El desánimo: Su causa y su cura

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Transcript El desánimo: Su causa y su cura

El desánimo:
Su causa y su cura
1.- La Fuente del desánimo.
2.- Causas del desánimo.
3.- Como podemos tratar el desánimo.
1
Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos. 2 Y
habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus
sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
3 Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo: Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra lo derribará.
4 Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y entrégalos por despojo
en la tierra de su cautiverio.
5 No cubras su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se airaron contra los que edificaban.
6 Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para
trabajar. 7 Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de Asdod, que los muros de Jerusalén eran
reparados, porque ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho;
8 y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jerusalén y hacerle daño.
9 Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.
10 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro.
11 Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.
12 Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde
volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
13 Entonces por las partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos, puse al pueblo por familias, con sus espadas, con
sus lanzas y con sus arcos.
14 Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del
Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras
casas.
15 Y cuando oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado el consejo de ellos, nos volvimos
todos al muro, cada uno a su tarea.
16 Desde aquel día la mitad de mis siervos trabajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos y corazas; y detrás de ellos
estaban los jefes de toda la casa de Judá.
17 Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la
espada.
18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que tocaba la trompeta estaba junto
a mí.
19 Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y nosotros estamos apartados en el muro,
lejos unos de otros.
20 En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros.
21 Nosotros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.
22 También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día
en la obra.
23 Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido; cada uno se
desnudaba solamente para bañarse.
Antes de considerar las causas y las curas para esta enfermedad, notemos la
fuente del problema de Nehemías: el pueblo de Judá (véase Nehemías 4:10). Por
allá atrás, en los últimos capítulos de Génesis , descubrimos que Judá no era
cualquier tribu en el pueblo de Israel. Judá fue el líder.
Es importante notar que la información desanimadora procedía del pueblo que
vivía "cerca". Uno no puede oír constantemente lo negativo, sin que algo de ello
se le pegue. Si usted es propenso al desánimo, no puede pasar mucho tiempo con
la gente que anda dando información desalentadora.
El desaliento de Nehemías le vino en primer lugar de Judá, lo cual fue
verdaderamente sorprendente; y luego le vino de los judíos que vivían cerca de
los críticos, lo cual fue muy significativo.
6
Edificamos, pues, el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su
altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar.
7 Pero aconteció que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los de
Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque ya los portillos
comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron mucho;
10 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es
mucho, y no podemos edificar el muro.
CAUSAS DEL DESANIMO
Si examinamos cuidadosamente, descubriremos cuatro causas del desaliento de
Nehemías.
1. Pérdida de fuerza. Leemos en el versículo 10:
Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado ¿Ve usted la palabra
"debilitado"? El texto original dice "Tambaleado", "vacilado", "bamboleado".
"Nehemías, estas personas han estado trabajando un largo tiempo, y se sienten
cansadas".
¿Cuánto tiempo habían estado construyendo este muro? El versículo 6 nos dice que
habían llegado hasta la mitad de la altura del muro:
. . . toda la muralla fue terminada hasta la mitad ...
Lo novedoso se había acabado.
¡ En la mitad del camino está el desánimo!
"Nos estamos cansando, Nehemías. La fuerza de éstos que han estado trabajando se
ha debilitado". La pérdida de fuerza pone una fatiga emocional sobre nuestros
cuerpos.
2. Pérdida de visión. ¿Se dio cuenta usted de lo que dijo Judá? "... y el escombro es
mucho" (4:10).
La conjunción "y" en este caso es significativa por cuanto conecta el pensamiento con la
anterior declaración, con un sentido adversativo como "sin embargo". La fuerza de los
acarreadores se había gastado y comenzaba a fallar, sin embargo, a pesar de todo el
trabajo, hay mucho escombro. La palabra hebrea que se tradujo por "escombro"
significa "tierra seca", "restos".
"Miramos alrededor, Nehemías, y lo único que podemos ver es escombro: suciedad,
piedras partidas, durezas, trozos de tierra seca. Esto se está poniendo cansador. Hay
demasiado escombro". El escombro y el desánimo son hermanos siameses.
Algunos de ustedes talvez se se hallan realizando trabajos que son muy exigentes, y aun
amenazantes. Tienen que trabajar con gente difícil. O tal vez les parecen interminables
las tareas. Fácilmente puede usted perder la visión de la
totalidad de su trabajo a causa de la confusión que le rodea.
3. Pérdida de confianza. Tal vez la causa más devastadora del desánimo sea la obvia
pérdida de confianza.
Los trabajadores de Nehemías se fatigaron y se desilusionaron. El muro está
construido hasta la mitad. Por todas partes había escombros.
Ellos expresaron sus sentimientos diciendo tristemente:
. . . no podemos edificar el muro (versículo 10).
Cuando uno pierde la fuerza y pierde la visión, entonces también pierde la
confianza. Y cuando uno ha perdido la confianza, el desánimo les está guiñando a la
vuelta de la esquina. Estos judíos habían construido el muro hasta la mitad de su
altura "porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar". En hebreo se lee: ". . . el pueblo
tuvo corazón para trabajar". Pero ahora habían perdido el corazón. Cuando uno
pierde la confianza, se des-co-ra-zona; pierde la motivación
4. Pérdida de seguridad. La causa final del desánimo en el caso de estos judíos
fue la pérdida del sentimiento de seguridad.
En el versículo 11 leemos:
Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio
de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.
¡Qué táctica tan aterradora!
El enemigo dijo: "Tenemos un plan. No le diremos a nadie cuál es el plan; ¡y en
el momento menos pensado, daremos el golpe! Nos meteremos entre ellos y los
acabaremos. Manejaremos la operación en forma tan rápida y completa que
nadie sabrá siquiera que estuvimos allí". Los trabajadores de repente se
sumieron en el desánimo cuando perdieron la seguridad.
12
Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De
todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
De donde proviene su seguridad?????
¿Alguna vez ha querido usted huir? ¡Qué deseo el que tenemos de escapar, de
zafarnos de las exigencias de la vida! Pero luego de soportar el desaliento
pudiéramos ser guiados hacia una oportunidad que nos ofrezca increíble
satisfacción.
Tal vez usted se halle de pie ante la puerta de la oportunidad o del cambio. Usted ha
perdido su fuerza, su confianza, su visión y su seguridad. En lo profundo de su ser
interno hay aquel sentimiento que dice: "No vale la pena". ¡Pero un momento!
Usted pudiera estar al borde de los años mejores de toda su vida.
¿COMO PODEMOS TRATAR EL DESANIMO?
¡La construcción de aquel muro de Jerusalén ciertamente se estaba volviendo una
hazaña nada fácil! El desánimo era galopante.
Nehemías no pasó por alto el desánimo. (Uno no puede pasar por alto el
desánimo. Eso sería como pasar por alto el hecho de que un neumático se ha
desinflado. Aunque usted ore cuando quiera; aunque conduzca lo que quiera;
nunca logrará que el aire vuelva al neumático. Usted tiene que arreglarlo. Eso
mismo sucede con el desaliento.) Nehemías, como buen líder, se preparó y se
enfrentó al desánimo.
Encuentro cinco técnicas que él empleó y que le fueron eficaces, y que aún hoy son
eficaces.
1. Unificar los esfuerzos hacia una meta.
El hogar debe ser una fuente básica de estímulo. La fuerza de trabajo de Nehemías
estaba desanimada. El dijo: "Vamos, unámonos por familias. Ustedes colóquense ahí;
usted y su familia quedan colocados allí . . ." Nehemías los colocó en unidades.
Notemos lo que sucedió en el proceso de unir a su pueblo:
Nehemías detuvo la obra.
2. Dirigir la atención hacia el Señor. Luego, él dirigió la atención de ellos hacia el
Señor (versículo 14). Ellos tenían la vista puesta en los escombros. Necesitaban
mirar hacia el Señor.
Después miré, y me levanté y dije a los nobles y a los oficiales, y al resto del
pueblo: No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible ...
Mire usted eso. El se encargó de todo. ¡Esa es una tarea básica del dirigente! La
frase "acordaos del Señor" está muy bien; ¿pero cómo puede usted hacer eso?
Puede comenzar recordando las cosas que el Señor ha dicho. Realmente usted
pone en su mente algunas de las declaraciones de Dios. Por ejemplo:
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque
en ti ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente ... (Isaías 26:3, 4).
¿Cuándo reflexionó usted por última vez en la grandeza de Dios?
3. Mantener un equilibrio entre los pensamientos y las acciones.
¿Qué fue lo que hizo Nehemías a continuación en su intento por frustrar el
desánimo? El estimuló a los judíos para que mantuvieran un equilibrio. Los llamó a la
acción. "Ahora, ustedes tienen que pelear", les ordenó. "Hay una tarea que tiene
que hacerse. ¡Saquen las espadas!" El versículo 14 termina del siguiente modo:
. . . pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por
vuestras mujeres y por vuestras casas.
Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, y los que cargaban, con una mano
trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada.
Guárdese usted de aquella enseñanza sutil que sugiere que Dios hace todo, y usted se
queda quieto sin hacer nada. La Biblia nos exhorta continuamente a estar firmes, a
contender por la fe, a ser fuertes en la pelea y a ser buenos soldados. Pero tenemos
que establecer el equilibrio entre la fe y la acción.
4. Determinar un sitio de reunión.
La cuarta cosa que hizo Nehemías fue proveer un sitio para reunión. Permítaseme
aclarar lo que quiero decir. Nehemías escribió en el versículo 19:
Y dije a los nobles, y a los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa, y
nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de los otros.
En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos allí con nosotros; nuestro
Dios peleará por nosotros.
¿ Cuál era el punto de reunión? Ante todo, era un lugar, pero también se nos sugiere un
principio. El lugar era aquel en que se oyera el sonido de la trompeta. Nehemías
ordenó: "Cuando oigáis el sonido de la trompeta, salid corriendo hacia el sitio donde
está el que la toca". El principio era éste: No traten de pelear solos.
Este principio aún tiene validez. Tenemos que tener un punto de reunión.
Necesitamos un amigo íntimo, alguien que pueda unirse a nosotros cuando se
presente el ataque. No trate usted de pelear solo. Ninguno de nosotros debe decir:
"Yo no necesito a nadie más".
Usted necesita a una persona que le sirva como punto de reunión. Nehemías dijo:
"Cuando ustedes oigan el grito de batalla, acudan al lugar donde está la trompeta". Allí
es donde está la fortaleza.
5. Desarrollar un ministerio de servicio a otros.
El paso quinto y final que Nehemías dio para disipar todas las señales de desánimo
entre su pueblo fue el de ocuparlos en un ministerio de servir a otros. Los versículos
21 y 22 nos dicen que ellos continuaron la obra. Nosotros, pues, trabajábamos en la
obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta que salían las
estrellas. También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado permanezca dentro
de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela y de día en la obra.
En esencia, lo que Nehemías dijo fue lo siguiente: "Miren, necesitamos ayuda. Les
pido que se sirvan y ayuden el uno al otro. No podemos manejar esto solos".
Nehemías dijo: "No nos sentemos a lamer nuestras propias heridas. Necesitamos
ayudarnos los unos a los otros. Metámonos en el asunto de preocuparnos por los
demás. Sirvamos. Ministremos.
1.- La Fuente del desánimo. Del mismo líder o de los que están cerca de ti.
2.- Causas del desánimo. (Pérdida de fuerza, Pérdida de visión, Pérdida de confianza,
Pérdida de seguridad.
¿COMO PODEMOS TRATAR EL DESANIMO?
Unificar los esfuerzos hacia una meta, Dirigir la atención hacia el Señor, Mantener un
equilibrio entre los pensamientos y las acciones, Determinar un sitio de reunión y
Desarrollar un ministerio de servicio a otros.
El desánimo en realidad es una enfermedad interna. Comienza con los
gérmenes de la duda de uno mismo. Por medio del temor y de las
exageraciones negativas, comienzan a crecer los gérmenes y se multiplican.
Pronto perdemos nuestro camino, nos debilitamos, salimos corriendo y nos
escondemos. En la medida en que continúa, virtualmente llegamos a ser
inútiles y completamente derrotados. Nos volvemos presa fácil del enemigo
de nuestras almas, el cual se hace cargo de nosotros y anula nuestros
esfuerzos. Eso puede ocurrir casi de la noche a la mañana. Eche usted un
repaso a estas cinco técnicas. Nehemías las usó para combatir el desánimo en
el campamento de la antigua Jerusalén. Sus métodos nunca estarán fuera de
moda. Puede ser difícil manejar el desánimo, pero ciertamente no es
imposible. Recuerde, no es una enfermedad mortal.