Unidad 2 -DSI - Arquidiócesis de San José

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Módulo 6
Descubrir la DSI
como un proceso
de reflexión de
toda la comunidad
eclesial que
pretende iluminar
el compromiso
social del
cristiano.
1. La DSI como servicio de la
caridad en la sociedad.
2. El proceso de elaboración de
los contenidos de la DSI
3. La DSI como proceso de
reflexión y acción
4. Principales documentos
de la DSI
5. El compromiso social de
los fieles laicos
“La exclusión de la religión del ámbito público, así como el fundamentalismo religioso, por otro lado, impiden el encuentro entre las personas y su colaboración para el
progreso de la humanidad” (CiV 6).
La motivación
fundamental del cristiano
se basa en la virtud de la
caridad en la verdad, sin
la cual el servicio en favor
de los demás termina en
iniciativas frágiles, sin el
suficiente empeño y
claridad para cambiar la
realidad según el querer
de Dios.
El desarrollo del pensamiento social de la
Iglesia, en la sociedad moderna, es debido a la
urgencia del servicio de la caridad
Estudiaremos las ideas centrales de los documentos de la DSI, con el fin de familiarizarnos con estas ideas, identificarnos con ellas
y motivarnos para asumir un mayor protagonismo en este proceso
de reflexión y acción social.
Estudiaremos también la constitución pastoral
Gaudium et Spes (Gozos y Esperanzas) del
Concilio Vaticano II, ella marca un cambio en la
relación que tiene la Iglesia con el mundo.
El cristiano
no es un
espectador
pasivo e
indiferente
frente a la
vida social.
Su vocación cristiana
le invita a vivir su fe
en medio de las luchas, de las contradicciones, de los
aciertos y logros en
la convivencia social.
El servicio generoso y desinteresado que el
creyente debe prestar a sus semejantes,
se logra integrando:
 la dimensión personal y social de la fe,
 la realidad histórica y eterna,
 el componente espiritual y secular de su actividad.
2.1 La DSI como servicio de la caridad en la sociedad
“Engañarse respecto al amor es la pérdida
más espantosa, es una pérdida eterna, para la que no existe compensación ni en el
tiempo ni en la eternidad” (Soren Kierkegaard).
La identificación con Cristo no aleja al creyente del
mundo. Lo invita a sumergirse en él para transformarlo y para transformarse en medio de esta tarea
histórica en la que el progreso material, cultural,
ético y espiritual de la sociedad se convierte en un
deber y en una obligación social “para que nuestro
mundo responda efectivamente al proyecto divino:
vivir como una familia,
bajo la mirada del Creador” (CiV, 57).
El proyecto de Dios sobre el mundo se construye a partir de la virtud de la caridad que Dios ha
depositado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que se nos ha dado.
Las personas renovadas por el
amor de Dios son capaces de:
“llevar paz donde hay conflictos, de construir
y cultivar relaciones fraternas donde hay
odio, de buscar la justicia donde domina la
explotación del hombre por el hombre.
Sólo el amor es capaz de transformar de
modo radical las relaciones que los seres
humanos tienen entre sí” (CDSI Introducción, 4).
La Doctrina Social de la Iglesia es
“servicio de la caridad, pero en la verdad”
La verdad permite :
 valorar
 vivir
 compartir
 comunicar
la auténtica caridad,
que está llamada a
concretizarse en el
ámbito social, jurídico,
cultural, político y
económico.
El Papa Benedicto XVI afirma:
“sin verdad, sin confianza y amor por lo verdadero no hay conciencia y responsabilidad social, y la actuación social se deja a merced de
intereses privados y de lógicas de poder, con
efectos disgregadores sobre la sociedad..”CiV 5
La DSI invita, en primer lugar,
a cultivar el ardor de la
caridad y la sabiduría de la
verdad que procede de Cristo
para realizar la justicia y el
bien común en la sociedad.
Este testimonio de la caridad
de Cristo mediante la promoción de la persona en la
sociedad, forma parte de la
evangelización confiada a la
Doctrina Social de la Iglesia.
El ejercicio de esta caridad, dice el Papa
Benedicto XVI, causa el auténtico desarrollo:
“Sólo con la caridad, iluminada por la luz de
la razón y de la fe, es posible conseguir
objetivos de desarrollo con un carácter más
humano y humanizador. El compartir los
bienes y recursos, de lo que proviene el
auténtico desarrollo, no se asegura sólo con
el progreso técnico y con meras relaciones
de convivencia, sino con la fuerza del amor
que vence al mal con el bien (cf. Rm 12,21) y
abre la conciencia del ser humano a
relaciones
recíprocas
de
libertad
y
responsabilidad” (CiV 9).
2.2. El proceso de elaboración
de los contenidos de la DSI
Desde la época apostólica hasta
la reflexión de los últimos Papas.
La luz de la verdad y el
impulso de la caridad
divina son fuente de
sabiduría y fuerza moral
y espiritual para dar
respuesta a los desafíos
sociales.
El ardor de la caridad cristiana ha llevado a desarrollar la Doctrina Social
de la Iglesia construida sobre el
fundamento de la Palabra de Dios,
transmitida por los Apóstoles a los
Padres de la Iglesia, acogida y profundizada después por los grandes
Doctores cristianos.
“Ha sido atestiguada por los Santos en el campo de la justicia y la paz. En ella se expresa la
tarea profética de los Sumos Pontífices de guiar
apostólicamente la Iglesia de Cristo y de discernir las nuevas exigencias de la evangelización”
(CiV 12).
Las exigencias de la evangelización
nacen de los retos que la vida social
plantea a la Iglesia en el transcurso de la
historia.
La Iglesia ha dado vida
a un conjunto de
documentos sociales,
que reflejan la vida
misma de la Iglesia en
un contexto cultural
determinado de la
historia.
Esta experiencia eclesial
no debe ser ajena a nuestra vivencia de fe.
Esta historia de la Iglesia
inmersa en complejas
situaciones sociopolíticas
es nuestra historia
porque participamos y
somos miembros de ella.
Ella es parte de nuestra
identidad personal y
colectiva.
Todo aquello que atente contra la vida
digna de la persona y de los pueblos
se ve denunciado en los documentos del
Magisterio Social.
La firmeza, el empeño y la dedicación por liberar al ser humano de la miseria, de la pobreza,
de la injusticia y de las condiciones de vida infrahumana son
un deber y una responsabilidad
social, atestiguada tanto en el
Antiguo como en el Nuevo Testamento (Ex 3,7-8; Lc 4, 18-19; Mt 25, 37-40).
El ordenamiento de la vida social propuesta por
la DSI responde a la condición social del hombre
y a los designios de Dios en la historia.
La DSI busca difundir y
enseñar los valores del
cristianismo y favorecer
las condiciones sociales
idóneas para que la
persona humana pueda
realizar su vocación y
misión en el mundo.
La DSI, como experiencia de fe, nos recuerda que
en el proceso, el Espíritu Santo es protagonista
junto con el sujeto o los sujetos de la comunidad.
La jerarquía con los
laicos van elaborando
los documentos que
reflejan el sentir de la
Iglesia sobre determinada situación.
Afirma el Papa Juan XXIII
“la santa Iglesia, con la colaboración de sacerdotes y seglares competentes, ha deducido,
principalmente en el último siglo, una luminosa Doctrina Social para ordenar las mutuas
relaciones humanas de acuerdo con los criterios generales, que responden tanto a las
exigencias de la naturaleza y a las distintas
condiciones de la convivencia humana como el carácter específico
de la época actual, criterios que
precisamente por esto pueden ser
aceptados por todos “ (MM 220).
2.3. La DSI como proceso de reflexión y acción
2.3.1. Encuentro entre evangelio y sociedad
La DSI propone enseñanzas sobre
la vida del hombre en sociedad,
para iluminar la conciencia y
la conducta cristiana de los fieles
y de todos los que se identifican
con los valores universales de esta
doctrina.
Estas enseñanzas sobre la vida social,
elaboradas por los Papas y los obispos
forman el Magisterio Social de la Iglesia.
El estudio de la realidad del hombre en sociedad a partir de la fe y de las exigencias éticas
del Evangelio, para establecer una sana convivencia, pertenece al ámbito de la teología
moral en el campo social.
No obstante, presupone la
teología dogmática, pues
“anuncia a Dios y su misterio de salvación en
Cristo a todo hombre y, por la misma razón,
revela al hombre a sí mismo. Solamente bajo
esta perspectiva se ocupa de lo demás” (CA 54),
La visión cristiana del
pleno desarrollo, que
supera una comprensión
reduccionista y materialista
de la vida, incluye el
cultivo de la dimensión
espiritual y moral de las
personas y de los pueblos.
“una sociedad del bienestar materialmente
desarrollada, pero que oprime al alma, no
está en sí misma bien orientada hacia un
auténtico desarrollo” (CiV, 76).
2.3.2. Un proceso de discernimiento de la
comunidad cristiana
La Doctrina Social supone un proceso de
reflexión de la realidad social que involucra
a toda la Iglesia.
Se apoya en el
Magisterio Social.
La comunidad cristiana realiza a la luz de
la fe una acción social orientada a la
promoción del desarrollo humano integral.
El Papa Pablo VI nos dice :
“Frente a situaciones tan diversas nos es difícil pronunciar una palabra única, como también proponer una solución con valor universal. No es éste nuestro propósito ni tampoco
nuestra misión. Incumbe a las comunidades
cristianas analizar con objetividad la situación propia de su país, esclarecerla mediante
la luz de la palabra inalterable del Evangelio,
deducir principios de reflexión, normas de
juicio y directrices de acción según las enseñanzas sociales de la Iglesia, tal como han
sido elaboradas a lo largo de la historia…”
(OA 4).
Los principios
universales del
Magisterio deben de
aplicarse de acuerdo
con la realidad
concreta de cada país
y de cada comunidad.
Este ejercicio o proceso de aplicación y
concretización de la Doctrina Social
comprende varios momentos, como se
aprecia a continuación:
Conocimiento de la realidad
Es necesario acercarse a conocer y analizar la
problemática de la realidad social concreta
mediante :
 el contacto directo que sensibiliza a la
persona con los problemas de la sociedad
 el apoyo de las ciencias sociales que permite un conocimiento más objetivo de los hechos.
Así descubrimos las exigencias y
los retos que la fe nos plantea en
una situación concreta tanto a
título personal como comunitario
Necesitamos conocer la realidad tal cual es y
no como nosotros la pensamos o la imaginamos.
Se trata de un análisis pastoral de la realidad
o “visión pastoral de la realidad”, que lo diferencia de las otras lecturas o acercamientos que
hacen las ciencias humanas y sociales.
La comunidad cristiana
debe conocer la realidad
para descubrir la
voluntad de Dios en la
historia concreta y
particular de los
testigos de la fe.
A la luz del Evangelio
Luego se elabora un juicio moral sobre esa
realidad, esto comprende un proceso de
valoración según los principios de reflexión,
criterios de juicio y directrices de acción
de la DSI inspirada en el Evangelio.
Los principios y valores
constituyen los elementos
fundamentales, básicos y
universales que propone la
DSI para construir una
convivencia social digna
de la persona humana.
Los criterios de juicio se refieren al juicio
ético que se emite sobre determinada realidad
o situación, amparados en los principios y
valores fundamentales de la DSI.
Ahora nos preguntamos :
 ¿Esta realidad ayuda a la realización de la persona?
 ¿Estas situaciones corresponden
a la voluntad de Dios?
Este ejercicio de discernimiento desemboca
en las directrices de acción a seguir.
Las opciones concretas
Ahora descubramos lo que
Dios quiere de la comunidad cristiana y de cada uno
de sus miembros, en un
lugar y momento particular, como constructores de
la sociedad, expresado en
un compromiso personal y
comunitario, en comunión
con la Iglesia Madre y Maestra de la verdad.
Esto es lo que nos enseña la Carta
Apostólica Octogesima Adveniens:
“A estas comunidades cristianas
toca discernir, con la ayuda del
Espíritu Santo, en comunión con los
obispos responsables, en diálogo con
los demás hermanos cristianos y
todos los hombres de buena voluntad,
las opciones y los compromisos que
conviene asumir para realizar las
transformaciones sociales, políticas
y económicas que aparezcan necesarias con urgencia en cada caso” (OA 4).
Este compromiso debe realizarse en colaboración con todos los hombres y mujeres de buena
voluntad, y con nuestros hermanos cristianos de
otras confesiones.
En virtud de nuestra condición humana todos
los seres humanos
En resumen, el proceso de
discernimiento comprende :
 la dimensión teórica cuerpo doctrinal elaborado por el Magisterio de la Iglesia Universal y local
 la dimensión histórica considera la situación
real de la sociedad en cada momento concreto
de la historia iluminada por los grandes principios y valores de la DSI
 la dimensión práctica que fundamenta y estimula la acción social y está orientada a traducir
en realizaciones históricas, la visión del hombre
y de la sociedad contemplada en la DSI.
2.4. Principales Documentos de la DSI
La atención a los problemas sociales es
una idea recurrente en la Revelación, la
Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Cambios radicales en el
ámbito económico, social,
político y cultural aparecen
en la nueva sociedad
industrial en el siglo XIX.
El trabajo de la naciente clase obrera se
realizaba en condiciones infrahumanas y
por salarios deplorables.
A este conflicto en el campo
del trabajo denominado
“cuestión social”,
responde el Magisterio
Pontificio de la Iglesia
dando origen a la
Principales encíclicas sociales o
documentos del Magisterio Pontificio
2.4.1. Rerum Novarum (León XIII, 1889)
Es la primera encíclica
social dedicada por León
XIII a la gran cuestión social
como respuesta de la
Iglesia a los graves
problemas de la sociedad
moderna vinculados a la
industrialización, el
capitalismo y el
socialismo.
Este documento propone restablecer el orden de la sociedad
mediante la colaboración y la
armonía entre los actores
sociales relevantes.
 A los patronos les recuerda sus obligaciones
sociales y su disponibilidad para compartir
con los necesitados.
 A los trabajadores les invita a organizarse
en asociaciones :
 mixtas (patronos y obreros)
 sólo de trabajadores
para “atender más convenientemente a los necesitados y acercar más una clase a la otra” (RN 34).
2.4.2. Quadragesimo Anno (Pío XI, 1931)
Esta encíclica la escribe el
Papa cuando está en crisis
el modelo capitalista.
Se evidencia :
 la debilidad de los sistemas democráticos
 la concentración del poder económico y
político.
El Papa Pío XI escribe varios documentos.
Su mensaje central es una llamada a restaurar
el orden social mediante la reforma de las
instituciones y de las costumbres (QA 76).
La primera reforma pretende lograr la
cooperación y la armonía entre el capital y
el trabajo, que son dos factores necesarios en
la sociedad industrial (QA 53-55).
La reforma de las
costumbres, inspirada
en el Evangelio (QA 136)
propone la práctica de :
Al Estado le corresponde fomentar
un orden social y jurídico que
regule la actividad económica.
2.4.3. Radiomensajes navideños (Pío XII)
El Papa Pío XII no publicó encíclicas
sociales sino radiomensajes.
Entre ellos se destaca “La Solennitá”
(1941), en conmemoración de la
Rerum Novarum, sobre los bienes
materiales, el trabajo y la familia.
La preocupación central de su Magisterio Social se
refiere a la instauración y el mantenimiento de
la paz nacional e internacional, ya
que su pontificado transcurre durante
la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción de Europa y los primeros
años de la Guerra Fría.
Propone la democracia como un
sistema de gobierno más compatible
con la dignidad humana (Radm 1944, 7) y
la tutela de sus derechos (La S 15).
La persona, durante el Magisterio de Pío XII,
es valorada como sujeto, fundamento y fin
de la vida social (Radm 11, 1944).
2.4.4. Mater et Magistra (Juan XXIII, 1961)
En los años sesenta se respira
un sano optimismo, fruto de
los logros en distintas áreas
de la actividad humana.
El Papa Juan XXIII valora el fenómeno
de la socialización, el cual debe estar guiado por :




un sano concepto del bien común
autonomía de los cuerpos intermedios
respeto a la persona
su participación responsable
Frente a las desigualdades
sociales y económicas, la
encíclica llama a mantener el
equilibrio en el desarrollo
de los diversos sectores
productivos, proponiendo
algunos criterios de política
agrícola (MM 128, 132-143).
“tanto la justicia como la humanidad
exigen que las naciones ricas presten su
ayuda a las naciones pobres” (MM 161,173)
El bien común
universal debe ser
alcanzado por todos
y con todos (MM 80).
Esto supone la responsabilidad de los
propios países frente a la tarea de su propio
desarrollo (MM 163).
2.4.5. Pacem in Terris (Juan XXIII, 1963)
En un mundo dividido y enfrentado por las ideologías
capitalistas y marxistas, el
Papa Juan XXIII invita a todos
los hombres a construir la paz
entre todos los pueblos.
La paz o la convivencia entre la personas, afirma
Juan XXIII, se establece y se consolida si se
respeta el orden querido por Dios (PT 1) y la
dignidad de la persona humana (PT 9) que se
debe concretizar en el reconocimiento de sus
derechos (PT 11-27).
Así se construye la
paz y la convivencia
humana en todas
nuestras relaciones :
interpersonales, con
las autoridades, entre
las naciones (PT 7) .
Según los criterios de :
(PT 35, 37).
2.4.6. Populorum Progressio (Pablo VI, 1967)
La encíclica es un llamado
urgente a actuar en favor del
desarrollo integral y solidario
de la humanidad (PP 5. 43-44).
El desarrollo integral, para el Papa
Pablo VI, comprende el desarrollo
de todas las dimensiones de la persona y de
todos los miembros de una sociedad.
La sociedad debe garantizar las condiciones
para el desarrollo de todos, consiste en pasar
de condiciones de vida menos humanas a más
humanas.
Por otra parte, el desarrollo solidario se refiere
al esfuerzo conjunto de toda la
humanidad para garantizar el
desarrollo a través de las relaciones económicas
y sociales entre
los pueblos.
Advierte el Papa
sobre la responsabilidad de cada pueblo en este esfuerzo, sin olvidar que la principal responsabilidad corresponde a los pueblos más favorecidos, ya que ni las personas ni los países pueden por sí solos aspirar a este desarrollo.
2.4.7 La constitución conciliar Gaudium et Spes
El Concilio Vaticano II
(1962-1965)
surge con
el propósito
de renovar
la vida de la Iglesia.
Los padres conciliares plantearon preguntas
sobre lo que la Iglesia dice de sí misma (ad intra)
y lo que la Iglesia dice en relación con el mundo
(ad extra).
Para responder a la pregunta sobre :
 lo que la Iglesia dice de si misma, ad intra
fue creada la constitución dogmática
Lumen Gentium (analizada en el módulo de Eclesiología)
 lo que la Iglesia dice en relación con el
mundo, ad extra fue
creada la constitución
pastoral Gaudium et
Spes (Gozos y Esperanzas), promulgada
el 7 de diciembre de
1965. Relaciones de
la Iglesia con el mundo.
Las directrices del
documento
Gaudium et Spes
son válidas ante
todo para los
miembros de la
Iglesia, pero
también para todos
los hombres
dispuestos a prestar
oído a esta
propuesta eclesial.
El esquema de la constitución pastoral es ::
- Introducción (n. 1-10): se refiere a la
situación del mundo, sobre la cual el Concilio
quiere aportar su luz.
-Primera parte (n. 11-45): sobre la Iglesia y la
vocación del hombre (cuatro capítulos):
 la dignidad de la persona humana
 la construcción de la comunidad humana
 el sentido de la actividad humana
 la misión de la Iglesia en medio del mundo.
En ella se exponen los principios básicos de
la antropología cristiana sobre el hombre y
la comunidad humana.
-Segunda parte (n. 46-90): cinco capítulos y
se abordan algunos problemas urgentes:
 la dignidad del matrimonio y la familia
 la promoción del progreso cultural
 la vida económica y social
 la vida de la comunidad política
 la comunidad de los pueblos y la paz.
- Conclusión (n. 91-93): invita al diálogo y a la
colaboración entre todos los hombres para
construir un mundo más humano, en el que se
destaca la tarea propia de cada cristiano en su
medio ambiente, para culminar en Cristo la obra
de la Creación.
Para la DSI tiene una especial
importancia la segunda
parte, los capítulos
dedicados a la:
 cultura
 vida económica y
social
 comunidad política
 promoción de la paz
 comunidad de los
pueblos.
A modo de síntesis se presentan las ideas
principales de la GS sobre la contribución
de la Iglesia al mundo:
 La valoración de la condición
histórica del hombre, del
creyente y de la Iglesia.
 El reconocimiento de la Iglesia de la
autonomía del mundo que tiene su
propia dinámica de desarrollo en
cuanto a sus fines, leyes y normas,
pero sin desvincularse del origen y
el fin sobrenatural de la creación.
Precisamente, por ello la Iglesia y el mundo
buscan la realización y el desarrollo de la
persona humana en niveles diferentes y con
medios distintos.
 La Iglesia se acerca al mundo
para servirle de manera desinteresada, su misión primordial
es convertir el mundo al Evangelio, pero también su segundo
propósito es servir y mejorar
las condiciones históricas y sociales de este mundo, el cual
no debe confundirse ni con la
Iglesia, ni con el Reino de Dios.
Es en esas realidades del mundo donde peregrina el pueblo de Dios, se anticipa ese reino y el
ser humano responde a su vocación humana y
cristiana.
El compromiso del laico en la
transformación de las realidades sociales, económicas y
políticas es :
◊ una respuesta a su vocación
de ser testigos de Dios
en el mundo
◊ una consecuencia que se
deriva de la misión propia y sobrenatural de la
Iglesia (GS 42b).
 La GS, en sintonía con la constitución sobre
la Iglesia Lumen Gentium, diferencia la
realidad de la Iglesia en relación con el
mundo.
 No se confunde con el mundo,
 pero tampoco es ajeno a los
desafíos del mundo
 dialoga con él para proponerle
la verdad revelada basada en
la razón y en la fe.
2.4.8. Octogesima Adveniens (Pablo VI, 1971)
Esta carta apostólica
es una exhortación a
los cristianos para
que participen más
en la vida social y
política.
Además los invita a adoptar una posición
crítica a partir de su fe, cuando participan
en los movimientos políticos.
Los criterios para discernir los compromisos
concretos en las organizaciones políticas son :
en el caso de las corrientes socialistas :
 asegurar el respeto a la libertad
 la responsabilidad
 la apertura a lo espiritual (OA31)
en el caso de los movimientos liberales
 rechazar los excesos en el uso de la
libertad (OA 35).
en relación con el proyecto político marxista,
expresa sus reservas para que el cristiano
asuma su compromiso con este proyecto
de sociedad propuesto (OA 34).
2.4.9. Laborem Exercens (Juan Pablo II, 1981)
La encíclica trata sobre la
persona humana en su
dimensión del trabajo.
La carta distingue entre :
 el trabajo objetivo que se
refiere a los medios, instrumentos y producto
del trabajo,
 el trabajo subjetivo que busca la realización
de la persona que trabaja.
◊ Primacía del trabajo subjetivo sobre el
objetivo que consiste en salvaguardar :
 el desarrollo del trabajador
 los derechos del trabajador en el
proceso productivo
ya que el primer fundamento del valor del
trabajo es la persona (LE 6).
◊ Prioridad del trabajo sobre el capital, ya que
la persona es quien hace producir la tierra,
construye y usa los medios de producción,
y transforma la naturaleza.
Concluye esta encíclica con una reflexión
sobre la espiritualidad del trabajo.
2.4.10. Sollicitudo Rei Socialis (Juan Pablo II, 1987)
Objetivo de la encíclica :
presentar la visión ética y
cristiana del desarrollo (SRS 3a),
que valora el sano equilibrio
entre el tener (dimensión
económica y bienes materiales)
y el ser.
 Considera las aspiraciones humanas más
profundas.
 Reconoce los derechos humanos personales,
sociales, económicos y políticos (SRS 28.33).
El desarrollo alcanza su plenitud
en la realización de la semejanza divina y de la
vocación de la persona a la inmortalidad.
Para elevar la condición humana y
lograr el desarrollo de los pueblos
se requiere de un nuevo sistema de
valores basado en la solidaridad,
que consiste en :
“la determinación firme y perseverante de
comprometerse por el bien común, por el
bien de todos y cada uno, porque todos
somos verdaderamente responsables de
todos” (SRS 38).
2.4.11. Centesimus Annus (Juan Pablo II, 1991)
Conmemora los cien años de la Rerum Novarum,
en unas circunstancias marcadas por la caída del
colectivismo y la vigencia del capitalismo.
La encíclica advierte que la actividad económica
del sistema capitalista debe ir orientada por un
marco jurídico que favorezca
el desarrollo humano integral
y en una sociedad basada
en el trabajo libre,
en la empresa y
en la participación.
Esta encíclica advierte sobre la
necesidad de satisfacer legítimas
demandas que los pobres no pueden
pagar o que no pueden lograr porque
no son rentables para la actividad
económica.
2.4.12. Caritas in Veritate (Benedicto XVI, 2009)
En conmemoración de Populorum
Progressio. Trata sobre el desarrollo humano integral y afirma que
la caridad en la verdad es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona
y de toda la humanidad
“El desarrollo económico, social y político
necesita, si quiere ser auténticamente
humano, debe dar espacio al principio
de gratuidad como expresión de la
fraternidad” (CiV 34).
La actividad económica necesita de :
 la lógica del mercado o de la compra-venta
(dar para tener)
 la lógica del Estado
(dar por deber)
que mediante leyes justas pretende
conseguir el bien común
 la lógica del don
(gratuidad)
que se expresa a través de obras caracterizadas por el espíritu gratuito de la
reciprocidad fraterna.
2.4.13. Documentos del Magisterio Costarricense.
En la quinta unidad de este módulo se presentará
el significado y la influencia del Magisterio Social
Costarricense a partir de la Trigésima Carta
Pastoral SOBRE EL JUSTO SALARIO, de
monseñor Bernardo Thiel en 1893.
Hace unos años,
las Cartas
Pastorales eran
el medio común
para transmitir
el mensaje de la
Iglesia.
Actualmente, las enseñanzas de los obispos son
transmitidas a través de
pronunciamientos, mensajes, comunicados, cartas, etc., tal como se verá
en la última unidad.
Mediación: Tabla de Documentos de la DSI
CUADRO DE LOS DOCUMENTOS DE DSI
Nombre
Rerum
Novarum.
Sobre el
justo
salario.
Sigla Autor
RN
León
XIII
Año
Ocasión o tema
1891 Primera encíclica
sobre la cuestión
social. Sobre la
situación de los
obreros.
Mons. 1893 Carta
pastoral
Thiel
sobre el salario.
Nombre
Quadra
gesimo
Anno.
La
Solennità
(radiomensaje).
Sobre el
justo
salario.
Sigla
QA
La S
Autor
Pío XI
Año
Ocasión o tema
1931 Restauración del
orden mundial.
Cuarenta años de la
RN.
Pío XII 1941 Cincuentenario de
la RN.
Mons.
Sanabria
1941 Carta pastoral
sobre el salario.
Cincuentenario de
la RN.
Nombre
Sigla
Autor
Año
Ocasión o tema
Mater et
Magistra.
MM
Juan
XXIII
1961 Sobre el reciente
desarrollo de la
cuestión social a los
sesenta años de la
RN.
Pacem in
Terris.
PT
Juan
XXIII
1963 Sobre la paz
(Guerra Fría).
Gaudium et
Spes.
GS
Populorum
Progressio.
PP
Concilio 1965 La Iglesia en el
Vaticamundo actual.
no II
Paulo
VI
1967 El desarrollo de los
pueblos.
Nombre
Sigla
Autor
Año
Ocasión o tema
Conferencia de
Medellín.
Med
Paulo VI, 1968 Aplicar el Concilio
Vaticano II en el
Obispos
contexto de la
latinoIglesia
americalatinoamericana.
nos
Octogesima
Adveniens.
OA
Paulo VI 1971 Ochenta años de
la RN.
Conferencia de
Puebla.
P
Juan
1979 La evangelización
Pablo II,
en América Latina.
Obispos
latinos
Nombre
Evangelización y
realidad
social de
Costa Rica.
Laborem
Exercens.
Sollicitud
Rei
Socialis.
Centesimus Annus.
Sigla
Autor
Año
Ocasión o tema
CECOR
1979
Lectura a la luz de
Puebla de la crisis
que vivía el país.
LE
Juan
1981
Pablo II
El trabajo.
SRS
Juan
1987
Pablo II
Veinte aniversario
de la PP.
CA
Juan
1991
Pablo II
Centenario de la
RN
Nombre
Sigla
Autor
Juan
Pablo II
Obispos
latinos
Año
Ocasión o tema
Conferencia de
Santo
Domingo
SD
1992 Nueva evangelización, promoción humana y
cultura cristiana.
Conferencia de
Aparecida.
A
Benedicto 2007 Impulsar la acción
XVI,
evangelizadora de
la Iglesia.
Obispos
latinoame
ricanos
Caritas in
Veritate.
CiV
Benedicto 2009 Sobre el desarroXVI
llo humano integral.
2.5. El Compromiso Social de los fieles laicos
2.5.1. Una espiritualidad al servicio del Reino
en medio del mundo
En el discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, su Santidad Benedicto XVI nos
advierte que el intimismo, el individualismo religioso y la indiferencia a los graves problemas económicos, sociales y políticos de América Latina y del mundo contradicen el compromiso social que la
fe en Cristo plantea.
El camino social del laico requiere, el cultivo de
una auténtica espiritualidad que descubra a
Dios en el corazón de las realidades humanas.
“Esta espiritualidad edifica el mundo según
el Espíritu de Jesús: hace capaces de mirar
más allá de la historia, sin alejarse de ella;
de cultivar un amor apasionado por Dios,
sin apartar la mirada de los hermanos…
Es una espiritualidad que rehúye tanto el
espiritualismo intimista como el activismo
social y sabe expresarse en una síntesis vital
que confiere unidad, significado y esperanza a la existencia” (CDSI, 545).
Los fieles laicos, por ser
miembros de la Iglesia
y ciudadanos de la
sociedad civil,
tienen como desafío
permanente
armonizar la vida en su
realidad histórica y
eterna, así como la
dimensión personal y
social de la fe.
La madurez humana y cristiana debe proyectarse en el servicio a la vida, a la persona
misma, a la familia, al trabajo y a la sociedad.
Así lo dijo Juan Pablo II:
“En su existencia no puede haber dos
vidas paralelas: por una parte, la denominada vida ‘espiritual’, con sus valores y exigencias; y por otra, la denominada vida ‘secular’, es decir,
la vida de la familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político
y de la cultura” (ChL 59).
La fe se vive, madura y se comparte en todo
el ancho horizonte de la realidad humana, y
no hay ningún resquicio de la existencia
que no esté llamada a ser iluminada y
transformada desde la fe cristiana.
En el mismo discurso inaugural
de la V Conferencia General del
Episcopado Latinoamericano nos
recuerda S.S. Benedicto XVI que
los pueblos de América Latina
tienen derecho a una vida
plena, que responda a las
necesidades y aspiraciones
dignas de la persona humana.
Las estructuras o instituciones sociales,
económicas, políticas y culturales injustas
son un llamado al compromiso y al testimonio
cristiano, ya que los laicos
“deben sentirse corresponsables en la edificación de la sociedad según los criterios
del evangelio, con entusiasmo y audacia, en
comunión con sus pastores” (DI 5).
Es el Maestro de Nazaret quien
nos recuerda que hay más
alegría en dar que en recibir y
quien intente guardar su vida la
perderá; y quien la pierda la
conservará” (Lc 17,33).
2.5.2. Urgencia de la formación social y del
testimonio del laico en la vida pública
La vocación y misión social de los laicos requiere de una sólida formación
en Doctrina Social de la Iglesia.
“sería necesaria una catequesis
social y una adecuada formación en Doctrina Social de la
Iglesia, siendo muy útil para
ello el Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia. La vida cristiana no se expresa
solamente en las virtudes personales,
sino también en las virtudes sociales y
políticas” (DI 3).
El compromiso del laico en el campo social
comprende un vasto campo de servicio y
testimonio que merece destacarse.
El servicio en favor de la dignidad de la persona humana, el
bien más precioso que la persona posee, exige trabajar por la
conversión de los corazones y
por el mejoramiento de las estructuras con el fin de que la
dignidad y los derechos de todos los hombres sean verdaderamente respetados y promovidos (CDSI, 552).
El campo de la cultura, que busca el bien
integral de la persona y de la sociedad,
también merece una atención prioritaria de
parte de los laicos.
Los desaciertos materialistas
de la cultura actual deben
interpretarse como una tarea
pendiente que demanda la
promoción de una cultura
social y política impulsada
por la herencia espiritual,
intelectual y moral del
catolicismo (cfr. CDSI, 555).
La actividad económica y laboral requieren de los
principios del Magisterio Social para que orienten a
los laicos en la actividad productiva.
La ruptura y la falta de coherencia
entre la fe y la vida cotidiana
también se evidencian en
el campo de la producción.
Los católicos con responsabilidades estratégicas
en el mundo de la economía, del trabajo y de la
empresa deben orientar sus decisiones según
los principios de la solidaridad y la gratuidad,
de manera que armonicen las exigencias de la
eficiencia económica con las exigencias éticas
de los principios de justicia social (cfr. CDSI, 563).
Igualmente los cristianos laicos no deben
considerarse ajenos al servicio a los
demás mediante el compromiso político
en la búsqueda del bien común.
Esta participación política
debe estar inspirada en los
principios de justicia,
subsidiaridad, solidaridad,
la promoción del diálogo y
la paz, para que se instaure
un ordenamiento social
más justo y coherente
con la dignidad de la
persona humana.
Santo Tomás Moro
Las complejas situaciones de la vida pública
en la cual transcurre la existencia de los
fieles cristianos, puede exigir cuando
“están en juego exigencias morales fundamentales e irrenunciables, el testimonio
cristiano que puede llegar incluso al sacrificio de la vida, al martirio, en nombre de
la caridad y de la dignidad” (ChL 39).
Para los laicos existen
muchos otros campos de
compromiso en los cuales
la DSI ha dado principios
y orientaciones.
Algunos temas están ya incluidos en los
anteriores, pero por la relevancia que van
alcanzando hoy, poseen un campo propio
dentro del amplio marco de la enseñanza
social de la Iglesia.
Ellos son :
la educación
la ecología
la familia
la dignidad de la mujer
los medios de
comunicación social
APÉNDICE:
LA ECONOMÍA SOLIDARIA
En la génesis de este módulo sobre DSI está el
acontecimiento de la Semana Teológica para el
clero del año 2009, sobre “Economía, desarrollo
y DSI”, en la que el Dr. Humberto Ortiz expuso
sobre economía solidaria. Se agrega este anexo
como un ejemplo posible de aplicación de los
principios de la DSI.
(Cfr.
http://economiaconrostrohumano.wordpress.co
m/2009/03/03/economia-solidaria-definiciones
La economía solidaria (ES)
es la economía del compartir;
Compartir, desde la producción hasta el
consumo, el trabajo y sus frutos.
Ve el conjunto de la
economía a través de
la lógica del trabajo y
su reproducción
ampliada
superando
la economía capitalista que se centra
en el capital y su acumulación.
Para la ES, los intercambios
entre seres humanos y con la naturaleza
son multidimensionales,
no solamente materiales y monetarios.
La ES coloca el compartir
(factor C) como su
característica principal,
por lo que su éxito está
en optimizarlo.
Es una forma de producir, distribuir y consumir,
en donde las relaciones solidarias y la
cooperación mutua constituyen la base de la
organización de las empresas y de los circuitos
de distribución económica (Luis Razeto, 2006).
Idea de solidaridad, en contraste con el individualismo competitivo, y se refiere a las organizaciones de productores, consumidores, ahorristas, etc que se distinguen porque :
a) estimulan la solidaridad entre los miembros a
través de la práctica de la autogestión
b) practican la solidaridad hacia la población
trabajadora, con especial énfasis en la ayuda a
los más desfavorecidos (P. Singer, 2005).
La Economía Popular y Solidaria se realiza con
base en el apoyo mutuo, la cooperación y
diversas formas de compartir (conocimientos,
mercados, tecnología), donde las personas
cultivan y desarrollan, en diversos grados, el
valor de la solidaridad.
La estrategia es maximizar el
factor solidario
para lograr la satisfacción de
las necesidades básicas y
generar acumulativamente
procesos de desarrollo,
por lo general desde los
espacios locales (H. Ortiz, 2002).
Es un sistema alternativo al capitalismo
que se construye a través del florecimiento
de redes horizontales y verticales de
producción e intercambio de bienes y
servicios, mediados por monedas diversas y
por relaciones solidarias entre las partes.
En el seno de esas redes
florecerían unidades
productivas, donde el trabajo
humano sería el valor central,
y la colaboración solidaria en
la propiedad común y en la
autogestión sería el principal
modo de relación social.
Esta misma lógica se
extiende a las relaciones
entre los
emprendimientos, en el
espacio de un mercado
más solidario que
competitivo, y de un
planeamiento del
desarrollo de abajo
hacia arriba y que tiene
en el Estado
democratizado su
referente más
abarcador. (M. Arruda, 2005).
Las Economías Solidarias, por ejemplo en
México, se entienden así:
a) Son un modelo que propicia una nueva gobernabilidad democrática y que requiere de
la participación de todos los sectores sociales
b) Son un esquema altamente generador de crecimiento, empleos de calidad, mejor calidad
de vida y adaptación a las nuevas formas de
empresa y de trabajo.
c) Identifican la formación de la persona como
elemento clave del desarrollo, vinculando
procesos de calidad y competitividad.
d) Se fundamentan sobre los principios de solidaridad y en el compromiso de las personas
en un proceso de ciudadanía activa.
e) Son social y ecológicamente responsables.
f) Contribuyen a la estabilidad y al pluralismo
de los mercados económicos.
g) Responden a prioridades y objetivos estratégicos, como: desarrollo local, cohesión social,
pleno empleo, lucha contra la pobreza, democracia participativa, mejor gobernanza y
desarrollo sostenido.
Lecturas complementarias:
 Pontificio Consejo “Justicia y Paz”. (2004).
Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia. (Numerales del 72 al 86).
 Documento de Puebla,
numerales del 470 al 479.
 Thiel, B. (1893). Trigésima Carta Pastoral.
Sobre el justo salario.
 Sanabria, V. (1941). Carta Pastoral sobre el
justo salario.
Bibliografía recomendada:
 CELAM. (1985). Fe cristiana y compromiso social.
San José: Imprenta Nacional.
 Congregación para la doctrina de la fe. (2002).
Nota doctrinal sobre algunas cuestiones
relativas al compromiso y la conducta de los
católicos en la vida pública.
 Camacho, I. (1995). Creyentes en la vida pública.
Iniciación a la Doctrina Social de la Iglesia.
Madrid: Ed. San Pablo.
 Picado, M. (1982). La palabra social de los
obispos costarricenses. DEI.
 Soto, G. (1991). El Magisterio Pastoral
Costarricense. CECOR.
Nota:
El Compendio está en la página Web del
Vaticano:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_
councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace
_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html
Todos los documentos oficiales de la Iglesia
Universal están en la página Web del Vaticano.