Transcript Las tres piedras hermanas

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Las tres piedras hermanas
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-Los tres hijos de tu señora somos nosotros. Una vez que se enfadó
nos dijo: «Permita Dios que estéis siempre juntos y no podáis pelearos». Y
desde entonces, como tres piedras, estamos condenados a estar juntos sin
peleamos. Pero tú puedes desencantarnos. Ve y dile a mi madre que
prepare una procesión de cien doncellas que lleven velones encendidos.
Tú irás la primera y daréis tres vueltas alrededor de las piedras.
Así se hizo todo. Y, cuando ya iban a dar la tercera vuelta, una ráfaga de
viento apagó el velón de María. Ella, creyendo que ya no se produciría el
desencantamiento, dio un grito y dijo:
-¡Ay, se me ha apagado!
Entonces se abrieron las tres piedras y salieron los tres hermanos
diciendo:
-Menos mal que ya has hablado.
Y quedaron desencantados para siempre. El menor de ellos le pidió a
María que se casase con él; se casaron y fueron felices.
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-Los tres hijos de tu señora somos nosotros. Una vez que se enfadó
nos dijo: «Permita Dios que estéis siempre juntos y no podáis pelearos». Y
desde entonces, como tres piedras, estamos condenados a estar juntos sin
peleamos. Pero tú puedes desencantarnos. Ve y dile a mi madre que
prepare una procesión de cien doncellas que lleven velones encendidos.
Tú irás la primera y daréis tres vueltas alrededor de las piedras.
Así se hizo todo. Y, cuando ya iban a dar la tercera vuelta, una ráfaga de
viento apagó el velón de María. Ella, creyendo que ya no se produciría el
desencantamiento, dio un grito y dijo:
-¡Ay, se me ha apagado!
Entonces se abrieron las tres piedras y salieron los tres hermanos
diciendo:
-Menos mal que ya has hablado.
Y quedaron desencantados para siempre. El menor de ellos le pidió a
María que se casase con él; se casaron y fueron felices.
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Curso: 5º Prueba: 0 Título: Las tres piedras hermanas Velocidad: 250ppm
-Los tres hijos de tu señora somos nosotros. Una vez que se enfadó
nos dijo: «Permita Dios que estéis siempre juntos y no podáis pelearos». Y
desde entonces, como tres piedras, estamos condenados a estar juntos sin
peleamos. Pero tú puedes desencantarnos. Ve y dile a mi madre que
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Tú irás la primera y daréis tres vueltas alrededor de las piedras.
Así se hizo todo. Y, cuando ya iban a dar la tercera vuelta, una ráfaga de
viento apagó el velón de María. Ella, creyendo que ya no se produciría el
desencantamiento, dio un grito y dijo:
-¡Ay, se me ha apagado!
Entonces se abrieron las tres piedras y salieron los tres hermanos
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-Menos mal que ya has hablado.
Y quedaron desencantados para siempre. El menor de ellos le pidió a
María que se casase con él; se casaron y fueron felices.
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-Los tres hijos de tu señora somos nosotros. Una vez que se enfadó
nos dijo: «Permita Dios que estéis siempre juntos y no podáis pelearos». Y
desde entonces, como tres piedras, estamos condenados a estar juntos sin
peleamos. Pero tú puedes desencantarnos. Ve y dile a mi madre que
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Tú irás la primera y daréis tres vueltas alrededor de las piedras.
Así se hizo todo. Y, cuando ya iban a dar la tercera vuelta, una ráfaga de
viento apagó el velón de María. Ella, creyendo que ya no se produciría el
desencantamiento, dio un grito y dijo:
-¡Ay, se me ha apagado!
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-Menos mal que ya has hablado.
Y quedaron desencantados para siempre. El menor de ellos le pidió a
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Curso: 5º Prueba: 0 Título: Las tres piedras hermanas Velocidad: 350ppm
-Los tres hijos de tu señora somos nosotros. Una vez que se enfadó
nos dijo: «Permita Dios que estéis siempre juntos y no podáis pelearos». Y
desde entonces, como tres piedras, estamos condenados a estar juntos sin
peleamos. Pero tú puedes desencantarnos. Ve y dile a mi madre que
prepare una procesión de cien doncellas que lleven velones encendidos.
Tú irás la primera y daréis tres vueltas alrededor de las piedras.
Así se hizo todo. Y, cuando ya iban a dar la tercera vuelta, una ráfaga de
viento apagó el velón de María. Ella, creyendo que ya no se produciría el
desencantamiento, dio un grito y dijo:
-¡Ay, se me ha apagado!
Entonces se abrieron las tres piedras y salieron los tres hermanos
diciendo:
-Menos mal que ya has hablado.
Y quedaron desencantados para siempre. El menor de ellos le pidió a
María que se casase con él; se casaron y fueron felices.
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