Transcript Angaité
MBO’EHAO: COLEGIO CRISTO REY
GUARANÍ ÑE’E
MBO’EHÁRA: Ida Áv ila
TEMIMBO’EKUÉRA:
Eliana Gianninoto
Paula Pangrazio
Florencia Prono
Natalia Rojas
Gonzalo Talavera
Amaya Zayas
GRUPO 5
MBO’ESYRY: 2º “C”
Ary: 2009
En este trabajo vamos a hablar de los Angaité,
cómo eran, sus características principales de
ayer y hoy; ellos antiguamente vivían en la
selva, luego se adaptaron a la vida de las
fábricas tanineras. Después del cierre de éstas,
pasaron a las estancias, ahora están surgiendo
comunidades Angaité con tierra propia donde se
desarrolla un nuevo modelo económico que
necesita ser complementado con el trabajo en
las estancias.
En general, se dice que muchos Angaité están
aculturados; además es cierto que muchos
jóvenes perdieron su idioma Angaité, hablando
un guaraní jopara.
Enlhet
ANGAITÉ
Exet
MASKOY
(Enlhet
Enelhet)
ENENLHET
(Toba
Maskoy)
Sanapaná
Guaná
Australia
Ijyvate
nunga
Iñakä
peköi
Ipire
pytänunga
Pertenecen
a la familia lingüística Maskoy,
pero el nombre con que comúnmente se les
denomina es de origen claramente guaraní;
su auto denominación étnica es Enslet. Los
Lengua los llaman Kyoma, que significa gente
común, demostrando así una afirmación de
superioridad con respecto a ellos.
Su lengua se denomina Angaité/enlhit.
Están ubicados en San Carlos; hay Angaité en la zona
de Puerto Casado y en las diferentes Riacho
Mosquito. También existen en Santo Domingo, en la
zona de Diez Lenguas, en el Departamento de
Presidente Hayes y en Casanillo; en La Patria y en
numerosas estancias de la zona.
Del año 1995 son estos datos sobre la población
Angaité diseminada por las estancias del Chaco:
15 familias en la estancia Tupa Renda
3 familias en la Estancia Treinta y tres
4 familias en la Estancia Laguna Rey
Una familia en la estancia Sta. Mónica
2 familias en la Estancia Km. 58 El Tigre
3 familias en la Estancia Laguna Guazú
Estaba basaba en la recolección, la caza y la pesca; tenían pequeñas
huertas de subsistencia y algunos animales domésticos. Su contacto con
el mundo de los blancos y su comercio se realizaba a través del río
Paraguay, mediante el trueque.
Aproximadamente hasta 1900 vivieron en forma tradicional, época en
que comienzan a funcionar las fábricas de tanino en el chaco y se
empieza la incorporación de los indígenas de la zona, los Angaité
pasaron a depender de un salario para su subsistencia.
Se comienza a desarrollar así un proceso de proletarización ,
pauperización debilitación física, espiritual y cultural de los pueblos
Maskoy que desencadena el etnocidio para ésta cultura.
A demás influyo en que contrajeron muchas enfermedades contagiosas
de los blancos, cayeron en el alcoholismo. Inclusive fabricaban la
bebida conocida como poshonto, mezclando un litro de alcohol de
quemar con un litro de agua.
Al cierre de las fábricas, los centros de migración de los fueron las
estancias, consideradas como lugares donde existía el almacén, la
comida, el agua, los medicamentos, o sea, como lugares de
abundancia. Su permanencia en las estancias varía mucho según los
lugares: desde estancias donde se ha establecido un grupo de familias
Angaité relativamente estables, hasta lugares donde se da la presencia
de varones Angaité solamente, quedando las familias en sus
comunidades.
Sus casas consisten casi siempre en una sola
habitación de 20 o 25m2 de superficie. Están
hechas de tronco de karanday, donde pueden
vivir varias familias. Los techos están hechos con
tejas del mismo karanday o con hojas de palma
más bien para protegerse del sol que de la
lluvia. A veces los patrones de las estancias les
otorgan techos de lona, chapa o plásticos. En las
estancias los Angaité viven separados de los más
peones paraguayos que los tratan con desprecio
y casi siempre ni les permiten surtirse del agua
del pozo de la estancia, para que no se
contagien con la presencia indígena. Éstos deben
tomar agua de lagunas o de algún tajamar de la
zona.
Las
mujeres en las estancias encuentran
trabajos como empleadas domésticas en las
casas de los capataces limpiando y lavando
ropa.
A veces también se les emplea como
cocineras. En general son todos trabajos mal
remunerados, pero a pesar de todo se
quedan porque en otro sitio sería peor.
Los Angaité, como en general todos los chaqueños, están
acostumbrados a un mundo cíclico de escasez y abundancia. La
primera corresponde a los meses de sequía( invierno), lo que
significa frecuentemente hambre y muerte mientras que la
abundancia se verifica en los tiempos de lluvia(verano), cuando
abundan frutas y alimentos silvestres.
Anteriormente los Angaité tenían plantaciones de zapallo y otros
productos de chacra familiar compatibles con el suelo chaqueño.
Tenían una forma de distribución de los productos mediante el
sistema de reciprocidad estricta, considerando que los bienes
recibidos no deben servir a la ley de la acumulación sino a la de
compartir. Aún hoy cuando un Angaité recibe los jornales de su
trabajo, comen su familia y también los demás parientes o
vecinos hasta que se termina el dinero. Los Angaité que viven en
las comunidades grandes ya mencionas, combinan la economías
tradicional, cada vez más escaza con el trabajo de changas u
otros trabajos ocasionales para conseguir ingresos de dinero en
efectivo.
Anteriormente
(1800-1900)
Actualmente
• Los Angaité vivían en
pequeñas comunidades o
núcleos
de
familias
extensas,
generalmente
entre veinte y sesenta.
• La engua está amenazada
con unos 1.085 hablantes
de los 1.650 que componen
el grupo étnico.
• Viven en estancias o
trabajan en fábricas.
Existe un dios hacia el poniente, y siempre da la espalda hacia el este; no
suele dar vuelta hacia él. Este está siempre de espalda mirando hacia el
poniente.
El día que da vuelta ese dios, caerá el mundo. Caerá el cielo, caerán las
estrellas, caerá todo; morirá todo el mundo.
Todos los que mueren van allá donde hay ese dios. Mokhosanák, ese su
nombre y él los recoge a todos. La Iglesia que hay pa’i no es superior a
él. Éste no tiene la fuerza como aquel dios que está allá arriba. El pa’i es
menos fuerte que ese dios al poniente.
En tiempo de los Angaité uno cuando muere le cuidan bien; le hacen
envolver bien, le lían bien las ropas y le tapan bien. Y le hacen buen
entierro.
Y después, esos dioses cuando lo llevan, ellos se pelean con el dios, pero
no pueden competir con él. Entonces el dios fácilmente los lleva.
Nosotros le enterramos al muerto bajo tierra, y al mismo tiempo sale de
ahí con cadáver; el cuerpo de piel, con carne, se queda dentro del pozo.
Ese dios tiene varios espíritus que los puede mandar en busca, salen de
hacia arriba y vienen acá. Cuando ven a un enfermo, ellos le aprietan
mas en su enfermedad para hacerlo morir y así llevarlo. Lo lleva el este
entonces del este te llevan por arriba hacia el poniente.
Abiosmá es el espíritu que tenemos todos nosotros dentro.
Hay otros dioses, que son buenos y son igual que los
indígenas. Cuando uno se encuentra con él no le hacen
maldad.
En cambio, si los otros indios se encuentran con ese dios,
con otras tribus, ahí le pelean, le matan y llevan.
El dios es bueno para que aquellos lados, hacia el Este,
está Namúk. Habia sido que este dios ya habia sido nuestro
paisano mismo, que estuvo ya acá en la tierra.
Estuvo acá en la tierra. Era uno de los más brujos (paye).
Entonces cuando el murió, un tío le dejo el poder para
protegernos, nos defiende a nuestro espíritu.
Realmente no vemos nuestro espíritu, pero Namúk tiene la
capacidad de saber y ver las cosas que nosotros no vemos.
Hay
en el monte seres como nosotros; viven
en el monte y nosotros los llamamos a ellos
“Indios Saité”; que son esos indígenas
Jaguerey, que les dicen en guaraní. Son los
que se nos suelen aparecer como animales.
Hay varias personas que no creen. Y son
malos espíritus; apenas ellos te ven y te
hacen mal. Si tenés suerte, no te hacen
nada, pero si no tenés suerte, te matan.
Apenas nosotros vemos esas cosas, verlas
nomás y ya te ponen mareado.
Los indígenas para bajar acá en la tierra, tuvieron que bajar por una piola –angastemá- desde
arriba. Y bajaron muchos; bajaron, bajaron, bajaron y había un loro – peshpóc- que no quería
bajar. Los que estaban arriba le dicen: -No, usted no debe bajar primero, nosotros tenemos que
bajar toditos primero; porque si usted va a cortar la soga y nosotros no vamos a poder bajar;
porque usted tiene demasiado filo de cuchillo –le dicen- con el pico que tiene.
No lo querían hacer bajar primero. Después bajaron, bajaron, y después, al final, bajó el
loro; sin remedio, sin atajarlo bajó el loro. Mientras bajaba, en el medio, cuando llegó, cortó la
piola por su pico. No es que quería hacerlo, sino fue por el filo que tenía en el pico. Y cortó,
entonces los demás que tenían que bajar, no podían bajarse más. Entonces buscaron otra forma,
otra forma para bajar, porque encontraron un pozo del cielo a la tierra.
Habían personas que son de dos cabezas, Kameijá (se llaman). Ese fue y entró el primero
dentro pozo. Y mientras iban a la mitad dentro del pozo, al final se quedó dentro del pozo porque
tenía dos cabezas y no han podido pasar más. Tenía la otra cabeza en el costado –Kameijá- y con
ella atrancó el pozo y todos los que venían atrás ya se quedaron; porque él fue el primero que
quería pasar y ya no se puede pasar.
Los que bajaron, los que estaban ya en la tierra cuando bajaron todos, ya habían bajado
también mujeres y hombres. Cuando bajaron en la tierra no tenían fuerza para caminar enseguida.
Porque les están diciendo que nosotros bajamos de arriba y esto es el nacimiento y no se podía
caminar enseguida; como si fuera un niño que nace, porque es la primera vez que bajaron a la
tierra.
Entonces, en dos días que pasaron, todos tuvieron fuerza y al final, para apartar, para
conocer cuál es paraguayo y cuál es indígena, porque todos bajaron de arriba, dicen: -Nosotros
teníamos que ser paraguayo- que los indígenas tenían que ser paraguayos. Entonces hicieron una
prueba entre ellos. Y al paraguayo, para hacerse paraguayo, se dio una cintura de faja –hàmac-.
Puso acá la hamac que es de hilo; miró la faja, que le queda muy bien, sino es que no le toma
elegante. No le queda elegante y entonces se le da esa faja a los indígenas. Y ellos, cuando pasan
la faja, les da elegancia, les queda muy bien.
Había un hombre que tiene sus hijos. Había marchado al monte (con uno de ellos)
en busca de miel, y cuando la estaban sacando, tenia a su hijo y le decía:
-que vanos. Y ( es que) no quiere ir su hijo atrás de su padre
Entonces el no le hace caso a su padre. Y continúa su viaje ( su padre) y quedó el
hijo.
Y mientras comía la miel decía: que hay miel todavía dentro de esos arboles que
cortamos donde tenían miel. Entonces el hijo quedo nomas ahí y su padre se
marcho, (lo) dejo al hijo.
Entonces, al mismo tiempo, se escucho un ruido hacia atrás. Al mirar hacia atrás (el
muchacho) vio a un viejo con sus grandes bolsas al hombro, que se le acerco y le
toco; toco a la criatura y le mostro como se debe sacar la miel.
Apenas le decía esas palabras, la agarró (a) la criatura y le rompió el codo y le
rompió la pierna también. Entonces quedo la criatura (ya) en mal estado.
Esos hombres, esos viejos, son humanos, pero son ( de esos) que viven, en el monte.
Batekapché ( se llama en Angaité) ese viejo que vive en el monte. Y apenas que le
rompió todos sus brazos y sus piernas, le metió en la bolsa donde tiene muchas
víboras. Adentro de esas bolsas tiene esas víboras que (son) las mas bravas que se
conoce en el Paraguay; es la cascabel; mboichini se le dice en guaraní e iomah´tabá
en idioma Angaité.
Y entonces le llevó; le metió en la bolsa y lo llevó. Iban, (y) ya en sus cosas, le dejo
arriba de un árbol. Lo colgó ahí arriba; no le llevó a su casa, no le hizo llegar.
Igual como persona; como persona (eran). Para decir: son tigres, son animales, son cualquier otro animal, pero
(son) como si fueran humanos.
Entonces, el Tigre agarró a una mujer que no era tigre; no es tigra, era mujer. El tigre nomás agarró a una
mujer que no es igual al tigre. La mujer se llama Iahám; es el nombre de la mujer que tuvo como esposa el
tigre.
Un tiempo largo juntos. La mujer no quería vivir con el Jaguarete, con el tigre, pero teniendo miedo al tigre
tuvo que complacer a su marido. Jaguarete quería matar a todos los animales. Entonces empezaron a correr
todos los bichos; iban hacia el monte todos los kurei y todos los otros animales y el Jaguarete los corría hacia el
monte; a cada uno que alcanzaba lo iba matando.
Y después, la mujer que tenía el Jaguarete, Iahám, era ya embarazada, estaba ya por tener hijo en Yaguareté.
No volvo más el Jaguareté porque comió todos los otros animales. Entonces, al fin, antes de llegar el Tigre
nació el hijo de tigre. Nació un tigre y nació otro que nos es tigre; era animal (uno de los) que nació, que era
igual a Iahám (el otro).
La mujer cuando tuvo hijos, dos, mató al hijo del Jaguarete. Y después, el hijo de Iahám agarró una lanza y
pudo matar al tigre, a su padre.
Por fin, ellos pudieron escaparse. Mientras corrían al monte los dos, la mujer agarró la cola del Jaguarete y (la)
puso en su frente como vincha; y la piel del Jaguarete puso como pollera. Y el hijo también se puso como
pollera. Entonces los dos, Iahám y el hijo corrieron hacia el monte; corrieron y gritaban; gritaban; gritaban.
Cuando gritaban demasiado los oyó Santa-tomhét-(cigüeña); cuando oyó eso Santa se fue, quería descubrir
quién estaba gritando. Los demás estaban en el monte cerrado; tenían todo bien con defensa, ponían los palos
de pintora, todo así como un corral.
Entonces la mujer llego ahí. Cuando llegó ahí hizo un ruido de las hojas de paratodo. Los otros animales querían
saber quién estaba haciendo ruido ahí, porque ellos tenían miedo del Jaguarete. La mujer que estaba ahí grito y
gritó y se le acercaban al fin todos los bichos. Entonces le vinieron a la mujer la forma como estaba, como
vincha en la cabeza tenía la cola del Jaguarete; y el hijo del tigre tenía como pollera.
Entonces gritaron todos, los bichos por haber matado al Jaguarete. Estaban por fin contentos los animales, y
pudieron salir del monte para ir a otros lugares y andar en su propia libertad, que a nadie le pase más nada.
Este trabajo nos ayudó a conocer a una cultura indígena
más de nuestro país, su riqueza y la forma en como se
desenvolvían antes y actualmente (antes no dependían de
otros ni de un salario para vivir).
Ellos cada vez más rápido están perdiendo fuerzas en sus
costumbres porque para sobrevivir tienen que adaptarse a
las nuestras, anteriormente los Angaité no hablaban el
idioma guaraní, pero ahora tienen que aprenderlo junto
con el castellano.
Consideramos que un grave error es que en las escuelas
que rodean sus pequeñas parcialidades no se enseñe el
Angaité debido a que es menospreciado, sólo se habla en
las casas, y en la mayoría de los casos sólo los adultos. Sí
los niños van aprendiendo el idioma, lo van perdiendo a
medida que entran a la escuela.
No está tampoco mal que se vayan metiendo a la sociedad
“blanca”, pero sí está mal que por hacerlo se vean
obligados a perder sus costumbres y raíces.