Jesucristo el modelo y vínculo de toda la humanidad Foro de reflexión y estudio sobre el Youcat Sesión 31ª Mons.
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Transcript Jesucristo el modelo y vínculo de toda la humanidad Foro de reflexión y estudio sobre el Youcat Sesión 31ª Mons.
Jesucristo el modelo y vínculo de
toda la humanidad
Foro de reflexión y estudio sobre el Youcat
Sesión 31ª
Mons. Jaume Pujol Balcells
Arzobispo de Tarragona
Oración inicial
Oración al Espíritu Santo
Ven, oh Santo Espíritu!:
ilumina mi entendimiento, para conocer tus
mandatos:
fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo:
inflama mi voluntad.
He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir,
diciendo:
después..., mañana. Nunc cœpi! ¡Ahora!, no vaya a
ser que el mañana me falte.
¡Oh, Espíritu de verdad y sabiduría,
Espíritu de entendimiento y de consejo,
Espíritu de gozo y paz!:
quiero lo que quieras,
quiero porque quieres,
quiero como quieras,
quiero cuando quieras.
(San Josemaría Escrivà de Balaguer)
Preguntas que abordaremos
en esta sesión
60.
• ¿POR QUÉ ES JESUCRISTO
EL MODELO MAYOR PARA
EL MUNDO?
61.
• ¿EN QUÉ CONSISTE LA
IGUALDAD DE TODOS LOS
HOMBRES?
a)
b)
c)
d)
El proyecto original de Dios.
Ningún hombre puede ser la medida del hombre
Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre
Jesucristo es el hombre perfecto, la perfección del ser humano
60. ¿POR QUÉ ES JESUCRISTO EL
MODELO MAYOR PARA EL MUNDO?
a) El proyecto original de Dios.
¿Por qué hay un modelo o por qué se necesita un modelo?
El ser humano es la única criatura querida por Dios por sí misma y que lo ha
creado para que sea eternamente feliz. (#59)
Esto se alcanza conociendo a Dios, amándole, sirviéndole y viviendo con
agradecimiento a su Creador.
En el principio Dios hizo bien todas las cosas.
Pero, el ser humano, en su libertad, por el pecado, distorsionó el plan de Dios introduciendo el dolor y la muerte.
Pero Dios, en su misericordia, no ha dejado su creación en esta situación desgraciada (cf. Rm 8,20-21),
Sino que, por medio de Jesucristo, ha
regenerado todas las cosas.
Este es el plan que Dios había concebido para
realizarlo cuando llegase el momento, la plenitud
de los tiempos:
Hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que
está en los cielos y lo que está en la tierra.
Por tanto, Cristo es el modelo de la nueva creación de Dios
b) Ningún hombre puede ser la
medida del hombre
Sal 142
• Ningún
hombre vivo
es inocente
ante Dios.
Todo ser humano participa
de esta condición pecadora
que le acompaña toda su
vida.
•Los más grandes santos se han
reconocido como grandes
pecadores.
•Cuanto más potente es la luz
que nos ilumina mejor
pueden observarse todos los
defectos.
•La cercanía a Dios hace al ser
humano mucho más
consciente de todos sus
defectos
Jesucristo afirma
que Él es el
Camino, la Verdad
y la Vida y que
conocerlo a Él es
conocer al Padre.
Por tanto, no se ha
dado al ser humano
otro nombre capaz de
salvarlo (cf. Hch 4,12),
sino el de Aquel que se
hizo hombre por todos
y ante el cual toda
rodilla se dobla en el
cielo y en el abismo.
Los más grandes
modelos de la
humanidad no han sido
sino personas que han
intentado reproducir en
sus vidas a Aquel que es
el único capaz de
reproducir en nosotros la
imagen de Dios con la
cual fuimos creados.
c) Jesucristo es verdadero Dios y
verdadero hombre
Hemos dicho que Jesucristo
es el único capaz de
reproducir en nosotros la
imagen de Dios con la cual
fuimos creados.
Y ello es posible porque Él
es Dios y hombre,
verdaderamente Dios y
verdaderamente hombre,
perfectamente Dios y
perfectamente hombre
(CCE 464).
De no ser así, no habría
podido redimirnos con su
sangre (cf. Hb 2, 14-18).
d) Jesucristo es el hombre perfecto, la
perfección del ser humano
1. Jesucristo
es el
hombre
nuevo
2. Jesucristo
es el
modelo a
imitar
1. Jesucristo es el hombre nuevo
Gaudium
Spes 22
• En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el
misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer
hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo
nuestro Señor, Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación
del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el
hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su
vocación. Nada extraño, pues, que todas las verdades hasta
aquí expuestas encuentren en Cristo su fuente y su corona…
• El que es imagen de Dios invisible (Col 1,15) es también el
hombre perfecto, que ha devuelto a la descendencia de Adán
la semejanza divina, deformada por el primer pecado. En él, la
naturaleza humana asumida, no absorbida, ha sido elevada
también en nosotros a dignidad sin igual.
1. Jesucristo es el hombre nuevo
Solamente en la persona de Jesucristo
podemos conocer qué significa ser
humano y qué hace al ser humano
eternamente digno de amor. Porque no
sólo se trata de cómo es el ser humano,
sino también cómo es considerado por
Dios.
Fijémonos en estas palabras de la
homilía del Oficio de Lectura del
Sábado Santo, dirigidas a Adán y a Eva
(PG 43,439.451):
Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de
nacer de ti me he hecho tu hijo […]. A ti te mando:
Despierta, tú que duermes, pues no te creé para que
permanezcas cautivo en el abismo; levántate de entre los
muertos, pues yo soy la vida de los muertos. Levántate,
obra de mis manos; levántate, imagen mía, creado a mi
semejanza. Levántate, salgamos de aquí, porque tú en
mí, y yo en ti, formamos una sola e indivisible persona.
Jesucristo es el hombre nuevo porque en Él se nos
manifiesta la verdadera dimensión de la persona
humana: la filiación divina
Dios quiere que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento de la verdad.
¿Cuál es esta verdad? Que Él es nuestro Padre
y, por lo tanto, objeto de su amor
incondicional.
Aquí se trasluce algo más
profundo de lo que las
palabras de Pablo
muestran a simple vista:
Jesucristo es el hombre nuevo porque es el
Hijo y, como tal, el Amado del Padre (Mt 3,17
pp.; Mt 17,5 pp.; Lc 20,13).
Es el hombre nuevo porque Él es capaz de
realizar la voluntad del Padre, hasta las últimas
consecuencias.
2. Jesucristo es el modelo a imitar
Según CCE 520, toda su vida, Jesús se
muestra como nuestro modelo (cf. Rm
15,5; Flp 2,5):
Él es quien nos revela el auténtico
sentido de la Ley y su perfección: el
amor.
• Él es el hombre perfecto que nos invita
a ser sus discípulos y a seguirle: cf. Jn
13,15,
• ejemplo que imitar; cf. Lc 11,1:
• ejemplo de oración; cf. Mt 5,11-12:
• ejemplo de pobreza y libertad.
• Él también nos enseña cuál es la
dimensión de este amor: nadie tiene
mayor amor que el que da la vida por
sus amigos (Jn 15,13).
• Él superó esta medida, porque también
dio su vida por sus enemigos.
• No hay otro amor mayor que éste y por
eso Jesucristo es el mayor modelo que
el ser humano puede encontrar.
Jesucristo es quien nos enseña la
verdadera manera de ser humanos.
a) Un origen común: el amor creador de Dios
b) Un camino común: la vida y la salvación en Jesucristo
c) Un destino común: la felicidad eterna en Dios
61. ¿EN QUÉ CONSISTE LA IGUALDAD
DE TODOS LOS HOMBRES?
a) Un origen común: el amor creador
de Dios
1. Dios es el creador
de la humanidad.
•En Adán y Eva están
comprendidos todos los seres
humanos que han vivido y
vivirán.
•Esto nos hace iguales a todos
en nuestro origen: todos
tenemos un único creador y
somos iguales en nuestra
generación.
2. Todos los seres
humanos llevan la
impronta de Dios
grabada en ellos.
•Esto hace que el ser humano
sea cualitativamente diferente
del resto de la creación, ya que
ninguna otra criatura goza de
este privilegio.
3. Dios ha creado el ser
humano en relación al
otro, lo ha creado
“comunidad”, diverso,
hombre y mujer, de
manera que unos
necesitan de los otros.
•Esto implica que incluso en
nuestra íntima y esencial
diversidad, todos tenemos un
mismo Creador
4. Será Jesucristo, el
humano perfecto, quien
nos revelará además que
nuestro Creador es nuestro
Padre.
•La aplicación inmediata de esta
revelación es la fraternidad
humana universal: todos los
humanos son hermanos
b) Un camino común: la vida y la
salvación en Jesucristo
Creados a imagen del Dios
único y dotados de una misma
alma racional, todos los
hombres poseen una misma
naturaleza y un mismo origen.
Rescatados por el sacrificio de
Cristo, todos son llamados a
participar en la misma
bienaventuranza divina: todos
gozan por tanto de una misma
dignidad (CCE 1934).
Cuando los apóstoles
Pedro y Juan fueron
conducidos ante el
Sanedrín proclamaron
que
En efecto, todos los
hombres,
independientemente
de su raza, sexo o
condición social, están
llamados a la salvación
(cf. 1Tm 2,4) que es la
vida eterna.
Y también afirma San
Pablo (cf. Rm 10,9-13)
que
No hay bajo
el cielo otro
nombre
dado a los
hombres
por el que
nosotros
debamos
salvarnos
que el de
Jesucristo
(cf. Hch
4,12).
“Y esta es la
vida eterna:
que te
conozcan a
ti, el único
Dios
verdadero,
y al que tú
has
enviado,
Jesucristo”
(Jn 17,3).
Ya no hay
distinción
entre judios
y griegos,
sino que
todo el que
invoque el
nombre del
Señor se
salvará (Jl
3,5).
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