CONTEMPLACION ACCIÓN PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA LECTURA PREPARACION ORACION MEDITACION Nos reunimos para alegrarnos y comer juntos el pan, para llenarnos de amor e ir luego al mundo.

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Transcript CONTEMPLACION ACCIÓN PARA ORAR y VIVIR LA PALABRA LECTURA PREPARACION ORACION MEDITACION Nos reunimos para alegrarnos y comer juntos el pan, para llenarnos de amor e ir luego al mundo.

CONTEMPLACION
ACCIÓN
PARA
ORAR
y VIVIR
LA PALABRA
LECTURA
PREPARACION
ORACION
MEDITACION
Nos reunimos para alegrarnos y comer juntos el pan,
para llenarnos de amor e ir luego al mundo a llenarlo de la
alegría, que sólo viene de Dios.
Los que creemos sabemos que Dios es la vida y la vida
nos empuja a vivir con un nuevo estilo en medio del mundo.
Debemos de dar; pues nuestros bienes crecen con la
donación.
Seremos más ricos cuanto más nos entreguemos y
viviremos en la medida en que demos la vida.
El primer paso para poder dar es renunciar al egoísmo,
perdonarnos y pedir perdón a Dios.
Ante el Señor no existen inocentes, todos somos
manchados y necesitamos del perdón de Dios y el de
nuestros hermanos.
No pedir perdón es cerrarnos en falsas inocencias.
Preparación
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Espíritu Santo, ven.
Necesitamos tu presencia vivificadora
para disponernos a escuchar la Palabra.
Necesitamos tu asistencia
que nos capacite para acoger esa Palabra
en el corazón.
Espíritu de esperanza, de fe en las promesas,
de paciencia y de vigilia,
haznos dóciles para hacer
lo que nos pide la Palabra.
Amén.
Lectura
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
primera lectura:
Pv. 9, 1-6
«La sabiduría se ha construido su casa»
PRIMERA
LECTURA
«La sabiduría
se ha construido
su casa»
En la primera lectura, la Sabiduría de Dios es
presentada como comida para el hombre; como un
banquete de pan y vino.
Esta imagen se comprenderá plenamente en Cristo,
sabiduría encarnada, y su Banquete Eucarístico, la Misa.
Leeremos los logros de esta profecía en el Evangelio
de hoy.
La Sabiduría, atributo divino, prepara su banquete y
hace sabios a los que comen.
Ella es el manjar y el don.
Dios que se acerca y se hace Palabra que salva y da
vida.
Participar en el banquete es llenarse de bienes
mesiánicos y estos bienes, o mejor este bien, es
fundamentalmente el Amor y llenarse de amor es amar.
Participar en el banquete es llenarse de bienes
mesiánicos y estos bienes, o mejor este bien, es
fundamentalmente el Amor y llenarse de amor es amar.
Invitar a la mesa no es sólo dar cosas, es ante
todo y sobre todo darse y lo contrario a dar y no
darse siembra el banquete de amargura.
En este pasaje del libro de los Proverbios - como
en Mt. 22, 1-14 y Lc. 14, 15-24 - los invitados son los
pobres e ignorantes...
Sólo a los hambrientos les gusta el pan
... y sólo a los sencillos se les comunica
sabiduría.
Nuestra sabiduría y pan es Cristo
... y en él todos los débiles encontramos
acogida.
El no nos da cosas, ni verdades...
Él es la Verdad que a sí mismo se entrega y
comunica.
SALMO
RESPONSORIAL
«Gusten y vean qué
bueno es el Señor»
«Gusten y vean qué bueno es el Señor» (v. 9): aquí los
sentidos son símbolos de la experiencia espiritual.
Se saborean las bondades que Él dispensa como si
fueran manjares exquisitos.
Dios se convierte en verdadero festín.
El gustar, disfrutar, saborear las cosas de Dios es un don
del Espíritu Santo.
Y esta delicia y este gusto se hacen realidad
especialmente en la Eucaristía.
Dios no abandona a nadie. Su protección se
extiende a todo lo que ha creado.
Cuando el afligido lo invoca, «Él lo escucha».
Basta con reconocer la propia debilidad y abrirse a
la fuerza que de Él procede.
La misión no es fácil. A menudo lleva a afrontar los
más graves peligros.
Pero en medio de ellos brilla la confianza en la
compañía de Dios.
Esto da valor para continuar en la misión, sabiendo
que el Señor «libra a los justos de todas sus
angustias».
No se puede afrentar al pobre.
Sería ir en contra del proceder de Dios en
toda la Historia de la Salvación.
Los pobres son los herederos del Reino.
Y la comunidad mesiánica es una comunidad
de pobres salvados.
Es la constante de la elección: Dios escoge lo pobre y
sencillo.
Es el cumplimiento del salmo: «si el afligido invoca
al Señor, Él lo escucha».
Por muy grande que sea nuestro sufrimiento mayor
es el ánimo que nos proporciona la unión con Dios.
Es la experiencia que nos quiere comunicar el
salmista: hay que
«gustar y ver lo bueno que es el Señor».
SEGUNDA
LECTURA
«Procuren
conocer cuál es la
voluntad del
Señor»
Los consejos de San Pablo pueden ser resumidos en
uno: «ser juicioso».
Eso quiere decir, prever el futuro, ser responsable.
Cristo ilumina con su luz la tierra; pero es necesario
que nosotros los hombres nos dejemos iluminar por su
luz.
La única sabiduría del cristiano es tratar de conocer la
voluntad de Dios y cumplirla.
EVANGELIO
«El pan que Yo les
daré es mi carne
para la vida
del mundo»
EVANGELIO DE JESUCRISTO
SEGUN SAN JUAN
R/. Gloria a Ti, Señor.
51
Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno
come de este pan, vivirá para siempre; y el pan
que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
mundo»
52 Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo
puede éste darnos a comer su carne?»
53
Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les digo:
si no comen la carne del Hijo del hombre, y no
beben su sangre, no tenéis vida en ustedes.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55
Porque mi carne es verdadera comida y mi
sangre verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí, y yo en él.
57
Lo mismo que el Padre, que vive, me ha
enviado y yo vivo por el Padre, también el que
me coma vivirá por mí. 58 Este es el pan bajado
del cielo; no como el que comieron vuestros
padres, y murieron; el que coma este pan vivirá
para siempre».
59 Esto dijo enseñando en la sinagoga, en
Cafarnaún.
Palabra del Señor.
R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.
RE-LEAMOS LA PALABRA PARA INTERIORIZARLA
a) Contexto: Jn. 6, 22-59 = Sermón del Pan de Vida
El discurso sobre el Pan de Vida sucede
inmediatamente después de la multiplicación de los
panes.
En realidad debemos tener en mente ese milagro para
comprender el siguiente diálogo de Jesús con los judíos;
… el Señor sacará ventaja de ese evento, para
desarrollar su doctrina del verdadero pan de vida, la
Eucaristía.
En este Domingo 20° hacemos nuestra meditación
sobre la parte final del discurso del Pan de Vida.
Mediante este discurso, el evangelio de Juan nos
ayuda a comprender el significado profundo de la
multiplicación de los panes y de la Eucaristía.
En el transcurso de la lectura, tratemos de estar
atentos a las palabras de Jesús que ayudan a la gente a
entender el signo del Pan de Vida.
En este texto del Evangelio de hoy Jesús trata de abrir
los ojos de los judíos para que aprendan a leer los
acontecimientos
y descubran en ellos el rumbo que debe tomar en la
vida.
Pues no basta ir detrás de las señales milagrosas que
multiplican el pan para el cuerpo.
No de sólo pan vive el hombre.
b) Una organización del Sermón del Pan de Vida:
Jn. 6,22-71: los diálogos de Jesús con la gente, con los judíos y con los
discípulos:
1er diálogo: 6,22-27 con la gente: la gente busca a Jesús y lo encuentra en
Cafarnaún
2º diálogo: 6,28-34 con la gente: la fe como obra de Dios y el maná en el
desierto
3º diálogo: 6,35-40 con la gente: el pan verdadero es hacer la voluntad de
Dios
4º diálogo: 6,41-51 con los judíos: murmuraciones de los judíos
5º diálogo: 6,52-58 con los judíos: Jesús y los judíos
6º diálogo: 6,59-66 con los discípulos: reacción de los discípulos
7º diálogo: 6,67-71 con los discípulos: confesión de Pedro.
Nuestro texto pertenece a la 3a. sección del Sermón y,
más exactamente, comprende el quinto diálogo de Jesús:
en este caso sigue recibiendo interrogantes de los judíos
y les responde.
c) Una organización del texto:
v. 51:
La afirmación inicial que resume todo
v. 52:
La reacción contraria de los Judíos
vv. 53-54: La respuesta de Jesús reafirmando cuanto
ha dicho antes
vv. 55-58: Jesús saca las conclusiones para la vida
d) Comentario del texto:
v. 51: «Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno
come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le
voy a dar, es mi carne por la vida del mundo».
Alimento vital para el creyente será la «carne» de
Jesús.
El término «carne» (sarx = sarx) que en la Biblia indica
la frágil realidad de la persona humana de frente al Misterio
de Dios, … ahora se refiere al Cuerpo de Cristo inmolado
sobre la cruz y a la realidad humana del Verbo de Dios.
«Para la vida del mundo» indica «en favor» y pone de
relieve la dimensión sacrificial de Cristo, cuyo sacrificio
causa la Salvación del mundo.
vv. 52: Carne y sangre: expresión de vida y de entrega
total.
Los judíos reaccionan «¿Cómo este hombre puede
darnos su carne para comer?»
Era cerca de la fiesta de Pascua.
Dentro de unos pocos días, iban a comer la carne del
cordero pascual en la celebración de la noche de pascua.
Ellos no entendían las palabras de Jesús, porque
tomaron todo al pie de la letra.
vv. 53-56:
Pero Jesús no disminuyó las exigencias, ni tampoco
retiró nada de lo que había dicho, e insistió: «En verdad,
en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del
hombre, y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes.
... El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene
vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi
carne es verdadera comida y mi sangre verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí, y yo en él».
La sabiduría preparaba un banquete.
Jesús se ofrece como alimento a quien lo sigue.
La Sabiduría prometía
inexperiencia y vivirán»…
la
vida:
«dejen
la
Jesús promete también la vida -¡ pero una vida sin
término!- a quien lo acepta como su comida y su bebida.
Vivimos demasiado lejos los unos de los otros.
Sólo a veces la vecindad se vive en el amor.
No podemos vivir los unos en los otros.
No lo deseamos ni por asomo.
Pero Jesús se atreve
vida.
a proponerlo como ideal de
(a) Comer la carne de Jesús significa aceptar a Jesús
como el nuevo Cordero Pascual, cuya sangre nos libera de
la esclavitud.
La ley del Antiguo Testamento, respecto a la vida,
prohibía comer sangre (cfr. Dt. 12,16.23; Hch. 15,29). La
sangre era la señal de la vida.
(b) Beber la sangre de Jesús significa asimilar la
misma manera de vivir que marcó la vida de Jesús.
Lo que trae vida no es celebrar el maná del pasado,
sino comer este nuevo pan que es Jesús, su carne y su
sangre.
Participando en la Cena Eucarística, asimilamos su
vida, su donación y su entrega.
Deben aceptar a Jesús como mesías crucificado, cuya
sangre será derramada.
vv. 57: «Quien me come, vivirá por mí»…
Las últimas frases son de gran profundidad y tratan de
resumir todo lo que se dijo.
Evocan la dimensión mística que envuelve toda la
participación en la eucaristía.
Expresan lo que Pablo dice en la carta a los Gálatas:
«Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí» (Gál.
2,20).
Es lo que dice el Apocalipsis de Juan: «Si uno me oye y
me abre, entraré en su casa y comeremos juntos» (Ap.
3,20).
Y Juan también en el Evangelio: «Si alguien me ama
guardará mi palabra y mi Padre le amará y los dos nos
vendremos con él y en él haremos nuestra morada» (Jn.
14,23).
v. 58:
Y termina con la promesa de vida que marca la
diferencia con el antiguo éxodo: «Este es el pan bajado del
cielo. No es como el pan que comieron vuestros padres y
después murieron. Quien come de este pan vivirá por
siempre».
Cuando Jesús, en la Cena, diga «Esto es mi
cuerpo» ó «Ésta es mi sangre», establecerá una
relación verdadera y objetiva entre estos elementos
materiales y el Misterio de su Muerte, que encontrará su
coronamiento en la Resurrección.
Serán palabras creadoras de una nueva
situación con elementos comunes de la experiencia
humana,
... palabras por las cuales siempre y verdaderamente
se hubiera realizado la misteriosa presencia del Cristo
viviente.
Los elementos escogidos quieren ser y son símbolo
e instrumento al mismo tiempo.
v. 59:
Termina el discurso en la sinagoga.
Hasta aquí la conversación entre Jesús, la gente y los
judíos en la sinagoga de Cafarnaún.
Como aludimos anteriormente, el Discurso del
Pan de Vida nos ofrece una imagen de cómo era la
catequesis en aquel final del siglo primero en las
comunidades cristianas de Asia Menor.
Las preguntas de la gente y de los judíos
reflejan las dificultades de los miembros de las
comunidades.
Y las respuestas de Jesús representan las
aclaraciones para ayudarles:
- a superar las dificultades,
- a profundizar en su fe
- y a vivir más intensamente la Eucaristía que se
celebraba sobre todo en las noches del Sábado al
Domingo, el Día del Señor.
Meditación
¿QUÉ NOS DICE ELTEXTO?
La Eucaristía, sacramento de Vida Eterna
El Evangelio de hoy es la continuación del discurso de
Jesús sobre la Eucaristía como sacramento de vida eterna.
Estamos llegando casi al final del Discurso del Pan de
Vida.
Aquí empieza la parte más polémica.
Los judíos se encierran en sí mismos y empiezan a
cuestionar las afirmaciones de Jesús.
Este texto contiene el tema clave de este
discurso. Sus puntos principales:
Sus puntos principales:
Primero:
El mensaje central de Jesús es éste: el que come
de mi Cuerpo (bajo la apariencia de pan) y toma de
mi Sangre (bajo la apariencia de vino) tiene
garantizada la vida eterna.
Por otro lado, el que no come mi cuerpo ni
toma mi sangre, por su voluntad, queda cortado
de la verdadera vida espiritual ahora, y de la
vida eterna en el futuro.
F ¿Qué hay de aquellas muchas personas,
no cristianas, que nunca han oído de esto, que
nunca tuvieron la oportunidad de participar en
la Eucaristía?
Si siguen su buena conciencia, y los caminos
del amor, en su buena voluntad ellos
comparten, implícitamente, la vida que surge de
la Eucaristía.
Segundo:
La promesa y la prueba de la vida eterna es
la resurrección.
Las palabras de Jesús no significan que no
moriremos,
significan: por la fuerza de mi Cuerpo y
Sangre se levantarán de entre los muertos para
la vida eterna.
Los dos grandes misterios de la cristiandad,
Eucaristía y Resurrección, están unidos.
Tercero:
La vida eterna entregada por el Cuerpo de Cristo
comienza ahora como la vida del alma, que se llama
Gracia.
La vida de gracia es la vida de Jesús en nosotros;
nosotros, misteriosamente, compartimos
divinidad, su amor y toda su manera de vida.
su
Palabra creadora
«Yo soy el pan de vida»…
Jesús, carne y sangre, pan y vino.
Son las palabras que sobre el altar operan un cambio,
como dice San Agustín:
«Si quitas la palabra, es pan y vino; añades la palabra,
y ya es otra cosa. Y esta otra cosa es el cuerpo y la
sangre de Cristo. Quitas la palabra es pan y vino;
añades la palabra y se convierte en sacramento».
¿Cuán importante es la Palabra de
Dios para mi?.
Si se pronunciara sobre mi carne ¿me
puede convertir en pan para el mundo?
Jesús no habló del pan, sino que se
hizo a sí mismo pan entregado a la
muerte y muerte de cruz por
nosotros.
Un pan que se entrega a todos los que lo buscan,
... un pan que es escándalo inadmisible para los que
no son movidos por el Espíritu,
... pero que es el único pan que comunica la
vida, que no conoce ocaso.
La entrega de Jesús la debe asimilar y hacer suya el
hombre que come el pan y bebe la sangre de la
Eucaristía.
El debe también hacerse entrega y donación a
sus hermanos.
Sólo la fe nos hará superar el escándalo y nos
animará en la entrega.
Comer el pan es llenarnos de la vida de Jesús.
Y vivir la vida de Jesús es vivir llenos de esperanza
en la futura Resurrección.
El verdadero paso
Jesús cumple el verdadero «Paso» («Pesaj») de la
historia humana:
«Antes
de la fiesta de Pascua, Jesús,
sabiendo que era llegada su hora de pasar de
este mundo al Padre, después de haber
amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el fin. Mientras cenaban…» (Jn
13,1).
Pasar: la nueva Pascua es precisamente un pasaje
de Cristo de este mundo al Padre a través de la sangre
de su sacrificio.
La Eucaristía es el memorial,
-
pan del desierto
y presencia de salvación,
pacto de fidelidad y de comunión
escrito en la persona del Verbo.
La Historia de la Salvación que para Israel se narra
con sucesos, nombres, lugares conduce a la reflexión de
fe dentro de una experiencia de vida que hace del
nombre de Dios, no un nombre entre tanto, sino el
único nombre.
Todo comienza siempre por un encuentro, entre
Dios y el hombre que se traduce en un pacto de
alianza, antigua y nueva.
Este intenso deseo que siente Dios de entrar en la
más íntima relación con nosotros es lo que constituye el
núcleo de la celebración y de la vida eucarística.
Dios no sólo quiere entrar en la historia humana
convirtiéndose en una persona que vive en una época y
en un país específico,
... sino que quiere llegar a ser nuestro alimento
y nuestra bebida diarios en todo tiempo y en todo
lugar.
Promesa de la Vida
A mi carne, perecedera y destinada a la muerte, se le
ofrece hoy la posibilidad de la vida eterna a través de la
carne resucitada y, por consiguiente, incorruptible del
Hijo.
- La vida eterna,
- la vida de Dios,
- la vida bienaventurada,
- la vida feliz,
- la vida sin sombra,
-sin duelo y sin lágrimas,
llega a mí a través del Hijo,
a través de su carne,
que se hace pan para comer.
La Eucaristía me pone en contacto con la vida eterna,
me permite vencer la muerte y la infelicidad.
¿Qué don puede haber más deseable?
¿Puedo pedir algo que sea más que la vida eterna?
En la Eucaristía está presente:
- todo el deseo de comunión de Dios conmigo,
- su deseo de que yo acepte su don como acto de
amor,
- que comprenda la importancia única que tiene su
Hijo para mi vida y para mi realización.
La vida llega a mí desde el Padre,
- a través de la carne del Hijo,
- gracias a la mediación de la Iglesia apostólica,
que celebra la eucaristía
- para que también yo, con mi carne purificada y
entregada, me vuelva puente para hacer llegar al
mundo la vida.
¡Éste es el misterio de nuestra fe!
La carne es verdaderamente «el fundamento de la
salvación» (Tertuliano).
Oración
¿QUÉ LE DECIMOS NOSOTROS
A DIOS?
No te has limitado a ponernos en el mundo
y proveernos de alimento para el cuerpo.
Nos has comunicado tu Espíritu,
nos has dirigido tu palabra
y nos has dado a conocer otro alimento:
el pan de la sabiduría y de la justicia,
el pan de la bondad y la belleza,
el pan de la fe y la gracia,
el pan de la inmortalidad,
el pan de la esperanza.
Todo nos lo has dado en el Hijo, Jesús:
El es el pan de vida.
Nosotros creemos en Jesucristo.
Él se entregó en persona
para la vida del mundo.
No lo comprendemos
con nuestra inteligencia,
pero nos fiamos de su palabra.
Ayúdanos, Dios nuestro, con tu Espíritu,
para que el amor de Jesús viva
en nosotros y nosotros en Él.
Danos desprendimiento
y fuerza de compartir;
que seamos unos para los otros como pan
que alimenta y alegra,
para que, al celebrar la Eucaristía,
no sea nuestro egoísmo
desprecio de los otros,
ni avergoncemos a los que no tienen.
Padre del cielo,
danos a todos el pan de la vida
y el alimento de cada día.
Haz que nuestra Iglesia se renueve
a la luz del Evangelio
y que comparta con los pobres
todo su ser.
Amén.
Contemplación
Acción
¿QUÉ NOS PIDE HACER LA
PALABRA?
Vivir al revés
Vivir cristianamente es vivir al revés de como vive el
mundo, vivir en entrega y en donación.
Sabemos que sólo el dar es don dado por Dios al
hombre y que encerrarse en sí mismo es morir.
Vivimos días malos, días en que creer y amar se nos
hacen cuesta arriba, días en que negras nubes empañan
nuestra esperanza...
Es fácil evadirse en cultos formalistas y huir al mundo
del engaño y de la mentira, donde se es más famoso y
donde aparentemente somos mejor mirados...
... pero las palabras de Jesús siguen vivas: «Si no
comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre
no tienen vida en ustedes»...
Si no comunicamos vida... ¿no será que estamos
muertos?
Para San Juan sólo la vida que nace de la cruz puede
llamarse vida; pero nosotros estamos enamorados de la
muerte y la llamamos vida.
¿Existen más reuniones entre nosotros que para enterrar
muertos, recordar muertos, o para huir de la muerte?
Da la sensación que no.
No somos una comunidad de «sigilos», aunque sí de
misterios que llenan nuestra alma no de obscuridad, sino de
esperanza, de luz.
Otra tristeza inmensa es que nos reunimos en torno a
un pan y no comemos.
¿Por qué?
¿Es que acaso no existe entre nosotros hambre, sed,
fatiga... o pensamos que Cristo se hizo pan para los
ángeles?
Sepamos que comer el pan es necesario para no
convertirnos en cadáveres ambulantes.
Dios desea comunión
Decía Agustín: «Oh
Dios, mi corazón está
inquieto hasta que no repose en ti»,
... pero cuando examinamos la tortuosa historia de
nuestra salvación vemos que no sólo nosotros deseamos
ardientemente pertenecer a Dios,
... sino que Dios también anhela pertenecer a
nosotros.
Parece como si Dios nos estuviera diciendo a
grandes voces: «Mi corazón estará inquieto
hasta que no pueda reposar en vosotros,
mis amadas criaturas».
Dios desea comunión: una unidad que sea
vital y viva, una intimidad que proceda de ambas
partes, un vínculo que sea verdaderamente
mutuo…
Para orar y vivir la Palabra:
«Mi alma se gloría en el Señor... «Bendigo al
Señor en todo momento»
Yo cada día me siento más orgulloso de mi Dios.
Señor, me siento orgulloso de tu sabiduría y te alabo,
porque sabes descifrar todos los secretos y todos los misterios. Me
siento orgulloso de tu poder y te alabo
y te bendigo con todas las criaturas del cielo y de la tierra. Y, sobre
todo, me siento orgulloso de tu bondad
y te alabo por lo bueno que eres, porque tienes un corazón mucho
más grande que nuestros errores y nuestros pecados.
Yo quiero, como el salmista,
bendecir al Señor a todas las horas.
Quiero hacer de mi alma un pequeño monasterio
donde mi alabanza a Ti no cese ni de día ni de noche.
A esta bella tarea nos invita también tu apóstol
cuando nos dice que «debemos orar en todo tiempo».
Esa oración yo no puedo hacerla
si no es que el mismo Espíritu Santo ore dentro de mí.
Haz, Señor, que toda mi vida esté acompasada
al ritmo de tu Espíritu.
Relación con la Eucaristía
Toda vida cristiana que no sea entregada es una
mentira y una traición a Cristo.
¿Son así nuestras Eucaristías?
Muchas veces da la sensación de cansancio y hastío
que no es capaz de llamar a nadie...
... no se puede invitar a nadie, sino es para gozar de la
alegría y de la comunión con Dios.
Algunas preguntas
para meditar durante la semana
1. ¿Cuáles son las motivaciones cristianas que debes
tener mientras participas en la Eucaristía?
2. ¿Qué significa que las Eucaristía es misterio y vida?
3. Cuando hago catequesis o hablo de Dios, ¿qué Dios
estoy dando a los demás? El Dios que aprendo en las
clases de teología o el Dios vivo y fascinante que voy
descubriendo dentro de mí?
María,
MUJER EUCARÍSTICA,
ruega por nosotros.
«Para ofrecer bien una Eucaristía,
se necesitan tres eternidades:
una para prepararla,
otra para celebrarla
y una tercera para dar gracias»
«El abismo de mis miserias
atrajo el abismo
de su Misericordia»
19
de
Agosto
Fundador de la Congregación de Jesús y María (CJM)
PADRES EUDISTAS
P. Carlos Pabón Cárdenas, CJM.