Juan 3, 13-17 14 de Setiembre 2014 . Ambientación: Una cruz con la frase: Tanto amó Dios al mundo Cantos sugeridos: Victoria, tú reinarás; Este día nos recuerda.

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Transcript Juan 3, 13-17 14 de Setiembre 2014 . Ambientación: Una cruz con la frase: Tanto amó Dios al mundo Cantos sugeridos: Victoria, tú reinarás; Este día nos recuerda.

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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
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Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


Slide 13

Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


Slide 15

Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


Slide 16

Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


Slide 24

Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


Slide 31

Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

www.hijasdelacaridadperu.org

www.cm.peru.com.pe


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Juan 3, 13-17

14 de Setiembre 2014
.

Ambientación: Una cruz con
la frase: Tanto amó Dios al
mundo

Cantos sugeridos:
Victoria, tú reinarás;

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año
320, por parte de Santa Elena, madre de Constantino. La Cruz
es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria.
Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad
con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo
redentor.

1. Oración inicial

Padre, que has querido
salvar a los hombres
con la Cruz de
Cristo tu Hijo, concédenos,
a los que hemos
conocido en la tierra
su misterio de amor,
gozar en el cielo de los
frutos de su redención.

Señor Jesús,
que en tu cruz nos
entregaste tu Espíritu
para que los creyentes
no viviéramos
huérfanos de ti,

derrámalo de nuevo,
hoy, para que acojamos
el amor sin límites
que nos ofreces
en tu Evangelio de
salvación.
Así sea

I. LECTIO

¿Qué dice el texto? – Juan 3, 13- 17

La cruz es el mayor
abajamiento del Hijo y
su mayor exaltación,
pues es ahí donde nos
mostró que su amor
no tenía límites.

Esa humillación de morir en cruz,
siendo el Hijo amado del Padre, fue
el comienzo de su glorificación,
pues el Padre mismo lo "levantó"
de entre los muertos y lo resucitó
como primicia de nuestra propia
resurrección. Escuchemos.

Lectura del Santo Evangelio San Juan 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
13 "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó
del cielo, el Hijo del hombre.

14 Lo mismo que Moisés

elevó la serpiente en el
desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre,

para que todo el que cree
en él tenga vida eterna”.

15

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su
Hijo único para que no perezca ninguno de los
que creen el él, sino que tengan vida eterna.
16

Porque Dios no
mandó su Hijo al
mundo para
condenar al
mundo, sino para
que el mundo se
salve por él."
17

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

Jn 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:
- “Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del
cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés
elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que
cree en él tenga vida eterna”. Tanto amó Dios al
mundo que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él; sino que
tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salve por él.

Preguntas para la lectura:
¿Qué fuerza mueve
a Dios a entregar a
su Hijo en la cruz?

II. MEDITATIO

¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

El Evangelio de hoy nos
ayuda a plantearnos el
tema de la vida con mayor
profundidad: vivir desde
la fe en Jesús, vivir
conforme a la verdad,
vivir en plenitud.
Nuestra meditación se
inspira en el amor inmenso
de Dios manifestado en la
cruz.

 ¿Qué afirma Jesús sobre lo
que Dios ha hecho por
nosotros?

 ¿La Cruz de Cristo es para
mí la muestra del amor más
grande?

 Mi propia cruz,
¿es signo de amor?

 ¿Qué sentimientos
provoca en mí saber
que el Padre busca
salvar y no condenar?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos con sencillez
nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi propia realidad y situación
personal.

III. ORATIO

¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Motivación: Exaltar la cruz es exaltar el amor de Dios
por nosotros, es exaltar la victoria del amor y de la
misericordia sobre el pecado, el egoísmo y la muerte.
Nuestra oración es de agradecimiento al Padre por su
amor, por la vida que nos da. También es de petición:
Señor, aumenta nuestra fe.

Luego de un tiempo de oración
personal, compartimos en grupos
nuestra oración (o todos juntos)

Como gesto, podemos acercarnos y besar la
cruz que ambienta nuestra celebración.

Salmo 77
Escucha, pueblo mío,
escucha mi
enseñanza,
inclina el oído a las
palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten los
enigmas del pasado.
No olviden las acciones del Señor.

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y
madrugaban para volverse hacía Dios; se
acordaban de que Dios era su roca, el Dios
Altísimo su redentor.

No olviden las acciones del Señor.

Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas
mentían: su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.

No olviden las acciones del Señor.

Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba
la culpa y no los destruía: una y otra vez
reprimió su cólera, y no despertaba todo
su furor.

No olviden las acciones del Señor.

IV. CONTEMPLATIO

¿Qué me lleva a hacer el texto?

Motivación: Para san Vicente, Sólo cuando se acepta
morir con Cristo se encuentra la fuerza para
vivir como discípulo suyo.
La verdadera
santidad brota de la
cruz, donde el poder de
Dios trabaja en nosotros.
Miremos al Hijo de Dios: ¡qué corazón tan caritativo! ¡qué
llama de amor! Jesús mío, dinos, por favor, qué es lo que
te ha sacado del cielo para venir a sufrir la maldición de la
tierra y todas las persecuciones y tormentos que has
recibido. ¡Oh Salvador! ¡Fuente de amor humillado hasta
nosotros y hasta un suplicio infame!

¿Quién ha amado en esto al prójimo
más que tú? Viniste a exponerte a todas
nuestras miserias, a tomar la forma de
pecador,

a llevar una vida de sufrimiento y a padecer por nosotros una muerte
ignominiosa; ¿hay amor semejante? ¿Quién podría amar de una
forma tan supereminente? Sólo nuestro Señor ha podido dejarse
arrastrar por el amor a las criaturas hasta dejar el trono de su Padre
para venir a tomar un cuerpo sujeto a las debilidades. ¿Y para qué?
Para establecer entre nosotros por su ejemplo y su palabra la caridad
con el prójimo.

Este amor fue el que lo crucificó y el que hizo esta
obra admirable de nuestra redención. Hermanos míos,
si tuviéramos un poco de ese amor,

¿nos quedaríamos con los brazos
cruzados? ¿Dejaríamos morir a todos
esos que podríamos asistir? No, la
caridad no puede permanecer ociosa,
sino que nos mueve a la salvación y al
consuelo de los demás. (XI,555)

«¡Oh cruz!, ¡oh
sufrimientos! ¡qué
amables sois, puesto que
el amor de Dios os ha
cedido el puesto, en su
Hijo, para adquirir por
vuestro medio el poder de
otorgar su paraíso a los
que las delicias habían
arrojado de él!»
(Santa Luisa de Marillac, 764,)

 COMPROMISO:

¿En mi familia,
comunidad,
grupo, qué
puedo hacer
para amar con
un amor
semejante al
de Jesús
crucificado?

Oración final
Cruz de Cristo,
cuyos brazos
todo el mundo han acogido.

Cruz de Cristo,
cuya sangre
todo el mundo ha
redimido.
Cruz de Cristo,
luz que brilla
en la noche del camino.

Cruz de Cristo,
cruz del hombre,
su bastón de peregrino.
Cruz de Cristo,
árbol de vida,
vida nuestra, don eximio.
Cruz de Cristo,
altar divino
de Dios-Hombre en
sacrificio. Amén

Texto de Lectio Divina: Padre César Chávez Alva (Chuno) C.ongregación de la Misión.
Power Point : Sor Pilar Caycho Vela - Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl

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