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Formas Literarias en Prosa
Los Mitos
Son relatos de hechos imaginarios atribuidos a personajes
fabulosos, dioses o semidioses. El hombre atribuye a seres
superiores los hechos y fenómenos naturales o sobrenaturales que
no puede explicar.
Es también el relato de hechos y andanzas de los primitivos dioses
o héroes.
Mitología guaraní según
Narciso R. Colmán (Rosicrán)
En su obra “Ñande ypykuéra” Afirma que Tupã era el
principal Dios, se casa con Arasy. Creó a Angatupyry
(espíritu del bien) y Tau (espíritu del mal). Además
Tupã creó a la primera pareja humana Sypavë y Rupavë,
tuvieron varios hijos, entre ellas: Marangatu. Ella es la
madre de Kerana, que fue raptada por Tau, el espíritu
maléfico a quien Arasy maldice por lo hecho. De
su unión nacen siete hijos monstruosos, dando
origen a los mitos que conocemos.
TEJU JAGUA
Es un gran lagarto con siete
cabezas de perro. Dominador
de las cavernas y protector de
las frutas. Se alimenta de frutas
y también de miel de abeja que
su hermano Jasy Jatere le trae.
MOÑÁI
Tercer hijo de Tau y Kerana, serpiente con dos cuernos en
la cabeza y grandes dientes para devorar; amo de los
aires y las aves, protector de las picardías. Aficionado a
robar y acumular el producto de su rapiña
en una gruta del Cerro Yvytykuápe,
hoy Cerro Kavaju en Atyra. Según la
historia, él fue quemado por Avare Tume
en la gruta que desde entonces se llama
Moñaikuare, cerca de Yaguaron, con él
fueron quemados sus seis hermanos y
Porãsy, quien se sacrificó para salvar a su
pueblo de la dominación de los siete
Hermanos Monstruos maléficos.
JASY JATERE
Dicen que es un
hombrecillo de cabellos
dorados, considerado
como el señor de las
siestas, poseedor de una
especie de varita mágica
fuente de su maravilloso
poder. Es el protector de
las abejas y del ka'aruvicha.
Extravía a los niños para
llevarlos junto a su hermano Ao Ao.
LUISÕ
Es el 7º hijo de Tau y
Kerana, considerado
como el señor de la
noche y compañero
de la muerte, el Luisõ
tiene por dominio los
cementerios, alimentándose
de la carne de los difuntos.
Es un perro, es feo, de cabello
largo y sucio, de olor fétido;
causa repugnancia y terror
en cualquier mortal. (es el mito
del hombre lobo de diferentes culturas)
El aporte de León Cadogan
En 1964, accede al “Ayvu Rapyta” (el fundamento
Del lenguaje humano). Este material reune
los textos míticos de los Mbya Guarani del
Guairá en el se cuenta la creación de Ñamandu,
el supremo ser para los indígenas.
La Primera Tierra (Fragmento)
El verdadero Padre Ñamandu, el primero,
habiendo concebido su futura morada terrenal,
de la sabiduría contenida en su propia divinidad,
y en virtud de su sabiduría creadora,
hizo que en la extremidad de su vara
fuera engendrándose la Tierra.
El Pombero
Es un duende antropomorfo,
un hombre feo, bajo,
fornido, retacón , moreno,
con manos y pies velludos,
cuyas pisadas no se sienten,
tal vez un indio Guaikurú.
Habita en el bosque, en casas
o rozados abandonados en
taperas. Anda en la noche,
viajando por todas partes.
Tiene habilidades tales como
la de mimetizarse con facilidad,
hacerse invisible cuando quiere
y hacerse sentirse por un toque,
con sus manos velludas, que produce Pirï –escalofríos-
puede deslizarse por espacios estrechos, correr de cuatro patas,
imitar el canto de aves, el silbido de los
hombres y de las víboras.
Despierta a las mujeres con el suave roce
de sus manos velludas, especialmente
a las que duermen afuera en las noches
de verano. A veces las posee, y se cuenta de
mujeres embarazadas del Pombero, cuyo
hijo nace muy parecido a él. Para ganarse la amistad del Pombero
hay que hacerle regalos. La gente suele dejarle tabaco, miel, una
botella de caña en un lugar accesible, en el sobrado, en algún
apyka –silla- o en el okupé –atrás de la casa, cerca del rancho.
Si se gana su amistad él cuida de
la casa y de los animales del lugar.
Si se habla mal de él o
no se le hace regalos, puede
vengarse persiguiendo a los
moradores de la casa, los asusta
o con un simple toque los deja con
ataques, ñe’engu –mudo- ; tavý
–tonto-. Las personas se cuidan de
no pronunciar su nombre,
particularmente en las noches,
refiriéndose a él como “Karai Pyhare”
–el señor de la noche- porque puede
aparecer cuando se lo nombra, como acudiendo a su llamado.
No lo sientes? No te espanta ese silbido. Que ha salido del espeso matorral?
No es el grillo, ni la víbora, Ni el fatídico chirrido del suindá.
No es el viento que silbando se detiene. Del callado cementerio en el ciprés.
Ni el arroyo, en su salterio. Cuyas notas se repiten en monótono sostén.
Es el duende de la tierra que el progreso regalará a las estultas fantasías sin piedad…
Es el genio de las noches paraguayas. Que en el prado se desliza por el medio del chircal.
Es la sombra del pasado. Es el alma del indígena infeliz
El fantasma que abandona con el víspero. Su sepulcro Guaraní
Es el indio, es el Pombero. A quien llaman Guaikurú
Que se viste del follaje de las selvas. Y el plumaje del ñandú.
……………….
Fragmento. Ignacio A. Pane
Mombe’upy - Leyendas
Son relaciones de sucesos que tienen más de
tradicionales o maravillosos que de históricos o
verídicos. A los relatos la imaginación popular les
va agregando detalles para magnificarlos. Pueden
surgir también de la fantasía pero con el correr del
tiempo adquieren características de aparente
verdad.
Muchas leyendas de nuestro país están
estrechamente vinculadas a lo religioso cristiano.
Mombe’upy Tupãsy ka’akupe –
Leyenda de la Virgen de caacupe
José, nuestro antepasado tallador de
imágenes, una mañana fue al bosque
en busca de madera. Allí encontró a los
guaikurú (Tribu de indígenas guerreros);
ellos no lo querían, él lo sabía bien.
Entonces se escondió detrás de un árbol
grueso, rezó y le pidió a la Virgen que no le
pase nada malo. Los guaikurú pasaron al lado
de él y no lo vieron. José salió de donde se había escondido
y fue a hacer dos imágenes de la Virgen. De esas dos
una está en Tobatí, la otra en Caacupé. Ahí, hasta ahora, se la
la Virgen. De todos los lugares llegan junto a ella con fe y
Natalia K. de Canese.
Mombe’upy Karaũ-La leyenda del Karaü
Una noche en que la madre de un joven llamado Karau estaba muy
enferma, éste salió a buscar remedios para ella.
Pero en el camino encontró una fiesta y allí
se quedó a bailar con la señorita
más linda de la noche, prometiéndose
que sólo se quedaría un momento.
A la medianoche, cuando la diversión
empezaba a aumentar, se le acercó
un amigo que traía la noticia de que su
madre había muerto.
El joven, como si no le importara lo que
había escuchado, pidió que siguiera sonando
la música, y dijo a su amigo que el que murió
ya murió y que habría tiempo para llorar..
Ya por la madrugada, el joven
preguntó a su dama dónde
quedaba su casa, a lo que
la mujer le respondió que
su casa quedaba muy lejos,
pero que podría ir a visitarla
los días en que extrañe a su madre.
Luego de escuchar estas palabras,
el joven se dio cuenta de lo
que había hecho y se arrepintió.
Salió del lugar llorando amargamente,
repitiendo que su madre ya se murió. Dijo que desde ahora
vagaría sin rumbo por los esteros y en esos lugares se vestiría por
siempre de luto. Por haber sido un mal hijo, Tupã lo castigó; lo
vistió con un plumaje negro y lo condenó a llorar.
Mombe’upy ka’a - La leyenda de la yerba mate
En una gran selva, cerca de
los Saltos del Guairá, vivía
un señor con su esposa y su hija.
La muchacha era muy buena
y hermosa. Un día llegó al rancho
una persona de aspecto agradable.
Con buenas palabras pidió al dueño
de casa que le cediera permiso para
pasar la noche con ellos, había
caminado mucho y estaba cansado.
Prometió que al día siguiente, al salir el sol, iba a seguir su camino.
El dueño de casa aceptó y lo atendió como un miembro más de la
familia. Cuando amaneció, el forastero tomó sus cosas para seguir su
camino, pero antes de irse dijo al dueño de casa que él era un enviado
del cielo, que había venido a la tierra para premiar a los buenos.
Afirmó que sabía que la familia
era de escasos recursos y agradeció
que de igual manera le dieran de
cenar la única gallina que tenían
y una cama, esto no lo haría cualquier
persona, sólo los de buen corazón.
Como premio a su amabilidad,
hizo que su hija no muriera jamás,
la convirtió en una planta. Dijo que
los hombres cortarían sus ramas
y le arrancarían las hojas, pero que
ella volvería a brotar más frondosa y bella. El viajero se despidió y
siguió su camino. Fue hacia el lado del alba, caminando de la mano
de Dios. Desde aquel día, las ramas y las hojas cortadas de la yerba
mate son tostadas y molidas para que después sean utilizadas como
bebida estimulante en el mate y tereré.
Mombe’upy Ñanduti- Leyenda
del Ñanduti
• Cuenta la leyenda que existía una mujer morena,
muy bella y amable llamada Samimbi. Dos
hombres, bravos guerreros guaraníes , luchaban
por su amor. Uno de los jóvenes se llamaba Jasy
ñemoñare (hijo de la luna) y el otro Ñandu guasu
(araña grande).
• Una noche en que Jasy ñemoñare suplicaba a
Tupã (Dios) que lo ayude a conquistar el amor de
Samimbi, vio en lo alto de un enorme árbol una
especie de encaje de color plateado, era perfecto
y la luz de la luna lo hacía aún más bello. Esto
deslumbró a Jasy ñemoñare y entonces trepó al
árbol para bajarlo y regalárselo a su amada.
• En ese momento también pasó por allí Ñandu
guasu, que al ver aquel tejido tan hermoso, se
puso furioso por los celos al saber que su
enemigo lo conseguiría antes que él. Sin pensarlo
dos veces, le disparó una flecha. Jasy ñemoñare
cayó muriendo en el acto. Entonces, rápidamente
Ñandu guasu trepó al árbol, pero cuando quiso
Mombe’upy Ñanduti- Leyenda
del Ñanduti
• El remordimiento persiguió por varios meses
a Ñandu guasu, hasta que un día su madre
logró sacarle el terrible secreto. La mujer
pidió entonces a su hijo que la llevase hasta
aquel árbol. Así lo hizo Ñandu guasu, y
cuando ambos llegaron hasta el lugar, vieron
con sorpresa que en ese mismo sitio se
encontraba un tejido idéntico al anterior.
• La mujer, queriendo consolar a su hijo, que
desde la muerte de Jasy ñemoñare vagaba
sin rumbo por la selva, decidió regalarle un
tejido igual al de aquel árbol. Para esto, la
anciana se puso a estudiar con mucha
atención la ida y venida de las arañas
mientras hilaban con tal perfección hasta
lograr aquel encaje. Entonces tomó sus
Mombe’upy Ñanduti- Leyenda
del Ñanduti
• Dice la leyenda que existió una mujer
asombrosamente hermosa llamada Kerana
(dormilona). Esta era hija de Marangatu, y para
desdicha de su padre, se pasaba el día durmiendo.
• Un día, Tau, el espíritu maligno, se enamoró
perdidamente de ella. Para lograr estar junto a ella y
conquistar su amor, se convirtió en un joven humano e
intentó raptarla y así tenerla para siempre a su lado. A
este acto tan perverso, se interpuso Katupyry, el
espíritu del bien que ayuda a las personas que se
encuentran en peligro, enfermas o tristes. Intervino en
los planes de Tau para evitar que la raptase.
• Tau y Katupyry tuvieron una larga y feroz pelea que
duró siete días y también siete noches. Katupyry
venció a Tau, venciendo así el bien contra el mal. Tau
fue entonces exiliado por Pytayovái, que es el dios de
la guerra y el valor. Pytayovai es conocido por llevar el
fuego de la destrucción muy dentro de él.
• Tau no pudo quedarse con los brazos cruzados, de
igual manera raptó a Kerana. Por esto, Arasy lo
maldice y también a Kerana. Ellos procrearon hijos y,
a causa de la maldición, éstos nacieron con aspecto
•
Mombe’upy Ypacarai- Leyenda
del lago Ypacarai
La narración fantástica del Ypacaraí palabra que significa agua
bendecida o lago bendecido
En un valle del arroyo Pirayú, al pie del cerro Yvytypané hoy cerro
Patiño había una fuente de pozo llamado Tapaikua. En cercanías de
la fuente tenía su choza un cacique guaraní, del mismo nombre que
su táva. Los poblares de la zona utilizaban el ykua para surtirse del
vital líquido, pero un día se vieron sorprendidos por un fenómeno
natural-religioso. El motivo: habían pecado y caído en corrupción.
Otra de las versiones es que uno de los indígenas negó el agua a
otro.
Lo cierto es que uno de estos hechos desató la ira de los dioses. Se
sacudió la tierra en toda la extensión del valle y de los cerros
vecinos, y de la fuente brotó el agua de una manera impresionante.
Rápidamente fue cubriendo la zona, en especial las aldeas
Tapaikua y Arekaja.
Alarmados por la situación y viendo que el agua no se detenía, los
desesperados pobladores buscaron ayuda religiosa. Llamaron en
forma urgente al apóstol evangelizador franciscano Fray Luis
Bolaños, que en ese entonces se encontraba en una población
cercana, aparentemente en Yaguarón. Inmediatamente se trasladó
hasta el lugar. La leyenda señala que el mencionado representante
de Dios fue a una altura (podría ser la de Areguá), invocó a Dios y
Mombe’upy Tupi ha GuaraniLeyenda de Tupi y Guaraní
Una antigua leyenda americana asegura que en tiempos
remotos el profeta Tamandaré‚ predijo el diluvio universal,
que efectivamente se produjo, cubriendo totalmente el
agua la faz de la tierra. Solamente se salvó de ese diluvio
una familia caria, gracias a que pudo subir a un gran pindó
(palmera), de cuyos frutos se mantuvieron estos únicos
sobrevivientes, hasta que bajaron las aguas.
Los integrantes de esa familia caria, una vez pasado el
peligro, se ubicaron a orillas del anchuroso río Araguay,
cuya etimología: ára, cielo o arriba; gua, de o del; y, agua,
indica que es agua caída del cielo o el río que se formó de
las aguas del diluvio. Este caudaloso río se encuentra
bordeado de exuberante vegetación y nace en el corazón
de Mato Grosso, territorio brasileño y cruza monjes y valles
para ir a desaguar en el Atlántico ecuatorial.
La leyenda recuerda solamente el nombre de los varones
de esta familia escogida para repoblar la tierra. El Karai),
que se llamaba àuar (para ser o para generar), con dos
hijos:
Mombe’upy Tupi ha GuaraniLeyenda de Tupi y Guaraní
TUPÍ Y GUARANÍ (El génesis de una raza)
Tupi el mayor y Guarani el menor, cada uno con su "tembireko"
(esposa). Al morir los padres, ambos matrimonios siguieron
habitando la casa paterna, en completa armonía, cultivando la
tierra, pescando, cazando, criando a sus hijos y viviendo puros, sin
egoísmo, sanos de cuerpo y alma. Era un verdadero paraíso
terrenal. En ese estado los encontraron los conquistadores. Tupí y
Guaraní, fueron dos hermanos muy unidos; mozos forni- dos,
veloces nadadores, habilidosos y temerarios en la caza. Su piel
bronceada, curtida por el sol tropical, guardaba una desarrollada
musculatura; los ojos centelleantes delataban aguda inteligencia y
bravura; los brazos torneados y firmes, terminaban en ágiles dedos,
muy katupyry (diestros) en el manejo del "hu'y" (flecha) o para
pulsar su nativo "mbaraka" (guitarra), instrumento autóctono hecho
de calabaza. Las mujeres eran hermosas, verdaderas palmeras
andantes; sus cuerpos esbeltos y ondulantes se deslizaban, al igual
que el de los hombres, en el agua le imitaban al "mbigua" (un
palmípedo) en sus atrevidas zambullidas; sus lacias cabelleras,
lustrosas y renegridas, hacían juego con los ojos vivaces, brillantes
y de un negror embrujante.
Mombe’upy Tupi ha GuaraniLeyenda de Tupi y Guaraní
Tupi el mayor y Guarani el menor, cada uno con su
"tembireko" (esposa). Al morir los padres, ambos matrimonios
siguieron habitando la casa paterna, en completa armonía,
cultivando la tierra, pescando, cazando, criando a sus hijos y
viviendo puros, sin egoísmo, sanos de cuerpo y alma. Era un
verdadero paraíso terrenal. En ese estado los encontraron los
conquistadores. Tupí y Guaraní, fueron dos hermanos muy
unidos; mozos forni- dos, veloces nadadores, habilidosos y
temerarios en la caza. Su piel bronceada, curtida por el sol
tropical, guardaba una desarrollada musculatura; los ojos
centelleantes delataban aguda inteligencia y bravura; los
brazos torneados y firmes, terminaban en ágiles dedos, muy
katupyry (diestros) en el manejo del "hu'y" (flecha) o para
pulsar su nativo "mbaraka" (guitarra), instrumento autóctono
hecho de calabaza. Las mujeres eran hermosas, verdaderas
palmeras andantes; sus cuerpos esbeltos y ondulantes se
deslizaban, al igual que el de los hombres, en el agua le
imitaban al "mbigua" (un palmípedo) en sus atrevidas
zambullidas; sus lacias cabelleras, lustrosas y renegridas,
hacían juego con los ojos vivaces, brillantes y de un negror
Mombe’upy Tupi ha GuaraniLeyenda
de
Tupi
y
Guaraní
Cada cual tenía su trabajo: los hombres pescaban, cazaban y cultivaban la
tierra con experiencia innata y gran cariño; de ella sacaban el avati (maíz),
de doradas espigas; los abultados y alimenticios tuberculos del jety (batata
o boniato), mandl'o (mandioca) y el avakachl (ananá ) que saturaban de
fragancia el ambiente del kokue (chacra), el lustroso tallo del pakova
(banano), que se inclinaba bajo el peso de sus cachos recargados de
banana de oro,. etc. Las mujeres se dedicaban a los quehaceres
domésticos; cocinaban en el japepo (olla de barro) y traían agua de los
manantiales en bermejos kambuchi (cántaros) sobre sus cabezas, y
finalmente el mandyju (algodón) que hilaban y tejían para ser utilizados en
sus vestimentas. Completaba este hogar paradisíaco un multicolor araraka
(papagayo) parlero, que constituía la distracción de la familia. Un día, sin
embargo, habló mas de la cuenta y sembró la cizaña en esa unida y feliz
familia, siendo el promotor de la separación definitiva de los hermanos.
Cuando Tupi regresaba de caza, el araraka le decía... "Guaraní olko ne
rembirekondive" (Guaraní convive con tu mujer).
Y cuando Guaraní regresaba del monte trayendo miel de abejas, frutas, le
repetía el cuento que Tupl lo traicionaba con su mujer. La duda sembrada
por el chisme, dio paso a la desconfianza y esta desunió a la hasta
entonces feliz familia. Para no pelear entre hermanos y en vista de que la
situación se iba tornando insostenible, Guaraní resolvió alejarse hacia el
Mombe’upy Ykua Bolaños- Leyenda
de
Ykua
Bolaños
En las referencias históricas se entremezclan la fundación del asentamiento
Caazapá con la leyenda del Ykuá Bolaños, en la misma fecha y época.
Este ykuá (manantial, en Guaraní) forma parte de la identidad cultural y
tradicional de la comunidad caazapeña. Su fama se proyecta nacional e
internacionalmente, con su aura de misterio y milagros.
A finales de diciembre de 1606, Fray Luis Bolaños llegó a esta región habitada
por indígenas guaraníes. En esa época, asolaba el lugar una terrible sequía
que se prolongaba por siete años. En los primeros días de enero de 1607,
Fray Luis Bolaños llegó hasta los alrededores del sitio donde hoy se encuentra
el ykuá y allí se encontró con indígenas belicosos, a quienes intentó
evangelizar hablándoles de Dios. Éstos le rodearon y, en tono amenazante,
exigieron a Bolaños una prueba del poder del Dios a nombre del cual hablaba,
diciéndole en Guaraní: " Si es verdad que Dios existe, su milagro queremos
ver, has que surja aquí el agua o morirás a flechazos". Ante la amenaza,
Bolaños exploró con su bastón de madera el suelo, hasta que alzando la
mirada al cielo, y orando, dijo en guaraní: Levanta esa piedra y el agua
brotará, señalando una piedra cercana. Así lo hizo un indígena y, al levantar la
piedra tocada por Bolaños con su bastón, el agua brotó salvando su vida
Bolaños y sus acompañantes. Desde esa fecha y hasta la actualidad esa agua
no ha dejado de surgir desde las entrañas de la tierra, siendo esto
Cuentos – Káso Ñemombe’u
EL CUENTO
Es una narración de ficción con finalidad de entretener,
divertir, instruir, moralizar, de servir de ejemplo
práctico en la vida diaria. Hace resaltar y predominar lo
bueno sobre lo malo, los valores humanos como la
lealtad, la valentía, el amor, etc.; la astucia y la maña,
la viveza sobre la fuerza; lo práctico sobre lo teórico; el
arandu ka'aty (la sabiduría del bosque) sobre el
supuesto erudito; el vivo sobre el tonto, etc. Los cuentos son
de diversa índole: humanos, históricos, religiosos, de
animales, de maravillas, en fin de diversos tipos. Se comienza
con "Había una vez......", "Dicen que......", "En tiempos
pasados.....".
KÁSO ÑEMOMBE'U
Son cuentos populares, que concentran en sí relatos,
narraciones, o sucedidos folklóricos paraguayos. Son
de naturaleza oral, contados en rueda de amigos o de
familiares, con el fin de divertir, entretener o moralizar.
Se diferencian de los cuentos universales (Gulliver,
Pulgarcito, etc.), precisamente por el hecho de ser
nacionales y folklóricos, referentes a Perurima, Pychãi,
Ka’i, Aguara, etc., personajes o fenómenos sólo
concebidos en el marco de la Cultura Popular
Paraguaya. Tienen valor y agradan preferentemente al
interior del Paraguay, y a su creador -casi anónimo- EL
PARAGUAYO.
PERURIMÁ Y EL PARTE ESCRITO (x)
Perurimá alcanzó el grado de
sargento y pronto se hizo notar por su
curiosa manera de administrar justicia
y sus infaltables ocurrencias.
Enviado con una patrulla a un puesto de
avanzada, sostuvo con el enemigo una
escaramuza en la que hubo algunos muertos
y la cual concluyó con la huida de sus adversarios.
Envió, enseguida, a uno de los suyos a llevar
la noticia al general; pero éste ciñéndose
a las reglas militares le ordenó que le dijera al jefe de la posición
que enviará un parte escrito. Al recibir la orden, Perurimá se rascó la
cabeza preocupado, ya que no sabía leer ni escribir.
Aguzó su entendimiento
para salir airoso de la situación.
Lo único que recordaba era que la O
era redonda a fuerza de haber oído tantas
veces repetir : ”no sabe ni que la O
es redonda”. Buscó un papel y trazó
dos círculos: debajo volvió a hacer
dos y finalmente hizo dos nuevos
círculos, los completó satisfecho
y llamando a su ordenanza le dijo:
-Toma, llévale el parte escrito al general.
El soldado recibió el papel y fue a cumplir su cometido. El general abrió
el sobre y miró el papel, llamó a su ayudante y preguntó si había algún
código secreto y al ser informado que no, montó en cólera y mando
decir al sargento Perurimá que se presentase
inmediatamente al cuartel general.
Después de un rato llegó Perurimá
y el general le increpó:
-Quieres decirme qué burla es ésta ?
-Burla, ninguna: cherubichá, esto
nico es el parte escrito como usted quería.
-Escrito…escrito aquí no hay más que
unas cuantas ”o” mal hechas…
-Así es, cherubichá.
-Y qué demonio significan tantas O ?
-Pero esta clarito nico cherubichá.
Estas dos O quieren decir: ”omanóba, omanó” (el que murió, murió);
estas otras dos: ”Ohova oho” (el que se fue, se fue), y estas dos últimas:
”Opava, opá” (lo que terminó, terminó).
El general, entonces, autorizó a Perurimá para que en lo sucesivo enviara partes verbales”.
(x) Del libro FOLKLORE DEL PARAGUAY , de Paulo de Carvalho Neto
DE DONDE SALIERON CA'I Y CARAYA
Dicen que un día fueron de paseo
las maestras con sus alumnos.
En el camino encontraron una
planta de pindó llena de frutas
maduras. Una maestra les dijo a
los niños: -Súbanse a buscar y comer
ustedes y tiren un poco también para nosotras.
Se esparcieron colgándose en las ramas los niños.
Mientras estaban divirtiéndose llegó una señora pobre, con su hijo.
El nene, al ver la fruta madura, quiso comerla y se la pidió a su
mamá. La señora les rogó a los niños que estaban arriba que le tiren
una fruta para su hijito. Ellos se rieron y le dijeron: -¿Por
qué, si quiere comer, no se sube él también como nosotros?
-¿Cómo quieren que se suba si es muy chiquitito todavía?
-contestó la señora. -Que procure, que procure…
Se rieron todos otra vez. Entonces el nenito se puso a llorar y ni así
le tiraron una fruta. Las maestras
también rieron en vez de decirles
a sus alumnos que tiren frutas.
La madre se entristeció mucho por lo
que hicieron a su hijo y con lágrimas
en los ojos les dijo:
-Ojalá se conviertan ustedes
en monitos Ca'í y sus maestras
en monos Carayá . Poco después
empezaron los Ca'í a moverse sobre
las ramas del pindó mostrando los
dientes y en sus manos las frutas
maduras. Desde la tierra los Carayá trataban de subirse al pindó.
De: Feliciano Acosta Alcaraz y Tadeo Zarratea, KA’I REMBIASAKUE [Las aventuras de Ca'í] (Asunción, 1994. Traducción al
castellano: Natalia Krisvoshein de Canese)
COMO APARECIO CA’I
Una vez un viejito se quedó solo
en la casa, cuando todos sus
parientes se fueron al monte a
cazar. Después de muchos días
empezó a tener hambre
porque se le acabó la
comida. Era muy viejito, temblaba
cuando caminaba y casi
no se podía mover. Arrastrándose
salió a buscar en el monte frutas para comer. Al llegar debajo
de un árbol miró en el suelo. Como no había nada, levantó la
vista y vio una cantidad de niños subidos en las ramas, comiendo
muy contentos frutas maduras.
-Tírenme un poquito de fruta, tengo mucha hambre -les dijo despacito.
-¿Por qué no te subís al árbol vos
también, como nos subimos
nosotros? -le gritaron al viejito.
-Y ¡cómo me voy a subir
si no puedo ni caminar! -les contestó.
Entonces se pusieron a reír y a
burlarse más de él, iban de una rama
a otra, elegían las mejores frutas
y las comían mostrándoselas al viejo.
Viendo Dios cómo se portaban esos
niños malos, los maldijo y los volvió
mudos. Así, se transformaron en
monitos Ca'í. Desde ese día andan
saltando entre las ramas de los
árboles sin cansarse nunca.
De: KA’I REKOVEKUE [La vida de Ca'í], Tomo 1 (Asunción: RP Ediciones, 1994. Traducción al castellano:
Natalia Krivoshein de Canese)
Fuentes Bibliográficas:
Acosta, Feliciano - Canese, Natalia. Cuentos del Ka´i. tomos 1 -2 -3. Ed. Servilibro,
2006
Acosta, Feliciano - Canese, Natalia. Mombe`ugua`u. Ed. Servilibro, 2006
Acosta, Feliciano. Ka`i guata pyta`ÿ. Cuentos tradicionales en guaraní. Ed. Servilibro,
2006
Aguilera, Domingo. Folklore Paraguayo. Ed. Servilibro, 2007
Álvarez, Mario Rubén. Lo mejor del Folklore. Ed. El Lector, 2002.
González Torres, Dionisio. Folklore del Paraguay. Ed. Servilibro, 2010.
Fuentes electrónicas
Portal del Ministerio de Educación - www.mec.gob.py
www.google.com.py (imágenes)
Portal Guaraní -www.portalguarani.com (imágenes)