La narración ii

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Transcript La narración ii

Estructura narrativa
1.
Introducción
2.
Nudo
3.
Desenlace
 Una narración se estructura en tres momentos o
partes principales: introducción, nudo y
desenlace.
 Un cuento de Leopoldo Alas «Clarín», titulado ¡Adiós,
Cordera!
Rosa y Pinín, hijos de Antón y Chinta, son dos
hermanos gemelos asturianos. Todas las mañanas
llevan a pastar a la Cordera, una vaca que es el
sustento de la familia. La Cordera es la
compañera inseparable de los niños. Los tres
viven una vida cargada de sentimientos y
emociones. Debido a una serie de circunstancias,
Antón se ve obligado a vender la vaca. Pero el
cariño que por ella siente le lleva a pedir un precio
exagerado; de este modo nadie la compraría y
podría llevarla a casa de nuevo... Sin embargo, al
final, no habrá más remedio que venderla.
 En la introducción o planteamiento se suele encontrar
la presentación de los personajes que intervienen en el
relato, así como el tiempo y el lugar en el que ocurren
los hechos. La introducción puede presentarse de
varios modos. Dos de ellos son:
 - Presentar de forma cronológica y ordenada los hechos
desde el inicio, de modo que el lector los conoce desde el
principio.
 - Introducir al lector en una escena en la que existen
unos personajes y ocurren unos hechos de los que nada
sabe. Luego, a medida que avanza la narración, se irán
dando a conocer los elementos.
 En el nudo se presenta, generalmente, un conflicto, a
partir del cual la acción del relato se dirigirá hacia un
final. El conflicto puede establecerse entre dos
personajes y también a partir de un hecho decisivo.
Ya Chinta, musa de la economía en aquel hogar miserable, había
muerto mirando a la vaca por un boquete del destrozado tabique
de ramaje, señalándola como salvación de la familia.
«Cuidadla; es vuestro sustento», parecían decir los ojos de la pobre
moribunda, que murió extenuada de hambre y de trabajo.
El amor de los gemelos se había concentrado en la Cordera; el
regazo, que tiene su cariño especial, que el padre no puede
reemplazar, estaba al calor de la vaca, en el establo, y allá en el
Somonte.
Todo esto lo comprendía Antón a su manera, confusamente. De la
venta necesaria no había que decir palabra a los niños.
Un sábado de julio, al ser de día, de mal humor, Antón echó a andar
hacia Gijón, llevando a la Cordera por delante, sin más atavío
que el collar de esquila. Pinín y Rosa dormían. [...]
Desde aquel día en que adivinaron el peligro, Pinín y Rosa no
sosegaron. A media semana se personó el mayordomo en el
corral de Antón. Era otro aldeano de la misma parroquia, de
malas pulgas, cruel con los caseros atrasados. Antón, que no
admitía reprimendas, se puso lívido ante las amenazas del
desahucio.
El amo no esperaba más. Bueno, vendería la vaca a vil precio, por
una merienda. Había que pagar o quedarse en la calle.
 Es la resolución final del conflicto que se ha planteado
a lo largo del nudo. Puede presentarse de dos maneras:
 -Un final cerrado, cuando el autor o autora deja
perfectamente acabada la acción, de modo que la
historia no puede continuar.
 -Un final abierto, que permite que la narración pueda
continuar con nuevos episodios, sin que cambie el
sentido de los acontecimientos principales. Incluso el
lector puede imaginar la continuación de la historia.
Al día siguiente, muy temprano, a la hora de siempre,
Pinín y Rosa fueron al prado Somonte. Aquella
soledad no lo había sido nunca para ellos triste; aquel
día, el Somonte sin la Cordera parecía el desierto.
De repente silbó la máquina, apareció el humo, luego el
tren. En un furgón cerrado, en unas ventanas altas o
respiraderos, vislumbraron los hermanos gemelos
cabezas de vacas que, pasmadas, miraban por
aquellos tragaluces.
-¡Adiós, Cordera! -gritó Rosa, adivinando allí a su amiga, la
vaca abuela.
-¡Adiós, Cordera! -vociferó Pinín con la misma fe,
enseñando los puños al tren, que volaba camino de
Castilla.[...] y Rosa y Pinín miraban con rencor la vía, el
telégrafo y los símbolos de aquel mundo enemigo que les
arrebataba, que les devoraba a su compañera de tantas
soledades, de tantas ternuras silenciosas para sus
apetitos, para convertirla en manjares de ricos glotones.
 El narrador es quien relata los hechos y los presenta del
modo que mejor se adapte a sus intenciones. Él es, además,
el que marca el tono de la narración, ordena los hechos,
caracteriza a los personajes y guía, en suma, el transcurso
de la acción.
 Narración en primera persona. El narrador, llamado
narrador interno, participa, como protagonista o como
testigo, en los acontecimientos que relata. Ejemplo:
 Cuando el narrador es a la vez el personaje protagonista, hablamos
de relato autobiográfico. Las memorias y el diario son ejemplos de
relatos autobiográficos. Si el autor narra su propia vida, se trata de
una autobiografía real, y es ficticia cuando el autor presenta al
narrador como protagonista.
 Narración en tercera persona. El narrador, llamado
narrador externo, no participa en los hechos que relata. Es
el más común; cuenta todo lo que les sucede a los personajes.
 En algunos casos, el narrador en tercera persona conoce todo sobre
sus personajes: lo que hacen, lo que sienten, lo que piensan...;
decimos entonces que es un narrador omnisciente (omnisciente
significa «que todo lo sabe»). Ejemplo:
 El conjunto de acontecimientos que se narran
constituyen la acción o trama narrativa. Esos
acontecimientos se producen en un lugar y en un
tiempo generalmente determinados. El narrador
puede contar esos hechos en un orden cronológico,
como ocurre generalmente en los cuentos. Pero
también puede romper ese orden anticipando sucesos
que ocurrieron más tarde o dando un salto atrás en el
tiempo para remontarse a hechos lejanos.
 El desarrollo lineal. La narración va presentando los
acontecimientos en orden cronológico, desde los más
antiguos a los más recientes. Los cuentos tradicionales, por
ejemplo, suelen presentar esta organización.
 La anticipación. Es una ruptura del orden temporal que
consiste en adelantar acontecimientos y anunciar hechos
que se producirán más tarde. En el siguiente fragmento, el
enunciado destacado constituye una anticipación:
 La retrospección. Es otra ruptura del orden cronológico,
consistente en retroceder en el tiempo (dar un salto atrás)
para contar hechos anteriores al momento en que se sitúa
la historia. Así ocurre en la novela policíaca, en la que es
frecuente comenzar con un crimen para, a continuación,
reconstruir los acontecimientos que lo precedieron.
 Son los seres que llevan a cabo la acción. El lector los
conoce por la descripción que el narrador hace de
ellos, por sus actitudes, por lo que hacen y dicen.
Generalmente son personas, reales o ficticias, pero a
veces también pueden ser animales u objetos
personificados
 Según su importancia en el desarrollo de la acción, los
personajes pueden ser principales o secundarios. Entre
los primeros destacan el protagonista, que es quien lleva
el peso de la acción, y el antagonista, que se opone a él.
 Según el grado de profundidad psicológica con que se
presentan, los personajes pueden ser planos o redondos:
 Los personajes planos no cambian a lo largo de la obra y
responden a un esquema de conducta previo. Los personajes
de los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen estar
construidos como personajes planos que con frecuencia
encarnan una virtud, un defecto o una cualidad.
 Los personajes redondos, en cambio, poseen características
individuales y evolucionan a lo largo del relato; son seres de
complejidad psicológica que se acaban pareciendo a los
reales. Los personajes más importantes de las novelas suelen
ser de este tipo.
 En los textos narrativos, la información se dispone según un
orden temporal. El relato puede presentar los hechos que se
cuentan reflejando con fidelidad el orden en que estos se
suceden, de modo que se presenten al principio los
acontecimientos más remotos y al final los más recientes. En este
caso decimos que la narración presenta un desarrollo lineal.
Los cuentos tradicionales, por ejemplo, suelen presentar esta
organización.
 Los tiempos verbales. Puesto que la narración tiene por objeto
contar hechos reales o ficticios, en los textos narrativos desempeñan
un papel fundamental las palabras que expresan acciones, es decir,
los verbos. Y puesto que generalmente se cuentan hechos ya
pasados, lo habitual es que en la narración encontremos verbos en
pasado, sobre todo en pretérito perfecto simple (esperó, demoró,
compartió, inquietó...) o en pretérito imperfecto de indicativo (vivía,
era, llegaba, detestaba...).
 Los indicadores de tiempo. El transcurso del tiempo y la
simultaneidad o la sucesión de las acciones se marca también con
adverbios (mientras, entonces, antes, después) y otras expresiones
que tienen un marcado carácter temporal (por fin, al cabo de un
rato, al día siguiente...). Ejemplo:
 Los acontecimientos de la narración siempre suceden en algún
lugar. Muchas veces se puede deducir el sitio donde ocurre la
acción sin necesidad de que sea especificado por parte del
narrador. Ejemplo:
 La azafata tiraba de su maleta con agilidad cuando de repente vio a
su ex marido ir hacia la puerta de embarque.
 En el texto anterior, se puede deducir que el lugar del encuentro es
un aeropuerto. En caso de que la localización no esté indicada, por
muy abstracta que sea, el lector siempre puede recurrir a su
imaginación.
 Para algunos autores el espacio de la narración puede tener una
gran importancia. De hecho, hay novelas que están dedicadas a
un lugar concreto, y hacen, por tanto, del espacio literario el
protagonista de la historia. Por ejemplo, en Volverás a Región de
Juan Benet, Región es el lugar donde sucede la historia. Se trata
de un espacio enigmático que adquiere protagonismo y cobra un
gran poder simbólico a la hora de interpretar el desarrollo de la
acción
En un lejano y extraño país, en la alcoba más alta de la más alta
torre, una hermosa joven dejaba reposar su cabeza sobre el pecho
de su amante. Todo era tan perfecto que resultaba difícil de creer.
Al fin estaban juntos. Después de tanto tiempo, de tantas luchas,
tantas guerras, por fin descansaban acostados juntos bajo una
gruesa manta, apartados del resto del mundo y sus ordinarias
rutinas. Sólo estaban ellos dos y no hacía falta nada más.
Todo era tal y como ella lo había soñado a solas mil y una veces,
todo incluso el intenso palpitar del pecho de su amante bajo su
cabeza, aquel constante pumpum que no la dejaba dormir. “Ojalá
se detuviera” pensó “Ojalá se detuviera y pudiéramos estar así
para siempre”. Como si de un deseo formulado ante una lámpara
mágica se tratara, en el mismo instante en que ese pensamiento
cruzó por su cabeza, el silencio se hizo total y la joven se
sumergió el sueño más dulce y profundo de su vida.Con la luz del
amanecer sobre sus ojos, la joven se incorporó y besó con
cuidado los ojos cerrados de su amante. Le besó las mejillas y los
labios, pero él siguió sin despertar. Sin cambiar el gesto de su
rostro, sin borrar la sonrisa de sus labios, la hermosa joven volvió
a recostarse sobre el pecho de él diciéndose a sí misma “Ves
amor, ya no importa qué pueda suceder fuera de esta torre
porque ahora podremos seguir así, juntos, para siempre”.
TITULO: CÁNCER AUTOR: ©Fernando Di Tomaso
Hacía meses que mi padre no se levantaba de la cama. Yo
tenía siete años y me habían prohibido verlo más que un
ratito, una vez al día; pero me colaba en su cuarto cada vez
que podía. Una mañana, bien temprano, me escabullí y lo
encontré viejísimo, llorando sin ruido, casi sin mover la
cara. Me dijo que no me asustara, que el monstruo se había
ido, pero que tenía que traerle la escopeta, por si volvía...
Cerca del mediodía, estaba ayudando a mi madre en la
cocina cuando escuchamos el disparo, ¡papá mató al
monstruo!, grité.

MI HERMANO
Nunca le perdoné a mi hermano gemelo que me abandonara
durante siete minutos en la barriga de mamá, y me dejara
allí, solo, aterrorizado en la oscuridad, flotando como un
astronauta en aquel líquido viscoso, y oyendo al otro lado
cómo a él se lo comían a besos. Fueron los siete minutos
más largos de mi vida, y los que a la postre determinarían
que mi hermano fuera el primogénito y el favorito de mamá.
Desde entonces salía antes que Pablo de todos los sitios: de
la habitación, de casa, del colegio, de misa, del cine -aunque
ello me costara el final de la película. Un día me distraje y
mi hermano salió antes que yo a la calle, y mientras me
miraba con aquella sonrisa adorable, un coche se lo llevó
por delante. Recuerdo que mi madre, al oír el golpe, salió de
la casa y pasó ante mí corriendo y gritando mi nombre, con
los brazos extendidos hacia el cadáver de mi hermano.
Yo nunca la saqué del error.