De todas las áreas de la psicología, ésta
es probablemente aquélla que se vincula más íntimamente con una escuela de
pensamiento filosófico.
Aún cuando el análisis de la conducta tenga sus orígenes históricos firmemente
enraizados en el marco filosófico del conductismo, no es, de ninguna manera,
que no se pueda separar de el. Y es que, este vínculo cercano con la filosofía
puede acarrear algunos peligros.
Cualquier rechazo del conductismo, fácilmente puede generalizarse al análisis
de la conducta, en cuyo caso, este último no sería evaluado por su mérito
científico y su poder predictivo, sino que se rechazaría por razones filosóficas.
Todd y Morris (1992) y Skinner (1974) han enlistado las confusiones y
malentendidos sobre el conductismo, que han afectado negativamente la
percepción pública del análisis de la conducta.
Los conductistas frecuentemente han insistido en la diferencia entre el conductismo
metodológico y el radical y en que las críticas más frecuentes sobre el conductismo,
como la forma en que se manejan los eventos privados, se aplican al primero, que
es el más antiguo de los dos (Skinner, 1974; Zuriff, 1985).
Es difícil echarle la culpa al lector no preparado por creer que el término conductismo
radical (que connota cierto fanatismo), se refiere a una forma de conductismo que
exagera las peculiaridades no atractivas del conductismo metodológico, en lugar de
ver que se trata de una forma de conductismo que pretende aplicar
consistentemente los principios conductuales, incluso a la conducta encubierta.
Otros obstáculos para una diseminación fructífera del análisis de la conducta
involucran argumentos más filosóficos que, como dejaré ver en esta presentación,
son evitables e igualmente innecesarios.
De acuerdo al pragmatismo, las suposiciones ontológicas, esencialmente, son solo
prescripciones metodológicas de cómo conducir el análisis de la conducta.
El análisis de la conducta puede beneficiarse mucho de un pragmatismo no
ontológico y dedicarse mas al control y predicción del comportamiento.
Pragmatismo
El conductismo radical ha sido influido considerablemente por la filosofía del
pragmatismo (Moore, 2003; Moxley, 2004). Posiblemente la característica más
distintiva del pragmatismo sea la forma en que trata los conceptos de verdad y
realidad. A diferencia del realismo, el pragmatismo argumenta que no existe una
verdad absoluta u objetiva (James, 1907/1996). “Es en vano buscar la naturaleza
de las cosas, ya que todo solo se puede describir y conocer en el lenguaje en el
que se plantea la cuestión de su existencia, no hay objetos que se puedan
describir en abstracto, independientemente del lenguaje en el que se describen”
(Malone, 2001).
El discurso filosófico y la investigación científica, con todo lo complejo que estas
conductas puedan parecer, no merecen un trato especial sobre otros tipos de
comportamiento. El discutir sobre cualquier tema es solo conducta verbal
explicable por las mismas leyes de toda la conducta. Cualquier expresión puede
vincularse con sus propias contingencias de reforzamiento y consecuentemente,
no puede mantenerse separada del contexto y del flujo conductual del hablante
(Skinner, 1974; Roche & Barnes, 1997; Ryle, 1949; Zuriff, 1980).
Aunque los realistas dicen que, teóricamente, podemos
estar muy cerca de describir al mundo real o a la verdad
objetiva, los pragmatistas argumentan que la realidad
está en constante revisión (Malone, 2001).
La verdad es lo que funciona, lo que es útil (James,
1907/1996). Es cualquier cosa que permita una acción
más efectiva (Zuriff, 1980). Conforme los nuevos
conocimientos producen una acción más efectiva, las
creencias se ajustan y lo que ahora resulta verdadero
es diferente. Y como conocer es comportarse (Skinner,
1972), nunca hacemos contacto con el mundo real, sino
solo con otros eventos conductuales (Skinner, 1953).
Entonces ¿cómo definir lo que es útil?
Una cosa es explicar la conducta en retrospectiva refiriéndonos a sus efectos
como útiles y otra, predecir lo que será útil en el futuro. Además, como lo
demuestra la investigación en el área del auto-control (Rachlin, 2000), lo que es
útil en el corto plazo no lo es necesariamente en el largo plazo.
“Lo verdadero está relacionado con las reglas y con las reglas de transformación
de las reglas mismas. Las creencias son cuestión de la probabilidad de la acción y
la probabilidad depende de las contingencias” (Skinner, 1969).
Así, el análisis de la conducta, lee cualquier referencia a la utilidad en los textos
pragmatistas como reforzante o mantenido por las contingencias de refuerzo.
El darse cuenta de que cualquier discusión sobre las teorías
filosóficas debe incluir un análisis del contexto reforzante del
hablante, tiene el efecto de que el pragmatismo no anexa
valores absolutos a ninguna teoría en particular.
En lugar de ello, el pragmatismo considera a cualquier teoría
como verdadera, si resulta efectiva para predecir y controlar la
conducta (Barnes & Roche, 1994; Hayes & Brownstein, 1986;
Skinner, 1974).
Siendo ilimitadas las formas para expresar un enfoque en
particular, son igualmente ilimitadas las posibles connotaciones
y los elementos ideosincráticos que determinen que cualquier
enfoque sea aceptado como verdadero.
Las Funciones de las
proposiciones Ontológicas
Una suposición común en el análisis de la conducta es la que se refiere a la
determinación de los fenómenos, misma que resulta útil en una ciencia que busca
predecir y controlar el comportamiento. El que alguien considere al determinismo
como algo verdadero, está determinado (a su vez), por la historia de reforzamiento
particular de esa persona.
Para que la ciencia actúe, es útil la suposición del determinismo, para plantear
estándares. Cuando un fenómeno en particular no puede explicarse con el
conocimiento que se tiene, es más probable que uno continúe buscando las
causas, si uno supone que siempre hay una causa para cada fenómeno.
Pragmáticamente, entonces, la suposición del determinismo es una prescripción
de cómo llevar a cabo el trabajo científico. Es una descripción de las
contingencias de reforzamiento de las metodologías de investigación que han
tenido buenos resultados y que se espera que continúen siendo efectivas.
El significado de algo, se refiere simplemente a los comportamientos
que involucra (Peirce, 1878/1997; James, 1911/1996).
El ejemplo anterior sobre el determinismo, nos muestra que las
contingencias de reforzamiento para la conducta verbal y la historia
de reforzamiento del hablante, pueden exponer el significado de los
enunciados ontológicos.
Puede utilizarse una apreciación de las consecuencias conductuales
de las diferentes teorías ontológicas, para guiarnos en su
formulación, de tal forma que evitemos malentendidos y discursos
innecesarios (James, 1911/1996).
En seguida discutiremos sobre el significado pragmático del realismo
y las suposiciones sobre las dimensiones de las sustancias
ontológicas.
Realismo
Muchos científicos conductuales aceptan el adoptar una postura realista (Barnes &
Roche, 1994), que es la idea de un mundo de universales que existen
independientemente de cualquier observador. “Cuyo carácter es independiente de
lo que usted o yo pensemos que es la realidad externa “ (Pierce, 1878/1997).
La meta final de la indagación científica es la de estar cada vez más cerca de una
descripción exacta del mundo real, aunque la completa descripción de éste,
siempre será inalcanzable.
Como ya mencionamos, el pragmatista argumenta que nunca puede haber una
descripción objetiva de una realidad independiente, debido a la imposibilidad de
que el hablante se separe de su propio continuo conductual.
“El investigador puede caer en la impresión equivocada de que el estímulo puede
conocerse independientemente de la respuesta ante el. Sin embargo, desde la
perspectiva conductista, no hay la mirada un Ojo de Dios o la mirada de un ojo
mental, del estímulo. Ningún sujeto o experimentador tiene forma de saber qué
estímulo ocurre en algún momento, a no ser que se responda ante el” (Natsoulas,
1983).
En la definición funcional de la conducta usada en el análisis conductual, el
estímulo implica a la respuesta y la respuesta implica al estímulo (Barnes & Roche,
1994, 1997; Zuriff, 1985).
Pragmáticamente, resulta lo mismo decir que un objeto o un estímulo es real o que
es como si fuera real (Barnes & Holmes, 2000), aunque las historias de
reforzamiento social nos hagan más probable el decir que las cosas son reales.
Dimensiones de las Sustancias Ontológicas
La filosofía occidental tiene profundas raíces en las tradiciones
dualistas que se remontan en el pasado a Platón y Descartes.
Existen diversas formas de dualismo, pero su característica
fundamental es que divide al mundo en dos dimensiones de
sustancias.
Los conductistas, por el contrario, tradicionalmente han sido ardientes
monistas. De acuerdo con el monismo, el mundo consiste de solo una
dimensión de sustancia. El monismo no permite explicaciones que
aludan a eventos inconmensurables de alguna otra dimensión de
sustancia. Debido a que todos los fenómenos son del mismo tipo,
teóricamente pueden relacionarse uno con otro de manera causal,
y el monismo generalmente se acompaña de la suposición del
determinismo.
El enfoque monista que se expresa más comúnmente en la literatura del
conductismo radical es el fisicalismo :
“…Yo defiendo la idea de que mi dolor de muelas es tan físico, como lo es mi
máquina de escribir” (Skinner, 1945, p. 294).
“La piel no tiene tanta importancia como una frontera. Los eventos privados y los
públicos poseen la misma clase de dimensión física” (Skinner, 1963, p. 953).
El uso del término ‘físico’ en las definiciones del monismo puede tomarse como
significando “lo opuesto a las explicaciones mentalistas”, o las explicaciones que
se refieren a eventos mentales o psicológicos que sean tomados como las causas
de la conducta. El conductismo radical siempre ha criticado el uso de las
explicaciones mentalistas (Skinner, 1938).
Así pues, de acuerdo con el conductismo radical, la distinción entre los eventos
privados y públicos no es ontológica, sino de accesibilidad. El hecho de que sean
inaccesibles para el público, no implica que no sigan las mismas leyes.
Los eventos privados son considerados como parte de la cadena causal o de la
textura causal (Moore, 2003) de la conducta, aunque Skinner argumentaba que
estos no podían nunca ser causas iniciales, sino que solo ejercían control de
estímulo discriminativo (Overskeid, 1994). Consecuentemente, el conductismo
radical no se apega al concepto de la verdad-por-acuerdo, como lo hace el
conductismo metodológico :
“El criterio último para determinar la utilidad de un término, no es el que dos
personas se pongan de acuerdo, sino si el científico, que usa el concepto, puede
actuar exitosamente sobre sus fenómenos en estudio, de ser necesario
haciéndolo todo por él mismo. Lo que importa es ver si lograr el control sobre la
naturaleza” (Skinner, 1945, p. 293-294).
Las objeciones del conductismo radical para con el
conductismo metodológico se van hacia la raíz de su
metodología de definición operacional, y resulta
irrelevante si uno habla de alguna forma de conductismo
metodológico que sea ontológicamente dualista u
ontológicamnte monista, si resultan
epistemológicamente dualistas.
En lugar de recurrir a las variables interventoras y a los
constructos hipotéticos, “una ciencia de la conducta
debe eventualmente tratar con el comportamiento en su
relación con variables manipulables” (Skinner, 1984, p.
517).
COMO EL MONISMO ASUME QUE EL MUNDO CONSISTE DE SOLO UNA
DIMENSIÓN DE SUSTANCIA, NO HAY NECESIDAD DE INSISTIR EN DAR
TÉRMINOS PARTICULARES PARA ESA DIMENSIÓN.
De cualquier forma que uno nombre a la dimensión de sustancia única del
monismo, esto no influye en la efectividad de las explicaciones científicas,
respecto a la predicción y el control de los fenómenos.
Sin embargo, la razón de porque si importa y porque el científico monista no debe
ser descuidado en el uso de términos ontológicos, radica en la historia de
reforzamiento y el contexto del oyente. Todos los términos tienen sus
connotaciones y asociaciones que, como dijimos antes, pueden hacer la diferencia
para que un enunciado en particular sea aceptado como como verdadero.
El Análisis Conductual
No Ontológico
Aún cuando, a veces, los pragmatistas expresen posiciones anti-ontológicas
(Peirce, 1878/1997, 1904/1997), sería más apropiado considerar al pragmatismo
como no-ontológico (Barnes-Holmes, 2003). El pragmatismo nos indica que el
significado de los enunciados ontológicos debe buscarse en sus efectos sobre el
comportamiento, pero esto no quiere decir que haya que evitar todo discurso
ontológico. Lo no-ontológico del pragmatismo no es prescriptivo, sino que
simplemente refleja el darse cuenta que el tema del que se habla, nunca puede
disociarse del orador o de la audiencia.
TODO DISCURSO FILOSÓFICO, A ULTIMADAS CUENTAS, SE REDUCE
A UNA DESCRIPCIÓN PURAMENTE CONDUCTUAL QUE REQUIERE
REFERIRSE A LAS CONTINGENCIAS DE REFORZAMIENTO QUE
CONTROLAN LA CONDUCTA DEL ORADOR.
Lo que importa son las contingencias de reforzamiento que llevan a la emisión de
esa conducta verbal.
El pragmatismo no le adiciona ningún valor absoluto a ninguna suposición
ontológica particular. El análisis conductual debe ser capaz de predecir que
suposiciones ontológicas pueden ser útiles en un futuro y pueden mantenerse
mediante las contingencias de reforzamiento, aunque el éxito de cualquier
predicción de este tipo, solo se sabrá en retrospectiva. Por lo que sería poco
sabio, apegarse a ciertas suposiciones ontológicas sin estar preparados para
abandonarlas, si es necesario. Como se dio cuenta Skinner (1972) : “No puedo
estar de acuerdo en que la práctica de la ciencia requiera una decisión a priori
de sus metas o una elección a priori de sus valores” (p. 35).
Además, las suposiciones ontológicas que podamos hacer colectivamente en el
análisis de la conducta, pueden diferir considerablemente de las que tengamos
individualmente. Y aún así, puede haber un control de estímulos sobre la
conducta verbal ontológica, como cuando alguien sea monista en la ciencia,
pero dualista en la iglesia.
Las suposiciones ontológicas son pragmáticamente, prescripciones
metodológicas en controversia. Pueden ser benéficas cuando configuran un
sentido o un credo para las investigaciones científicas, de las que se pueda
derivar un conjunto de directrices. A veces, estas formulaciones pueden ser
formas muy eficientes de comunicación.
Los primeros teóricos pudieron estar inspirados en argumentos ontológicos y en
suposiciones filosóficas, pero conforme las teorías han evolucionado, junto con
una expansión continua en el catálogo de técnicas y aplicaciones, se ha tornado
más importante la efectividad y el poder predictivo.
La meta del análisis conductual es la predicción exitosa y el control de la
conducta. Mientras las técnicas del análisis conductual se empleen
apropiadamente, es irrelevante si uno de corazón sea dualista, monista,
idealista, materialista o cualquier otra cosa.
REFERENCIA :
Christian U. Krägeloh (2006)
Pragmatism And a-ontologicalism in a Science
of Behavior
The Behavior Analyst Today, Vol. 7, Num. 3
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En caso de citar este documento por
favor utiliza la siguiente referencia:
Vargas-Mendoza, J. E. (2009)
Pragmatismo sin ontología en la ciencia
de la conducta: Los puntos de vista de
Christian U. Krägeloh. México:
Asociación Oaxaqueña de Psicología
A.C. En
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