Manual de Oratoria

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Transcript Manual de Oratoria

Manual de Comunicación
y Herramientas en la
Comunicación.
Tutora: Maurys Pérez
La Comunicación: es un proceso de
intercambio de información, en el que un
emisor transmite a un receptor algo a través
de un canal esperando que, posteriormente, se
produzca una respuesta de dicho receptor, en
un contexto determinado.
Para que se produzca una Comunicación
asertiva y eficaz, deben existir las siguientes
herramientas: dicción, estilo, tono y timbre,
respiración, velocidad del discurso y pausas.
Es la forma de emplear las palabras para formar
oraciones, ya sea de manera oral o escrita. Se habla
de buena dicción cuando el empleo de dichas palabras es
correcto y acertado en el idioma al que éstas pertenecen,
sin atender al contenido o significado de lo expresado por
el emisor.
Son
formas
incorrectas
de
construcción o empleo de vocablos
inadecuados, que pueden dificultar la
interpretación correcta de un escrito.
Consideramos como vicios del lenguaje:
1. Los Barbarismos
2. Los Solecismos
3. La Cacofonía
4. El Hiato
5. La Anfibología
6. La pobreza de Vocabulario
7. La Redundancia
8. El Vulgarismo
9. Los Vicios Gramaticales
10. Los Neologismos
11. Los Arcaísmos
12. Los Modismos
13. Las Muletillas o Bastoncillos
Uno de los pilares más importantes en las
relaciones humanas, es en establecer una buena
comunicación.
Para ello existen tres estilos de comunicación:
a) La Comunicación Pasiva.
b) La Comunicación Agresiva.
c) La Comunicación Asertiva.
Este tipo de comunicación es propio en las
personas, esconde sus sentimientos por miedo
a ser rechazado por las demás.
Características del Comunicador Pasivo
Tiene una voz débil, temblorosa y un volumen bajo, evita
el contacto visual, mueve la cabeza en forma afirmativa
constantemente, su manos están sudorosas y temblorosas.
Este tipo de Persona tienden a ser manipulados más
fácil en las relaciones tanto social como sentimental, ya que la
segunda parte conoce su debilidad y se aprovecha un 101%
de la situación.
Esto se debe al crecimiento y desarrollo cuando eras
pequeño, crea un nivel de inseguridad y no valora sus propias
opiniones y das más valor a la comunicación de los demás.
Es lo contrario de la comunicación pasiva, se
caracteriza por no valorar la opinión de la otra parte,
puedes que seas más inflexible sobre cualquier
situación que este pasando, no permite modificar su
comportamiento o conducta para mejorar la
Características del Comunicador Agresivo
Habla solamente de sí mismo, tiene una voz fuerte; con
frecuencia grita, tiene una mirada fija y penétrate muy
orgullosa.
Su postura es rígida, usa el dedo señalando o acusando
a la otra persona.
Este tipo de persona no recibe ningún consejo, si tiene
algún problema emocional o psicológico no busca ayuda,
tiende a pensar que siempre tiene la razón.
Es una comunicación abierta a las opiniones
de las demás personas, tiene respeto hacia uno
mismo, cuando argumentas sobre cualquier
ideología siempre tiene seguridad y confianza a lo
que quiere transmitir.
Características del Comunicador Asertivo
La asertividad te permite argumentar lo que tu piensas,
haces que considere lo más apropiado para uno mismo,
defiendes tus propios derechos, intereses o necesidades sin
lastimar o ofender a nadie.
Las personas asertivas suelen ser tolerante y aceptan sus
errores y buscan soluciones para mejorar.
Expresa lo que quiere, sentimientos, hace que hable bien
de los demás y de si mismo y su comunicación es directa.
Tiene una voz firme, calurosa y relajada; tiene una mirada
franca y la postura bien balanceada se ve relajado y los
movimientos de las manos son naturales.
Son:
1. Claridad.
2. Concisión.
3. Coherencia.
4. Sencillez.
5. Naturalidad.
Claridad: Un estilo es claro cuando el
pensamiento del que emite el mensaje
penetra sin esfuerzo en la mente del
receptor.
Concisión: Resulta de utilizar solo
palabras
indispensables,
justas
y
significativas para expresar lo que se
quiere decir.
Coherencia: cuando se habla para un público,
cuando se comunica oralmente, el orden en el correr de
las ideas ha de ser tal, que el oyente no se vea
precisado a coordinarlas en su cerebro.
Sencillez: huye de lo complicado.
Naturalidad: Un orador será natural cuando se sirve
de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo.
Hablar naturalmente es procurar que las palabras y las
frases sean las propias, esto es, las que el tema exige,
huyendo siempre de la afectación y del rebuscamiento;
(pero sin caer en la vulgaridad).
El tono es la impresión que nos produce la frecuencia de vibración a la
que se manifiesta una determinada onda sonora.
En el caso de la voz, la marca del tono (grave o agudo) viene dada por
la cantidad de movimiento que se produce en las cuerdas vocales al
emitirla, es decir, por el número de vibraciones que en ellas tienen lugar.
En cuanto al timbre, diremos que es la principal seña de identidad que
presenta cualquier sonido.
Es su cualidad más particular, su especificidad, aquello que en realidad
posibilita que al percibir un sonido lo podamos diferenciar de otro porque lo
hace distinto, aunque ambos presenten el mismo tono y la misma
intensidad.
Es, en definitiva, aquella característica que permite distinguir entre una
trompeta y un saxofón, o entre la voz de nuestro mejor amigo y la de
nuestro peor enemigo.
Cuando se habla a una o más personas, siempre, pero
siempre tenemos que tener la adecuada respiración, el buen
manejo de la misma provocara en nosotros el dominio del
habla, así también poder hablar sin el más mínimo cansancio.
En la oratoria, lo más importante es llegar al público,
enseñar, persuadir, convencer, deleitar, con un sinfín de
palabras correctas y precisas, como también los adecuados
movimientos corporales, pero si no se lo hace con una
respiración correcta, no se obtendrá el enfoque y énfasis de
las palabras para deleitar a las personas.
Existen según expertos dos tipos de respiraciones, una
es la respiración clavicular y la otra es la respiración
diafragmática.
La respiración clavicular es aquella comúnmente
usada, cuando inhalamos la mayor cantidad de aire posible,
inflamos la caja torácica y elevamos nuestros hombros, es
ideal cuando se hace ejercicios físicos, atletismo, natación,
entre otros.; pero el más importante y usado por los oradores
es la respiración diafragmática, que consiste en meter la
mayor cantidad de aire hasta los pulmones sin levantar los
hombros, el aire ingresa y sale emitiendo la voz, sin lograr
cansancio alguno.
Esta última, si la aprendes, aplicas y
prácticas,
te
ayudará
a
hablar
exitosamente, sin trabas, sin jadeos, y
sobretodo sin cansancio.
Lo que debes hacer es lo siguiente:
inhala aire por la nariz lento y
mentalmente contando hasta 4, luego
expulsa por la boca, si haces 5 minutos,
tres veces por día, te aseguro que en
poco
tiempo
podrás
dominar
la
respiración al hablar. ¡Hazlo ahora
mismo!.
La voz es uno de los instrumentos más importantes en la
comunicación y, emplear una velocidad adecuada, hará que
esa comunicación sea fluida y nuestro mensaje llegue
correctamente al receptor.
A la hora de hablar con nuestro interlocutor, es primordial
mantener una velocidad equilibrada, ni demasiado veloz ni
demasiado pausada.
Aunque, adaptar la velocidad de nuestro discurso (tiempo
de elocución) a la de la persona con la que hablamos, es una
buena técnica para conseguir una mayor atención por su
parte.
Veamos a continuación un esquema de cómo adaptar
el ritmo de nuestro discurso:
Una
persona
que
habla
muy deprisa probablemente desconectará si le
respondemos excesivamente despacio y, por el contrario,
una persona de hablar pausado, no entenderá todo lo que
le decimos si hablamos muy deprisa, perdiéndose parte de
la información.
Una buena velocidad media de elocución en
conversaciones personales sería de 140-150 palabras por
minuto
y
de
100-120
en
comunicaciones
telefónicas. Aunque, estas velocidades, dependerán de
nuestra personalidad, del intelocutor y de las
circunstancias.
Las
pausas
sirven
para
puntualizar
los
pensamientos. Las pausas de distinta duración nos
ayuda a separar las palabras habladas en unidades
que tienen un significado en conjunto.
La pausa permite fácilmente las inflexiones de la voz,
el cambio de tono y de ritmo y en definitiva contribuye,
si se hace buen uso de ella, a mantener más viva la
atención.
Las pausas pueden ser:
Psicológicas: se producen cuando el ánimo del
orador quiere permitir al auditorio un momento de
reflexión.
Lógicas: se usan cuando lo exige el contexto de la
frase y generalmente son breves, al término de una
frase importante, o de mayor duración, cuando se va a
abordar un nuevo desarrollo.
Afectivas: cuando se desea suscitar la emoción del
oyente.
Respiratorias: cuando agotada la espiración, se
hace forzosa inspiración.