Ciclo C Domingo XXXIV – Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo «Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

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Transcript Ciclo C Domingo XXXIV – Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo «Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

Ciclo C Domingo XXXIV – Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo

«Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino »

Santos del Día

• San Agustín Schoeffler. Vietnam ( †1851 ) Mártir, Misionero, Sacerdote • San Alberto de Lovaina. Francia ( †1192 ) Mártir, Obispo • San Alejandro. Mártir • Beata Inés Tsao Kui. • Santos Andrés Dung Lac y compañeros. ( †1839 ) Mártir, Sacerdote • Beato Balsamo de Cava . Italia ( †1232 ) Abad • San Colmano de Uama. Irlanda ( †600 ) Obispo • San Crescenciano. Mártir • San Porciano. Francia ( †532 ) Abad • San Crisógono de Aquileya. Venecia, Italia ( †304 ) Mártir • Santa Firmina de Amelia. Italia ( †303 ) Mártir • Santa Flora de Córdoba. España ( †856 ) Mártir • San José Tuan, sacerdote. Vietnam ( †1861) Mártir, Dominico • San José Nguyên Van Luu. Vietnam ( †1854 ) Mártir • San Juan Luis Bonnard. Vietnam ( †1852 ) Mártir, Misionero, Sacerdote • San Lucas Vu Ba Loan. Vietnam ( †1840 ) Mártir, Sacerdote • Santa María de Córdoba. España ( †856 ) Mártir • Beata María Ana Sala. Milán, Italia ( †1891 ) Religiosa • Beata Niceta y compañeras. España ( †1936 ) Mártir, Carmelita • San Porciano. Francia ( †532 ) Abad • San Protasio. Italia ( †352 ) Obispo • San Romano. Burdeos, Francia ( †385 ) Sacerdote

San Andrés Dung-Lac 117 Mártires Vietnamitas

1820 † 1862 Al menos tres oleadas de persecución tuvieron lugar en Vietnam entre 1820 y 1862, cuando un tratado con Francia dio libertad religiosa a los católicos. De los 117 mártires, 96 eran vietnamitas, 11 españoles y 10 franceses. Cincuenta y nueve eran católicos laicos y 58 clérigos. San Andrés Dung-Lac, cuyo nombre es citado el primero en el día de su fiesta, era un cura de parroquia. Pese a sus enormes diferencias, los santos tienen ciertas características comunes.

Ruega por nosotros

En primer lugar, y ante todo, están enamorados de la divinidad. En segundo lugar, los santos nos dicen siempre que no tengamos miedo. Finalmente, nos animan a dejarnos transformar por el amor de Dios que santifica a quien lo busca.

† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén Espíritu Santo dame un corazón humilde para recibir la Palabra de Dios, y hazme dócil a sus divinas enseñanzas.

Primera Lectura

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II Samuel 5,1-3

Todas las tribus de Israel se presentaron a David en Hebrón y le dijeron: "¡Nosotros somos de tu misma sangre! Hace ya mucho tiempo, cuando aún teníamos como rey a Saúl, eras tú el que conducía a Israel. Y el Señor te ha dicho: "Tú apacentarás a mi pueblo Israel y tú serás el jefe de Israel". Todos los ancianos de Israel se presentaron ante el rey en Hebrón. El rey estableció con ellos un pacto en Hebrón, delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel. Palabra de Dios Te alabamos Señor

« Ungieron a David como rey de Israel » Los Jueces han regido a Israel de forma esporádica , en los momentos de peligro tan sólo, sin dejar asentada una forma de gobierno estable. Las tribus vivían sueltas, sólo el santuario y el culto a Yavé los mantenían unidos.

En los momentos de peligro surgía, suscitado por Dios, un hombre (o mujer) extraordinario que se ponía al frente del pueblo para defenderlo. Su gobierno era parcial y limitado. No había rey.

Los pueblos circunvecinos ya habían adoptado el régimen monárquico. Muchos de Israel las vieron y consideraron ya anacrónico el sistema que vivían. Trataron de implantar la monarquía. Saúl será el primero de la serie . No fue muy afortunado. Su conducta desagradó a Dios, y Dios lo rechazó.

Todos los acontecimientos históricos convergían a allanar los caminos de acceso de David al trono de Israel. Dos unciones habían precedido: una oficial, religiosa , efectuada por Samuel obedeciendo a una orden de Dios (1Sa_16:13); otra popular, por parte de los hombres de Judá (1Sa_2:4).

Aquella unción íntima, un secreto, en casa de Isaí (1Sa_16:13) conocióse poco a poco en Israel. Saúl tenía noticia de ella (1Sa_24:21); Abigaíl no duda del hecho (1Sa_25:30), como tampoco Abner (1Sa_3:9). Por el pacto convinieron en que Israel reconocería a David por rey , como lo habían hecho antes los de Judá, convirtiéndose , por lo mismo, en rey de Israel y de Judá. El reinado de David, fue de siete años en Hebrón y treinta y tres en Jerusalén (1Re_2:11).

David pasará a la historia como el rey por excelencia : él mantuvo unidas las tribus, él las defendió , él extendió los límites del reino. Dios le asistió con particular providencia y a él le otorgó promesas especiales . David funda una monarquía estable . De él vendrá «el futuro Rey». De él parten y a él recuerdan las promesas y las esperanzas mesiánicas .

En los momentos de desastre nacional proyectará su figura, ya en el pasado, una esperanza en el porvenir, que llene completamente las aspiraciones del pueblo. Ese tal será el Mesías. «Hijo de David» era en tiempo de Cristo un título mesiánico.

David-Cristo guardan estrechas relaciones. Así lo ve la Iglesia, apoyada en el Nuevo Testamento. David es el ungido , el elegido por Dios para regir las tribus todas de Israel . Nótense: la universalidad todas las tribus y la confirmación divina Tú serás el pastor de mi pueblo ... A través de estas líneas debemos ver a Cristo Rey , Pastor supremo del pueblo de Dios. Él es el heredero y el cumplidor de las promesas.

Salmo

122(121) 1-2.4-5

Me puse alegre cuando me dijeron: «¡Vamos a la casa del Señor!» Ahora nuestros pasos se detienen delante de tus puertas, Jerusalén.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor, la asamblea de Israel, para alabar el Nombre del Señor.

Pues allí están las cortes de justicia, los ministerios de la casa de David.

«Vamos alegres a la casa del Señor» El salmista entona, en nombre de los peregrinos, un himno de alabanza a la ciudad santa , adonde convergen todas las tribus de Israel. Es la ciudad de la paz y del juicio equitativo, porque es la sede de David . En ella reina la tranquilidad pero su mayor timbre de gloria y la seguridad ; es la presencia de la casa de Yahvé .

Jerusalén lo era todo para el fiel de Yavé: Templo Recinto de Dios, Ciudad del Arca. Todas las tradiciones cultuales y mesiánicas Santa, Capital del reino, confluían en ella.

El autor parece ser un forastero que pisa por primera vez el sagrado suelo de Sión . Se siente dichoso por haber aceptado el participar en la caravana de los peregrinos hacia la ciudad de Yahvé. La vista de la capital del pueblo elegido le impresiona poderosamente, y así pondera la excelente construcción de la ciudad, sus muros y sus puertas.

La Iglesia , figurada en Sión , es la clave cristiana para interpretar estos salmos.

La Iglesia en su doble realidad terrestre-celeste es ahora el lugar sagrado , el palacio de David, el tribunal de justicia, la mansión de paz, el reino de Dios. El caminar cristiano hacia la Jerusalén celestial está henchido de alegría: nos acercamos a la casa del Señor.

Segunda Lectura

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Colosenses 1,12-20

Y darán gracias con alegría al Padre , que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos . Porque él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido , en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados. El es la Imagen el Primogénito del Dios invisible, de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas , tanto en el cielo como en la tierra los seres visibles y los invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados y Potestades: todo fue creado por medio de él y para él. El existe antes que todas las cosas y todo subsiste en él. El es también la Cabeza del Cuerpo , es decir, de la Iglesia . El es el Principio , el Primero que resucitó de entre los muertos, a fin de que él tuviera la primacía en todo, porque Dios quiso que en él residiera toda la Plenitud. Por él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios Te alabamos Señor

«Nos ha trasladado al reino de su Hijo querido» Cierto que los colosenses, como en general los cristianos, se encontrarán en su vida con tentaciones pruebas duras , pero nada de eso debe ser capaz de hacerles perder su “ paciencia ” y quitarles su “alegría”, dando continuamente gracias a Dios Padre por haberles llamado a participar de la “herencia de los santos”. El término “santos” era corriente para designar a los cristianos (Hec_9:13), y probablemente ése es también ahora su sentido.

y

Esta “herencia” es la salud mesiánica , cuya consumación definitiva tiene lugar en la gloria , que es reino de la luz . San Pablo, a vista del peligro en la fe que amenazaba a los colosenses, trata de instruirles al respecto en una síntesis admirable de las prerrogativas de Cristo : en relación a Dios , a la creación , a la Iglesia .

San Pablo designa a Cristo en relación con Dios como “la imagen de Dios invisible” sea en el orden natural, sea en el sobrenatural que reproduce y refleja adecuadamente las infinitas perfecciones de Dios invisible, haciéndolas visibles a través de su humanidad.

Por lo que respecta a la relación de Cristo con el mundo creado, Cristo tiene la primacía en el mundo nuevo , en el mundo de la redención.

Cristo es el punto de conjunción entre Dios y el hombre: la redención , el perdón de los pecados, que nos mantenían alejados de él, la reconciliación de todas las cosas, la paz.

El Sacrificio de Cristo le ha valido la supremacía sobre todas las cosas, al mismo tiempo que su integración en la unidad divina . La acción de Cristo glorificado llega a todos los seres. Él es primicia de los muertos , el principio y el primero en el mundo iniciado con su resurrección . En él reciben sentido todos los seres y todos los órdenes. Todo está sujeto a él; por eso, le pertenece todo.

Lectura del Santo Evangelio

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Lucas 23,35-43

El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!". También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre, le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!". Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos". Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros". Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo". Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino". El le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".

Palabra de Dios

Gloria a Ti, Señor Jesús

« Señor, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino » El rey era considerado en Israel como un elegido de Dios . Signo de esa elección y consagración era la unción , mediante la cual el profeta echaba con un cuerno abundante aceite sobre la cabeza del elegido. El rey por tanto era un ungido , que equivale a decir mesías en hebreo y cristo en griego . Estos tres términos son, pues, sinónimos . Junto con la unción se consideraba que el Espíritu de Dios venía sobre el elegido.

En su calidad de ungido y elegido de Dios para el gobierno de su pueblo el rey era considerado también un salvador , pues de él dependía la prosperidad y salud de todo su pueblo. Esos elementos se combinarán en la expectativa de un Salvador futuro , que será el Rey-Mesías por excelencia , prometido por Dios y esperado por Israel durante siglos. Él sería aquél que finalmente habría de restablecer el Reino de Israel (Hech 1,6).

Ni los magistrados judíos ni los soldados romanos creían que Jesús fuese rey y se burlaban de su pretensión. Por otro lado, en diversas ocasiones, las multitudes habían querido aclamarlo como el Rey-Salvador prometido a Israel al ver los signos que hacía. El Señor Jesús rechazó siempre aquellos propósitos populares, dado que su reinado no era de orden político. Solamente aceptaría ser aclamado como Mesías y Rey prometido por Dios y esperado por Israel cuando estaba ya cerca la hora de su Pasión.

En la Cruz , oculta bajo este desecho humano, resplandece su misteriosa realeza a los ojos de quien sabe ver las cosas con una mirada de fe . En la Cruz , el mal ladrón le injuriaba . La injuria era que, si era el Mesías, que había de estar dotado de poderes prodigiosos, que bajase de la cruz y que los bajase con El. Pero el buen ladrón le reprende , y, reconociendo la justicia de la pena a sus culpas, proclama la inocencia de Cristo, al tiempo que, por los insultos que el otro dirige a un inocente, demuestra no temer a Dios, que le aguarda ya en su tribunal.

Seguramente el buen ladrón había oído hablar de Cristo: de su vida de portentos y de su mesianismo.

Y ahora, ante su majestad y conducta en la cruz, se confirmaba en ello. La respuesta de Cristo es prometerle, con gran solemnidad, que “hoy estarás conmigo en el Paraíso.” Este disponer por parte de Cristo de la suerte eterna de los seres humanos le presenta divinos. No es un profeta que anuncia una revelación tenida; es Cristo que aparece dotado de poderes disponiendo él mismo de la suerte eterna de un hombre . Y esto es poder de Dios.

La gloria del Señor Jesús, Rey del Universo , se manifestará plenamente el día de su gloriosa venida (2Tim 4,1).

Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete.

Concédenos vivir conforme a ella.

Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.

¡Oh Cristo, Tú eres mi Rey!

Dame un corazón caballeroso para contigo.

Magnánimo en mi vida: escogiendo todo cuanto sube hacia arriba, no lo que se arrastra hacia abajo.

Magnánimo en mi trabajo: viendo en él no una carga que se me impone, sino la misión que Tú me confías.

Magnánimo en el sufrimiento: verdadero soldado tuyo ante mi cruz, verdadero Cireneo para las cruces de los demás.

Magnánimo con el mundo: perdonando sus pequeñeces, pero no cediendo en nada a sus máximas.

Magnánimo con los hombres: leal con todos, más sacrificado por los humildes y por los pequeños, celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me aman.

Magnánimo con mis superiores: viendo en su autoridad la belleza de tu Rostro, que me fascina.

Magnánimo conmigo mismo: jamás replegado sobre mí, siempre apoyado en Ti.

Magnánimo contigo: Oh Cristo Rey: orgulloso de vivir para servirte, dichoso de morir, para perderme en Ti.

Eres de verdad la dulce Reina y esperanza nuestra.

Oh Señora de los Ángeles, alcánzanos, por la intercesión del Bienaventurado Francisco, el perdón de nuestras culpas, la ayuda a nuestra voluntad, para mantenernos alejados del pecado y de la indiferencia, a fin de ser dignos de llamarte siempre Madre nuestra. Bendice nuestras casas, nuestro trabajo, nuestro descanso, dándonos esa paz serena que se disfruta dentro de los viejos muros de la Porciúncula, donde el odio, la culpa y el llanto, al encontrar de nuevo el Amor, se transforman en canto de gozo, como el canto de tus Ángeles y del Seráfico Francisco.

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