Sierva por amor a cristo entre los tarahumaras

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Transcript Sierva por amor a cristo entre los tarahumaras

LOS
PIES LIGEROS
Mi vivencia con los
tarahumaras
Por:
Angélica Escandon de la Cruz
Dedico estas líneas a cada
uno de los hermanos que a
apoyado el ministerio de
alguna u otra manera.
A mi familia por estar ahí
siempre cuando lo necesite .
A mis compañeros siervos
de nuestro Dios que están en
el campo ahora.
Primeramente a Dios que me ha tenido por fiel
poniéndome en el ministerio.
A mi iglesia Berea que es la que me mandó y
proveyó de sustento.
A mis padres y hermano Josué que han sido de
ánimo e impulso para seguir.
A los hermanos Nicolás y Xóchitl Hernández que
me apoyaron desde mi preparación hasta este
tiempo, cuando algunos consideraban locura el
servir entre indígenas.
A Ken y Betty que me animaronn en una etapa
difícil y ayudaron para sanar mi vida.
A la Unión nacional que se ha mantenido fiel mes
tras mes apoyando y supliendo necesidades no
solo en mi persona sino a esta gente hermosa
también.
A mi hermano Rubén López quien cuando se
enteró del ministerio en el cual quería servir me
apoyó y estuvo ahí para ser de bendición.
A cada una de las iglesias que han sido participes
conmigo, apoyando en oración , poyo espiritual y
económico como lo son Eben-ezer, Bethania, El
Buen Pastor, Maranatha, Siloé, Shadai , Sinaí ( del
valle), Príncipe de Paz , Emanuel Cristo Redentor
(del valle), Shalom ( de México)
1.
El compromiso con Dios para
prepararme y servir. Mi
experiencia con M.E.N.
2.
La
victoria
de
Cristo
transformando mi voluntad.
3.
La preparación para cumplir
con mi PROMESA.
4.
Mi experiencia con Dios a
través de los viajes.
5.
Rarámuris. Los pies ligeros .
Mi nombre es Angélica Escandón de la Cruz. Nací el 10 de junio de 1973
en ciudad Juárez Chihuahua.
Tuve el privilegio de nacer y crecer en un hogar cristiano. Soy la cuarta
hija de siete hijos, donde solo quedamos dos. Por la gracia y
misericordia de Dios quedé como mayor de mi hermano en este
hogar, en el cual se me enseñó a buscar a Dios, servirle y amarle cada
día. Lo acepté como Señor y Salvador de mi vida a la edad de los 8
años (1981) estando en el departamento de la S.A.N.
En departamento de R.S., S.A..N. y S.A.S que son departamentos
MISIONEROS, ahí se nos compartían historias de mujeres y hombres
las cuales nosotras teníamos que conocer, y el saber la vida de estas
misioneras era algo que impactaba en mi y yo quería dar mi vida como
ellas por amor a Cristo y a cada una de las personas que vivían sin el.
A la edad de 14 años (1987) tomé el paso de obediencia de bautizarme
y mi relación con Cristo crecía cada vez mas. Me involucré en las
escuelas bíblicas de verano y siempre que había oportunidad
compartía una clase.
Fue en ese mismo año que me invitaron a participar en A.P.E.N.
(Alianza pro-Evangelización a la Niñez). Fue algo de parte de Dios
porque al principio me invitaron y cuando supieron que tenia 14 años
me dijeron que siempre no lo cual me enojo bastante. Ellos pensaron
que tenia mas años por mi complexión robusta y alta, lloré mucho. Le
dije a mi mama que no iba a dar clases ya, y al decir esto también le
decía a Dios que no.
El presidente de A.P.E.N. a hablo conmigo, fue el primer año que salí
fuera de las cuatro paredes del templo y me di cuenta de la grande
necesidad que hay en cada niño, joven, mujeres y hombres.
Tuve experiencias muy hermosas, y a la vez algunas difíciles, pero aprendí
mucho. Fue un periodo de seis semanas de 8 de la mañana a 8 de la tarde
dando clases en los hogares que nos lo permitían.
Dios me permitió participar de estas escuelas bíblicas no solamente en
Ciudad Juárez, sino también en Valle de Juárez, Casas Grandes,
Ascensión, Chihuahua, Camargo, y en Torreón.
Agradezco a Dios que puso en mi el amor y la necesidad de compartir con
el que no lo tiene, primero en mi iglesia y luego fuera de las instalaciones.
Se que su plan para mi va mas allá.
En este tiempo hermoso yo hice un compromiso con Dios de prepararme
para servir mejor, y era algo que estaba no solo en mi mente sino en mi
corazón.
Cuando entré ya en la edad de empezar a trabajar 20 años (1993) para ser
de apoyo en la casa, el trabajo empezó a tomar el primer lugar en mi. Sabia
que gracias a Dios que me daba la fuerza tenia un trabajo pero no hacia
nada para agradecerle .
Aún las que se decían mis “amigas” en ese tiempo les daba mas
importancia que lo que Dios pedía de mi, y lo mas triste es que me olvidé
de la promesa que le había hecho de servirle. Pasaron 4 años así, alejada
de Dios y de mi familia, y él con su tierno afecto me atrajo nuevamente
con lazos de amor.
Usó la enfermedad en mi madre, estando ella internada en hospital no la
podían volver de la anestesia después de haberla operado de urgencia. Ahí
fue donde regresé mi mirada a Dios y se reinició mi relación con el
nuevamente. Fue un proceso algo difícil , porque había desobedecido y lo
había hecho sabiendo que estaba mal. Sabia que el me perdonó pero yo
no me perdonaba el haber fallado.
Y Dios utilizó a los pastores Nicolás Hernández y su esposa Xóchitl Zúñiga
que nunca dejaron de buscarme, de animarme, y de interesarse en mi.
Pasamos tiempos de oración juntos y eso me animó mucho. Dios usó esto
para que yo aprendiera a perdonarme y seguir con el plan que él tenia para
mi, perfecto y único.
La verdad en mi mente no estaba cuan grande y hermoso era lo que me
esperaba, pero ustedes estarán de acuerdo cuando conozcan lo que mi
Dios hizo en mi y me permitió realizar.
En 1997 cuando me volví a Dios el me dio la oportunidad de representar a
la federación de jóvenes a nivel regional, y fue un reto muy grande ya que
estaba bajo mi responsabilidad cada unión de jóvenes de nuestra
convención.
De ahí en adelante no digo que no batallé, que no tuve luchas, claro que
las tuve. Pero en mi mente estaba la promesa hecha y la nueva
oportunidad que DIOS me estaba dando de serle útil en el ministerio.
.
Fue en el año de 1997 a los 24 años que tuve el privilegio de ingresar
al S.T.B.F de cuidad Juárez, cursando bachillerato en Educación
Cristiana por un tiempo de tres años en los cuales fui conociendo y
viendo diferentes maneras de servir.

Primero, dentro de mi iglesia a la cual pertenecía, El Divino
Salvador.

Segundo, fuera de la iglesia haciendo obra practica en algunas
iglesias que estaban sin pastor o apoyando en algún
departamento misionero.

Tercero, realizando viajes de corto plazo a diferentes estados del
país.
Este fue el inicio para empezar mi preparación de una manera mas
completa, estando convencida que el seminario no hace misioneros,
DIOS ES EL QUE LLAMA. Yo solo quería obedecer y el seminario me
daría herramientas para poder servir. Para mi fue algo muy hermoso
ver lo que Dios estaba obrando en mi.
En estos tres años fue de aprender a depender de Dios en todas las
áreas de mi vida, ya que por algún tiempo tuve que estar trabajando y
estudiando y era algo cansado. Pero miles de veces Dios me mostró
su fidelidad siempre, aun a pesar de mi infidelidad.
Hubo momentos en que dudé, y siempre mi Señor me recordaba de
maneras hermosas que el estaba ahí .
En una ocasión recuerdo que íbamos al seminario y me dijo mi
hermano, -Angélica nos toca ir en camión-, y si estábamos impuestos
a hacerlo. Llegó un tío nuestro y nos dijo -tengan hijos para que se
compren una sodita-. Nos miramos y decidimos echarle ese dinero al
carro de gasolina. Llegamos a la gasolinera y le dijimos -100 pesos por
favor- y el muchacho empezó a echar la gasolina. Cuando tenia 50
pesos se llenó el tanque. NO NOS QUEDO MAS QUE LLORAR Y
AGRADECEER A DIOS POR SU CUIDADO , FIDELIDAD, AMOR Y POR
LO QUE ME ENSEÑO Y SIGUE ENSEÑANDO CADA DÍA. Y saben sí nos
quedó para la soda.
Terminé recibiendo mucho y aprendiendo no solo en un salón sino en
la practica. Tuve grandes maestros y hermanos en Cristo que fueron
de grande bendición para mi vida.
Ese mismo año 1997 por parte del seminario se me hizo la invitación a ir a
Mérida Yucatán por dos meses, todo el periodo vacacional trabajando en
escuelas bíblicas y evangelismo personal casa por casa.
Desde que llegué fue un choque cultural, el cual yo no sabia que existía:
diferente comida, diferente forma de hablar, diferentes costumbres aun
estando en mi propio país México.
Fue fantástico conocer familias en Cristo y poder ser de apoyo para ellos.
Visitamos un pueblo bicicletero y el taxi era un triciclo; todo el pueblo se
movía en bicicletas. Dormía en una hamaca que al principio fue difícil para
mi, pero Dios nos permitió ver frutos hermosos esas semanas, mujeres
que eran curanderas del pueblo rendirse a Cristo.
Tuve grandes experiencias que contar. La primer semana en kakalchen (el
pueblo bicicletero) estuvimos invitando para la escuela bíblica y todo iba
bien. Pero se llegó el lunes y amanecí afónica por completo. No salía nada
de mi voz, tenia que escribir en una hoja lo que quería decir. Recuerdo que
el misionero Josué estuvo al pendiente de mi toda la noche porque había
estado con temperatura, y por la mañana inmediatamente me metí a
bañar para controlarla. Pero de mi voz nada.
Fue cuando experimenté la respuesta a la oración inmediata de mi Dios.
Se llegó la hora de dar la clase a los niños y mi voz salió. Ahí estaba yo
dando la clase, pero la clase concluyo y la voz se fue de nuevo. Así estuve
toda la semana, ya que el doctor del pueblo no estaba y llegaría hasta el
fin de semana.
Pero fue una grande y hermosa victoria poder compartir las buenas
nuevas de salvación a cada niño en estos pueblos .
El segundo año tuve el privilegio de ir a Casas Grandes por dos meses
también en compañía de mi hermano que estaba conmigo en seminario.
Este año fue muy pesado, tuvimos mucha lucha espiritual pero DIOS NOS
DIO LA VICTORIA A CADA MOMENTO y se que usó esto para seguir la
preparación en mi.
Como notaron en mi primer viaje Dios me enseñó sobre el choque cultural,
y la contestación a la oración inmediata.
En este segundo viaje fue también por dos meses, pero nos topamos con
situaciones de las cuales tristemente no se comparten abiertamente en una
iglesia.
La lucha espiritual la experimenté en este viaje, y mas adelante lo haría en
otras situaciones y lugares. Pero aquí Dios estaba mostrando de una
manera tan clara que era algo que iba a suceder muchas veces y que tenia
que estar preparada.
Hermanas las cuales omitiré sus nombres por respeto, no dormían porque
una presencia no se los permitía. Hermanas que miraban rostros diferentes
en nuestros rostros y lloraban, y diferentes tipos de rituales que
encontrábamos fuera de los hogares de las hermanas que eran nuevas
creyentes.
Mas sin embargo la victoria en Cristo es nuestra si nos tomamos de su
mano, y cada una de estas situaciones Dios a través de su sierva inútil
permitió que fueran liberadas.
Gracias a mi Padre Celestial ellas siguen firmes en el camino a nuestro Dios.
Se de ellas que siguen trabajando.
Y así un pueblo mas conoce de nuestro Señor Jesucristo.
Quizás en este viaje no puedo mostrarles fotos pero tengo aun
comunicación con señoritas de este lugar que están ahora casadas y siguen
enseñando a sus hijos a buscar a Dios cada día.
Escuchar de niños que ahora son jóvenes que se dirigen a ti y te dicen
gracias maestra por lo que me enseñó es un privilegio muy grande y
hermoso que se que viene de Dios .
Pasó otro año mas y seguí en el seminario, ya casi en mi etapa final y cada
vez observaba no con mis ojos sino a través de los ojos de Dios, que es algo
que le pido a Dios cada mañana al despertar, y que todo lo que haga lo
haga para el.
Pasaba el tiempo y mi deseo era que llegara el momento para realizar un
viaje mas. Sin duda confirmó que Dios produce el querer como el hacer por
su buena voluntad. Yo no sabia como le haría, pero me maravillaba
siempre de que el suplía.
Y este año me toco ir a zacatecas ,
Fue mi tercer viaje por parte de el seminario y sin duda lugares
completamente diferente pero con la grande necesidad de conocer a
nuestro Dios. Fuimos un grupo a apoyar al misionero que estaba ahí,
en ese entonces Felipe Carrillo, haciendo diferentes actividades como
cortar cabello, escuelas bíblicas, y trabajo físico en el pueblo.
Saben en este viaje aprendí que
debo
estar
preparada
espiritualmente pero también
secularmente. Las necesidades
son tan diferentes en cada
pueblo y Dios usa todo lo que
sabemos para ser de bendición
entre ellos. Recuerdo que me
pagaron el corte de pelo con
una rica y fresca sandia.
HOLA SIGO AQUÍ Y AHORA TE CONTARE LA MANERA EN QUE DIOS
CONFIRMO EL LLAMADO TAN HERMOSO QUE ME DA EL PRIVILEGIO
DE SER UTIL Y SERVIR EN EL.
Recordándome a través de cada viaje que el no olvida nuestras
promesas y tampoco sus promesas a nuestra vida.
Me confirmó a través de esto que tiene un plan perfecto para mi vida,
que quizás al cometer errores lo cambiamos un poco pero el permanece
fiel.
Así que en este año el 2003 recibí la invitación de ir a trabajar
nuevamente fuera de mi ciudad pero no fuera de mi estado
(Chihuahua). Estaba trabajando en mi iglesia y me dieron la oportunidad
de buscar quien me acompañara.
Y ahí inicia mi historia hermosa con los “pies ligeros,” y el comienzo de
un maravilloso llamado puesto en mis manos.
Agradezco a Dios cada día que me tuvo por fiel poniéndome en el
ministerio.
Llegamos a Guachochi, Esther mi compañera y yo, nos recibío el Pastor
Adrián Herrera encargado de estar en Rancho Seco. Nos llevó a casa de
la hermana Yeri la cual nos hospedaría por dos semanas.
Al siguiente día que era domingo fuimos al culto y cuando llegamos nos
encontramos con la sorpresa de que la iglesia estaba llena. Una iglesia
de fuera había llegado a apoyar en las escuelas bíblicas lo cual me
sorprendió bastante porque a eso íbamos nosotras. Estuvimos en el
servicio y cuando se terminó, el pastor se dirigió a mi y me dijo -Angélica
ustedes se encargarán del trabajo en estas dos semanas en otro lugar,
ahorita les llevare para que conozcan-.
Se despidió de los hermanos y nos subimos a la camioneta y salimos del
pueblo y me dijo -Angélica ahí donde compartirán, no se visten como tu,y mi respuesta fue –está bien no hay problema- Luego seguimos el
recorrido me dijo -Angélica ahí donde compartirán no comen igual que
tu-, y volví a decir está bien no hay problema-. Casi antes de llegar a la
comunidad me dijo -Angélica aquí en la comunidad no hablan igual que
tu-. Yo no sabia que responder pero dije -bueno para eso llegamos aquí a
ver como le hacemos.Y este fue mi primer contacto con los TARAHUMARAS.

El lugar que visitamos fue Kaborachi

Kaborachi se localiza en el Municipio GuachochI del Estado
de Chihuahua México y se encuentra en las coordenadas GPS:

Longitud (dec): -106.951944

Latitud (dec): 26.828889

La localidad se encuentra a una mediana altura de 2400 metros
sobre el nivel del mar.

La población total es de 344 personas, de cuales 188 son
masculinos y 156 femeninas.

Los ciudadanos se dividen en 160 menores de edad y 184 adultos,
de cuales 27 tienen más de 60 años.

339 personas en Kaborachi viven en hogares indígenas. Un idioma
indígena hablan de los habitantes de más de 5 años de edad 297
personas. El número de los que solo hablan un idioma indígena
pero no hablan mexicano es 27, los de cuales hablan también
mexicano es 269.

Estructura social

Derecho a atención médica por el seguro social, tienen 13
habitantes de Kaborachi.

Estructura económica

En Kaborachi hay un total de 69 hogares.

De estos 69 viviendas, 51 tienen piso de tierra y unos 17 consisten
de una sola habitación.

47 de todas las viviendas tienen instalaciones sanitarias, 0 son
conectadas al servicio publico, 16 tienen acceso a la luz eléctrica.

La estructura económica permite a 0 viviendas tener una
computadora, a 2 tener una lavadora y 8 tienen una televisión.

Educación escolar en Kaborachi

Aparte de que hay 50 analfabetos de 15 y más años, 11 de los
jóvenes entre 6 y 14 años no asisten a la escuela.

De la población a partir de los 15 años 51 no tienen ninguna
escolaridad, 120 tienen una escolaridad incompleta. 30 tienen una
escolaridad básica y 10 cuentan con una educación post-básica.

Un total de 13 de la generación de jóvenes entre 15 y 24 años de
edad han asistido a la escuela, la mediana escolaridad entre la
población es de 5 años.
Fue algo muy diferente a lo que yo había experimentado, salir temprano de
casa, tomar el camión, bajarte y caminar 2 kilómetros para llegar, subir esos dos
kilómetros y bajar dos mas para ir a Macharichi comunidad que estaba del otro
lado de la carretera, y subirlos nuevamente. Sufrí lo confieso ya que traía
siempre falda e irritaba mis piernas pero se que valió la pena, como a mencione
antes yo siempre he sido gordita. Llegamos y ya había niños ahí y lo primero con
lo que me tope fue el idioma , pero ahora se que Dios ya tenia todo preparado.
Conocimos a Florencia quien desde el principio nos ayudó a traducir las
lecciones, y a Efrén el nos acompañaba a la otra comunidad también para
traducir.
Aunque al principio hubo desconfianza, y las mamas estaban cerca cuidando de
sus hijos, el siguiente día, martes llegando a la orilla de la carretera ya nos
estaba esperando una mujer. Ella nos dijo no entren a Kaborachi porque los
indígenas andan enojados y les pueden hacer algo. Dicen que ustedes los
chabochis les quieren hacer dejar su cultura, si les hacen algo se meten a la
sierra y de ahí nadie los saca.
Volteé y mire a Esther, le dije -yo voy a entrar, ¿tú que dices?. Con su cabeza dijo
que si, así que entramos y la VICTORIA que solo Dios puede dar la obtuvimos
esas semanas. Terminamos con mas de 50 niños y algunas mujeres escuchando
la clase. Dios me enamoró de esta gente hermosa , ver su necesidad material
pero sobre todo la espiritual me movía cada vez mas.
Termínanos el tiempo en ese lugar, le dije a Antonio que es misionero ahí, -yo
quiero hablar como ellos- y su repuesta fue esta, -estás loca esto no se aprende
de una semana o dos tienes que pasar tiempo con ellos , VIVIR ENTRE ELLOS.Me lanzó el reto, -Angélica hay un lugar en Chihuahua donde te pueden dar mas
herramientas para poder trabajar en un campo indígena , vamos a orar por un
año a ver que te muestra DIOS en este tiempo-, y mi respuesta fue inmediata vamos a orar.-
Pero tuve la dicha de
conocer esas semanas a
don Clemente un anciano
de mas de 100 años que
llevaba a sus nietos y
decía que éramos sus
novias.
El ya está en la presencia
de nuestro Dios pero fue
un gran ejemplo de
fidelidad a Dios para mi
vida.
Caminaba
dos
kilómetros para llegar, y
para regresar a su casa
otros dos.
Pero esto pasó en el mes de julio y para septiembre yo estaba de nuevo
entre ellos con despensa, zapatos y ropa para usar en tiempo de frio.
Regresé nuevamente en noviembre a cortarle el cabello a todos los
niños en la escuela en compañía de mi tío Daniel quien me apoyó, me
llevaba y me traía.
Mi tío Daniel que fue un gran apoyo para mi en esos viajes.
A términos de año yo ansiaba se llegara el verano para regresar, y en
esta ocasión lo hice ya no sola sino con algunos jóvenes de diferentes
lugares de Chihuahua: Delicias, Ojinaga, Chihuahua, y de Juárez con un
proyecto llamado JOBAAC ( jóvenes bautistas en acción).
Volver a ver a cada niño era algo que me confirmaba que Dios me
quería ahí.
En ese momento ya tenia 28 años y mi pensamiento era que quizás ya
no hay tiempo de que pueda estudiar y seguir preparándome, quizás
Dios ya me quiere acá.
Pero había algo por lo cual yo estaba orando. Tenia un año que había
terminado el seminario en Juárez y volver a empezar seria muy
pesado para mi iglesia. Además había otra razón aun de mas peso, mi
padre no quería que yo fuera misionera. Siempre que salía y cuando
regresaba su expresión era -no volverás a ir-, así que mi oración fue
Señor si es tu voluntad que me prepare aun mas mueve los
pensamientos de mi padre.
Se llegó el momento esperado y el viaje estaba en puerta, estaba lista
para salir y mi madre me hace saber que necesita ser operada y que
esperara a que regrese de mi viaje para hacerlo. Así que salí, rumbo a
Cabórachi.
En mi mente y corazón seguí pidiendo para que la voluntad de Dios se
hiciera en mi, y no la mía. Pedí a Dios que no fuera solo emoción, sino
que me enseñara a ver con sus ojos y sentir con su corazón. Pasó el
tiempo de JOBAAC y Antonio me preguntó que cual respuesta me
había dado Dios en el año y me entregó una solicitud del Instituto en
Chihuahua.
Tiempo de Jobaac.
La guardé y regresé a Juárez por la operación de mi mama. Fue intervenida el
mes de agosto, mas su recuperación pasarían algunos días mas.
Y Dios me sorprendió de una manera maravillosa, en el tiempo de
recuperación de mi mama. Recibí una llamada de Chihuahua del Instituto
Misionero Transcultural que mi solicitud estaba con ellos y me hablaban para
ver si iba a ingresar a las clases. Les respondí que estaba cuidando a mi
mama en su recuperación y la respuesta de Soledad fue puedes llegar a
finales de mes de septiembre. No sabia que responder además mi papa y yo
no habíamos hablado ya del tema, en la iglesia solo pedí oraran pero aun no
se aclaraba nada, así que les pedí me dieran tiempo para responder y me
ayudaran a orar por la decisión que tomaría.
Al día siguiente recibí la visita de una de mis maestras en Seminario que me
llevó una ofrenda que Dios le puso dármela para lo que necesitara.
Y esa misma tarde otro maestro me llamó. Pregunto que planes tenia y se
comprometió a darme una cantidad mensual sin conocer los planes que
estaban en mi mente y corazón.
Solo faltaba la respuesta de mi padre y de la iglesia, así que ese fin de
semana salimos mis padres y yo a tomar un helado y directamente le dije a
mi padre que quería irme a Chihuahua a seguir preparándome para servir en
una comunidad indígena .
No fue fácil pero DIOS CAMBIO LA MENTALIDAD DE MI PADRE y estuvo de
acuerdo. Lo siguiente fue mi iglesia, esta no pudo apoyarme en lo económico
pero tenia lo suficiente como para irme y cubrir algunos meses allá así que a
finales, del mes de septiembre del 2004 me fui a Chihuahua, iniciando en el
bíblico por un año y dos años en Rancho Siloe. El primer año en el bíblico, era
en la ciudad de Chihuahua, y vivía en la casa que tiene la escuela junto con 4
chicas mas: Enedina , América , Gaby y Aní. Fue un año de acoplamiento con
mis compañeras pero muy hermoso.
Empecé a buscar la manera de contar con un trabajo para mis necesidades
básicas, mis cosas personales, cuadernos y para el camión de cada día, así
que lo hice llevando burritos para vender. Un día a la semana iba a limpiar el
templo el Cordero, y me daban algo para ayudarme.
En este tiempo confirmé que Dios cuando llama, el suple y sostiene a sus
hijos. Fue una decisión que tuve que tomar y que hasta ahora no me
arrepiento, porque se que el obedecerle es mejor que todo lo que yo pudiera
realizar. Así que mi experiencia empezó a ser cada vez mas intensa, Dios
empezó a tratar áreas de mi vida que estaban encapsuladas y no las quería
dejar ver .
PERO GLORIFICO A DIOS POR LA MANERA QUE LO HIZO Y LES
COMPARTO QUE MI TIEMPO EN EL RANCHO FUE ALGO MUY HERMOSO
Y fue importante, DIOS QUITO COSAS EN MI VIDA QUE NO ERAN
NECESARIAS QUE LLEVAR A EL CAMPO, tiempo en la cual lloré mucho.
Dios sanó mi vida en muchos aspectos y agradezco a Dios por los
consejeros que puso en este tiempo, por su paciencia a mi vida, su amor
y cada uno de sus consejos. Gracias Ken y Betty por todo su apoyo y
tiempo de oración conmigo.
También aprendí lo que es un choque cultural, herramientas para entrar
a un campo indígena, y lo que yo agradezco y creo es mas importante
que se interesan en cómo está mi vida espiritual, que voy a dar llegando
ahí, eso me motivó mucho. Quizás en algunas áreas no soy muy buena,
pero se que Dios me escogió para cumplir con una misión y decidí serle
obediente.
Experimenté el sustento de Dios en mi vida, su provisión diaria y su
fidelidad continua.
Experimentamos diferentes maneras de aprender, hacíamos trabajo
físico cada día, compartíamos como grupo también, ya que vivíamos en
un rancho, el rancho Siloé a las afueras de Chihuahua.
Dios me dio amigas con las cuales compartí momentos hermosos y
crecimos juntas. Dios usó este tiempo para prepararnos.
Fue un proceso difícil pero necesario. En el año 2007 tuve la oportunidad
de graduarme y salí de ahí con nuevos retos, metas que quería cumplir,
y estaba segura que eso era lo que Dios quería.
.
En mayo del 2007 Dios me permitió graduarme, y terminar esta etapa
hermosa de preparación donde Dios estaba dándole forma a mi vida y
estaba poniendo en mis manos un LLAMAMIENTO HERMOSO Y
MARAVILLOSO.
Llegué a mi iglesia Emanuel, en la cual era miembro ahora, me
recibieron muy bien, mis pastores estuvieron conmigo en la
graduación y, cuando compartí el proyecto de trabajo empezaron los
comentarios y el tratar de desanimarme.
Mi deseo era irme por tiempo completo a vivir entre los tarahumaras,
pasaban los días, semanas y parecía que nada pasaría.
Algunos hermanos me dijeron -Angélica tu no la vas a hacer, caminan
mucho allá y tu no podrás- eso me hería de una manera muy
profunda. Mi respuesta quizás pudo haber sido -y eso a usted que le
importa -, pero no fue así, respondí -Dios me dará las fuerzas, de
hecho el caminará por mi-, solo se rieron de mi.
Pasado algunos meses otra iglesia que estaba apoyando desde que
estaba en el bíblico supieron de la situación y me mandaron hablar,
me pidieron expusiera mi proyecto. Aceptaron apoyarme en este solo
me pidieron que fuera miembro de su iglesia .
Así que a finales del 2007 me hice miembro de Berea iglesia en la cual
asisto actualmente, ellos fueron los que me mandaron como
misionera al campo, pero esto fue después de dos años.
Me propusieron trabajar en la iglesia en el campo de misiones,
mientras Dios confirmaba el lugar y la compañera que estaría
conmigo, ya que por cuestiones de seguridad no es recomendable
estar sola. Esos años yo seguía organizando viajes a la sierra, a
Kaborachi. Pero empecé a conocer otros lugares, como Guachochi,
Rocheachi, Guaguachique, Samachque, Pamachi, Creel, Apachochi, y
Sitarabo entre algunos.
Seguí organizando grupos de jóvenes en temporadas de vacaciones a
trabajar en estos sitios. Lugares donde realmente te das cuenta de la
necesidad que hay y que solo por un tiempo de vacaciones dejas tu
comodidad para estar con ellos y compartirles del amor de Dios,
ayudarles un poco en lo material y en trabajo en la comunidad
.
En estos dos años también estuve en contacto con Érica misionera de
León Guanajuato, y con los hermanos De Santiago, viendo la
posibilidad de irme para allá a apoyar y vivir entre los tarahumaras en
Creel.
Fue en agosto del 2009 que Dios me permitió irme a vivir allá. Era
algo que no podía creer: empezar a conocerles, su idioma, sus
costumbres, pasar tiempo con ellas, momentos de alegría pero
también de tristeza.
Esto era algo que sabia que iba a pasar. No transcurrio mucho tiempo
de que estaba ahí, y empecé a involucrarme con las mujeres, para
que ellas tuvieran confianza en mi, cosa que es algo muy difícil entre
los tarahumaras.
Mi padre y mi tío me llevaron con todas mis cosas y en la primera
iglesia de Creel me dieron hospedaje mientras buscaba un lugar mas
amplio para vivir.
Empecé a visitar tres comunidades: Apachochi, Sitarabo, y
Huetosacachi, dando clases a los niños. Era algo que no podía creer
que estubiese pasando, ya podía sentarme junto a ellos debajo de un
pino y comunicarme a señas cuando no comprendían lo que les decía,
compartir un refrigerio ya que la mayoría casi siempre andan sin
comer.
Los primeros seis meses me fui solo con la mitad de mi sostenimiento
confiada en que Dios supliría y acomodaría todas las cosas, sabiendo
que EL TENIA TODO BAJO CONTROL.
Y así fue Dios se mantuvo fiel. Los cambios llegaron, caminar por
donde ellos caminan, visitarles, ver sus necesidades, conocer sus
casas (aunque al principio no me permitían entrar ), y poco a poco ir
conociendo su cultura, sus costumbres y en algo poder ser de ayuda
y apoyo a cada uno de ellos.
Diferentes hogares que necesitan conocer la verdad ya estaban ahí,
quería ser útil. Mi oración cada mañana era -Padre ayúdame a
reflejarte en todo lo que hago y enséñame a mirar con tus ojos y a
amar con tu corazón.Ahora les puedo decir que Dios no se equivocó al darme este
ministerio, y es un privilegio inmenso que el me tenga por fiel.
A seis kilómetros de la carretera
En los primeros seis meses, conocí también a las maestras
Perfecta, Cuca, y el maestro Santiago que por gracia de Dios son
mis hermanos en la fe. Yo inicie a apoyar el trabajo de ellas.
La maestra Perfecta sigue trabajando en la escuela y ella nos abre
las puertas de la misma, empecé a compartir con los niños, el
programa Cronológico en Apachochi. Cuca me ayudaba a traducir,
aunque los mas grandes saben español ya que es la segunda
lengua que les enseñan en la escuela, y los niños entendían poco.
Para este tiempo ya estaba el misionero Ramón haciendo equipo con
nosotros. El llegó a finales de octubre del 2009, en este tiempo yo
empecé a involucrarme con las mujeres, bordan hacen artesanías,
fue una puerta para poder compartirles el evangelio, y gracias a Dios
pronto empecé a hacer amigas.
En Huetosacachi era el recorrido mas largo. Hacíamos una hora en
la troca e íbamos recogiendo los niños en el camino. Ahí también
compartíamos mucho con ellos, ya que el gobernador no nos
permitía entrar tan seguido. A veces a los niños les decía que no
fueran a la clase y por miedo no iban.
En Sitarabo nos acompañaba Cuca y ella me ayudaba a
traducir. Ahí entrabamos cada sábado. Es una comunidad
donde tienen muy arraigado el tomar tesguino a veces no
podíamos entrar porque estaban tomando.
También Cuca apoyó mucho porque es asesora de salud y nos
motivó a ser de fortaleza en esta área.
Fue hasta febrero del 2010 que Érica llegó a formar parte del equipo
y nos acomodamos mucho mejor. Ella venia por uno o dos años a
ser de apoyo, y fue una gran bendicion a mi vida. Ahora tenia
alguien con quien hablar, con quien planear, y alguien con quien
seriamos equipo para poder rentar una casa. En nuestro corazón
estaba el vivir allá en la comunidad y solo venir a Creel a comprar
alimentos y checar correos, así que nuestra oración empezó a
tomar forma todo lo que Dios tenia planeado para mi.
Ahora el equipo estaba mas organizado y el trabajo empezó a
aumentar, las necesidades empezaron a sentirse cada vez mas y
gracias a Dios que podíamos estar ahí.
Esta etapa fue algo muy intensa y difícil, ya que se iniciaron
eventos muy duros en cuanto al trabajo entre las mujeres, los
niños y los hombres.
Organizamos las clases y yo quede con las mujeres en Apachochi
y en Sitarabo. En Huetosacachi tristemente se nos prohibió
entrar, y cada vez era mas fuerte el rechazo. El gobernador asustó
a la gente y les prohibió que dejaran a los niños que fueran a las
clases, así que empezamos a dejar de asistir .
Solo íbamos en ocasiones especiales y empezamos a ir al hogar
del hermano Francisco. Gracias a Dios ahí llegaban los niños aun
a pesar de las distancias tan largas. Ahora está un grupo de la
P.I.B. de Creel encargado de estar yendo cada semana.
En Sitarabo el grupo de mujeres empezó a crecer al igual que el
de los niños, pero en esta área de la sierra tienen sus creencias
muy arraigadas, y empezamos a pedir a Dios nos permitiera
entrar y ver, ayudarles, compartirles que no queremos que dejen
su cultura pero si que CONOZCAN AL DIOS VERDADERO
NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.
Dios nos permitió asistir a varios funerales, el primero del
hermano Pedro. El gracias a Dios ya era creyente y por sus frutos
pudimos saberlo. Nos invitaron y su familia que no creyente
hicieron un ritual. El familiar mas cercano es el que hace el hoyo
para sepultarlo, y lo hace en el momento, mientras lo está
haciendo ponen la caja si tiene en una cruz que tienen en el
panteón.
Le dan siete vueltas cada familiar y se ponen en los cuatro lados
del cuerpo y le echan pinole. Al final en la séptima vuelta le dan de
comer pinole. Eso quiere decir que le abren su boca y le ponen
pinole, así hasta que todos los miembros de la familia lo hacen.
Después lo sepultan, con toda su ropa, con despensa, con agua,
con pinole, su sombrero, velas, porque ellos siguen un camino de
tres años y las mujeres de cuatro ya que el hombre camina mas
rápido.
En el segundo funeral que estuvimos fue el de un bebe y ahí
gracias a Dios, la abuela me dijo -Angélica puedes orar-.
Eso motivó mucho mi vida porque me di cuenta de que ellos se
fijan en lo que Dios puede hacer en la vida y también porque Dios
me estaba permitiendo ser útil cada día, y esta gente hermosa
estaba conociendo la verdad, y estaba abriendo su corazón para
conocer realmente a Dios.
Empezamos a trabajar no solo con las clases sino también con
brigadas medicas.
Los grupos empezaron a crecer
organizaron nuevas actividades.
con la ayuda de Dios, se
En Sitarabo este
era el lugar donde
reuníamos debajo
de este pino.
En
Apachochi
nos
reuníamos en la escuela
o en la cocina de la
misma, o donde había
lugar.
En
Huetosacachi
nos
reunimos
en un pequeño
salón
Sin duda Dios siguió
haciendo la obra cada
día, y abriendo
nuevas puertas. Les
comento varias de
ellas:
1. Empezamos a dar
clases de
alfabetización.
2. Tenemos clases de
lideres y les
llevábamos a lugares
donde hay obra ya
para que ellos
conocieran mas
hermanos en la Fe.
3. Iniciamos clases de
idioma con algunas
mujeres.
Compartíamos mas tiempo con ellos, y a vivir y
experimentar lo que ellos han experimentado.
A inicios del 2011 en el mes de febrero todo empezó a
cambiar.
Hubo un tiempo tan difícil que pasé con ellas, mis
mujeres hermosas que después de regresar de una visita
a ciudad Juárez a mi iglesia, me encontré con situaciones
muy fuertes de abuso a mis mujeres, mujeres hermosas
que son muy cercanas a mi.
Fue muy frustrante el escuchar todo el sufrimiento que
ellas pasaron y que no se hizo nada en su momento.
Lloramos juntas y nos acercamos a Dios a través de la
oración y empezamos un ciclo de cuidarnos entre
nosotras cada vez mas. Ellas viajaban a Creel a
visitarnos y cuando nosotras les visitábamos NOS
DEJABAN ENTRAR EN SUS CASAS,.
Gracias a Dios las involucradas accedieron a ir con un
psicólogo y este les ayudó y claro el estar juntas y orar.
Fue un proceso largo y muy difícil pero Dios nos dio la
victoria en todo esto, y la verdad viendo frutos que no
esperábamos. La reacción de los hombres cambió
completamente a como ellos lo creen en su cultura que
cuando una mujer es abusada por otro hombre que no es
su esposo, el esposo puede dejarla sin importar el abuso.
Tiene todo el derecho según sus costumbres..
Pero agradezco a Dios porque estos hombres no dejaron
a sus esposas y siguen con ellas. De hecho uno de ellos
me dijo -si yo no conociera lo que ustedes nos enseñaron
acerca de la biblia ya la hubiera dejado-.
Y pues también empezó el tiempo de inseguridad mas
latente. Empezaron a matar gente muy seguido, y hubo
momentos en que nos era imposible ir a las
comunidades.
Empecé a pasar mas tiempo con ellas. Les ayudamos a sembrar
y a levantar la cosecha, que dos años seguidos no se recogió
mucho por la falta de lluvia. Fue de grande bendición ver la
respuesta de las iglesias al apoyar con despensas o dinero para
comprar alimento. Fue muy bonito ver que ellos los tarahumaras
puedan trabajar para recibir una despensa.
Pero también ya compartían conmigo el alimento. Era sencillo
pero a mi me sabe tan rico: café, tortillitas, frijolitos. Mmmmm.
Seguía orando por el tiempo de irme a vivir a la comunidad, y Dios
empezó a suplir a través de iglesias. Pude con la ayuda de un grupo
de jóvenes de Juárez (del grupo de Jobaac) levantar el cuarto donde
empezamos a vivir algunos días a la semana, no todo el tiempo por
la inseguridad. Buscábamos estar ahí cuando estaban los maestros
y caminar con ellos, entrar con ellos y salir junto con ellos.
Gracias a Dios la casa ya esta ahí, y las reuniones siguen mas
regularmente. De hecho las mujeres ya están pidiendo tener las
reuniones en sus casas.
La primera petición que Dios respondió fue acerca de la lluvia, y
tuvieron alimento para pasar este tiempo de sequia. La segunda
petición contestada fue que los esposos de mis mujeres bellas
empezaran a reunirse e interesarse por conocer de nuestro Dios.
Inicié las reuniones en las casas de ellas y las dudas que tenían
se contestaban. Las primeras reuniones estuvo presente el
gobernador del pueblo y quiso hacer que se fueran de la clase
pero Dios les dio la necesidad de conocer y crecer cada vez mas.
Las reuniones no solo eran de clase sino también de
compañerismo, y el pueblo al principio solo de lejos veía. Pero
ahora que era en las casas hubo mas interés, y ellas empezaron a
dar evidencia de lo que Cristo puede hacer, del cambio que puede
provocar tener a Jesucristo como su Señor.
Las reuniones fueron aumentando, y ahora no solo una vez al
mes en sus casas, sino que ahora en sus cumpleaños o solo por
invitarnos. Este tiempo trajo mucha bendición a mi vida y son
cosas que nadie me podrá quitar siempre estará en mi corazón.
Compartir con cada niño, cada mujer, cada hombre el alimento
espiritual y no solo eso sino también el material, llenó mi vida y
aunque tengo tres años viviendo entre ellos ya llevo mas de 10
años entrando a las comunidades. A realizar estas actividades en
ocasiones voy sola o vienen grupos a apoyar.
En Kaborachi ya es el quinto año que realizamos escuelas
bíblicas de un mes, el tiempo que abarca las vacaciones,
dándoles alimento y conviviendo con ellos, pasando momentos de
luto, de alegrías, de nacimientos. Y hasta este momento Dios me
ha ayudado.
Verlos reunirse, cantar, orar en su lengua, es algo que no puedo
explicar. Es incomparable, maravilloso.
Dios me permitió ser testigo en estos tres años que pude estar
aquí de tiempo completo, verlos expresar su agradecimiento y ver
lo que Dios está haciendo en sus vidas.
Ver que puedo llegar a casa de Teresa y me recibe con un fuerte
abrazo, que pase un buen rato con ella platicando y me ofrece un
rico café.
Sonrisas de gusto por volvernos a ver después de haber salido
por estos meses de enfermedad .
Donde Dios me dice que debo esperar el tiempo, su tiempo.
DONDE TAMBIEN EL ME HIZO RECORDAR QUE ME DEJO
CON VIDA PARA MOSTRARME SU PODER Y QUE SU
NOMBRE SEA CONOCIDO EN TODA LA TIERRA
Y eso no termina ahora ni aquí. Después de haber visitado a
Teresa le preguntó si me da oportunidad de orar por ella y me dice
que si. Al terminar de orar, ella me abraza y me pide orar por mi.
Esto hizo que mi corazón latiera fuertemente, saber que tengo una
hermana mas que intercede por mi .
Y se que la obra de mi Dios sigue y yo quiero seguir siendo parte
en lo que Dios tiene para esta hermosa gente, LOS PIES
LIGEROS, LOS TARAHUMARAS.