Este año también quisimos vivir los días santos en una experiencia no muy común, fuimos a la Misión Vocacional Marista® en los alrededores de Aguascalientes. Esa experiencia fue única ya que una misión es la experiencia de recibir una tarea específica que viene de Dios, y para nosotros la tarea fue sencilla, pero a la vez muy importante.

Recibimos la misión de compartir la vida y la fe con familias en comunidades sencillas aunque no todas pobres, pero sí con un espíritu muy grande.

La tarea era vivir los tres primeros días con familias que buscan a Dios y como muchos de nosotros también vamos en esa búsqueda, pues de seguro Dios estuvo allí. Comunidades a veces pequeñas pero a veces con más de ciento cincuenta niños juntos, eso requirió mucho esfuerzo, aguantarles el paso.

Organizamos actividades que ayudaran a recordar lo que se pretende vivir en esa semana. Y compartimos también temas, muy interesantes: Nuevas alianzas para la vida y manejamos temas nada fáciles como el bien común, la paz, la seguridad, la acción social y la solidaridad.

Fue encontrar también lugares donde parecía que no hay gente, todo está seco, falta la lluvia, hace mucho calor. Y así encontramos comunidades en que llegaron hasta 50 jóvenes a las reuniones. No fue sencillo, no lo teníamos planeado, pero lo más rico fue encontrarnos con jóvenes que también buscan, y muchos de veras buscan a Dios. Otro encuentro con Él a través de ellos.

Estuvimos en 11 comunidades diferentes.

Participamos 20 hermanos la mayoría formandos maristas, 23 chavos en búsqueda vocacional, y 10 chavas que querían también servir y preguntarse qué onda con su vida.

Así los siguientes días jueves, viernes y sábado santos, compartimos con la gente las celebraciones de Jesús, en su pasión muerte y resurrección, no cabe duda que vivir con la gente nos da una perspectiva distinta de la vida, algunos nunca habíamos estado en una celebración de semana santa, y nos tocó dirigir…

… así que fue también un aprendizaje para saber qué significa todo eso para la gente, y tienen mucho que enseñarnos, en medio de una fe sencilla, se manifiesta también lo grande que es Dios, que solo Él puede mover los corazones y la gente se siente amada por Dios y nos toma como instrumentos para sentir su amor, su paz y su presencia.

¡Gracias a todos por hacer posible esta experiencia de Dios! Nos vemos el próximo año.

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La Semana Santa del 01 al 08 de abril del 2012 ha sido sin duda una de las mejores semanas que hemos tenido en nuestras vidas. Misión Urbana consistió en: convivir con los niños, un torneo deportivo entre jóvenes de nuestra edad y un taller para adultos impartido por el Dir. Eduardo López con el tema central de ¿Cómo proteger a sus hijos contra las drogas?

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A quienes nos tocó vivir ‘‘Misión Urbana’’, nos quedamos y llevamos tantas experiencias, tantos aprendizajes, tantos recuerdos y demás, que estaría muy difícil plasmarlo en papel. El equipo estuvo conformado por 8 alumnos del Instituto México de Baja California, 1 alumno del Cervantes Costa Rica, 2 exalumnos de la Secundaria Champagnat de Mexicali, 2 profesores del IM y los hermanos Valentín, Poncho, Gustavo y Chiquini. Cuatro de los alumnos están viviendo un proceso vocacional para Hermanos Maristas.

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Recibimos hospedaje y nos quedamos toda la semana corrida a dormir en una casa cercana a la colonia; nos levantábamos muy temprano y partíamos a la Capilla Sta. María donde nos encontrábamos con los niños; cantábamos, bailábamos, jugábamos, les contamos un cuento actuado, y realizamos muchas actividades junto con ellos.

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En la tarde, participamos en un torneo deportivo de básquet-bol y fut-bol donde competíamos amistosamente con jóvenes de la colonia. Así fue de lunes a jueves, y el resto fue cuestión de compartir las celebraciones con la gente: lavatorio de los pies, viacrucis, procesión del silencio, adoración de la cruz y la vigilia pascual.

Atendimos también la capilla del Señor de la Misericordia.

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Desconectarnos del ambiente donde vivimos, y establecernos durante una semana en otro totalmente diferente, nos dejó a varios con las ganas de seguir en éste por un tiempo más.

Estamos diciendo que el tiempo que estuvimos lo aprovechamos al máximo y esta clase de experiencia, te cambia. Nosotros fuimos a la colonia con el motivo de ayudar, cuando resultó que nosotros mismos fuimos quienes recibimos tantas cosas de parte de la gente que salimos muy beneficiados.

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Los que conformamos esta misión nunca pensábamos llegar a tener un lazo y una relación que no solo con los niños ni entre nosotros tuvimos, sino también con las demás personas que conforman la comunidad, quienes muy amables nos recibieron para llevar a cabo esta Misión de Semana Santa.

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Todos y cada uno de nosotros nos llevamos a todas y cada una de las sonrisas de los niños.

Aprendimos tantas cosas que podemos llevar a la vida, especialmente algo en particular: ‘‘La ayuda, a veces no nos percatamos que puede ser dada más cerca de lo que pensamos, poner nuestro granito de arena para hacer la diferencia, y ese granito es Jesús”.

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Adrián Cuen Reyes (alumno Instituto México)

Semana Santa, tiempo privilegiado para compartir la vida, así fue la actitud de los jóvenes aspirantes maristas que fueron audaces y respondieron a la invitación para vivir este tiempo en la Sierra Tarahumara con nuestros hermanos indígenas.

Siete aspirantes acompañados de seis hermanos y los dos postulantes de nuestra provincia (en total un grupo de 15 misioneros) vivieron la experiencia de la Semana Santa Rarámuri, el grupo compartió vida en dos comunidades cercanas al pueblo de Turuachi (zona de Chinatú), allí algunos vivieron en el internado, otros en una casa de una familia del lugar.

Vivieron la fraternidad entre la misma comunidad al estilo de los lugareños, apoyando en actividades de pláticas para bautismo, catequesis infantil, guiando las celebraciones de Semana Santa, pidiendo córima, danzando, tomando tesgüino y sufriendo algo de frío.

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La experiencia los hace ver al Cristo sufriente en medio de los más pobres y del pueblo que sufre, pero también al Cristo Resucitado que siembra esperanza en los corazones de sus hijos.

El objetivo de la experiencia era que los jóvenes siguieran caminando en su discernimiento frente a la decisión de ingreso a casa de formación.

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A quienes se invitó son aquellos más cercanos en tiempo para integrarse al postulantado, sigamos pidiendo que Cristo Resucitado acompañe a nuestras jóvenes vocaciones y nos conceda más hermanos maristas.

Aquí transcribimos una de las experiencias de uno de nuestros hermanos…

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“Te comparto la Semana Santa 2012 en la comunidad de Barranco Blanco donde vivimos literalmente "con la familia de DON BETO"... una REGALO de Dios poder "sentir y palpar" los valores de Rarámuris... sin luz, sin agua de la llave... sin "acumular" nada, diferente a nuestro esquema capitalista y consumista. Familias que este año no cosecharon NADA DE NADA, dándonos de "comer a los misioneros" (se hace un nudo en la garganta)…

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…Viviendo al día... calentando agua en el fogón... sintiendo el frío por la noche...

Celebrando la visita del judas a las casas, el tesgüino, el viacrucis, el rosario de la aurora, la celebración de 45 bautizos!!!!! y 7 primeras comuniones... la pedida de CÓRIMA... la lucha de Judas (ganó Don Beto) el juego de bola de los varones, las carreras de arigüeta de las mujeres (ganó la gobernadora!!!!), la competencia entre los pintos (ganaron los de Don Sabino)... la quema del JUDAS.

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Y las caras de Angelita, Ángel, Luisita de Don Beto, Luisito hijo de la gobernadora, y tantos más que se quedan grabados en el CORAZÓN.

GRACIAS SEÑOR DE LA VIDA... por dejarnos regresar con bien, por comprender "de otra forma" tu pasión, muerte RESURRECCIÓN!!!!!” (H. Humberto Badillo) y

A nuestros aspirantes los seguimos animando para ser fieles a lo que Dios ha sembrado en su corazón y pedimos por ellos: Cristian, Manuel (Guadalajara); Felipe (Tepic); Enrique (Ocotlán); José (Querétaro); Ricardo, David (Monterrey).

Agradecemos a cada uno de los hermanos que acompañaron esta experiencia: Juan Jo, Polo, Mele, Tony Medina, Humberto Badillo, César Vargas. A nuestros postulantes que Dios los bendiga: Carlos (1º) y Luis (2º) Matetera-ba!