SACRAMENTOS INICIACIÓN SANACIÓN OPCIÓN • Requisitos para bautizarse: • Fotocopia de partida de nacimiento del que se bautiza • Fotocopia de DNI de padres y.
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SACRAMENTOS INICIACIÓN SANACIÓN OPCIÓN • Requisitos para bautizarse: • Fotocopia de partida de nacimiento del que se bautiza • Fotocopia de DNI de padres y padrinos (varón y mujer) Solteros o casados por la Iglesia. No pueden ser los padres. • Colaboración libre con la Iglesia para mostrar que valora el Sacramento. • Una charla para padres, padrinos y si el que se bautiza tiene más de 12 años debe asistir 18/2 de 4 a 6.30. • Requisitos para confirmarse: • • • • • Constancia de Bautismo Fotocopia de DNI de padres y 1 padrino (varón o mujer) Colaboración libre con la Iglesia para mostrar que valora el Sacramento. Charla para confirmando y padrino 20/2 de 4 a 6.30. Debe ser mayor de 5to secundaria. • Requisitos para Primera Comunión: • • • • Constancia de Bautismo Dos charlas 13/2 y 19/2. Colaboración libre con la Iglesia para mostrar que valora el Sacramento. Mayor de 6to de Primaria • Requisitos para Matrimonio: • • • • • • Entrevista con el párroco Charla 16/2 Partida de Bautismo Confirmación de los novios Fotocopia de DNI de los novios, testigos y padrinos. Partida de matrimonio civil Colaboración libre con la Iglesia para mostrar que valora el Sacramento. MATRIMONIO REVITALIZAR EL AMOR EN EL MATRIMONIO. • Hay una gran diferencia entre esperar que las cosas sucedan y hacer que las cosas sucedan. Para mantener vivo el amor a través de los años, hay que trabajar en ello, pues no es algo que se dé por hecho. Ambos cónyuges deben buscar la forma de enamorarse todos los días. • Varias veces hemos escuchado que el amor es similar a una planta, la cual hay que regar todos los días, sacarla un rato al sol, echarle abono, quitarle las hojas deterioradas, en fin, cuidarla para conservarla viva. De igual manera sucede en la relación conyugal, todos los días debe haber un cuidado que hacer para que el corazón no deje de latir. • Cuatro propuestas de fortalecer el amor, pero hay muchas más, es cuestión de “querer, 1. Dedicarse tiempo Para conectarse de nuevo hay que dedicarse tiempo el uno al otro, pero ese tiempo debe ser de calidad; sin prisas, sin hijos, sin quejas, ni reclamos. Los especialistas aseguran que una cita semanal fortalece el matrimonio, pues mejora la comunicación, aligera el estrés y favorece la relación romántica y sexual. Además de una cita semanal, es importante que la pareja busque otros espacios para disfrutar de la compañía mutua, como por ejemplo, compartir un hobbie, practicar algún deporte, tomarse algo después de la jornada laboral, ir al cine... También se puede sacar provecho de las actividades cotidianas: hacer las compras en el supermercado, llevar a los hijos al colegio, desayunar antes de salir de casa, encontrarse para almorzar, entre otras. 2. Recuperar el romanticismo • • El romanticismo se suele asociar con el noviazgo y el enamoramiento, en el matrimonio puede tener aún más importancia. “Hay parejas que creen que ya no están enamorados, porque no sienten esa emoción que sentimos en la adolescencia, y en la juventud, pero esto es sólo una confusión, porque cuando estamos realmente enamorados de la persona con la que estamos casados, los sentimientos son diferentes, porque simplemente ha madurado nuestro amor, nuestro sentimiento, y nuestra relación en general.” Explica la autora y educadora M. A. Pérez. El romanticismo es, la forma como los cónyuges recuerdan y reviven la decisión de amarse. Por eso, más que una flor, unos chocolates o una cena -que también son necesarios-, el romanticismo es volver a cuidar de los detalles, puede ser una llamada, un abrazo, un gesto de colaboración, una palabra cariñosa, como también cuidar la apariencia física para agradar al otro, cuidar los modales... En fin, es un trato cálido y delicado, propio de una pareja que busca cultivar su amor. 3. Demostrarle al otro que es importante La rutina y las diversas ocupaciones muchas veces hacen que nos olvidemos del cónyuge, damos por sentado que está bien y no nos damos a la tarea de escucharle, de preguntarle cómo se siente. Esto genera un clima de despreocupación por el otro y muchas veces de discusión. El diálogo es la vía por excelencia para conocer qué le pasa al otro, tal vez detrás de los reproches, el mal genio y las disputas, hay temores e inseguridades que sólo se pueden descubrir tras una charla de completa intimidad con el cónyuge. De estas conversaciones se suelen sacar frutos que mejoran la relación, pues se toma conciencia de que sólo el cónyuge, puede ser esa persona que nos llena, nos escucha, nos apoya, y por eso se reafirma la decisión de haberla elegido. 4. Aprovechar las crisis Los expertos aseguran que las crisis que acompañan las diferentes etapas del matrimonio (no todas las parejas son propensas a ellas) si son bien manejadas, ayudan a descubrir situaciones de mejora en ambos y rompen con la rutina que es el enemigo número uno del amor conyugal. Las pequeñas discusiones se pueden aprovechar, pues las reconciliaciones por lo general, terminan en una noche romántica. Disposición y voluntad, este es el comienzo de todo buen plan de acción. Para sacar adelante el matrimonio, hay que cuidar de esa mujer o ese hombre que está al lado, en lugar de buscar su reemplazo. 1.¿Cuáles son los dos fines del matrimonio? 2.frases bíblicas que fundamenten el sacramento del matrimonio instituido por Dios 3.Cuándo la atracción entre el hombre y la mujer, creados como buenos por Dios, se convierte en mala. 4.¿Qué harías si Dios llama a tu hijo/a a consagrarse a Él como sacerdote o religiosa? 5.Dos recomendaciones de la Iglesia al recibir el matrimonio. 6.Los protagonistas del matrimonio son… 7.Ser libre quiere decir: ….Para que haya matrimonio es indispensable el……Razones de la Iglesia para exigir la forma eclesiástica del matrimonio. 8.La preparación para el matrimonio consiste en… 9.Matrimonio mixto entre ………matrimonios con disparidad de culto entre.. 1.Los objetivos de esta pastoral son … 2.En qué les ayuda la gracia del Matrimonio. 3.Bienes del amor conyugal. 4.Exigencias 5.Explica: indisolubilidad….Fidelidad……..Fecundidad… 6.¿En qué consiste la separación que permite la Iglesia? ¿Pueden volver a casarse? 7.¿Qué dice la Iglesia del divorcio? 8.¿A qué llama a los divorciados? 9.¿Qué significa nulidad matrimonial? Causas. 10.¿Cómo vive la fecundidad un matrimonio que no tiene hijos? 11.Explica: “Iglesia doméstica…… “sacerdocio bautismal”…… 12.¿Qué actitud hay que tomar ante los solteros? ¿Cuáles son los dos fines del matrimonio? "La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer se unen para toda la vida, está ordenado por naturaleza al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados". Frases bíblicas que fundamenten el sacramento del matrimonio instituido por Dios: • La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios y se cierra con la visión de las "bodas del Cordero". De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio. • DICE EL CATECISMO: • "La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. [...] El mismo Dios [...] es el autor del matrimonio”. • La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. • El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las variaciones que ha sufrido en siglos en las diferentes culturas. • La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar". ¿Cuando la atracción entre el hombre y la mujer, creados como buenos por Dios, se convierte en mala? • Todo hombre vive la experiencia del mal. • Esto se hace sentir también en las relaciones entre el hombre y la mujer, que vive amenazada por la discordia, el espíritu de dominio, la infidelidad, los celos y conflictos que pueden conducir hasta el odio y la ruptura. • Según la fe, este desorden no se origina en la naturaleza del hombre y de la mujer, sino en el pecado. • El primer pecado, ruptura con Dios, tiene como consecuencia primera la ruptura de la comunión original entre el hombre y la mujer. • Sus relaciones quedan distorsionadas por agresiones recíprocas; su atractivo mutuo, don propio del creador, se cambia en relaciones de dominio y de concupiscencia; la hermosa vocación del hombre y de la mujer de ser fecundos, de multiplicarse y someter la tierra queda sometida a los dolores del parto y los esfuerzos de ganar el pan. • El orden de la Creación es gravemente perturbado. • Para sanar las heridas del pecado, el hombre y la mujer necesitan la ayuda de la gracia que Dios. • Sin esta ayuda, el hombre y la mujer no pueden llegar a realizar la unión de sus vidas en orden a la cual Dios los creó "al comienzo". El matrimonio en el Señor. • Jesús realiza su primer signo —a petición de su Madre— en las bodas de Caná. Confirmando la bondad del matrimonio y el anuncio de que en adelante el matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo. • En su predicación, Jesús enseñó el sentido original de la unión del hombre y la mujer, tal como el Creador la quiso al comienzo: la autorización, dada por Moisés, de repudiar a su mujer era una concesión a la dureza del corazón (cf Mt 19,8); • la unión matrimonial del hombre y la mujer es indisoluble: Dios mismo la estableció: "lo que Dios unió, que no lo separe el hombre" (Mt 19,6). • Jesús viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios. • Pablo dice: "Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla" (Ef 5,25-26), y añadiendo enseguida: • "Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne". (Ef 5,31-32). • El matrimonio cristiano viene a ser signo eficaz, sacramento de la alianza de Cristo y de la Iglesia. Puesto que es signo y comunicación de la gracia, el matrimonio entre bautizados es un verdadero sacramento de la Nueva Alianza. La virginidad por el Reino de Dios • Cristo es el centro de toda vida cristiana. El vínculo con Él ocupa el primer lugar entre todos los demás vínculos, familiares o sociales. • Desde los comienzos de la Iglesia ha habido hombres y mujeres que han renunciado al gran bien del matrimonio para seguir a Cristo, para ocuparse de las cosas del Señor. • Cristo mismo invitó a algunos a seguirle en este modo de vida del que Él es el modelo. • El matrimonio y la virginidad por el Reino de Dios, vienen del Señor mismo. Es Él quien les da sentido y les concede la gracia para vivirlos conforme a su voluntad. • El matrimonio entre dos católicos puede ser en la Santa Misa o no. • En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió a la Iglesia, su esposa amada. • Es conveniente que los esposos sellen su consentimiento en darse el uno al otro mediante la ofrenda de sus propias vidas, recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y Sangre de Cristo, "formen un solo cuerpo" en Cristo. ¿Cómo prepararse? • Conviene que los futuros esposos se dispongan a la celebración de su matrimonio recibiendo el sacramento de la Penitencia (confesándose). • Los esposos, como ministros de la gracia de Cristo, manifestando su consentimiento ante la Iglesia, se confieren mutuamente el matrimonio. • Las diversas liturgias piden a Dios su gracia y la bendición sobre la nueva pareja. • Los esposos reciben el Espíritu Santo como Comunión de amor de Cristo y de la Iglesia. El Espíritu Santo es el sello de la alianza de los esposos, la fuente siempre generosa de su amor, la fuerza con que se renovará su fidelidad. El consentimiento matrimonial • Los protagonistas del matrimono son un hombre y una mujer bautizados, libres para contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento. • "Ser libre" quiere decir: • 1. no obrar por coacción; • 2. no estar impedido por una ley natural o eclesiástica. • La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento indispensable "que hace el matrimonio”. Si el consentimiento falta, no hay matrimonio. • El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente": "Yo te recibo como esposa" — "Yo te recibo como esposo”. • El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo. Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido. • Por esta razón o por otras, que hacen nulo e inválido el matrimonio, la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico, puede declarar "la nulidad del matrimonio ", es decir, que el matrimonio no ha existido. • En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente anterior: con los hijos. • El sacerdote (o el diácono) que asiste a la celebración del matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia. • La presencia del ministro de la Iglesia (y de los testigos) expresa que el matrimonio es una realidad eclesial. La Iglesia exige para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio por varias razones: 1— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico. Conviene que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia. 2— El matrimonio crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y con los hijos. 3— El matrimonio es un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos). 4— El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él. • Para que el "Sí" de los esposos sea un acto libre y responsable, y la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y cristianos sólidos y estables, la preparación para el matrimonio es muy importante: • El ejemplo y la enseñanza de los padres y por las familias son el camino privilegiado de esta preparación. • Los pastores y de la comunidad cristiana como "familia de Dios" son indispensables para la transmisión de los valores humanos y cristianos del matrimonio y de la familia. • «Los jóvenes deben ser instruidos sobre la dignidad, tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en su familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan pasar, a la edad conveniente, de un honesto noviazgo, al matrimonio » (GS 49,3). Matrimonios mixtos y disparidad de culto • Matrimonio mixto (entre católico y bautizado no católico) • y matrimonios con disparidad de culto (entre católico y no bautizado). • La diferencia de confesión entre los cónyuges no constituye un obstáculo insuperable para el matrimonio, cuando llegan a poner en común lo que cada uno de ellos ha recibido en su comunidad, y a aprender el uno del otro el modo como cada uno vive su fidelidad a Cristo. • Las dificultades se deben a la separación de los cristianos. • Los esposos corren el peligro de vivir en el seno de su hogar el drama de la desunión de los cristianos. • Divergencias en la fe, en la concepción del matrimonio, pueden ser fuente de tensiones en el matrimonio, principalmente en de la educación de los hijos. Una tentación que puede presentarse es la indiferencia religiosa. • Un matrimonio mixto necesita, el permiso de la autoridad eclesiástica. • En caso de disparidad de culto se requiere una dispensa del impedimento para su validez. • La dispensa supone que ambas partes conozcan los fines y las propiedades esenciales del matrimonio: y que la parte católica confirme los compromisos – haciéndolos conocer a la parte no católica– de conservar la propia fe y de asegurar el Bautismo y la educación de los hijos en la Iglesia Católica. • En muchas regiones, gracias al diálogo ecuménico, las comunidades cristianas interesadas han podido llevar a cabo una pastoral común para los matrimonios mixtos. • Su objetivo es ayudar a estas parejas a vivir su situación a la luz de la fe y superar las tensiones entre las obligaciones de los cónyuges, el uno con el otro, y con sus comunidades eclesiales. • Debe alentar el desarrollo de lo que les es común en la fe, y el respeto de lo que los separa. Los efectos del sacramento del matrimonio. • "Se origina entre los cónyuges un vínculo perpetuo y exclusivo por su misma naturaleza; además, los cónyuges son fortalecidos y quedan consagrados por un sacramento peculiar que los ayuda para los deberes y la dignidad de su estado". El vínculo matrimonial • El consentimiento que los esposos se dan es sellado por el mismo Dios. De su alianza "nace una institución estable por ordenación divina, también ante la sociedad". • La alianza de los esposos está integrada en la alianza de Dios con los hombres. • El vínculo matrimonial es establecido por Dios mismo, el matrimonio celebrado y consumado entre bautizados no puede ser disuelto jamás. • Este vínculo que resulta del acto humano libre de los esposos y de la consumación del matrimonio es una realidad ya irrevocable y da origen a una alianza garantizada por la fidelidad de Dios. • La Iglesia no tiene poder para pronunciarse contra esta disposición de la sabiduría divina. La gracia del Matrimonio. • La gracia del Matrimonio perfecciona el amor de los cónyuges, fortalece su unidad indisoluble. • Por medio de esta gracia "se ayudan mutuamente a santificarse en la vida conyugal y en la acogida y educación de los hijos". • Cristo es la fuente de esta gracia. Sale al encuentro de los esposos cristianos". • Permanece con ellos, les da la fuerza de seguirle tomando su cruz, de levantarse después de sus caídas, de perdonarse mutuamente, de llevar unos las cargas de los otros, de estar "sometidos unos a otros en el temor de Cristo" y de amarse con un amor sobrenatural, delicado y fecundo. • En las alegrías de su amor y de su vida familiar les da, ya aquí, un gusto anticipado del cielo. Los bienes y las exigencias del amor conyugal • "El amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona —el cuerpo y el instinto, el sentimiento y la afectividad, el espíritu y la voluntad— • mira a una unidad personal que, más allá de la unión en una sola carne, conduce a no tener más que un corazón y un alma; • exige la indisolubilidad y la fidelidad de la donación recíproca definitiva; • y se abre a fecundidad. La poligamia es contraria a la igual dignidad de uno y otro y al amor conyugal que es único y exclusivo. • El amor conyugal exige de los esposos, una fidelidad inviolable. • Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. • El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. • Puede parecer difícil, incluso imposible, atarse para toda la vida a un ser humano. • Por ello es más importante anunciar la buena nueva de que Dios nos ama con un amor definitivo e irrevocable, de que los esposos participan de este amor, que les conforta y mantiene, y de que por su fidelidad se convierten en testigos del amor fiel de Dios. • Existen situaciones en que la convivencia matrimonial se hace imposible por razones muy diversas. • En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. • Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; • ni son libres para contraer una nueva unión. • En esta situación difícil, la mejor solución sería la reconciliación. • La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que permanece indisoluble. • Hoy en muchos países los católicos que recurren al divorcio según las leyes civiles y que contraen también civilmente una nueva unión. • La Iglesia mantiene, por fidelidad a Jesucristo: "Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio": Mc 10,1112 • No puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio. • Si los divorciados se vuelven a casar civilmente, contradicen la ley de Dios. • No pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista esta situación, y no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiales. • La reconciliación mediante el sacramento de la penitencia no puede ser concedida más que aquellos que se arrepientan y que se comprometan a vivir en total continencia. • Los cristianos que viven en esta situación y que conservan la fe y desean educar cristianamente a sus hijos, los sacerdotes y toda la comunidad deben dar prueba de una atenta solicitud, a fin de que aquellos no se consideren como separados de la Iglesia, de cuya vida deben participar en cuanto bautizados: • «Escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar la misa, perseverar en la oración, incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, educar sus hijos en la fe cristiana, cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios». La apertura a la fecundidad • "El matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y a la educación de los hijos": • «Los hijos son su don más excelente y contribuyen mucho al bien de sus mismos padres. • Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo (Gn 2,18), e hizo desde el principio al hombre, varón y mujer" (Mt 19,4), queriendo comunicarle cierta participación especial en su propia obra creadora, bendijo al varón y a la mujer diciendo: • "Creced y multiplicaos" (Gn 1,28). • De ahí que el cultivo verdadero del amor conyugal y todo el sistema de vida familiar que de él procede, sin dejar posponer los otros fines del matrimonio, tienden a que los esposos estén dispuestos a cooperar con el amor del Creador y Salvador, que por medio de ellos aumenta y enriquece su propia familia cada día más». • La fecundidad del amor conyugal se extiende a los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que los padres transmiten a sus hijos por medio de la educación. • Los padres son los primeros educadores de sus hijos. • La tarea fundamental del matrimonio y la familia es estar al servicio de la vida. • Los esposos a los que Dios no ha concedido hijos pueden llevar una vida conyugal plena de sentido, humana y cristianamente. • Su matrimonio puede irradiar una fecundidad de caridad, de acogida y de sacrificio. La Iglesia doméstica • Cristo quiso nacer y crecer en el seno de la Sagrada Familia de José y de María. • La Iglesia es la "familia de Dios". Desde sus orígenes, el núcleo de la Iglesia estaba constituido por los que, "con toda su casa", habían llegado a ser creyentes (cf Hch 18,8). • Cuando se convertían deseaban también que se salvase "toda su casa" (cf Hch 16,31; 11,14). • Estas familias convertidas eran ejemplo de vida cristiana en un mundo no creyente. • En nuestros días, en un mundo hostil a la fe, las familias creyentes tienen una importancia primordial en cuanto faros de una fe viva e irradiadora. • El Concilio Vaticano II llama a la familia Ecclesia domestica. • En el seno de la familia, "los padres han de ser para sus hijos los primeros anunciadores de la fe con su palabra y con su ejemplo, y han de fomentar la vocación personal de cada uno y, con especial cuidado, la vocación a la vida consagrada". • Aquí es donde se ejercita el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, "en la recepción de los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se traduce en obras". • El hogar es así la primera escuela de vida cristiana. • Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de la propia vida. • Algunas personas que permanecen solteras, sin haberlo querido ellas mismas. • Estas personas se encuentran cercanas al corazón de Jesús; y, merecen afecto y solicitud diligentes de la Iglesia, particularmente de sus pastores. • Muchas de ellas viven sin familia humana, con frecuencia a causa de condiciones de pobreza. • Hay quienes viven su situación según el espíritu de las bienaventuranzas sirviendo a Dios y al prójimo de manera ejemplar. • A todas ellas es preciso abrirles las puertas de los hogares, y las puertas de la gran familia que es la Iglesia. 1.¿Cuáles son los dos fines del matrimonio? 2.frases bíblicas que fundamenten el sacramento del matrimonio instituido por Dios 3.cuando la atracción entre el hombre y la mujer, creados como buenos por Dios, se convierte en mala. 4.¿Qué harías si Dios llama a tu hijo/a a consagrarse a Él como sacerdote o religiosa? 5.Dos recomendaciones de la Iglesia al recibir el matrimonio. 6.Los protagonistas del matrimonio son… 7.Ser libre quiere decir: ….Para que haya matrimonio es indispensable el……Razones de la Iglesia para exigir la forma eclesiástica del matrimonio. 8.La preparación para el matrimonio consiste en… 9.Matrimonio mixto entre ………matrimonios con disparidad de culto entre.. 1.Los objetivos de esta pastoral son … 2.En qué les ayuda la gracia del Matrimonio. 3.Bienes del amor conyugal. 4.Exigencias 5.Explica: indisolubilidad….Fidelidad……..Fecundidad… 6.¿En qué consiste la separación que permite la Iglesia? ¿Pueden volver a casarse? 7.¿Qué dice la Iglesia del divorcio? 8.¿A qué llama a los divorciados? 9.¿Qué significa nulidad matrimonial? Causas. 10.¿Cómo vive la fecundidad un matrimonio que no tiene hijos? 11.Explica: “Iglesia doméstica…… “sacerdocio bautismal”…… 12.¿Qué actitud hay que tomar ante los solteros? CELEBRACIÓN DEL MATRIMONIO INTRODUCCIÓN S:- Hermanos: que Jesús, modelo y fuente del verdadero amor, este ahora y siempre con todos vosotros. R: Y con tu espíritu. - Oremos a Dios suplicándole derrame su gracia y su amor sobre estos cónyuges. (Momento de oración en silencio) S:- Señor que creaste el género humano y quisiste que el varón y la mujer formaran una unidad perfecta, une a estos servidores tuyos con el vínculo del amor, para que siempre den testimonio de ese amor que hoy los convertirá en esposos. Por Jesucristo nuestro Señor. R: Amén. LITURGIA DE LA PALABRA Lectura del Libro del Génesis 1, 26-29. 31 Entonces dijo Dios: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que les estén sometidos los peces del mar y la aves del cielo, el ganado, la fieras de la tierra y todos los animales que se arrastran por el suelo. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo diciéndoles: "Sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los vivientes que se mueven sobre la tierra". Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Palabra de Dios. R: Te alabamos Señor. Salmo 127 Ant.: Como brotes de olivo en torno a tu mesa, Señor, así son los hijos de la Iglesia. Feliz el teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien. R. Tu esposa será como vid fecunda en el seno de tu hogar, tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa. R. Así será bendecido el hombre que teme al Señor! Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu vida: que contemples la paz de Jerusalén y veas a los hijos de tus hijos! R. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso: Ef 5, 21-33 Hermanos: Practicad el amor a ejemplo de Cristo que nos amó y se entregó por nosotros. Someteos unos a otros por consideración de a Cristo. Las mujeres deben respetar a su marido como al Señor, porque el varón es la cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia que es su Cuerpo. Así como la Iglesia está sometida a Cristo, de la misma manera, las mujeres deben respetar en todo a sus maridos. Maridos, amad a vuestra esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y de la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia, por nosotros, que somos los miembros de su Cuerpo. Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, para unirse a su mujer, y los dos serán una sola carne. Este es un gran misterio: y yo digo que se refiere a Cristo y a su Iglesia. En cuanto a vosotros, cada uno debe amar a su mujer como a sí mismo, y la esposa debe respetar a su marido. Palabra de Dios. R: Te alabamos Señor. + Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 19, 3-6 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?". El les respondió: "¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer, y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". LITURGIA DEL SACRAMENTO • Monición: Queridos novios: habéis venido a la casa de Dios para que el Señor consagre vuestro amor, en presencia del ministro de la Iglesia y ante la comunidad cristiana. • Vosotros ya estáis consagrados por el bautismo. • Ahora, Cristo, al bendecir el amor que vosotros os profesáis, os enriquecerá y fortalecerá, por medio de otro sacramento, para que podáis ser mutuamente fieles y asumir las responsabilidades propias de la vida matrimonial. • A fin de que la sinceridad de vuestro propósito quede de manifiesto delante de toda la Iglesia, os interrogaré en su nombre. - N. y N., ¿Sois plenamente libres para contraer matrimonio? R: Si, lo somos. - ¿Os comprometéis a amaraos y respetaros durante toda vuestra vida? R: Si, nos comprometemos. - ¿Os comprometéis también a colaborar en la obra creadora de Dios, asumiendo vuestra responsabilidad en la comunicación de la vida y en la educación de los hijos de acuerdo con la ley de Cristo y de la Iglesia? R: Si, nos comprometemos. CONSENTIMIENTO - Manifestad entonces vuestra decisión de contraer matrimonio estrechándoos la mano derecha, y expresad ante Dios y su Iglesia vuestro consentimiento matrimonial. Primero pregunta al esposo: N., ¿QUIERES RECIBIR POR ESPOSA A N. Y PROMETES SERLE FIEL, TANTO EN LA PROSPERIDAD COMO EN LA ADVERSIDAD, EN LA SALUD COMO EN LA ENFERMEDAD, AMÁNDOLA Y RESPETÁNDOLA DURANTE TODA SU VIDA? El novio responde: SI, QUIERO. Luego el celebrante pregunta a la novia: N. ¿QUIERES RECIBIR POR ESPOSO A N. Y PROMETES SERLE FIEL, TANTO EN LA PROSPERIDAD COMO EN LA ADVERSIDAD, EN LA SALUD COMO EN LA ENFERMEDAD, AMÁNDOLO Y RESPETÁNDOLO DURANTE TODA SU VIDA? La novia responde: SI, QUIERO. EL SEÑOR CONFIRME EL CONSENTIMIENTO QUE HABÉIS MANIFESTADO DELANTE DE LA IGLESIA, Y REALICE EN VOSOTROS LO QUE SU BENDICIÓN OS PROMETE. QUE EL HOMBRE NO SEPARE LO QUE DIOS HA UNIDO. Bendición de los anillos Bendice, Señor, y santifica el amor de estos hijos tuyos, y que estos anillos, signo de la fidelidad que se deben, sirvan para recordarles el amor que los une. Por Jesucristo nuestro señor. Al novio: N, entrega esta alianza a tu esposa N. y recuerda que es signo de tu amor y fidelidad. A la novia: N., entrega esta alianza a tu esposo N. y recuerda que es signo de tu amor y fidelidad. Oración de los fieles Hermanos: Oremos al Señor por estos esposos unidos en matrimonio ante el altar de Dios, para que permanezcan siempre unidos por el amor. A cada intención respondamos: Te lo pedimos, Señor. - Por la Santa Iglesia, que es la Esposa y el Cuerpo de Cristo. Oremos al Señor. - Por N. y N.: para que sean felices en su vida matrimonial. Oremos al Señor. - Para que sean generosos en la comunicación de la vida y eduquen cristianamente a sus hijos. Oremos al Señor. - Por los novios: para que se preparen seriamente a cumplir su misión matrimonial en la sociedad. Oremos al Señor. Bendición de los esposos. Queridos hermanos: oremos al Señor para que bendiga a esta servidora suya, unida a su esposo con el vinculo de Cristo y haga de ambos un solo corazón. [Silencio] Señor, tu que hiciste todas las cosas de la nada. Coronaste la creación haciendo al hombre a tu imagen y le diste por compañera inseparable a la mujer, para que ya no fueran dos, sino una sola carne. Así nos enseñasteis que nunca se ha de separar lo que tu has querido unir. Señor, tu consagraste la vida conyugal por medio de una sacramento tan grande, prefigurando a través del matrimonio la unión entre Cristo y la iglesia. Señor, tú unes al hombre y a la mujer y das a esta unión establecida desde el principio, la única bendición que no fue abolida por la pena del pecado original, ni por la condenación del diluvio. Por eso te pedimos: mira con bondad a esta servidora tuya que después de haberse unido en matrimonio con su esposo implora tu bendición. Concédele el don del amor y de la paz, y la gracia de imitar a aquellas mujeres ejemplares que son alabadas en la Sagrada Escritura. • Que el corazón de su esposo confíe siempre en ella, y reconociéndola como su compañera y coheredera de la vida eterna, la respete y la ame como Cristo ama a la iglesia. • Que la firmeza de la fe y el cumplimiento de tus mandamientos los mantenga íntimamente unidos, y haga de ellos un ejemplo para los demás, de manera que inspirándose en el Evangelio, den a todos buen testimonio de Cristo. • Que sean padres fecundos y de reconocida virtud, y puedan ver a los hijos de sus hijos. Y después una vida larga y feliz, gocen de la paz de los santos en el reino de los cielos. • R: Amén. Si el rito termina sin comunión se concluye con el rezo del Padrenuestro, después del cual se imparte la bendición final. Digamos todos juntos la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro... Comunión Eucarística (si tiene lugar) Bendición final -Dios Padre todopoderoso os conceda su gozo y os bendiga en vuestros hijos. R: Amén. - El Hijo único de Dios os asista con su misericordia en la prosperidad y en adversidad. R: Amén. - El Espíritu Santo de Dios derrame su caridad en vuestros corazones. R: Amén. - Y a todos vosotros que estáis aquí congregados os bendiga Dios todopoderoso, + el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. R: Amén.