LA HISTORIA DE ISRAEL - Grupo Educativo Coas
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Transcript LA HISTORIA DE ISRAEL - Grupo Educativo Coas
TEMA 3
1. PRIMERA ETAPA: LOS PATRIARCAS (siglos XIX-XIV a. C.)
- Abraham e Isaac.
- Jacob y Esaú.
- José y sus hermanos.
2. SEGUNDA ETAPA: EL EXODO (siglo XIII a. C.)
- Moisés.
- La Pascua.
- La Alianza del Sinaí.
3. TERCERA ETAPA: LOS JUECES (siglos XII-XI a. C.)
- Josué.
- Las doce tribus de Israel.
4. CUARTA ETAPA: LA MONARQUIA (siglos XI-VI a. C.)
- Saúl, David y Salomón.
- Los reinos de Israel y Judá.
5. QUINTA ETAPA: EL EXILIO DE BABILONIA (siglo VI a. C.)
- La destrucción de Jerusalén.
- Babilonia.
6. SEXTA ETAPA: EL JUDAISMO (siglo VI a. C.-año 1 d. C.)
- La resistencia.
- Esperando al Mesías.
PATRIARCA: nombre que reciben algunos personajes del Antiguo Testamento,
que fueron padres y jefes de una descendencia importante para la historia de la
salvación.
ALIANZA: pacto que Dios hizo con Abraham y Noé, y que luego se renovó con
Moisés en el monte Sinaí.
SACRIFICIO: ofrenda a Dios de una victima o de algo costoso como acto de culto
o como reparación por los pecados. El máximo sacrificio es el que ofreció Jesús en
la cruz, entregando su vida para salvar a los hombres.
PASCUA: fiesta judía en la que se celebra el fin de la esclavitud en Egipto. En la
Pascua cristiana celebramos con júbilo la Resurrección de Jesucristo.
EXODO: palabra hebrea que significa salida. Libro de la Biblia que narra la salida
de los judíos de Egipto.
IDOLATRIA: reverencia o adoración a alguien o algo con el culto que solo se debe
a Dios.
TIERRA PROMETIDA: la que Dios prometió a Abraham y a su descendencia. En
ella nació Jesús, el Salvador.
PROFETA: persona elegida por Dios para hablar en su nombre al pueblo de Israel
y para anunciar al Mesías Salvador.
DESTERRAR: expulsar a alguien de un país o lugar, como pena o castigo
Abraham, Isaac, Jacob y sus hijos son los patriarcas de Israel.
Con esta familia de pastores nómadas comienza la historia del
pueblo elegido.
Abraham e Isaac.
Dios se manifestó a Abraham, diciéndole: Sal de tu tierra, de tu
patria y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.
Haré de tu una gran nación, te bendeciré, hare famoso tu
nombre y serás una bendición (Gn 12, 1-2).
Al llegar al país de Canaán, Dios le volvió a hablar: A tu
descendencia daré esta tierra (Gn 12, 7). A Abraham le
inquietaba el hecho de ser ya anciano y no tenar todavía hijos.
Dios cumplió su promesa y Sara tuvo un hijo Isaac, al que
Abraham educó como heredero de la Alianza que Dios había
hecho con él.
Dios puso a prueba la fe de
Abraham y le ordenó ofrecer
a su hijo en sacrificio. Pero
cuando ya estaba a punto de
cumplirlo, Dios se lo impidió.
Abraham había demostrado
su fe hasta el extremo y Dios
le dijo: Te colmaré de
bendiciones y multiplicare a
tus descendientes como las
estrellas del cielo y como las
arenas de la playa (Gn 22,
17). Isaac creció y se casó
con Rebeca, que tuvo dos
hijos mellizos: Esaú y Jacob.
Fotograma de la película
Abraham, dirigida por J.
Sargent (1993)
Jacob y Esaú.
Le vendió el derecho que tenía como
hermano mayor, e Isaac le dio la bendición.
Hermano menor, heredó las promesas
hechas a Abraham y a Isaac.
Recibió la confirmación de parte de Dios:
Yo soy el Señor, el Dios de tu padre
Abraham y el Dios de Isaac. La tierra
sobre la que estás acostado la daré a ti y a
tu descendencia (Gn 28, 13).
Dios le cambió el nombre y lo llamó Israel,
dando así nombre a toda su descendencia
(Gn 35, 10-12).
El escenario de la Biblia.
En el llamado Creciente Fértil, en el arco formado por las cuencas
de los ríos Tigris, Éufrates y Nilo, surgieron la escritura y las
primeras civilizaciones. En este territorio se desarrolla la acción que
leemos en las páginas de la Biblia: el pueblo de Israel y los grandes
personajes de su historia recorrieron sus rutas.
José y sus hermanos.
Jacob vivía en Canaán con su doce hijos y tenia predilección por José,
el menor. Sus hermanos le tenían envidia, y decidieron venderlo a
unos mercaderes que iban hacia Egipto. Dijeron a sus padre, que
estaba desolado, que lo había matado una fiera.
En Egipto José trabajó, interpreto unos extraños sueños del faraón y
este, agradecido, lo nombro primer ministro de Egipto.
Los hijos de Jacob tuvieron que ir a Egipto a comprar trigo, porque su
país padecía una gran sequia. Los atendió José, el cual reconoció a sus
hermanos, entonces hizo que su padre Jacob, y las familias de sus
hermanos se trasladaran a Egipto. Así es como los israelitas
comenzaron a vivir en Egipto.
Los descendientes de Jacob crecieron hasta convertirse en un
pueblo numeroso. En Egipto ya nadie recordaba el origen de
aquel pueblo extranjero y el faraón los sometió a esclavitud.
Moisés
Niño hebreo que, adoptado por la hija del
faraón, creció como un príncipe de Egipto.
Sufría viendo cómo se maltrataba a los
hebreos. Por defender a un israelita, mató
a un soldado egipcio y tuvo que huir a
tierras lejanas.
Dios le salió al encuentro de la siguiente manera: Moisés
descubrió en el monte una zarza que ardía sin consumirse. Oyó
una voz: Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el
Dios de Jacob, el Dios de Isaac. (…) Te envío al faraón para
que saques a mi pueblo, a los hijos de Israel (Ex 3, 6-10).
Moisés volvió a Egipto y se presentó al faraón, que se negó a dejar
en libertad a los hebreos, y Dios envió sobre Egipto desgracias
terribles, pero el faraón no cedía.
El Señor ordenó a Moisés que los israelitas celebraran la fiesta de
la Pascua y que marcaran las puertas de sus casas con la sangre de
un cordero. La desgracia cayó sobre todas las casas de Egipto,
excepto sobre las que estaban señaladas. El faraón cedió y ordenó
que salieran hacia el desierto. Comenzaba, así, el éxodo del pueblo
judío.
La fiesta de la Pascua: hasta el día de hoy, los judíos celebran la
fiesta de la Pascua para conmemorar que Dios los liberó de la
esclavitud en Egipto. En una cena ritual y festiva en la que están
definidos hasta los más mínimos detalles: cada ingrediente de la
comida, el orden de los gestos y las palabras, etc. El mas joven de
la mesa pregunta: «¿Por qué esta noche es distinta a las demás?».
Y el padre de familia narra, entonces, la historia de la liberación
del pueblo de Israel.
Avanzando por el desierto llegaron al pie del monte Sinaí.
Una nube espesa, con truenos, relámpagos y un intenso sonido
de trompeta cubrió la cumbre de la montaña. Dios trasmitió a
Moisés los Diez mandamientos y otras normas para organizar
el pueblo y rendir culto a Dios. «Haremos todo cuanto ha
dicho el Señor» (Ex19, 8), y ofrecieron sacrificios en un altar
como sello de la Alianza de Dios con Israel.
Dios llamó de nuevo a Moisés al Sinaí para
entregarle los Mandamientos escritos sobre piedra.
Pasaban los días y no regresaba: la gente pensó que
había muerto y que Dios los había abandonado.
Entonces, fundieron con metal la figura de un
becerro y le ofrecieron sacrificios.
Cuando Moisés regresó, se indignó porque el mandamiento principal
de la Alianza era adorar a Dios y los israelitas lo habían
desobedecido. Consecuencia de su idolatría, los israelitas tendrían
que permanecer cuarenta años en el desierto y solo sus hijos entrarían
en Canaán. Dios no abandonó a su pueblo: lo alimentaba, lo
enseñaba a cumplir las leyes de la alianza y lo guiaba por medio de
Moisés.
El arca de la Alianza
Cuando el pueblo de Israel estaba en el
desierto, acampaba alrededor de la tienda del
tabernáculo. En ella se guardaba el arca de la
Alianza. Recubierta de oro y con la imagen de
dos ángeles con las alas extendidas, contenía
las tablas de la Ley, la vara de Moisés y maná
del desierto. Era un signo de la presencia de
Dios en medio de su pueblo, y ante el arca de la
Alianza Moisés hablaba con él. Cuando se
desplazaban, el arca los precedía en el camino.
Una vez que pasaron cuarenta años desde la salida de Egipto,
Moisés pudo divisar el país de Canaán desde el monte, poco
antes de morir.
JOSUE
Sucedió a Moisés al frente de Israel y mandó a
los israelitas que cruzaran el rio Jordán para
entrar en Canaán, precedidos por el arca de la
Alianza. Nada más pisar la Tierra Prometida,
renovaron la Alianza.
Conquistaron, con la ayuda portentosa de Dios, Jericó, cuyas
murallas se derrumbaron con el sonido de las trompetas y los
gritos de los soldados.
El pueblo de Israel se dividía
en doce tribus. Cada tribu o
grupo de familias descendía
de uno de los hijos de Jacob y
ocupaba una parte del país,
sin que un jefe único mandara
sobre todas ellas.
Fotograma de la película Sansón
y Dalila, por Cecil B. DeMille.
Dios elegía a alguien para defender a las tribus, Gedeón, que
venció a los madianitas; Sansón, cuya fuerza y astucia pudo
derrotar a los filisteos. Cuando los israelitas veían claro que era el
Señor quien los salvaba, volvían a adorarlo y a vivir en paz. A
esos jefes elegidos por él para guiar al pueblo se los llamó Jueces.
Israel quiso tener un rey que lo gobernara, como
tenían los otros pueblos. Dios aceptó su petición.
Samuel, un profeta de Dios, ungió la
cabeza de Saúl con aceite como señal
Saúl, David y Salomón.
de la elección de Dios para ser rey de
su pueblo.
Se puso al servicio de Saúl, y se hizo famoso al vencer a
Goliat. Cuando Saúl murió, fue coronado como Rey de
Israel. Convirtió a Israel en una nación importante.
Estableció la capital en Jerusalén y mandó trasladar allí
el arca de la Alianza. Dios le hizo la promesa de que su
descendencia reinaría siempre en Israel y de que su reino
seria eterno.
Gran guerrero, admirado, pero su
corazón se apartó poco a poco de Dios.
Sucedió a David, famoso por su sabiduría. Construyó un gran
templo en Jerusalén para guardar el arca y ofrecer sacrificios a
Dios. Era el lugar más sagrado de Israel signo de la presencia de
Dios entre su pueblo.
Los reinos de Israel y Judá.
Salomón se aparto de
Dios y, a su muerte,
el reino se dividió en
el reino de Israel, al
norte, y el reino de
Judá, al sur. Nunca
más volvieron a ser
un único reino.
Los reyes de Israel y de Judá se
alejaban a menudo de la Ley de Dios y
arrastraban al pueblo con su ejemplo.
Para denunciar las injusticias y mover
a Israel a la fidelidad de la Alianza,
Dios enviaba a profetas que hablaban
en su nombre. De esta época son los
profetas Elías, Eliseo e Isaías.
El templo de Jerusalén
En tiempos de Jesús, el templo de Jerusalén era una ampliación del que
había construido Salomón en el mismo lugar y con la misma estructura.
Se alzaba sobre una inmensa explanada, rodeada de pórticos con
columnas; acogía a millares de judíos y gentiles, sobre todo en las
grandes fiestas religiosas. Era el centro de la vida religiosa de Israel
porque representaba la presencia de Dios entre su pueblo.
Maqueta del Templo de Jerusalén tal y como fue construido
por Herodes el Grande alrededor del año 19 a. C.
En el siglo VIII a. C. el reino del norte fue invadido por los
asirios y la población se dispersó por diversas regiones.
La destrucción de Jerusalén.
Judá siguió viviendo de espaldas a la Alianza, sin
atender a la voz de los profetas, en especial, de
Jeremías.
En el 587 a. C. Nabucodonosor, rey de Babilonia,
destruyó Jerusalén y su templo; el Rey y la mayoría
de la población fueron desterrados a la ciudad de
Babilonia, en Mesopotamia.
Babilonia.
El pueblo de Dios se quedaba sin tierra, sin
templo, sin libertad… En Babilonia los israelitas
reflexionaron sobre su historia: Dios los había
elegido, los había salvado de Egipto y los habia
llevado a la Tierra Prometida. Animados por el
profeta Ezequiel, expresaron su arrepentimiento y
empezaron a honrar a Dios.
Pasaron cincuenta años y los persas conquistaron Babilonia. Su
rey, Ciro, permitió a los israelitas regresar a Jerusalén y
reconstruir el templo y la ciudad. Cuando acabaron, renovaron
la Alianza del Sinaí.
La ciudad de Babilonia, junto al río Éufrates, logro un gran
desarrollo cultural. El rey Hammurabi hizo la primera recopilación
de leyes de la humanidad. Famosa por sus palacios, en ella se
construyeron templos escalonados de hasta 70 metros de altura, los
zigurat. Observando las estrellas, sus sabios impulsaron el desarrollo
de la astronomía, dividieron el año en doce meses; los meses en
semanas de siete días; y los días, en dos partes de doce horas cada
una.
Detalle de la Puerta de Istar de la muralla de la ciudad de
Babilonia. Construida por Nabucodonosor II en el 575 a. C.
Ahora los israelitas llevaban una vida más pura y religiosa. La
mayoría vivía según la ley del Señor y le rendía culto en el
templo, a pesar de estar sometidos a Persia.
La resistencia.
Los persas fueron vencidos por el ejercito
imparable de Alejandro Magno, que
dominó Oriente Próximo y respetó las
religiones locales. Antíoco, sucesor de
Alejandro Magno, quiso imponer su
cultura y sus dioses, y obligó a los judíos
a desobedecer los mandatos de Dios.
Judas Macabeo y sus hermanos se organizaron y se enfrentaron
al ejercito hasta derrotarlo. Los judíos recuperaron su libertad y
pudieron restaurar el culto en el templo.
Esperando al Mesías.
La independencia duro poco tiempo, llegó el ejercito romano a
la tierra que llamaron Palestina y la convirtieron en una
provincia de su gran Imperio. Los romanos nombraron a un
rey extranjero, Herodes, este para ganarse el favor de los
judíos, reconstruyó y engrandeció el templo de Jerusalén.
Los profetas habían hablado de la futura llegada del Mesías,
un descendiente de David que liberaría a Israel de sus
enemigos e instauraría el Reino de Dios: una nueva Alianza en
la que cabrían todos los pueblos.
Bajo el dominio de Roma nació Jesús en Belén y dios envió a
Juan Bautista para anunciar la inminente llegada del Mesías y
llamar a todos a la conversión.
La destrucción de Jerusalén
En el año 70 d. C. la ciudad y el templo de Jerusalén fueron destruidos
por las legiones romanas del futuro emperador Tito, tras un prolongado
asedio. La ciudad había sido ocupada en el año 66 por la resistencia
judía. La guerra, descrita con detalle por el historiador Flavio Josefo,
fue tremendamente violenta y origino más de un millón de muertos. El
arco de Tito, en Roma, representa y conmemora estos hechos.
El Arco de Tito, situado en
Roma, fue construido poco
después de la muerte del
emperador. Conmemora la
represión de la revuelta de los
judíos en el año 67.
Dios quiere salvar a todos los hombres
Dios elige al pueblo de Israel para
comunicar su designio salvador.
ETAPAS
HISTORIA DE ISRAEL
HECHOS
Patriarcas (siglos XIX-XIV a. C.)
Por su gran fe, Abraham es el padre
de todos los creyentes.
Éxodo, salida de Egipto (siglo XIII a. C.)
Dios revela a Moisés los diez
Mandamientos.
Jueces (siglos XIII-XI a. C.)
Las doce tribus, gobernadas por los
Jueces, ocupaban la Tierra Prometida.
Monarquía (siglos XI-VI a. c.)
Los profetas guían a Israel.
Cautividad en Babilonia (siglo VI a. C.)
El pueblo reflexiona sobre su pasado y
crece su deseo de convertirse a Dios.
Judaísmo (siglos VI a. C.- año 1 d. C.)
Regreso de los israelitas a Israel.
Nace Jesucristo, el Mesías Salvador del mundo