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Introducción al concepto de sexualidad humana II
Los NANDI, de Kenia
•
se trata de una tribu antigua, que vive en el este de África. No tienen un sistema
de escritura, así que no se conoce con exactitud
•
una de las particularidades de su estructura social, es que la persistencia de los
apellidos familiares era de un interés central en la vida de la tribu
•
si una mujer quedaba como última descendiente de su familia y no tenía hijos
varones que pudiesen transmitir el apellido, se “transformaba” en un hombre,
abandonando los roles femeninos y asumiendo los roles sociales destinados a ellos
•
debía casarse con mujeres, a su vez éstas tenían hijos con hombres de la tribu.
Pero los niños eran considerados como hijos del “padre” de la nueva familia (la
mujer devenida un hombre)
•
los matrimonios entre mujeres son tradicionales en esa tribu, se considera que la
situación anterior no es la única que los explica
Introducción al concepto de sexualidad humana I I
OBJETIVOS
•
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
- ingreso a la triangulación edípica
- la angustia de castración
- la renuncia edípica, amnesia infantil
- desarrollo en la niña y el niño: diferencias
- identificaciones y elección de objeto de amor
- la formación del Superyo
- la culpa inconciente
- salida de la conflictiva edípica infantil
- triangulación edípica: su impronta en la cultura
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Introducción al concepto de neurosis
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neurosis histérica
neurosis de angustia o fóbica
neurosis obsesiva
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
La díada, la salida (posible) de la díada
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Deseo: es el motor del psiquismo, impulsado por las pulsiones sexuales que obligan
al psiquismo a realizar un trabajo. Por definición, el deseo está ligado a un
imposible, es imposible de satisfacer
•
la madre es primer objeto de necesidad y de amor del bebe . Al comienzo no se
diferencia de ella: apenas comienza a hacerlo, desea poseerla totalmente (porque
el primer sentimiento es el de serlo “todo” con ella), en un vínculo de exclusividad
•
mantener ese tipo de vínculo más tiempo del necesario, acarrea los riesgos de una
relación englobante (predominio del significado oral) que no ofrece salida,
obstaculizando un desarrollo de identidad más rico, más libre
•
el vínculo con la madre, desde el inicio, no es entre dos sino entre tres: ella tiene
algún otro objeto significativo, presente en su psiquismo, que no es el niño. Al
comienzo, esto no implica conflicto alguno
•
la importancia que la madre da a ese otro objeto, será crucial para el niño, quien
formará mejor su personalidad si, en el futuro, puede renunciar a poseerla y se
identifica con algo de lo deseado por ella
•
todo el desarrollo puede verse desde el p. de vista de la individuación, que implica
una ganancia de autonomía, independencia y posibilidades de mayor desarrollo
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
La triangulación
•
el “otro” objeto de la madre ocupa un lugar tercero que es simbólico, con el
primer significado de “lo que no es la madre y no es el niño”
•
una de las cosas que puede sucederle a un niño, es que sea su padre quien ocupe
ese lugar (no siempre resulta así, ni es lo único que importa)
•
debe tenerse en cuenta la distancia entre el nivel simbólico y las experiencias
concretas, que sin embargo forman parte de su significado. En cada sujeto, esta
combinación es singular y diferente al resto
•
la triangularidad está presente desde el inicio. En algún momento del desarrollo
se ubica en el centro de la conflictiva. Entran en juego intensísimos
sentimientos, tanto de amor como de hostilidad hacia los padres
•
el predominio de algún sentimiento sobre otros, y la relación con su destinatario,
siguen parámetros generales. Aunque en el marco de la singularidad de cada
individuo y de cada relación
•
un “buen” desarrollo edípico conlleva la posibilidad de desarrollar una identidad
fuerte y definida, y una mayor capacidad de amar y ser amado. Pero pueden
persistir conflictos sin resolver, que dificulten o aún impidan esa posibilidad
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Diferencia anatómica: su investidura, la derivación heterosexual
•
por observación directa o bien porque la diferencia anatómica está presente en
la cultura, niños y niñas tienen una percepción del pene y de lo que interpretan
como “ausencia de pene” en las niñas
•
clasifican a las personas en términos de fálico (con pene, con el significado, para
ellos, de ”completo”) o castrado (sin pene, “incompleto”). La problemática
afectiva se centra en “tener” o “no tener”. Rasgo central en esta etapa del
desarrollo, puede persistir aún toda la vida como un conflicto sin salida
•
la masturbación, manifestación de búsqueda de placer y curiosidad infantil a la
vez, se intensifica en este etapa, acompañada de fantasías cuyo contenido
refleja la conflictiva edípica
•
niño: se acerca a la posición de rival del padre por la posesión de la madre,
mientras desmiente la percepción de la diferencia, diciendo que a las niñas “ya
les va a crecer” (el “tercero” aún no es tan conflictivo)
•
en algún momento, , la percepción de la diferencia es investida con su verdadero
carácter de hecho radical, crítico e irreversible. Paralelamente, la rivalidad
incipiente con el padre se profundiza
•
a la vez, cae en la cuenta de que su pene, tan preciado, podría correr peligro, ya
que, al fin y al cabo, algo les pasó a las nenas… que podría pasarle también a él!
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Angustia de castración - Las identificaciones
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al enfrentar a semejante rival, el niño siente temor: cree que como consecuencia,
el padre le va a cortar el pene, como retaliación por las fantasías de poseer a la
madre (que es del padre), y desplazarlo
•
numerosas canciones y cuentos infantiles de otras épocas, hablan de esa
amenaza. Su expresión manifiesta era moneda corriente en cuentos y leyendas
•
niña: no tiene nada que perder en ese plano, toma un camino diferente:
desarrolla un resentimiento hacia la madre por hacerla incompleta, sin pene
•
temor del niño o angustia de castración: por ella, renuncia a la aspiración de
poseer a la madre y así sale de la conflictiva edípica
•
Niña: se aleja de la madre por el resentimiento, y se acerca al padre,
“haciendo” como la madre (por identificación con ella), que no tiene pene pero
tiene al padre
•
sale de la conflictiva por la frustración y el resentimiento, pero también por
amor a la madre, y por temer la pérdida de su amor
•
la salida es diferente en niños y niñas, en ellas persiste el deseo por el padre por
más tiempo. Sin embargo ambos incorporan la prohibición edípica, manifestación
de una ola inconciente de represión
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Amnesia infantil – Tendencia exogámica
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la llamada “amnesia infantil”, es una de sus manifestaciones. Coincide con la
declinación del complejo de Edipo y la entrada en el período de latencia
•
implica una escasez de recuerdos, y no un borramiento total. Puede revertirse: no
es una abolición o una falta de fijación de recuerdos, sino el efecto de una
represión, por la que quedan en lo inconciente
•
la represión, que afecta a la sexualidad infantil, se extiende a la casi totalidad de
los acontecimientos de la infancia
•
monto de la represión adecuado: el niño entra en la latencia, pudiendo disponerse
favorablemente para el aprendizaje de la escolaridad, que requiere de un
apaciguamiento de los impulsos sexuales
•
en cambio si es excesivo, habrá una tendencia a la inhibición. Si es escaso, el niño
tendrá una tendencia a la excitación, y dificultades para aprender y asimilar
normas de conducta
•
el correlato directo de la incorporación de la prohibición, como la otra cara de una
misma moneda, es que favorece la salida exogámica (más adelante) del núcleo
familiar
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Las identificaciones
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llamamos “objetos primarios” a los padres en las etapas del desarrollo infantil, y
a la imagen inconciente de ellos, que se forma en el psiquismo del niño
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como resultado de la relación con esos “objetos primarios”, el Yo del niño toma
rasgos de los objetos, interiorizándolos. Su Yo desarrollará su propia “forma”,
sus características, en base a esos rasgos tomados de los objetos
•
las identificaciones son el resultado de una transformación de lo que ve en el
objeto, realizada por la propia subjetividad. Pero siempre, en alguna medida,
están modificada, sen algo o en mucho
•
esto es de observación directa, y de conocimiento popular: se compara a hijos y
padres de manera corriente, sobreentendiendo que se van a parecer y/o a
diferenciar
•
al establecerse una identificación, se expresa el deseo de “ser como”. Al mismo
tiempo, el Yo adquiere una mayor autonomía respecto del objeto, mientras se
proyecta en un futuro, concibiéndose parecido (o “igual”) y separado de él
•
las identificaciones reflejan los afectos presentes en la relación con el objeto,
tanto los de amor como los de odio
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Componentes positivo y negativo
•
se establecen identificaciones: predominantemente con el progenitor del mismo
sexo, o el del sexo opuesto, orientándose el deseo sexual hacia el sexo opuesto
o el mismo sexo, correspondientemente
•
también puede haber un predominio de la identificación consigo mismo: el propio
Yo constituye el centro del interés sexual. Es una variante llamada narcisística
•
el varón identificado con el padre siente: “soy varón como papá es varón, haré
como él, tendré a una mujer que no será mamá, pero será una mujer como ella”
•
la niña se orienta hacia al padre con el sentimiento “soy mujer como mamá, haré
como ella y me orientaré hacia papá, cuando sea grande voy a casarme con él
como hizo ella”
•
estas variantes se llaman “edipo positivo”. La variante contraria se llama “edipo
negativo”: la identificación es con el progenitor del sexo opuesto al anatómico, y
la orientación del deseo sexual hacia el del mismo sexo
•
todo ser humano tiene ambos componentes (o variantes) edípicos, en la gran
mayoría de los casos predomina uno de ellos
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Identificaciones matizadas, salida del edipo en la mujer
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las dos variantes edípicas se combinan para favorecer la formación de
identificaciones matizadas: se toma algo del objeto, pero por combinación con
algo del otro, es transformado en algo original y distinto
•
la salida del complejo de edipo de la mujer es materia de debate. Freud pensaba
que se iba consolidando, en gran medida, por la frustración, ya que el deseo de
ser la mujer del padre es imposible de realizar
•
algunos dan importancia a la renuncia edípica, en la mujer, por amor a la madre,
junto con el temor de perder su amor
•
otros piensan que se realiza a la manera masculina, por el temor de la pérdida de
la integridad física (temor a la penetración por el padre), aunque ésta es una
concepción mucho menos consensuada
•
otros proponen que la salida definitiva tiene lugar al concretarse la relación
heterosexual de pareja
•
la formación de la identidad sexual femenina es más compleja que la masculina,
pues comienza en el vínculo con la madre, luego se acerca al padre, luego debe
poder alejarse de él
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Definición de la identidad sexual, correlato afectivo
•
identidad sexual: se define en un sentido heterosexual u homosexual, aunque en algunos
casos la identidad sexual responde a combinaciones de rasgos con marcada inestabilidad de
las identificaciones
•
correlato afectivo de la etapa edípica: rivalidad, celos y sentimiento de exclusión. Reflejan
la dramática edípica: la lucha por la posesión exclusiva del objeto
•
son sentimientos que forman parte de la afectividad humana, perdurando toda la vida. Su
persistencia evidencia que la conflictiva edípica nunca finaliza del todo
•
su intensidad es inversa a la madurez emocional, cuando una intensidad excesivamente
escasa revela una dificultad en el desarrollo
•
sobre esta base universal, en algunas culturas se estimulan sentimientos, como por ejemplo
el de rivalidad, premiando la habilidad para sobresalir excluyendo a otros, y desvalorizando
a quienes no sobresalen
•
en otras culturas en cambio, se valora la humildad, la reserva y la integración en la
comunidad, mientras se desalienta el triunfalismo y se condena la hostilidad
•
en el mundo occidental prima el estímulo al individualismo, aunque con algunas diferencias
sociales. Por ejemplo, la solidaridad es un valor importante entre los que tienen menos, y es
en cambio es frecuentemente vista como debilidad entre los más pudientes
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
Establecimiento de la Ley, la culpa inconciente
•
las normas morales de los padres, junto con una imagen de sus cuidados, son
incorporados y sentidos como propios, constituyendo el llamado Superyo
•
el Yo se compara y se mide permanentemente con los parámetros del Superyo:
cuanto mayor es su exigencia y severidad, más importante o grave es la neurosis
•
el deseo quedará ligado a la prohibición. Sobre la base del complejo de
castración, en el psiquismo se instaura la Ley, sentida como impuesta por el Padre
•
la Ley en realidad, representa las reglas que emanan del conjunto. El respeto a
las reglas, la capacidad de renuncia y la búsqueda de alternativas valoradas
socialmente, varían de un individuo a otro
•
aún cuando se incorpora la prohibición, se renuncia a la posesión del objeto
primario y se puede desplazar el deseo sobre otro objeto, la conflictiva edípica
persiste siempre en el fondo del inconciente
•
es fuente de sentimientos de culpa, por los deseos hostiles que una vez se
tuvieron, y que no se disipan nunca del todo
•
la intensidad de la culpa, como de la exigencia superyoica, reflejan que los deseos
iniciales se mantienen en lo inconciente, con cierta intensidad e eficacia
Distintas teorías sobre la sexualidad femenina
•
varios autores propusieron teorías diferentes sobre el desarrollo de la sexualidad de la
niña, concebida por Freud a partir de lo que a ella le “faltaba”
•
Melanie Klein, discípula de Freud, pensaba que las niñas tenían conciencia del interior de su
cuerpo y creían tener el vientre lleno de bebés (no veía tan importante lo que les “faltaba”,
sino lo que sí tenían)
•
otras teorías, siguiendo a esta línea, afirman que la niña tiene sensaciones provenientes de
sus genitales. Que no necesariamente se considera a sí misma como la “castrada”, sin pene,
sino con sus propios órganos, sensaciones y capacidades
•
y que las niñas, en su funcionamiento femenino, se conciben con una gran capacidad psíquica
receptiva y continente, sobre la base de la forma y funcionalidad de sus órganos genitales,
tanto externos como internos (el útero)
•
algunos hombres homosexuales sienten que la “completud” reside en el embarazo, y se
sienten “castrados” frente a las mujeres vividas como “completas”
•
en la cultura occidental, de predominio masculino, la mujer, tradicionalmente se ha
propuesto más bien como “objeto del deseo masculino”, y menos como sujeto de sus propios
deseos
•
aunque en las últimas décadas, se observan cambios en ese plano, con una revalorización de
lo femenino y de la mujer, en su integridad y su potencialidad subjetiva
Desafíos y riesgos de la conflictiva edípica
•
formación de la personalidad: la conflictiva edípica puede rendir sus frutos solo
si el funcionamiento familiar lo permite
•
se trata del funcionamiento vincular que reconoce dos diferencias: la sexual y la
generacional, ambas como ejes básicos, presentes estructuralmente
•
si el ámbito humano que recibe al bebé no funciona en base a estas dos
diferencias, no habrá un desarrollo heterosexual. En algunos casos, aún el
desarrollo psíquico mismo puede fracasar
•
un ejemplo es el abuso sexual de niños (no se pone en juego la diferencia
generacional, en el sentido de la prohibición)
•
si no hay diferencia sexual, hay confusión. Si “todo da igual”, la percepción de la
diferencia anatómica no juega ningún papel, la ilusión de “completud” puede
persistir sin límite, y en ese caso, se resiente el sentido de realidad
•
en el seno del debate sobre sexualidad y género, en muchos ámbitos se postula
que lo que importa es el género, y no el sexo anatómico
•
OMS: «Género» se refiere a los roles socialmente construidos, los
comportamientos, actividades y atributos que una sociedad dada considera
apropiados para los hombres y las mujeres. «Masculino» y «femenino» son
categorías de género. Esta concepción permitió que se considerara el cambio de
identidad, siguiendo el género y descartando el sexo anatómico
Desarrollo libidinal: etapa fálica, complejo de Edipo
El complejo de Edipo en la cultura
•
la conflictiva edípica se apoya en un parámetro cultural universal: el tabú del
incesto
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éste consiste en una regla básica, una prohibición, que define quienes pueden
mantener relaciones sexuales entre sí, y entre quienes están prohibidas
•
todas las culturas humanas se organizan alrededor del tabú, aunque su forma
particular varía de una a otra
•
no tiene ninguna base natural, es un pacto o acuerdo entre los seres humanos,
para funcionar de cierto modo, es de orden cultural
•
tampoco la identidad sexual tiene una base natural, aunque algunos sostienen que
la heterosexualidad sí la tiene, y no así las demás
•
la personalidad, que toma su forma en el seno de vínculos: qué tiene de natural, si
es que tiene algo?
Organización libidinal: complejo de Edipo
Las neurosis
•
en 1769, el médico escocés William Cullen llamó neurosis, a los trastornos
•
la definición abarcaba diferentes cuadros, pero algunos se asemejaban a lo que
los griegos denominaban histeria
•
neurosis: son afecciones patógenas, expresan simbólicamente un conflicto
inconciente de raíz infantil. Constituyen un “compromiso” entre deseo y defensa
•
tienen su punto de fijación en la etapa fálica. Los síntomas revelan una falla de la
represión: el Yo no se reconoce en ellos y los critica, pero no puede dominarlos
•
Freud fue el primero que logró desentrañar el significado de los síntomas
neuróticos y curarlos, aplicando su método terapéutico
•
dejó detallados historiales clínicos de pacientes que padecían de neurosis, a las
que llamó histérica, obsesiva y fóbica o de angustia
sensoriales y motores causados por enfermedades del sistema nervioso
Las neurosis: la histeria
•
antiguamente, se la mencionaba en papiros egipcios. Platón, y luego Hipócrates,
hablaban de la histeria, atribuyéndola al útero. Según creían, migraba por el
cuerpo dando síntomas cuando llegaba a la parte superior. Pero admitían que los
hombres podían padecerla
•
Galeno, médico romano (s. II), pensaba que era causada por la privación sexual en
mujeres pasionales, y recomendaba casarse a las solteras que la padecían
•
s. XIX: se pensaba que era causada por represión del deseo sexual. Se trataba
con lavajes vaginales; también, con masajes manuales de los genitales, los médicos
provocaban orgasmos en sus pacientes
•
Charcot y otros (s. XIX), aplicaban la hipnosis para hacerlas hablar de lo que no
recordaban conscientemente, con la idea de que descargarían los conflictos que
las enfermaban
•
los vibradores eléctricos (1910) se inventaron muchos años antes que la
aspiradora y otros artefactos para el hogar. La medicina solo disponía de métodos
físicos para el tratamiento de la frigidez
•
Freud entendió los significados de los conflictos inconcientes que se hallaban en
su base. Los trató con su método, y por primera vez, pudieron ser curados
Las neurosis - La histeria
•
la histeria, en la mujer, se basa en un punto de fijación libidinal en la relación con
el padre. Es decir, no se produjo una adecuada “salida” del edipo
•
esta fijación inconciente tiñe, con su significado incestuoso, gran parte de la
sexualidad o casi toda: la represión actúa, haciéndola prohibida
•
esta neurosis revela no solo una falla de la presión de los impulsos hacia el padre,
sino alguna dificultad previa en la relación con la madre, más inconciente
•
las dificultades en la sexualidad genital (ej.: frigidez), son síntomas frecuentes.
Puede estar obstaculizado el establecimiento mismo de una relación de pareja, o
bien la relación en sí resultar muy conflictiva
•
también hay rasgos histéricos de personalidad: en ellas todo puede estar
erotizado, menos los genitales. La seducción intensa es una característica
central, pero derivará inevitablemente en frustración porque parte del cuadro es
la tendencia a frustrar (por la represión del placer sexual)
•
el conocimiento popular se hace eco de esta problemática, a través de
expresiones como “histeriquear”
Las neurosis: la neurosis fóbica
•
Freud recibió la consulta de un padre preocupado por su hijo de cinco años,
“Hans”, quien había desarrollado un intenso temor a ser mordido por un caballo, y
no quería salir de la casa por ese temor (fobia)
•
Freud hablaba con el padre del niño, y le transmitía sus ideas, el padre era quien
trataba con el niño mismo, en el intento de ayudarlo con lo que le pasaba
•
era un caso de conflicto edípico: el niño estaba muy celoso porque la madre
estaba embarazada, lo que aportó a su conflictiva una hostilidad inconciente de
cierta importancia. En su caso, teñida de oralidad
•
la rivalidad con el padre lo atemorizaba (complejo de castración): desplazó la
imagen del padre en la del caballo, y el temor a ser castrado (por sus impulsos
hostiles), según la modalidad oral, en ser mordido
•
mecanismo central en las fobias: un desplazamiento del objeto fobígeno en otro
(serpientes, arañas, perros, a veces el agua, espacios abiertos o cerrados, la
sexualidad, ciertas comidas, manejar automóviles, las alturas, etc.)
Las neurosis: la neurosis obsesiva
•
una característica central: se produce una regresión, desde lo edípico, hacia lo
característico de la etapa anal
•
conflicto psíquico: se expresa por síntomas compulsivos (como ideas, obsesiones,
actos, etc.), rumiación y dudas, que llevan a una parálisis del pensamiento, a una
lucha inagotable entre impulsos opuestos. El Superyo es particularmente cruel
•
el significado básico de los síntomas expresa la lucha entre las tendencias
expulsivas y retentivas, en un intento por controlar los propios impulsos
inconcientes
•
los afectos son separados de las representaciones a las que realmente están
ligados, y desplazados sobre alguna otra o, aparentemente, anulados
•
los rasgos obsesivos de la personalidad tienen que ver con: perfeccionismo,
control excesivo, rigidez emocional, dominación, avaricia y/o generosidad
exagerada (siempre incómoda para los demás), etc.